Makoto solo quería sentirse bello, verse al espejo y tener esa hermosa sonrisa como cualquier chico enamorado, pedía tan poco que la vida debería de poder entregárselo.

Pero no, la vida era caprichosa y no se lo permitía. No solo eso, sino que su mente le jugaba malas bromas (lo que sientes no está bien, no puedes sentir estas cosas por tu amigo.), y luego estaba la sociedad... ¿Cómo verían sus sentimientos? ¿Lo verían mal? ¿Creerían que era pecado?... tantas preguntas y tan pocas respuestas.

Encima estaba Haru, ¿qué creería él? ¿Le dejaría de hablar?

Esos miedos lo carcomían por dentro y no le permitían respirar bien. Ya había perdido la cuenta de las veces que iba a admitir sus sentimientos y todas esas preguntas le quitaban la poca valentía que tanto le había costado reunir.

Pero ese día era diferente, finalmente se lo diría (le diría a Haru que lo amaba…) se armó de valor yse levantó.

Ok, esto no era como lo esperaba. Estaba corriendo bajo la maldita lluvia.

Eso no era para nada bueno. Sus lágrimas caían sin parar.

Esto no podía estar sucediendo. Se le acababa de romper el corazón…

Pensar en lo que acababa de ver era una tortura muy grande. Haru se estaba besando con Rin…

Tal vez era verdad, y Haru solo lo quería como amigo.

Entonces recordó aquella frase "para que dos corazones sean felices, el tercero debe estar roto"

Lo único que no entendía era porque tenía que ser el tercero…