Lily era una chica poco común, no tenía amigos, se la pasaba leyendo y era una de las pocas que no sentían nada por el joven capitán del equipo de quidditch que se la pasaba coqueteándole y por lo cual muchas chicas la envidiaban, aunque ella consideraba esos coqueteos mas una molestia que un alago.
Luego de cenar Lily se dirigió al aula de encantamientos ya que había olvidado su libro en la mesa. Ya estaba cansada y lo único que quería era llegar a su cama sin cruzarse con Potter. Estaba deprimida, todos la trataban como una nerd y las chicas la trataban mal, sin mencionar que Severus la había dejado de lado e incluso insultado ante sus amigos de slyserin. Estaba desolada y con ganas de llorar.
Pero mientras volvía percibió algo. Una melodía en el aire era lenta y tranquila entonces comenzó a seguirla sintiendo la curiosidad que la caracterizaba por lo que la siguió hasta un aula que parecía vacía.
Entonces vio a un joven que estaba sentado de espaldas a ella con una guitarra en las manos y varios instrumentos a su alrededor mientras movía sus dedos para ejecutar las notas correctas.
Sobre la mesa que estaba junto a la puerta noto unos libros que decían:
"Defensa contra las artes oscuras: Nivel avanzado" o "Encantamientos avanzados".
Eran los mismos libros que usaba ella, pero había otros que no conocía pero que por su aspecto adivinaba que pertenecían a la biblioteca.
En ese momento se le resbalo su libro y el muchacho se levanto sobresaltado y le apunto con la varita dejando su guitarra en el suelo, a lo que ella se cubrió la cara con el libro que estaba sobre la mesa.
-¿Quien anda ahí?- Pregunto el joven mientras trataba de tranquilizarse, pero al ver que se trataba de una joven bajo su varita.
- No quise asustarte, lo siento- Dijo ella algo apenada.
- No paso nada lamento haberte apuntado con la varita es que me sorprendiste. –Se disculpo el joven mientras se acercaba a su visitante.- Me llamo Will mucho gusto .– Mientras dijo esto recogió el libro que se encontraba en el suelo.-
- Ah…yo .– Entonces Lily noto el rostro del joven que tenia frente a ella y noto que era muy atractivo, con un cabello negro ojos marrones y algo de barba lo que le daba a su rostro un aspecto más maduro.
-¿Sí? – Pregunto el ante el silencio de la joven.
Entonces ella reacciono.
AH me llamo Lily es un placer- dijo aseptando el libro que él le ofrecía. – Lamento haber entrado pero es que escuche la música y… bueno… me dio curiosidad.
Tranquila, no pasa nada. No acostumbro tener publico por eso me sorprendí. – Dijo el sonriendo cálidamente. – Ahora te recuerdo tú también eres de Griffindor.-
Si, si lo soy. –Dijo ella sorprendida de que el chico la reconociera.-
Si el profesor Flitwick y la profesora McGonagall hablan muy bien de ti.
Pero ella en vez de sentirse alagada por el comentario se entristeció, ya que ese cariño de los profesores por ella era una de las razones de su poca popularidad con sus compañeros.
¿Dije algo malo? –Pregunto el joven al notar la reacción de la bruja.
No, no solo que… tengo que irme lo siento- Dijo ella mientras se daba vuelta y avanzaba hacia la puerta.
ESPERA. – Le pidió el a lo que ella se detuvo, por lo que el siguió hablando. – Como te dije no acostumbro tener mucha compañía mientras toco y no encuentro alguien a quien le guste mi música todos los días. ¿Quieres quedarte un rato y hablamos un poco?.
¿Me estas invitando a que me quede? – Dijo ella sin poder creerlo, hasta ese momento nadie le había ofrecido eso a ella, la "TRAGALIBROS" como la llamaban. Y mucho menos un chico tan guapo y simpático.- ¿No te molesta?.
Para nada, sería un placer.- Respondió el mientras hacia una fingida reverencia a lo que ella respondió sonriendo divertida.
Al sentarse en medio de la sala ella noto la gran cantidad de instrumentos que había a su alrededor.
No entiendo, yo escuche varios instrumentos diferentes aparte de la guitarra que estabas tocando, entonces ¿Quién tocaba los otros?- Pregunto extrañada
Olvidas algo elemental mi querida Lily- Dijo el sonriendo ante la cara de desconcierto de la pelirroja- Este es un mundo mágico.
Entonces el movió su varita y todos los instrumentos empezaron a levitar y luego empezaron a invadir el aire con suaves melodías que llenaron de tranquilidad el alma de la joven que hasta ese momento se sentía tan sola.
No sospechaba que ese joven iba a cambiar por completo su vida.
