Que el viento sople a tu favor

Por Nochedeinvierno13


Disclaimer: Todo el universo de Canción de Hielo y Fuego es propiedad de George R. R Martin.

Este fic responde el desafío de Erly lanzado en el topic "Desafíos: Pedidos de fics" del Foro "Alas Negras, Palabras Negras".

Condición: Algo de "romance" entre Oberyn y Khal Drogo en Poniente.


I.

Tiburón fuera del agua

La ciudad huele a sudor y estiércol de caballo.

Cuervos de alas negras salen y llegan constantemente a Lanza del Sol, trayendo consigo mensajes de los señores más importantes de Poniente. A los oídos del Usurpador llega la noticia de la presencia de Daenerys Targaryen en el continente, frente a cuarenta mil hombres dothrakis.

Los salvajes consiguen poner inquieto a Oberyn Martell. Hace demasiado tiempo que no han probado el sabor metálico de la sangre y ya comienzan a ocasionar disturbios dentro de la propia capital de Dorne.

«Los dothrakis saben manejar el acero y si lo dejan mucho tiempo quieto, comienzan a ponerse nerviosos —fueron las palabras de Daenerys, luego de una disculpa por los daños ocasionados—. No están acostumbrados a quedarse mucho tiempo en un mismo lugar. Le aseguro que pronto pondré mis huestes camino a Desembarco del Rey, Príncipe Doran.»

Pero llegar a la capital no es tan fácil como la princesa quiere hacer ver.

Puede que su esposo tenga a su mando centenares de hombre, pero necesitará el fuego de sus dragones que no son más grandes que un bebe de pecho. Muchos señores aguardan el alzamiento de la heredera Targaryen, pero existen otros que se mantendrán fieles a Robert y le proveerán de tropas si el rey las necesita.

«Uno de ellos serán los Stark —piensa Oberyn en la soledad de su habitación—. Y también Jon Arryn pondrá a su servicio a los caballeros de El Valle.»

Los Tyrell se mantuvieron fieles al Trono de Hierro durante la Rebelión de Robert. Tal vez en está ocasión, también decidieran poner sus espadas para la causa del dragón tricéfalo.

—Robert Baratheon le ha ordenado a su hermano invadir Marcas de Dorne y sus tropas avanzan rápidamente hacia Sepulcro del Rey. Puede que quiera llegar hasta Sotoinfierno.

Es la voz de su hija Obara. Es una mujer de unos veinticinco años con rasgos duros como el acero y una forma de hablar mucho más dura. Sus zancadas apresuradas la delatan más que su voz.

—¿A Stannis Baratheon?

—Stannis Baratheon se encuentra reuniendo una flota en Rocadragón y piensa invadir Lanza del Sol. Es Renly Baratheon quien se encuentra al frente de las tropas en Marcas de Dorne.

—Es un demasiado joven como para estar frente a un ejército —responde Doran como su habitual monotonía—. El vino está llevando a Robert a la perdición. Quince años atrás, jamás habría colocado en manos de su hermano menor una misión de esa magnitud.

Oberyn se dirige al pasillo donde se lleva a cabo la discusión, una ola de calor le abraza instantáneamente y descubre que los dedos de Doran están más gotosos de lo regular por causa de las altas temperaturas que asolan Lanza del Sol.

—¿Alguien se lo ha dicho a la princesita?

—¿A quién te refieres, Hotah? —inquiere Obara de malos modos—. ¿A mi prima Arianne o a la Targaryen?

—El mensaje ya ha llegado a los oídos correspondientes. Su Alteza se encuentra con su esposo y sus jinetes de sangre, planeando la posible respuesta.

—¿Posible respuesta? —interroga Oberyn—. ¿No pretenderás que la niña se mantenga de brazos cruzados mientras que nuestra tierra es invadida?

—¿Por qué te preocupas tanto, hermano? Dorne siempre pudo resistirse a cualquier tipo de invasión. Ni siquiera Rhaenys Targaryen y su dragón Meraxes, fueron capaces de doblegar nuestro poderío. Tampoco lo conseguirán el venado de los Baratheon.

—Renly Baratheon no conseguirá llegar hasta Sepulcro del Rey. Tiene que atravesar mucho desierto y sus tropas no están acostumbradas a nuestro clima. Terminarán muriendo de hambre y de sed.

—¿Nos sentamos a esperar que eso suceda? —dice Obara y después se dirige a su padre—: ¿También te quedarás con los brazos cruzados?

«Es mi hija. No existe modo de negarlo. Tiene la boca de su madre pero sus ojos son de víbora, igual que los míos.»

—En Sotoinfierno se encuentra Quentyn, tu hijo y mi sobrino.

—Sus tropas jamás llegarán tan al sur.

—¿Y sí lo hacen?

—No lo harán, Oberyn. No existe la mínima posibilidad.

Es una pérdida de tiempo hablar con su hermano. Doran nunca está dispuesto a reaccionar rápidamente, arriesgar la jugada por la victoria. Oberyn decide que es mejor no seguir discutiendo porque mientras que ellos discuten, Renly Baratheon se sigue encontrando en las tierras de dominio dorniense.

«Tengo que hablar con la Princesa Dragón. Ella quiere ver correr la sangre de Robert Baratheon y toda su estirpe.»

Al pensar en ella, no puede evitar que su mente se dirija a Khal Drogo.

Recuerda la noche de pasión compartida hace más de dos lunas y no puede evitar sentir un súbito calor cierta parte de su anatomía. Sabe que no debe pensar en eso cuando un ejército se encuentra en Dorne, pero su mente traicionera le condena a la perdición de la nostalgia.

Daenerys tiene una mano sobre su vientre cuando Oberyn llega a la estancia donde se lleva a cabo la reunión.

—Príncipe Oberyn, no lo estábamos esperando.

—Alteza, seré muy breve con mis palabras porque no hay tiempo que perder

No le gusta tener que contenerse y tratar con tanta formalidad a la muchacha que acapara constantemente la atención de Drogo. «Celos —le grita su mente—. Tienes celos de la muchacha por tener algo de lo que careces.» Él tuvo al dothraki moviéndose dentro de su cuerpo, llenándole por completo, pero a pesar de eso sigue sin sentirse satisfecho.

Ni una mirada, ni una palabra, ni un gesto dedicado hacia su persona.

Lo frustra y lo frustra mucho.

—No espero menos de usted, Príncipe Oberyn.

«Es una muchachita insolente. Pero tiene algo que yo no.»

—Renly Baratheon carece de experiencia en el campo de batalla y Stannis es el verdadero peligro. Ignoro el número de sus naves pero durante la Rebelión de Robert él demostró ser un hábil comandante.

—Querrá decir durante la Rebelión del Usurpador.

—El nombre es lo de menos, Alteza —chasquea la lengua y observa a Khal Drogo. Está impasible como de costumbre y no repara en él—. La verdadera amenaza la representa Lord Stannis, no su hermano. Solo bastarán unos pocos hombres y el desierto de Dorne para hacer retroceder a Renly.

—¿Sugiere qué...?

—Sugiero que mande a un centenar de dothraki a las Marcas de Dorne y me permita apostar al resto en la costa este para esperar la flota de Stannis.

Khal Drogo ruge algo entre dientes.

—Mi esposo dice que solamente el Khal puede dirigir a los dothraki. Ellos no aceptarán órdenes de un hombre sin trenza.

«Vaya, son insistentes con la trenza.»

—Me trenzaré el cabello si al Khal y a los dothrakis les parece.

Missandei traduce sus palabras y el hombre sonríe. Al fin logra que Khal Drogo repare en él y le sonría. No es una sonrisa de protección como la que le dedica a la princesa, es una sonrisa lasciva.

—Khal Drogo dice que no es necesario que se trence el cabello, mi señor. Los dothrakis están a su mando y él los dirigirá en la batalla.

—Tengo entendido que a los dothrakis no les gusta el agua salada.

—Es cierto, Príncipe Oberyn —responde Daenerys—. Pero después de navegar desde las Ciudades Libres hasta Dorne, el khalassar se está haciendo más fuerte en cuanto a esa cuestión.

—Perfecto.

Sonríe de medio lado y se enfrenta a la mirada amatista de ella.

«¿Es capaz de ver el deseo en mi mirada? Un deseo que es solamente para su señor esposo.»

—No obstante, Khal Drogo dice que quiere escuchar sus estrategias.

—Dile al Khal que me siento honrado de que preste sus oídos —le dice con ironía a Missandei—. Stannis Baratheon baja de Rocadragón y lo más probable que se detenga en Bahía de los Naufragios para obtener suministros para sus naves. Por lo que obtendremos dos o tres días de ventaja. Se detendrán en el Mar de Dorne, su objetivo es Lanza del Sol e ir por el Mar de Verano les retrasaría demasiados días.

—¿Cuántos dothrakis son necesarios para defender la costa?

—Los vasallos de la Casa Martell se sentirían ofendidos si les deja todo el trabajo a sus guerreros dothrakis.

—No quiero poner en peligro a los caballeros de Dorne.

—Dorne es su pueblo ahora. También como los dothrakis y el resto de los Siete Reinos. Es de esperar que su pueblo quiera defender a su reina.

—Aún no tengo una corona sobre mi cabeza.

—Una reina no necesita de una corona para demostrar su poder.

«Endulzaré tus oídos y luego me meteré en el lecho de tu esposo.»

—¿Qué sucede con Renly Baratheon?

—Como dije antes, serán suficiente un centenar de dothrakis y unas decenas de caballeros armados.

—¿Y si no es suficiente?

—Yo seré la diferencia.

Khal Drogo asiente satisfecho y Oberyn se contagia de su mirada.