TAN SÓLO UN INSTANTE

¡Chicos! Hola :D ¿Qué es eso? Parece que alguien salió del hiatus… Así es, ¡por fin!

Esta vez, vengo con algo sumamente interesante. Algunos de ustedes habrán escuchado acerca del shipp Hiroguel o Higuel (HiroxMiguel)… bueno, pues este escrito trata específicamente de eso. Soy primeriza en el fandom y vine a dejar algo sencillo. Se me ocurrió mientras escuchaba una de mis canciones favoritas. Ya lo verán después.

De verdad, esta shipp 3 me inspiró taaaaanto que tenía que escribir algo relacionado con ello. Es una pareja maravillosa que descubrí por pura casualidad y me enamoré. Así de fácil. Amo con todo el corazón a Ureshi-san, porque por sus preciosos dibujos conocí esta maravillosa pareja. Así que este fic está dedicado a Ureshi 3 (pero no le digan, que me da penita).

Disclaimer: Los personajes de Big Hero 6 y de Coco no me pertenecen, pertenecen a Disney y a sus respectivos creadores. Sólo uso por afición y nada más.

NOTA: En este fic, los personajes principales (o sea, Hiro y Miguel) tienen +18 años. (Simplemente no puedo shipearlos de niños) Contenido +13 (por el momento), palabras vulgares/altisonantes, situaciones graciosas, angs (poquito), nada más XD

El primer capítulo es una especie de introducción, en el segundo comenzará lo chistoso y las situaciones Higuel.

Fin del comunicado. Ahora, a leer :p ;)

CAPÍTULO 1: MÚSICA, CIENCIA Y DESASTRE.

POV HIRO

Desde que tengo memoria siempre quise obrar bien. Sé que me he frustrado muchas veces en mi vida, pero deseo alcanzar la plenitud como cualquier otro ser humano. Simplemente quiero ser feliz.

Parte de esa felicidad se fue cuando mi hermano murió. Él quería ayudar a las personas y por eso creó a Baymax, y yo… quise seguir con ese sueño. Desde que detuvimos al profesor Callaghan, nos dedicamos a salvar la ciudad por un tiempo. Todos en San Fransokio nos conocían, y nos mostraban mucho respeto.

El problema comenzó cuando fallamos por primera vez en una misión.

Fue un incendio. Todos debíamos sacar a las personas de la bodega donde se encontraban encerradas. Con ayuda de mis amigos y de Baymax, tratamos de salvar a todos. Sin embargo, algo malo sucedió.

Un soporte de la bodega colapsó y me dejó atrapado junto con otras personas. Traté de salir, empezaba a asfixiarme con el humo y el fuego alcanzó parte de mi traje. Fue entonces que me paralicé. Ya no escuchaba los gritos desesperados de mis amigos, ni tampoco escuchaba las sirenas de las ambulancias ni a la policía.

Recordé en ese instante a mi hermano. Por un momento, tan sólo un momento… me imaginé que podría morir. Ya casi no tenía esperanza de sobrevivir. Las opciones se acabaron cuando sentí un fuerte dolor en la cabeza. ¿Qué sucedió después de eso?

Desperté en el hospital, Baymax estaba monitoreando mis signos vitales y mis amigos, junto con una preocupada tía Cass me miraban expectantes.

Todos corrieron a abrazarme de inmediato. Al parecer había sufrido quemaduras de 1° y 2° grado. Me alegré de estar vivo.

Pero…

Nos enteramos que a pesar de nuestro esfuerzo, al menos cinco personas murieron en ese incendio. Dos en el hospital y tres en la bodega.

Cuando Honey Lemon me dio esa noticia, pude ver los ojos de todos llenos de lágrimas y su mirada de frustración e incapacidad. Era la primera vez que fallábamos en algo tan importante. Era la primera vez que no pudimos salvar a la gente.

Les dije que quería dormir un poco más y ellos lo entendieron. Salieron del cuarto y escuché cómo discutían

—Demonios, ¿qué le diremos a los familiares?

—No fue culpa nuestra…

—Claro que sí, era nuestra RESPONSABILIDAD salvarlos. Pusieron su vida en nuestras manos y las dejamos ir

—A todos los héroes de los comics les sucedió algo similar.

—Pero esto no es un maldito cómic, esto es la vida real, ¿Qué pretendíamos?

—Cállate, Hiro puede despertar

—Él ya lo sabe, sabe que ese colapso le costó la vida a cinco personas.

—Sabía que esto era una mala idea

—Entonces, si sabías que era una mala idea ¿Por qué seguiste con esto? ¿Qué pensabas? ¿Qué ser un héroe era fácil?

—Claro que no. Escucha Gogo: Sabemos que esto es terrible. Nunca pensamos en ser héroes. Nunca pensé que podía cargar con tanta responsabilidad. Soy consciente de eso… y por eso mismo, quiero renunciar a esto.

—Wasabi… piensa las cosas con cuidado.

—Honey, no hay nada más que pensar. Somos los héroes. Somos quienes deben salvar a las personas. Ellos ponen su vida en nuestras manos, por eso no debe haber margen de error. Pero también somos humanos. Y no puedo más con esta culpa.

—Entonces ¿qué sucederá con el equipo?

—Se acabó, Fred, no podemos ser superhéroes

—Nunca pretendimos serlo.

—Chicos, vamos. Debemos tomar esto con calma

— ¿Calma? Si no fuera por ese incendio, Hiro no estaría en éste hospital, perdimos tiempo al buscarlo y por eso no pudimos salvar a los demás.

—Y si no fuera por nosotros, Hiro ya no estaría vivo…

—Me asusté tanto, chicos. Por un momento creí que perdíamos a nuestro amigo.

—Descuida. Ya pasó todo. Pero tendremos problemas legales muy pronto.

Las voces de mis amigos se fueron apagando poco a poco mientras caminaban por el pasillo. Y la culpa en mí fue creciendo.

Entonces lo comprendí. ¿Acaso ellos prefirieron salvarme a mí, antes que a esas personas?

Comenzaron a cuestionar nuestra capacidad, asistimos a un juicio donde los familiares de las personas nos acusaron de negligencia. Yo tenía en ese entonces 16 años, y me juzgaron como si fuera un adulto. Nos dieron como sentencia un "descanso forzado", es decir, no podíamos usar los trajes ni desarrollar más equipos de combate. Como única condición para no enviarnos a la cárcel nos pidieron que el equipo se desintegrara.

Tuvimos que volvernos lo que siempre fuimos. Estudiantes de la Universidad.

No pude ser el mismo. No pude regresar a las misiones. No pudimos ser los superhéroes de San Fransokio nunca más. Simplemente nos dedicamos a estudiar.

Ya con 18 años recién cumplidos, estoy estudiando una maestría para poder desarrollar nuevo equipo de salvamento y protección. Los chicos y yo supimos dejar el pasado atrás y nunca más mencionamos nada acerca de "Los Grandes Héroes". Nuestras vidas se tornaron tranquilas y "normales". Mi mundo giraba y giraba en torno a la Universidad y mis amigos.

Hasta que mi vida dio un giro tan inesperado que nada se le compara, excepto cuando decidimos volvernos superhéroes…

Un día, estaba compitiendo con otros estudiantes de Mecatrónica para demostrar que robot era el más resistente en una pelea. Obviamente, mi robot ganó sin problemas. Era demasiado fácil (sí, aún me involucraba en apuestas ilegales. Era mi vicio y no podía dejarlo. Además, me proporcionaba más dinero). Observé sus diseños y les dije en qué podían mejorar o qué debían corregir. Me felicitaron por ser un genio (les juro que no hay otra palabra que me describe) y se fueron.

Yo me dirigía al comedor cuando vi un grupo de chicos bailando y cantando algo en español. No me hubiera sorprendido si no fuera por la cantidad de gente que comenzó a acumularse alrededor de ese grupo. No veía muy bien quién estaba cantando, pero reconocí un único instrumento: una guitarra. Debo admitir que la persona que estaba tocando lo hacía muy bien, pero no me interesó unirme a esa muchedumbre.

¿Por eso hacían tanto escándalo? ¿Por un tipo o tipa tocando una guitarra? Sólo me mofé y busqué a mis amigos, pero no los encontré. Se suponía que iban a estar ahí a esa hora ¿ya se habrían ido? ¿SIN AVISARME?

Me compré una pizza y decidí llamarlos. Marqué el teléfono de Honey y me contestó algo animada

¡Hola, Hiro! ¿Qué sucede?

—Se supone que iban a estar en el comedor para desayunar todos juntos. ¿Dónde están?—Algo me impedía escuchar lo que mi amiga decía— ¡Demonios, Honey! ¿Me escuchas?—No era la señal, eran los gritos eufóricos que me reventaban los oídos.

No realmente Hiro, estamos al lado del campus central, donde todos están escuchando a un joven apuesto.

— ¿Qué? ¿Dónde está toda esa bola de gente?—Bien, no me podía ir mejor.

Tú ven, créeme, no te vas a arrepentir.

—Está bien. Adiós— Tome mi pizza y me dirigí al campus central con fastidio. No entendía como una sola persona podía llamar tanto la atención. Bueno, yo lo hice cuando gané el concurso de ingreso, pero me mortificaba la idea de acercarme a esa multitud.

Cuando llegué al campus, me costó abrirme paso entre todos los estudiantes que escuchaban encantados a ese chico.

Pude visualizar a Honey y traté de llamar su atención. Pero ellos estaban hasta el centro de ese círculo muy atentos y divertidos. A gritos, insultos y empujones pude abrirme paso por completo entre todos y llegar hasta el frente.

Fue ahí cuando lo vi por primera vez…

PERO, COMO SOY YO, no le di importancia. Pasé de largo, apresurándome y tropezándome tanto, que me caí cerca del cantante.

Ese chico estaba tan concentrado que ni siquiera volteó a verme, o eso pensé en ese momento. Pude observar con cierta dificultad a ese chico: moreno, alto, con un rostro bastante atractivo y con una sonrisa de ensueño. Estaba tocando la guitarra, animando a todos. Entonaba con maestría una melodía mexicana, y tocaba con una habilidad envidiable.

Como pude me levanté y me dirigí con mis amigos. Gogo estaba que se moría de la risa por mi caída. Iba corriendo hacia ellos cuando ese chico comenzó a caminar de espaldas y choco contra mí mientras todavía tocaba. Sin perder la concentración en la melodía nos miramos y sólo me sonrió. ¿También tenía un diente separado? Se disculpó y me dio el paso. Cuando terminó su interpretación, recibió un fuerte aplauso y el grito de todos pidiendo una nueva canción.

El chico estaba encantado, dio las gracias y comenzó con otra melodía.

Me acomodé junto a mis amigos para mirar el show improvisado. Esa canción era tan movida, que aunque nadie sabía cómo bailar ese tipo de música, comenzaron a elogiarlo. Admito que cantaba muy bien. Era muy diferente a todo lo que había escuchado antes.

Sinceramente, me gustó el espectáculo, pero tenía que irme a mi siguiente clase junto con los chicos. Tuvimos que retirarnos de ahí, a pesar de la insistencia de Honey por seguir escuchando a ese muchacho.

Ese día transcurrió sin ninguna complejidad. Era siempre lo mismo desde hace tres años. Ya tengo 18 y a ésta edad, comenzaba a aburrirme con mucha facilidad. Mis amigos iban a otros lugares a divertirse mientras yo prefería trabajar en el siguiente proyecto que íbamos a presentar ante el jurado del Concurso de San Fransokio en la modalidad de robótica; ellos me decían que dejara de trabajar por un momento y fuera con ellos.

En otro momento quizá hubiera aceptado, pero no me sentía bien por una simple razón: El aniversario luctuoso de Tadashi se acercaba y lo que menos quería era que me vieran en un estado deplorable… como cada año. Desde que dejamos de ser héroes, ya no había tantas distracciones, el estar en casa con Tía Cass me recordaba tanto a mi hermano que preferí mudarme a los dormitorios de la Universidad, mi vida volvió a dar un giro inesperado y todo cambió drásticamente. No me gustan mucho esos cambios tan bruscos, pero te tienes que adaptar para sobrevivir.

Me fui a la cama, pensando en eso. Mire la vieja armadura que Baymax usaba y cerré los ojos por el cansancio, Al día siguiente debía levantarme temprano y arreglarme para presentarle el prototipo y los planos del proyecto al profesor Steve Reynolds, nuestro asesor, a primera hora de clases, es decir, a las 8:00 am. Mezclando todo ello más el carácter difícil del asesor y mis nervios al presentarle el proyecto, iba a ser un día muy duro…

Cuando amaneció, me percaté de que no puse la alarma, o quizá lo hice, pero como siempre, la ignoré. Joder. Debería instalar en Baymax un dispositivo similar, o crear algo que me despierte a tiempo.

Me rasqué los ojos con mucha pereza, fui al baño y me lavé los dientes. Me estaba cambiando cuando vi mi celular para corroborar que iba con tiempo a clase. Oh bien, eran las 7:50 am…

Dejé el celular a un costado del buró y volví a acurrucarme en mi cama, pero mi cerebro hizo ¡CLICK! Y comenzó a procesar todo correctamente. ¡JODER! ¡MIERDAMIERDAMIERDAMIERDAMIERDA! ¡10 minutos! ¡Y TENÍA CLASE AL OTRO LADO DE LA UNIVERSIDAD!

Salté de la cama, me puse los zapatos a la velocidad de la luz, tomé los planos con una mano, con la otra cargué el pesado prototipo y mi mochila, mientras iba buscando unos ositos de goma que tenía guardados en mi mochila.

Salí corriendo del edificio, tratando de no chocar con los alumnos o profesores con los que me encontraba. Mi celular comenzó a sonar incesantemente, maniobré para contestar y una molesta Gogo me gritoneó del otro lado del auricular.

Iba discutiendo con mi amiga acerca de mi puntualidad. Tenía que haber llegado a las 7:00 para preparar todo el material y presentárselo al Dr. Reynolds a las 8:00. Gogo colgó y mi mente estaba colapsando. Si llegaba tarde una vez más, el Dr. Steve se molestaría con nosotros y nuestro proyecto no iría al concurso.

¡No, por favor, no! Y tanto que me había esforzado trazando los planos e ideando la estructura perfecta para el prototipo.

Iba tan ensimismado en mis pensamientos apocalípticos cuando choqué con alguien de camino al Edificio de Robótica.

Todas mis cosas se esparcieron por el suelo y el prototipo me aplastó las manos intentando salvarlo. ¡¿ACASO TANTO ME ODIABA EL UNIVERSO?!

Ya me estaba dando por vencido cuando el hombre que chocó contra mí me ayudó a levantarme.

— ¡Cielos! ¿Estás bien?—Me giré para insultarlo y decirle hasta de lo que se iba a morir, pero deserté de esa idea. Mis nervios y estrés no me lo permitieron. Había visto a ese chico antes, pero no sé en dónde.

—Si, si, si. Estoy bien—Como si fuera un rayo, traté de alzar todos los planos que llevaba. El otro chico empezó a levantarlos planos. Miré los planos, estaban arrugados y algo sucios.

—De verdad lo siento—El chico estaba siendo sincero, pero yo le recriminé enseguida.

— ¡Pues deberías! ¡Fíjate por dónde carajos vas!—Mire el celular, marcaba las 7:55, tenía 5 minutos para llegar hasta allá. No lo iba a lograr…

—Oye— El moreno me miró con molestia—Ya me disculpé contigo.

— ¡Joder, es tarde! Por favor, dame eso, tengo clase importante y ya no me puedo retrasar—Tomé el prototipo con ambas manos, se me estaba cayendo por el dolor de dedos.

—Si quieres puedo ayudarte con tus cosas—Lo iba a mandar al carajo, pero no me convenía. Asi que accedí.

— ¡Si, pero debo correr! ¡Si puedes seguirme el paso, adelante!— Emprendí la marcha y corrí como nunca antes. El extraño iba detrás de mí, abrazando los planos y ensuciándose con ellos. Al menos iban a perder algo de suciedad. Vaya, corría más rápido que yo.

— ¿En dónde queda tu aula?—Me preguntó exaltado.

—En el cuarto piso, los elevadores no sirven desde el semestre pasado. Tengo menos de cuatro minutos para llegar hasta allá y menos de un minuto para ordenar todo—Mi colapso nervioso ya me estaba provocando estragos. Pero la mirada decidida de ese chico me calmó… hasta cierto punto

—Bien, entonces, hagámoslo—El extraño aceleró el paso y lo seguí. Le indiqué el edificio, subimos las escaleras, llegamos al aula donde estaban todos con las demás partes del proyecto. El chico acomodó todos los planos en orden (qué bueno que los enumeré), PERO MIERDA eran como 30 planos de un metro cada uno, no sabía si ese chico iba a colocarlos bien o se confundiría, pero eso ya era lo de menos, me preocupé más por colocar mi parte del prototipo para ensamblarlo con las piezas restantes

A las 8:02 am el profesor entró por la puerta

—Buenos días jóvenes. Hoy vengo a supervisar al equipo de Hamada ¿Cierto?

—Ah, sí señor. Y-yo soy Hiro Ham-Hamada.

-Tranquilicen a su compañero, chicos. No seré tan exigente con ustedes. Ya hemos pasado por esto. Bien, tienen 20 minutos para explicarme la investigación y los resultados del prototipo. Comiencen.

Y comenzó la prueba más difícil. Mi fuerte no era exponer, pero el primer expositor era yo, Me estaban dominando los nervios, pero vi al extraño haciéndome un ademán con las manos.

"Respira"

Es cierto… Tadashi lo había dicho antes. Inhalé profundamente tratando de tranquilizarme, y empecé a hablar.

20 minutos después, Wasabi finalizaba con una magnifica conclusión. El profesor quedó maravillado y comenzó a aplaudir.

—Su trabajo fue excelente. Hay que pulir algunos detalles, como la presentación, joven Hamada, pero independientemente de eso, todo estuvo en perfectas condiciones. Voy a mandar su proyecto al Concurso y les comunicaré los resultados después.

—Gracias, Dr. Reynolds.

Cuando el asesor se fue, comenzamos a celebrar de verdad. Felicitándonos mutuamente y elogiando nuestro trabajo… aunque, creo que olvidaba algo.

El chico extraño se acercó y dijo muy emocionado

—¡Wow! Chicos, déjenme decirles que de verdad me impresionaron. ¡Felicidades a cada uno! Y tú, chino, te la rifaste bien chido— ¿Qué? ¿Cómo que chino? ¿Se refería a mí?

El moreno se acercó y me abrazó con algo de fuerza… ¡Pero qué confianza, y nos acabamos de conocer!

No pude zafarme del abrazo con facilidad, pero cuando me soltó, todos se quedaron sorprendidos. No dejaban de ver al chico de al lado ni a mí ¿Acaso tenía algo en la cara? ¿Por eso el profesor me llamó la atención?

—No puede ser—Exclamó Honey— ¡Tú eres el chico que estaba cantando ayer en el campus central! ¡Eres el joven de la guitarra!

—Chico, tienes un gran talento. Por favor, firma éste pedazo de papel, necesito un autógrafo tuyo—Wasabi le enseñó el plano más cercano

—Oye ¿cuándo vas a cantar para nosotros de nuevo?—Era raro que Gogo estuviera tan interesada en alguien que apenas conocía.

— ¡Mucho gusto! Lamento no haberme presentado como es debido. Mi nombre es Miguel Rivera, y soy estudiante de intercambio—Nos tendió la mano de forma amigable.

—Bienvenido a San Fransokio, Miguel. Mi nombre es_, pero me llaman Honey Lemon, ellos son Gogo, Wasabi… ¡Oh! El que acaba de entrar es Fred, y bueno, creo que ya conoces a Hiro Hamada—Cada uno estrechó la mano de Miguel. Él no parecía tan incómodo al socializar con nuevas personas

—¿Qué onda hermano? Un gusto en concerté, no había visto desde hace un buen tiempo a los estudiantes de intercambio, ¡genial!, eres extranjero—Fred lo abrazó de un hombro,

—Sí, soy mexicano. Me gané una beca de intercambio estudiantil hasta terminar mi carrera en ésta ciudad, ya que aquí está la única universidad que imparte la carrera que escogí.

—Por cierto, ¿qué estás estudiando?—Pregunto Wasabi

—Sonará raro, pero estoy estudiando la Licenciatura en Música Me…—Bien, eso sí me sorprendió tanto que interrumpí a Miguel.

— ¿Qué? ¿SE IMPARTE MÚSICA EN ÉSTA UNIVERSIDAD?

—Hiro, el Edificio de música está al otro lado del campus. Ya llevas cuatro años y ¿apenas te enteras?

—Pero no he visto a ningún estudiante de música—Miguel sonrió un poco apenado y respondió a mi incógnita.

—Es porque están tan ocupados como ustedes. Ya saben, practicando, en clases, leyendo partituras, practicando de nuevo. Además, no es raro que no conozcas a ninguno, en ésta generación hay muy pocos estudiantes de música… somos dieciocho en total— Todos estaban interesadísimos en lo que "Miguel" decía, y él comenzó a explicarles todo lo referente a su carrera.

Mientras Miguel hablaba, Fred se acercó y me susurró por lo bajo:

—¡Hiro! ¿Por qué no nos dijiste que conocías al chico con más talento de la universidad de San Fransokio?— Debo admitir que me molestó lo que dijo y le contesté de una forma muy brusca

— ¿Qué dijiste, Fred? ¿El mayor talento de esta universidad? No bromees por favor. Miguel podrá ser un buen músico, pero si hablamos de talento ¿dónde quedamos nosotros? — Todos se callaron de repente. Vi que Miguel estaba sorprendido y… ¿dolido? con lo que dije pero no me detuve por eso —No olvides que el principal objetivo de ésta universidad es impulsar a los estudiantes para expandir las leyes de las Ciencias, no de las Artes. Entonces no puedes darte el lujo de decir tal barbaridad.

—Oye Hiro, cálmate. Sólo era una opinión—Wasabi me regañó.

—Entiendo que te desconcierte todo esto, Hiro, pero yo soy el único estudiante de esa carrera. La crearon hace poco tiempo y no quiero presumir, pero llevo excelentes notas en Música Mexicana. Ésta carrera sólo está en San Fransokio, luché bastante para llegar hasta acá y no me daré por vencido. Quiero ser músico profesional, quiero regresar a mi tierra, que el apellido Rivera se enaltezca por medio de la música… ese es mi sueño y lucharé por ello.

Se veía muy animado, decían que los mexicanos tenían un alma noble y un corazón muy bravo, y ese chico confirmaba la teoría. Aun así, debía ayudarlo a ser realista.

—Piensa lo que quieras, Miguel. Pero creo que estás soñando demasiado. La música no es tan importante en ésta Universidad, en cambio, la robótica lo es.

— ¡Hiro!—Todos gritaron, intentando detenerme, pero ya saben que puedo ser un poco impertinente en algunas ocasiones.

—Por favor chicos, saben que lo que digo es verdad, un músico apenas si puede sobrevivir en una universidad de científicos o inventores—Iba de un lado a otro, algo nervioso por la mirada asesina de Miguel y por esa aura que desprendía. Sentí escalofríos al verlo tan enojado.

— ¿Qué dices? Por dios, todas las carreras son importantes, todas las personas son importantes para éste lugar. Quizá puedes ser un genio, pero eso no te da derecho a desprestigiar lo que NO HACES—Miguel bufaba con enojo.

—Si, sí, lo que digas Miguel. Pero apostaría mi cerebro a que la Universidad no lo considera así. Ese es mi juicio: La música no es importante, la robótica lo es.

¿Qué me estaba pasando? Yo no soy así, no era un idiota, pero me estaba comportando como tal. Me sentía avergonzado, pero no me iba a doblegar por ÉL, no iba a ceder en ningún ámbito. Me puse peor cuando vi que Miguel se erguía, se plantó frente a mí, cruzando los brazos y me contestó con mucha seguridad:

—Oh, ¿así que eso piensas, Hiro?—Me miro con seriedad—Escucha… Puedes meterte con lo que quieras, menos con mi familia y con la música. Te demostraré que puedo sobrevivir en éste lugar. Y te diré algo más, que te quede bien claro: No soy de los que hablan y hablan y no hacen nada. Soy testarudo y MUY AFERRADO. Cuando algo me gusta lo tomo MUY ENSERIO—La mirada de Miguel echaba chispas. Por un momento creí que estaba a punto de golpearme

Me puso los pelos de punta. A pesar de eso, le respondí de la forma más tranquila que pude

—No me asustas Miguel. Quizá seas un buen músico, pero no se compara con lo que mi equipo hace: Salvamos personas. Trabajamos en robots que ayudan a preservar y proteger la vida. Siendo realistas, ninguno de nosotros tiene la respuesta sobre qué es más importante, si la música o la robótica, pero la Universidad sí la tiene. ¿Te parece si hacemos una apuesta formal?

Todos en el aula nos miraban expectantes. Honey se apresuró en interponerse entre nosotros y trató de calmarnos

—Chicos, cálmense, ya no están carburando bien—La tensión en el ambiente no disminuía con nada.

— No te preocupes Honey—le dijo Miguel—me gustan los retos, y el chino me ha puesto uno. No me echaré para atrás. Soy un hombre de palabra.

—Me gustan tus agallas, Miguel.

—Ya lo verás, te haré cambiar de opinión, pinche chino. Entonces ¿Qué quieres perder?

Sonreí con algo de malicia. El pobre chico no sabía en lo que se estaba metiendo, (sincerándome… yo tampoco sabía lo que me esperaba).

—El que perderá, eres tú. Ésta es mi propuesta: Si demuestro que la robótica es más importante que la música para la universidad, tú serás mi ayudante por tiempo indefinido.

—Si quieres, pero si yo gano, tú… tendrás que cantar una canción en frente de todos, y entrar a algunas clases, para que compruebes que la música puede ser tan difícil como la robótica.

— ¡Pues bien! Comenzaré a escribir un contrato. Ambos tenemos que firmarlo. Pero será difícil que la Universidad nos ayude a demostrar nuestros objetivos ¿cómo sabremos qué es mejor? Se involucran demasiados aspectos.

— No puede ser a nivel global. Pero tengo una idea. Escucha… Hagamos esto más personal. yo también me postularé para ir al Concurso de San Fransokio, en la rama que me corresponde. Si yo obtengo una calificación más elevada que tú y tu proyecto, y de paso, si logro impresionarte, yo gano. Sin embargo, si tú obtienes una mejor calificación que yo en la demostración, tú ganas. ¿Entendido?

—Acepto, Miguel. Pero te advierto que soy una persona difícil de impresionar.

Activé mi laptop portátil y comencé a escribir lo siguiente:

APUESTA NO. 16397

YO, HIRO HAMADA, TRATARÉ DE DEMOSTRAR QUE LA ROBÓTICA ES MÁS RELEVANTE QUE LA MÚSICA EN LA UNIVERSIDAD DE SAN FRANSOKIO. DE COMPROBARLO, EL SR. MIGUEL RIVERA DEBERÁ SER MI AYUDANTE/ESCLAVO INCONDICIONAL POR TIEMPO INDEFINIDO.

EN CAMBIO, SI EL SR. MIGUEL RIVERA DETERMINA Y COMPRUEBA QUE LA MÚSICA ES MÁS IMPORTANTE PARA LA UNIVERSIDAD, YO ACEPTARÉ CANTAR UNA CANCIÓN (IMPUESTA POR EL SR. RIVERA) FRENTE A TODO EL ALUMNADO, ADEMÁS DE ENTRAR A CLASES RELACIONADAS.

EL GANADOR SERÁ AQUÉL QUE OBTENGA UNA CALIFICACIÓN MÁS ALTA QUE SU CONTRINCANTE EN EL CONCURSO QUE SE LLEVARÁ A CABO EN LAS INSTALACIONES DE LA UNIVERSIDAD DENTRO DE DOS MESES.

UNA VEZ HECHO EL TRATO, NO PUEDE DISOLVERSE NI "ECHARSE PARA ATRÁS" (ANOTADO POR RIVERA)

SI UNA DE LAS DOS PARTES DECIDE DESERTAR, SE TOMARÁ COMO DERROTA Y POR LO TANTO, SE PONDRÁ A DISPOSICIÓN DE SU OPONENTE.

FIRMA DE MIGUEL RIVERA:

FIRMA DE HIRO HAMADA:

—No entiendo tu léxico, mexicano

—Yo me entiendo sólo, chino

—Oye, no soy chino, soy mitad japonés

— Te pareces a la mitad de Asia, entonces no veo la diferencia.

Los demás comenzaron a carcajearse después de todo ese espectáculo e intercambio de opiniones. Ambos firmaron y se dieron la mano como un acuerdo final.

—Bien Rivera. Tenemos un trato. Prepárate, porque no habrá nada que me detenga.

—A mí tampoco, pinche chino—Miguel sonrió con suficiencia mientras miraba su reloj. De un momento a otro, su sonrisa se desvaneció y su rostro se desfiguró por completo.

— ¡RAYOS! ¡TENIA CLASE DESDE HACE MEDIA HORA! ¡Demoniooooos! ¡Y ES SOLFEO!—Miguel se jaló los cabellos y se pasó las manos por el rostro.

—Y empezamos muy bien. Es un pronóstico de que te ganaré, Miguel.

—Gracias por tu apoyo y por hacerme sentir mejor—Dijo con sarcasmo— Todavía que me disculpé por la caída, te ayude con tus planos y me quedé a observar su exposición, me haces sentir mal y me gané una desvalorización a mi esfuerzo. Ni siquiera me diste las gracias de que te salvé de llegar tarde… Que mala persona eres.

Alto ahí, no era mala persona. En eso Miguel tenía algo de razón. Me costó trabajo asimilar que de verdad estaba comportándome como un grosero, y traté de redimirlo, aunque no me parecía del todo.

—Ah, lo siento Miguel. Gracias por ayudarme. Pero no por eso desertaré de la apuesta.

— Bueno. Me quedo con eso—Sonrió con sinceridad tomó sus cosas, miró a los chicos y se despidió de ellos—Me tengo que ir, ya no puedo llegar tarde a las siguientes clases. Nos vemos pronto. ¡Bye! Y adiós, chino de pelos alborotados.

—¡Oye! ¡Ya te dije que soy japonés!— Estúpido, parecía que tenía cabeza de teflón. Él solo se rió un poco y con un tonito burlón me respondió.

—No importa. "Sea chino o japonés, el que tiene cara de tarado lo es"—Salió por la puerta y dijo "adiós" con la mano.

No sabía hablar español, de hecho, no le entendí nada. La única que sabía era Honey. Supuse que era algo muy gracioso, porque se empezó a reir descontroladamente.

—Wow Honey, respira. ¿Qué fue lo que dijo?

— Jajajajajaja, ay Hiro, jajajajaja—Le tomó algo de tiempo recomponerse y por fin nos explicó.

Todos estallaron en carcajadas y yo me puse rojo por la ira ¡Maldito mexicano!

Esa apuesta debía ganarla, no importaba el precio…

Pensaba que esa apuesta no era mala, al contrario, que me traería bastantes satisfacciones. Pero a veces, las cosas no salen como las esperas, menos cuando tratas de comparar la ciencia y la música. Algo me decía que esto iba a terminar en un desastre inminente…

NOTA: ¡BIEEEEEEEN! Espero que haya sido de su agrado. Me costó bastante terminarlo, porque no sabía que iban a apostar ni las condiciones de la apuesta. Y dios, tuve que aguantarme las ganas de que Miguel comenzara a besar a Hiro en el primer capítulo. Prometo que esto se pondrá más interesante. Esperen el siguiente capítulo, que ahora sí se viene lo chido 7u7r les dejo un adelanto:

"Miguel se acercó a mí, la canción bajó un poco de ritmo. Se acercó despacio, me tomó de la barbilla y me cantó el último verso.

Cuando sentí su aliento pegando un poco en mi rostro, cerré los ojos esperando algo…"

Sólo diré eso xD muajajaja, soy maldad pura. Pero me siento feliz de que por fin salí del hiatus.

¡Oh! Tengo preparadas unas historias de SnK con temática Ereri/Riren. Denme algo de tiempo para poder terminarlos y subirlos xD porque Only Darkness es algo irresponsable y no sube un fic largo sin terminar con todos los capítulos primero. Es por consideración a ustedes y para no dejarlos/as esperando taaaaaaaaanto tiempo.

Bien, cuéntenme qué les pareció en lo comentarios 3 si les gustó, no les gustó, qué creen que pasará en un futuro no muy lejano:¿Qué sucederá con nuestros protas? ¿ganará Miguel? ¿Ganará Hiro? ¿Perderán los dos?, etc xD.

¡Nos vemos en el próximo cap! ¡Los quiero!