Disclaimer: los personjes no me pertencen, son y serán siempre de SM, a menos que me los regale de cumpleaños:B la historia es mia y espero les guste.
EL COMIENZO DE UN SEGUNDO AÑO
El aire frío se colaba por una de las grandes ventanas del castillo y escuela RSI. Era invierno al medio día en Surrey, un pequeño pueblo a las afueras de Londres, lugar donde se habían criado los Swan por ya varias generaciones. Como todos los días, el cielo estaba nublado y se pronosticaba lluvia para el atardecer; eso no impedía que los alumnos no llegaran a tiempo al colegio.
Isabella o Bella, como comúnmente era llamada por sus familiares o amigos cercanos, se encontraba durmiendo recostada frente a la ventana hasta que sintió un escalofrió proveniente de esta. Se despertó abruptamente retirándose de la cara los delgados cabellos color chocolate que enmarcaban con inocencia su joven rostro; se puso de pie y peleó con fuerza hasta lograr poner el cerrojo al cristal.
Era un día común en el internado Reynolds Sytler Institute, o como era más conocido el RSI, los alumnos paseaban por los pasillos con sus pesados equipajes maldiciendo que las clases hayan comenzado. Algunos se sentían agradecidos por ser su ultimo año ahí, otros, con nervios, se enfrentaban al primer ciclo escolar en la institución, pero para Bella no tenía nada de importante, su segundo año estaba comenzando y que mejor manera de empezar que haberse quedado dormida en un corredor.
La muchacha miró de reojo el reloj de pared en forma ovalada y se dio un grave regaño interno. Se alació el ya arrugado uniforme femenil que constaba de una falda azul a cuadros hasta la rodilla y una blusa blanca tipo polo con el emblema " La educación es primordial para el mañana de los jóvenes" , la misma frase que usaba siempre el Profesor Reynold , fundador del internado ingles.
No cualquiera entraba a esa costosa escuela, no, solo las mejores familias tenían acceso a un lugar en ella; los Swan habían tenido a un único miembro, Charles Eleazar Swan, en ese colegio ya hace más de cuatro generaciones y era un prestigio para los padres de Isabella que su única hija fuera seleccionada para continuar sus estudios en el RSI. Si, seleccionada porque el Reynolds Sytler Institute elegía a los mejores estudiantes de toda Gran Bretaña, no como en las escuelas públicas a las que el mundo entero tiene fácil acceso, la escuela hacia sus elecciones.
Calzándose los zapatos con deliberada rapidez salió sin siquiera meterse un peine por su castaña cabellera. Se preguntó que debía hacer ahora, todos los jóvenes pasaban a lo que parecía el auditorio principal; ella decidió imitarlos. Al llegar tomo un asiento en las primeras filas; nunca se le habían hecho muy modernas esas butacas de tela roja y fierros negros, más bien le parecían anticuadas para la época pero la escuela había sido construida mucho tiempo atrás.
Una jovencita rubia de cabellos largos y rizados se sentó a su lado sonriente. Bella la saludó calurosamente, Rosalie Hale había estado con ella el pasado año y se habían hecho inseparables. Eran como mugre y uña; como la sal en el mar; como las estrellas en el cielo de noche. Simplemente eran las mejores amigas.
— ¿Me he perdido algo? —dijo con voz melosa, era obvio que a alguien también se le había olvidado poner un despertador.
—No, ni siquiera ha salido Rey—Rey, así era como le llamaban al estricto maestro.
Un hombre con calvicie en la mayor parte de su canosa cabeza entró por uno de los lados del escenario, tomó un micrófono y silenció a la gran mayoría de los alumnos.
—Buenas tardes alumnos del RSI, me es grato darles la bienvenida en este nuevo ciclo escolar 2011 de las misma manera que me es anunciarles que el director Reynolds Tercero me ha cedido el lugar como director de este prestigioso instituto — comenzaron a escucharse murmullos y quejas pero el maestro acertó en cómo detenerlas—Soy el profesor Tyler Lutz, y seré su asesor en cualquier circunstancia…
Bella concentrada en observar las uñas de acrílico que le habían puesto a Rosalie en el verano, no prestaba gran parte de su atención en saber lo nuevo del internado. Ni mucho menos se percataba de que había tres jóvenes detrás del tipo del micrófono.
—Son geniales ¿no? —le preguntó Rose sobre las uñas.
—Sí, ¿Quién te las ha puesto?...La señorita Helen te matara si las ve; ya me imagino su discurso—menciono.
—No tiene porque verlas.
—Y como ya he mencionado antes—continuaba el nuevo director—las habitaciones serán asignadas por la profesora Grace en la biblioteca antes de las tres de la tarde. También habrá nuevas reglas en cuanto a los horarios; se les entregara una copia del nuevo reglamento en cuanto se les de su ficha de habitación. Con esto, damos por finalizada la primera asamblea; pueden retirarse a los corredores y comenzar a buscar su asignación en la ya dicha biblioteca.
Los cientos de alumnos se pusieron de pie y formaron una ordenada fila para salir; varios tomaron sus maletas y se dirigieron a la aula de libros, mientras que otros prefirieron esperar a sus demás amigos.
Rose se sentó en una de sus moradas maletas e invito a Bella a esperar a su amor platónico: Alec y su hermano Demetri Vulturi.
— ¿Enserio crees que volverán este año? —preguntó Bella a la rubia con interés.
—Tienen que hacerlo; bueno se supone que este castillo es la mejor escuela, ¿cierto?
—De Gran Bretaña, no de Italia—dijo muy segura Isabella.
—Como sea, en el verano cuando estuve en casa le mande varios mensajes por el móvil y me aseguro que estaría de nuevo.
—Y tú te crees todo.
—Ya vas a empezar a estar amargada, Swan.
No es que Bella estuviera amargada o enojada con la vida, ella era mucho más realista que Rose a sus 16 años de edad, toda su vida había estado en colegios a tiempo completo por el hecho de que sus padres viajaran demasiado y eso la había hecho madurar; en cambio Los Hale eran más sencillos y venían de una familia humilde aunque muy adinerada. Aunque Rosalie y su gemelo Jasper no tenían sencillez por sus venas.
Isabella solo rodó los ojos ante el comentario de su amiga.
— ¿Y qué hiciste en vacaciones, Bella? —preguntó Rose sacando un tema al azar.
—Nada interesante; visite a mis abuelos en Francia. ¿Y tú?
Rosalie se puso de pie y comenzó a recordar todo lo que había hecho ese año.
—Fui con mis papas a Ontario.
— ¿Y eso donde queda? —menciono Bella sin mucha importancia. — ¿Canadá?
—Sí; estuvimos tan cerca de ir a los Estados Unidos…pero a mamá le dieron sus ataques de adicción al trabajo que papá no tolera, así que regresamos a Londres. Después Jasper y yo fuimos a un antro. ¿Puedes creerlo? ¡Nos dejaron entrar a un antro! Debieron creer que éramos mayores. ¿Tan vieja me veo?
—Bueno no es por desanimarte pero es muy sabido que las rubias envejecen primero—La castaña soltó una risotada mientras jugueteaba con un mechón de su cabello.
—Es broma, ¿verdad?
—No lo sé, mi abuela me lo dijo hace años. —Bella se puso de pie y encogió lo hombros—Pero, tranquila…tal vez no traían puestos los lentes.
Un chico de piel morena y ojos profundos se acerco a ellas. El pecho bien formado resaltaba por debajo de la camisa polo blanco, y sus fuertes brazos eran notables gracias a que el uniforme no tuviera mangas largas.
— ¡Jake! —exclamó la castaña achocolatada con un brillo peculiar en los ojos.
—Oh, valla que alguien me extraño—dijo él sonriendo permitiendo mostrar una perfecta dentadura al mismo tiempo que le correspondía el abrazo.
— ¿Ya te asignaron? —preguntó Rose al notar una tarjetilla amarillenta con letras impresas en la mano izquierda de Jacob.
—Eh, si. Por poco y no me encuentran en la lista. —los chicos aflojaron su agarre y bella dio un paso hacia atrás.
—Que terrible. ¿Y con quien te a tocado? —preguntó Bella con un cierto aire de saber.
Bella había rogado que le tocara con él, y no precisamente porque el moreno fuera su mejor amigo, hasta que se entero de que las habitaciones no son mixtas.
—Piso 7, habitación 34B, con…—leyó varias veces el papel. —un tal Edward Cullen.
Los tres muchachos se extrañaron pues no conocían a ningún chico con ese nombre en todo el instituto. Nunca antes se habían aceptado estudiantes que no fueran desde el primer ingreso; pero las normas habían cambiado con la llegada del profesor Lutz.
—Subirás muchas escaleras—Burlonamente dijo Rosalie con una voz cantarina restándole importancia al compañero desconocido.
—No me importan las escaleras, deseo saber quién demonios es Cullen.
—Mientras no sea un asesino en serie creo que todo está bien, Jake—Bella sonrió. —Además agradece que no te toco con Newton.
Michael Newton. Mike era el rubio más popular de todo el segundo grado, era el capitán del equipo de natación y se había ganado fama por competir en las nacionales representando al RSI. Pero eso no le quitaba lo arrogante y presumido. Su familia era dueña de una cadena de artículos deportivos así como de un canal por televisión de paga.
—Gracias a Dios con quien viviré eternamente agradecido —alzo los brazos el moreno—. ¿Y a ustedes quien les toco?
—No hemos ido a la biblioteca.
—Pues deberían ir.
— ¿No hay mucha fila?
—Hay cuatro personas asignando—aclaro él—. Filas cortas.
—Bien, nos vemos. —se despidió Rose con prisa jalando a Isabella de la mano.
— ¡Adiós, Jake! —gritó desde lejos la castaña de ojos avellana.
Después de recorrer dos pasillos enteros llegaron. La primera vez que las habían asignado en el primer grado, había sido en el laboratorio de artes y ambas se habían perdido. Ese había sido su primer encuentro cuando las dos se sentaron rendidas en uno de los sillones frente a la dirección. Se preguntaron si conocían el laboratorio y la respuesta había sido negativa así que decidieron buscarlo juntas. Pero ahora se sabían la escuela al derecho y al revés, era como si fuera la palma de su propia mano.
Una vez formadas en la tercera fila Rose la miró a los ojos y dijo algo de lo que no se arrepentía.
—Confiesa ahora, Bella.
—¿Confesar? —preguntó esta, a lo que Rosalie asintió—. ¿Qué debo confesarte?
—Confiesa que Jake ocupa la mayor parte de tu cabeza la mayor parte del tiempo.
—Eso no es verdad. —Rose alzó las cejas desafiante—Jacob ocupa el mismo espacio y tiempo en mi mente que tú.
—Bella, soy tu mejor amiga, merezco saber la verdad.
—Pero la sabes. —dijo Isabella Swan cruzando los brazos sobre su pecho.
— ¿Lo estas admitiendo?
—No. —La voz de Bella se había vuelto seria— Admito que No estoy enamorada de Black.
Jessica Stanley escuchaba la conversación por estar formada delante de ellas; ella era tan metiche que no soporto la idea de no saber más sobre el asunto así que giró su escuálido cuerpecito y preguntó con su voz chillante:
— ¿Están hablando de Jacob Black, el relevo en natación de Mike?
Bella relajó su postura y pronunció un "no". Se escucho un "siguiente" por una de las maestras en los escritorios. Stanley muy altiva se volteó de nuevo y paso a ser asignada. Bella fulminó con la mirada a Rose Hale quien solo se encogió de hombros diciendo lo lamento en voz baja.
—Lauren, ¡Me ha tocado contigo de nuevo! —expresó con alegría Jessica a su compañera que apenas entraba a la biblioteca.
—Eso sí que es suerte—musitó Bella para sí misma recargándose en la pared de papel tapiz verde oscuro.
— ¿Suerte que te toque con Lauren Mallory? —Rose chasqueó tres veces la lengua negando con la cabeza— Solo si te gusta ser criticada a tus espaldas.
—No me refiero a tocar con Lauren, sino a…que de nuevo este con su mejor amiga.
— ¿Mejor? ¡Por Dios Bella!, ella es la peor mejor amiga de este planeta. ¿Qué nunca has ido al baño cuando ella está ahí? "Anna, ¿ya viste que mal se le veía el vestido a Jessica? Solo le dije que se le veía genial para que no me pidiera que la acompañara de nuevo por otro…"—imitó con una falsa y fastidiosa voz parecida a la de Lauren.
—Siguiente—gritó la profesora Grace con la cadena de los anteojos colgando por detrás de sus grandes orejas.
Rosalie paso, dijo su nombre y se le fue entregada una tarjeta parecida a la de Jacob solo que en color lila tenue; Rose se detuvo antes de salir para esperar a su amiga. A Isabella no fue necesario gritarle su turno porque ella ya sabía que seguía.
—Nombre—pidió la viejecita.
—Isabella Marie Swan Dwyer.
—Swan Canals; Swan Daniels; Swan Dwyer…piso 3, habitación 18C con Alice Brandon. —Grace levantó la vista—no olvides la cena de bienvenida en el gran comedor a las ocho.
—Gracias—agradeció Bella tímidamente en cuanto la maestra le entrego su tarjeta del mismo tono lila que el de Rosalie.
Bella camino hasta alcanzar a Rosalie e intercambiaron tarjetas para ver si estarían cerca.
—Me ha tocado con Angie; ya debe de estar en la recamara. —dijo Rose parlanchinamente al igual que leía la tarjeta de la cabellos chocolate. — ¿Quién es Alice Brandon? Tiene apellido de niño. ¡Mira, mi habitación es 15C y en el mismo piso! Seremos semi-vecinas.
—Maravilloso. —contestó ella sin entender gran parte de lo que le decía la rubia, hablaba demasiado sin hacer pausa entre sus propias frases.
A Bella no le agradaba la idea de dormir con una desconocida pero tenía que acostumbrarse. Debía hacerlo, además era una buena oportunidad para hacer nuevas amigas. Nuevas y desconocidas amigas. Por un lado pensaba y razonaba que no era la única a la que le había ocurrido; a Jake le había tocado con un Eder, Edwin o como fuese que se llamaba el chico nuevo. Ya tenía algo que compartir en común con Black, que eso era lo único que le interesaba por el momento.
