Disclaimer: Venga ya, a estas alturas del panorama ya sabéis que Rick Riordan no se pasaría por FFN para publicar una ilusión de su propia invención, ¿verdad? Por lo tanto no, no soy él. Y sí, me lucro sólo de vuestros comentarios.

-…-…-

Título: Regreso a la Tierra.

Autor: HardLohve.

Fandom: Percy Jackson y Los dioses del Olimpo.

Pairing: Luke… ¿y?

Sumary: Tic… tac. A Luke Castellan le habían dado otra oportunidad de vivir; era su tercera vida, y tan solo disponía de 366 días para cumplir con su cometido. En caso de no alcanzarlo, será considerado un traidor y será enviado al Tártaro, junto a un Cronos que ruge crueles venganzas contra él. ¿Qué tiene que hacer Luke para salvaguardar su alma?

Rating: T.

NT: ¡Hola!

Nah, sólo decir que espero que os animéis a leer -y a comentar también- esta historia, protagonizada por Luke.

No hay grandes longfics en español de este fandom, así que… ¿Por qué no me ayudáis a crearlo? ¡Sólo necesito vuestro apoyo en los comentarios!

Por lo demás, decir que la historia sólo recogerá personajes -o hará alusión a hechos- de Dioses del Olimpo, simple, y llanamente, porque mis personajes favoritos salen ahí. Y bueno sí, ¿por qué no reconocerlo? Porque tampoco me he molestado mucho en leer la saga de los Héroes. (Las cosas como son). Por lo que no los puedo utilizar mucho, que digamos.

Y ahora… ¡A leer!

-…-…-

PRÓLOGO.

-…-…-…-

Cuentan las lenguas antiguas que UN BUEN DÍA, los primeros hombres descubrieron que todos los ríos, lagos, mares y corrientes de Grecia, se dirigían hacia el Gran Mar del Este conocido también como mar Mediterráneo, que a su vez colindaba con el océano Atlántico. Esos seres humanos no cesaban de preguntarse si este mar, fluyente y cascante, se llenaría algún día e inundaría la tierra, dejándolos a merced del huracanado temporal. Pero no había por qué alarmarse, puesto que más allá (nadie sabía exactamente a qué distancia) había un inmenso golfo, tan profundo y ancho que nunca podría desbordarse.

En el interior de aquel golfo había cinco grandes islas con una montaña en el centro. Eran las islas del Paraíso. Las islas de los Bienaventurados, que estaban habitadas por dioses y seres inmortales que vivían en palacios de oro con pilares de jade blanco, pájaros multicolores de plumaje brillante, árboles con perlas auténticas y frutos deliciosos que proporcionaban la inmortalidad a los que los comieran.

Dicen las leyendas que sus habitantes llevaban una vida libre y feliz, gozando de un reposo perfecto tras su fallecimiento... Y que, de no ser por la perspectiva preocupante de que sus islas acabasen por hundirse por tanto flotar, la estancia allí sería más que insustituible.

Ante las continuas súplicas y protestas realizadas a puertas abiertas del Olimpo por los preocupados isleños, el rey de los cielos, Zeus, decidió mejorarles la estancia y la buena vida ahí, asegurándoles las islas cargándolas a lomos de cinco criaturas enormes, de precedencia ignorada y existencia extirpable.

Pero he aquí que un día, un gigante incauto decidió salir a pescar. Ajeno a los habitantes inmortales, se sentó en una gran roca en el mismo límite de la tierra y lanzó su sedal hacia las gigantescas olas, más lejos, mucho más lejos del punto de mira de un mortal, en una zona horizontal donde el mar y los cielos se hacían uno solo. Cuando tiró con estraudinaria fuerza de la cuerda, vio salir -vadeando a ciegas- a dos grandes criaturas dando tumbos, perdidas y desconcertadas. Así, sólo sobrevivieron tres, que hoy en día todavía siguen sosteniendo tres de las cinco islas sumergidas, que gracias a la gran protección del rey de los dioses, permanecen siempre a salvo, siendo, a partir de entonces, el refugio de los inmortales y de los hombres y mujeres poco corrientes, que como héroes legendarios, ahí hallan la eternidad, la paz y la tranquilidad, con el corazón y la razón saciados de todos los vicios carnales.

Actualmente, semejante paraíso se localizan, irónicamente, en una parte muy importante del Inframundo, en una sección subterránea sagrada de los Infiernos, zona dominada y gobernada por Hades, el dios del infierno y de la muerte, el único ser y ente que conoce la entrada y la salida de dicho paraíso.

Narran también las viejas leyendas que después de la Edad de los Gigantes nacidos de los fresnos, apareció en la tierra -en un frenesí de epidemia o fecundación divina, o vaya a saber otro porqué- hombres y mujeres que compartían raza celestial debido a que eran producto de un padre divino y una madre humana…, o viceversa, reuniéndose en ellos cualidades, restricciones y poderes de ambas especies. A esa nueva raza híbrida se les llamaron semidioses, y se convirtieron, en su mayoría sin ellos proponerlo, en los brazos ejecutores de los dioses, en la cara descubierta de los mortales, en la diana perseguida por los demonios y titanes.

Pues bien, dicen que todo semidiós -al igual que el resto de la especie colega de los simples humanos- al morir, es presentado ante el tribunal del Inframundo presidido por Hades, donde cada instante, acción o presencia realizada a lo largo de su vida es analizada minuciosamente, para determinar si son dignos de alcanzar la linde de la Bienaventura, viviendo a salvo en el, o por lo contrario son condenados a cualquier otro castigo milenario, concordante con el agravio realizado antes de morir.

Así mismo, cuentan las leyendas -aunque estas versiones se asimilan más a las voces de los Oráculos- que un día, quizás dentro de treinta, cien o dos mil años después del inicio de la historia, del descubrimiento de la escritura, alguna de esas tantas almas regresaría a la Tierra, de vuelta al mundo de los vivos, para enmendar quien sabe que garrafal error hecho y retorcido a un cuerpo centenario atascado en el avance temporal, y así ganarse el perdón, la reconciliación sincera del corazón de una mortal. Y todo para, con ello, proteger al mundo de un inminente mal.

-…-…-…-

NT:

¿Y bien? ¿Qué os ha parecido el prólogo? ¡Espero que os haya gustado!

Intentaré actualizar semanalmente -siempre y cuando tenga reviews que me animen a seguir publicando- pero aun así puedo traeros prontito el primer cap... ¡Que ya se está horneando!