Disclaimer: Naruto no me pertenece.
Shattered
...
Capítulo 1: Uchiha Sasuke
...
Había pasado una semana desde su regreso. Una semana en que se debatió si verlo o no. ¿Qué se supone qué le diría? Pensó que no volvería en mucho tiempo. No estaba preparada para este momento.
Flashback
-Te vas- dijo mirándolo fijamente.
-Debo hacerlo, Sakura.- Le sostuvo la mirada. - Quiero ver el aspecto que tiene el mundo ninja... el mundo en general.
-Tsunade-sama está por terminar el brazo artificial.
-Creo que podré fijarme bien en todo lo que dejé pasar por alto.
-Claro, siempre solo.- dijo riendo secamente por lo familiar del asunto.
-Hay algunas cosas que me preocupan. Y tú no tienes nada que ver con mis pecados. – Mantenía la cabeza gacha.
-Por supuesto. - dijo desviando la mirada para que no viera la tristeza que reflejaban sus ojos color jade.
De pronto sintió sus dedos en su frente. Un pequeño gesto que viniendo de Sasuke parecía significar demasiado.
-Sakura, gracias.
Bajó su brazo y la observó por unos segundos sin entender su reacción.
-Ten buen viaje, Sasuke. Tengo mucho trabajo en el hospital, te pido me disculpes pero debo retirarme ahora.
-Hmp.- Sabia que el comportamiento de la pelirosa era porque no le creía. Ella lo notó pero prefirió ignorarlo, dar media vuelta y marcharse. Antes de lograr echarse a correr la tomó de un brazo.
-Kakashi, déjanos solos un momento. –Susurró, dejando escapar un suspiro cansado. - El aludido desapareció en un "pff" instantáneo.
-Sasuke, yo...-comenzó a decir volteándose.
-Volveré.- La observó con determinación
-Espero que así sea o Naruto se volverá loco. – Dijo restándole importancia al asunto. Al final decidió mirarlo a los ojos.
Alzó su mano lentamente para tocar su mejilla previniendo el rechazo pero él no se apartó. Nunca pensó que podría estar así con el Uchiha, sin temer a que la rechazara.
-Nos vemos, Sasuke. – Se apartó del lugar antes de decir algo imprudente.
Pudo sentir el chakra de Naruto en el bosque. Estaba contenta.
Fin Flashback
Luego de ese día se centró en trabajar en el hospital. Ino insistía que estaba exigiéndose demasiado y debía tomar un descanso pero no podía quedarse sola con sus pensamientos tanto tiempo. Prefería trabajar y trabajar para dejar de pensar en los sentimientos que se arremolinaban en su interior.
Debido a una complicación que se presentó ahora tenía un sello de chakra muy fuerte. No podía salir a más misiones de rango A, así que dirigir el hospital era lo que la mantenía activa por el momento. Pese a eso bajo su bata blanca traía siempre el uniforme ninja que usaba en sus misiones. La modificación en él la hacía asentar más su figura.
Hace unas semanas habían llegado los de la arena a visitar la aldea, entre ellos Temari, Kankuro y Gaara-sama.
Los hermanos Sabaku No eran de los que alegraban los días de la pelirosa desde su llegada. Temari la acompañaba a hacer las compras cuando tenía tiempo libre y el Kazekage siempre estaba preocupado de su salud preguntándole cada vez que la veía. En realidad comenzó a sentir aprecio por él siendo que nunca antes existió algún tipo de lazo más allá de la amistad que compartían con Naruto. Eran los tres muy atentos con ella y lo agradecía en demasía.
Naruto. Naruto era quién la tenía más confundida, no podía entender por qué parecía perder el control de su cuerpo cuando estaba junto a él. En esos momentos lo estaba evitando. Luego de que Sasuke se volvió a marchar pasaban todos los días juntos, casi todo su tiempo libre lo ocupaban en disfrutar la compañía del otro, excepto las veces en que le pedía que visitara a Hinata. La pelinegra había puesto más que su vida a la disposición de él, lo mínimo era que se hicieran amigos, lo cual parecía ser bastante fácil.
Lejos de sentirse disgustada, Sakura lo alentaba a compartir su tiempo con ella, Hinata era alguien muy dulce y solo existían buenas intenciones en sus acciones. Pese a esto, una pizca de malestar se sentaba en su estómago al separarse del rubio.
Había algo en su interior que lo necesitaba con desesperación pero no podía acercarse demasiado o no sabía que sería de su autocontrol. Los sonrojos, las miradas efusivas que él le dirigía cuando pensaba que ella no estaba mirando. Y de su parte era aún peor, existían momentos en que no podía apartar su mirada de él, cada movimiento, cada expresión, parecía grabarse en su memoria. Algo había cambiado, definitivamente.
¿Cuándo fue el momento en que dejó que su ser se aferrara a él? No lo sabía con exactitud, quizá la vez que nos fueron de misión y se dio cuenta que la ponía nerviosa cuando había menos de un metro de distancia que los separa o cuando tomaba su mano en un gesto genuino, quizá cuando la abrazaba cada vez que la iba a saludar. Lo que sí sabía era que Naruto estaba conociendo a Hinata y no iba a interferir si él se enamoraba de ella. Después de todo ella lo amaba desde siempre. Y la pelirosa ya había tenido su oportunidad desperdiciándola desastrosamente. Y... bueno.
Se encontraba debatiéndose entre salir o mantenerme encerrada en cuatro paredes para no tener que toparse con el Uchiha menor porque también probablemente éste se encontrara con Naruto.
Aun así guardaba la esperanza de que la visitara o preguntara a alguien por ella pero hasta ese día nada había pasado. Eso la tenía con un humor de perros, aunque se rehusara a aceptarlo. Era su amiga, pensaba, debería haber venido por lo menos para saber de ella. "Sakura, tú lo estás evitando". Habló la vocecilla en su cabeza.
De pronto sintió que alguien llamó a su puerta y se levantó perezosamente a abrir, estaba nerviosa. Si es quien pensaba no quería ni imaginar la reacción que tendría.
Al abrir la puerta la persona que estaba frente a ella tenía cara de interrogación. Sakura estaba aguantando la respiración y la había botado de golpe.
-N-naruto-kun- dije espantada. – E-entra.
-Sakura-chan- Él le regaló una hermosa sonrisa. Ingresó y se quedó mirándola detenidamente.
-¿Q-qué… qué pasa?- dijo extrañándose por su mirada.
-Sabes que Sasuke está en la aldea, ¿No? – Seguía mirándola de manera extraña. Intentó no mostrar ninguna reacción que la delatara. Naruto ya estaba en su casa, y ese era el principal problema.
-S-sí.
-Pensé que serías la más contenta por su llegada- dijo acercándose a ella. Sakura retrocedió unos pasos. De pronto las paredes parecían más pequeñas.
-He estado muy ocupada- Prefirió caminar a la cocina para evitar su mirada interrogante.
-Sakura...- Le dio la espalda, no podía responderle. Tenía miles de pensamientos que iban y venían.
Se sostuvo de un mueble para no caer, sentía nauseas, todo estaba mal, quería llorar. "¿Qué hacía Naruto aquí?", pensó.
-N-no sé qué decirle- Su voz sonó como una súplica quebrada.
La agarró de un brazo y la acercó a su pecho presionándola contra él para mantenerla ahí.
-Está bien. - dijo acariciándole el cabello.- Somos amigos, mejores amigos, ¿recuerdas?
No pudo evitar sonrojarse ante su acción y pero al mismo tiempo se sintió decepcionada. Solo eso eran, amigos.
La comodidad que encontraba en los brazos del rubio no quería que terminara nunca. Alzó la mirada buscando sus ojos. Él le acarició una mejilla con delicadeza y algo cálido dentro estaba posándose dentro de ella, acostumbrada a su presencia.
-Naruto...- No pude evitar cerrar los ojos ante su contacto, para disfrutarlo más y de un segundo a otro estaba recargando su frente en la de ella, sosteniendo su rostro entre sus manos. Su corazón estaba desenfrenado, temía que al estar tan cerca, él se diera cuenta.
-No puedo evitar pensar. – Comenzó a decir Naruto. – No puedo dejar de pensar en lo mucho que debes estar debatiéndote entre verlo o no. - Tragó grueso e intentó acercarse un poco más a la pelirosa si es que eso era posible. Estaba sonrojada a más no poder. Él pensaba que estaba así por la vuelta de Sasuke, y que no sabía cómo afrontar la situación, luego de años. En parte era verdad pero la principal razón de su comportamiento no era esa.
-y... no sé por qué pero no me gusta la idea de qué salgas corriendo a sus brazos. – Sakura abrió los ojos y se separó un poco de él para sostenerle la mirada.
-¿De qué estás...? – La incredulidad en su mirada hizo creer al rubio que la había jodido en grande.
-No puedo evitarlo y sé que está mal. Pero yo sólo quiero que seas feliz Sakura-chan. – Las palabras salieron atropelladas de su boca.
La pelirosa abrió más sus ojos si era posible. "¿Podía ser cierto? ¿Estaba celoso de Sasuke, su mejor amigo?".
No pudo evitar mirar sus labios detenidamente. Debía alejarse de él en ese mismo momento.
-Naruto... yo...
-Lo siento. – La interrumpió. - No debería decirte estás cosas. - Cerró los ojos, y luego desvío la mirada.
Iba a soltarla y marcharse pero ella no quería que lo hiciera. Lo tomó del brazo.
-Espera. - Se detuvo. Tiró de él para que volteara y la mirara. - No te vayas. No es lo que piensas.
Hubo un segundo en que la observó con sorpresa.
-No tienes idea lo solitaria que es esta casa. –Prosiguió. - A veces creo que me volveré loca con mis pensamientos.- bromee. Él solo asintió y le sonrió, acercándose a ella nuevamente. -No sé qué idea tienes sobre Sasuke y yo pero... Naruto, no estaba pensando en él. Digo... no estoy así solo por él.
Bajó la mirada avergonzada y ocultó mis brazos tras su espalda en clara señal de nerviosismo.
-No lo entiendo Sakura-chan. – Lo que sea que estuviera diciéndole, no se lo imaginaba.
-Honestamente… yo menos.
Rio un poco y la tomó del mentón para que viera fijamente. Estaban acostumbrados a este tipo de tacto pero la tensión en el ambiente era diferente.
-Me quedaré un momento si es lo que quieres. - Dijo acariciando una de sus pómulos. Pensó que Sakura no podía verse más linda sonrojada. Provocar esas reacciones en la pelirosa lo hacían dudar de su cordura. Sin imaginar que la pelirosa se maldecía por dentro antes la reacción de su cuerpo. Solo pudo asentir.
Estuvieron cocinando y hablando sobre cosas triviales hasta que decidió que quería dormir un rato y le pidió a Naruto que se acostara con ella como lo hacían siempre en las misiones, cuando las pesadillas no lo dejaban dormir. Se recostó sobre su firme pecho mientras él la abrazaba por la cintura y cada cierto tiempo la acercaba más a él, un gesto bastante posesivo que tenía a Sakura por las nubes.
Y en ese momento cayó en la cuenta de lo sola que había estado todo ese tiempo que evitó a Naruto, concentrándose solo en trabajar. Hasta cocinar se le estaba dando terrible, pese a que solo hicieron Ramen.
Suspiró. No pudo evitar observarlo embelesada y repasando sus facciones. "¿Cuándo creció tanto?"
Al parecer estuvo demasiado tiempo encerrada en sus pensamientos contemplándolo, porque pudo ver un pequeño rubor en su rostro mientras no le quitaba la mirada de encima.
-¡Lo siento! Estaba pensando...- Sacudió la cabeza. - No quise hacerte sentir incómodo yo… -Soltó una pequeña risa y puso su mano en su mejilla.
-Nunca me sentiría incomodo contigo, Sakura-chan. – La sonrisa torcida que él le dio, la hizo olvidar toda preocupación. Estaba tan roja como un tómate.
Torpemente se levantó de la cama para ir a mojarse la cara pero tropezó con una silla y sus reflejos de ninja se fueron por el caño. Estaba esperando el golpe que nunca llegó.
Naruto la sostenía entre sus brazos, demasiado cerca, con una mano en su cintura y la otra tirando de su brazo.
-Creo que te distrajiste un poco. - Su mirada era demasiado irresistible para ella. Tuvo que mirar a otro lado por el sonrojo que aún cubría su rostro.
La incorporó pero no la soltó, se acercó más hacia él y se puso nerviosa. Debía empujarlo, alejarlo, pero no podía, su rostro estaba demasiado cerca y se respiración se aceleró, le sudaron las manos.
Se mantuvo ahí como esperando que ella se alejara pero no lo hizo, algo se lo impedía.
El aliento de Naruto sobre sus labios le estaba nublando la razón y decidió que quería saber por qué tenía esa sensación de añoranza hacia él.
Le dio un beso suave en los labios, casi un roce y se sintió bien, más de lo que creyó. Justo cuando iba a decidirse por darle otro que durara más, la apretó contra él y la comenzó a besar tiernamente. La delicadeza con la que sus labios buscaban los de ella la incitó a seguir.
Pero no era cualquier persona era Naruto, su mejor amigo y lo estaba besando.
Pasó su lengua por mis labios y los abrió para darle más entrada en su boca. La arrinconó contra la pared y comenzó a subir la intensidad.
Los labios del rubio sabían demasiado bien, era extraña la sensación en el pecho que le provocaban. Algo quemaba con intensidad y en cada beso sus labios parecían ansiar más. El toque de sus labios alcanzó su cuello y Sakura pareció perder el control, lo sostuvo de los cabellos y lo acercó más a ella. Comenzó a bajar el cierre del chaleco ninja que Naruto traía. A pesar de que se sentía bien había algo en su interior que le decía que lo que hacía estaba mal, apresurando las cosas de esa forma. Cuando la tomo en brazos para recostarla en la cama bajo él fue que cayó en la realidad. No quería jugar con Naruto. Lo detuvo.
-Sakura-chan, l-lo siento no sé qué me pasó- Estaba sonrojado y se veía adorable. Sakura se quedó sentada en el borde de la cama mientras Naruto estaba de pie frente a ella.
-Naruto... no digas eso. - Solo pudo observarlo con ternura.
Sonrió levantándose y acercándose a él. Hubo un silencio entre ambos y el recargó su frente contra la de ella.
-Habla con él
-¿Ah?
-Lo necesitas, sea lo que sea que tengas que hablar con él.
-Naruto, tú...-Tuvo que hacer una pausa. - ¿Te arrepientes?
-Sakura-chan... yo… - Se estaba debatiendo por dentro lo veía en su mirada.
-Está bien...l-lo siento. Fue algo impulsivo. - La observó confundido. - No quiero confundirte y mucho menos ponerte en una situación incómoda. Ni yo se lo qué estoy haciendo, tampoco quiero experimentar contigo, solo... lo deseaba. Yo… lo quería y es algo repentino te lo puedo asegurar. – La sinceridad en las palabras de la pelirosa lo conmovieron.
Se acercó nuevamente. No pudo evitar pensar en que su amistad con Naruto se estropearía después de eso.
-No sabes de lo que hablas, no me sentiría así Sakura-chan. Es solo que esto es extraño. Es... inesperado... y se siente erróneo.
Pensaba igual que ella. Se acercó a abrazarlo pero esta vez duró poco. Se separaron levemente.
-Te dejaré descansar – dijo él.
-No puedes... ¿quedarte? - La observó sorprendido. - Solo por esta noche.
-Está bien. Dormiré en el sofá. – No pudo ocultar la sonrisa plasmada en su rostro. Esas actitudes infantiles de la pelirosa le gustaban.
-¡No es necesario! Siempre dormimos juntos. Somos amigos, mejores amigos.
-Sakura-chan, no juegues con mi autocontrol. - bromeó.
-Prometo no hacerte nada que no quieras. - Dijo jalándolo del brazo. El rubio se sonrojó. - ¿Por favor? - Suspiró y asintió.
Esa noche durmió acompañada de su mejor amigo pero seguía sintiendo que no lo merecía.
Lo vio cruzar la calle distraídamente.
"¿Él distraído? Pero si tiene los mejores reflejos que he conocido"
Su curiosidad aumentó al darse cuenta que un ave enorme se acercaba rápidamente y no podía controlar su vuelo, al parecer tenía un ala rota.
Solo un minuto bastaría para impactarlo. El azabache no hacia amague de esquivarlo, ni siquiera parecía haberlo percibido.
Sus pies se movieron solos y de pronto se encontraba corriendo a su encuentro. "Sasuke".
-¡Sasuke!
Se volteó y la observó extrañado. Lo empujó fuera del camino, alcanzando a esquivar el ave por poco pero aun así rasgó su espalda con sus garras. Un grito de dolor salió de su boca.
Rodó unos metros lejos chocando su brazo derecho con un árbol y golpeándose la cabeza en el trayecto. Sintió sus músculos contraerse ante el impacto con el suelo. Dolería mañana sin duda.
En todo momento mantuvo sus ojos cerrados y cuando paró de rodar los abrió para ver donde estaba el Uchiha.
Lo vio unos metros lejos de ella pero estaba sentado con pequeños raspones en los brazos, y en estado de frustración.
Sonrió ante su maldita suerte. Había utilizado demasiada fuerza en empujarlo. Su control de chakra estaba por los suelos.
Intento sostenerse en sus brazos y rodillas para ponerse de pie pero le dolía la espalda como el demonio así que maniobró para levantarse. Lo estaba logrando pero con un poco de dificultad. Sasuke hizo ademán de ayudarla pero ella le indicó que se detuviera. No quería que la viera así de débil pero ya se estaba acercando y mirando con confusión y un poco de ¿preocupación?
Rio por lo bajo.
-T-tranquilo, esto no es...n-nada. - Le dijo mientras se sentaba sobre sus rodillas sosteniéndose un hombro y jadeando un poco.
Seguía observándola intensamente y recorriendo su cuerpo. Había cambiado bastante desde que él se había marchado. No podía decir que para mal.
-Deja de verme así. -Le dijo hartándose. - No me debes nada.
-Sakura...
-Dime, Sasuke- La fulminó con la mirada.
-Debes ir a un hospital. –Su conversación parecía más por decir algo que otra cosa.
-Me puedo curar sola, ¿soy médico, recuerdas?
-¿Recuerdas que tienes un sello? – Pausa. Lo observó con todo el desprecio que pudo y con una clara expresión de "¿Y cómo tú sabes eso?"- Te llevaré a un hospital.
-Puedo sola, está bien.
-¿Por qué lo hiciste?- Parecía que lo decía más para no tener que decir algo que su orgullo no le permitía. Pero seguía sosteniéndole la mirada.
-Curiosidad. - Logró decir. Recién ahí mientras rodaba los ojos se dio cuenta de una venda en su brazo que dejaba al descubierto una línea que supuso se trataba de un sello. Eso lo explica todo. - Eres mi amigo, Sasuke-kun.-Soltó un suspiro cansado.
-Se supone que ¿eso es verdad? - Preguntó acercándose a ella. Demasiado cerca.
-Por supuesto. - Lo desafió con la mirada.
-Hmp. Has cambiado.
-Sigues pensando que me derrito por ti. - Lo miró con burla.
-Sakura... yo...- Vió un destello de nostalgia en sus ojos. Tuvo que sacudir su cabeza para evitar pensar estupideces nuevamente.
-No. Está bien. – Utilizó el tono más agradable que tenía. Pudo distinguir su confusión ante sus palabras, prefirió voltearse.- No puedo abandonar a un camarada.
Se mantuvo en silencio por unos minutos.
-Ve a un hospital.
-Lo haré, Sasuke.
Se mareó un poco por la pérdida de sangre, mientras una punzada de dolor en la espalda la hizo tambalear y le quito el aliento.
Comenzó como pudo a romper su cremallera para hacer un torniquete en su brazo se mantuvo sangrando todo el tiempo.
Sasuke se puso tras ella, quería ayudarla pero se lo estaba poniendo difícil. Espera que ella le pidiera ayuda pero en el momento en que sus ojos se encontraron nada salió de su boca.
Sakura le dirigió una mirada que le hiciera saber que quería que se largara de una vez pero no se movió ni un centímetro. De repente, vio que él alzó la mano y palpó su brazo.
-Sangras mucho. - Parecía que no se lo creía. Le sonrió de lado y de repente la tenía en sus brazos. Intentó removerse para bajar pero estaba tan débil y adolorida que no sirvió de nada. La pérdida de sangre le estaba pasando la cuenta. Reunió una pequeña cantidad de chakra y lo esparció por su cuerpo con la intención de reparar los daños más profundos.
Estaba debatiéndose entre el arrepentimiento de salvarlo y el cosquilleo que parecía querer aparecer en su estómago por estar tan cerca de él.
-Siempre tan molesta. – Y ahí estaba la forma en que solía referirse a ella para mantenerla alejada. -Te cuidaré, Sa-ku-ra. - Se acercó a su oído y susurró.
Fue lo último que escuchó hasta que todo se volvió negro.
Despertó en una cama del hospital llena de vendas y con un dolor de cabeza horrible. Se removió entre las sabanas ante lo atrofiados que sentía los músculos y la luz del sol que le llegaba directamente en la cara e intentó taparse con un brazo pero antes de que este llegara a su rostro la atravesó un dolor espantoso hasta el hombro.
-¡Arggg!- Sin poder evitarlo soltó un gemido de dolor.
Recién ahí se percató de que su brazo estaba vendado casi completamente.
-No lo muevas. – Esa era la voz del azabache.
-¿Sasuke?- Lo observó harta de la situación. No se iría fácilmente y no quería que la verdadera conversación se diera aún.
-Está fracturado, no deberías moverlo – La situación le sentó cómica, siempre era ella la que lo cuidaba mientras estaba en el hospital. Inconscientemente dirigió su vista a un florero que había en la habitación.
-Tú me trajiste.- Lo miró un momento. - Deberías haberte ido - dijo intentando sentarme lo que la cansó bastante.
-Utilizaste todo del chakra que tenías intentando curarte y curarme – Aunque no lo demostrara, él creía que era toda una hazaña conseguir lo que ella hizo.
-¿Lo hice? –Solo asintió. Sakura siguió su mirada y vio el florero a un lado de la camilla. – Oh. – No sabía que más decir. Ella solía dejarle flores cuando él pasaba un tiempo en el hospital.
-Antes de desmayarte curaste tus heridas más superficiales y las mías, supongo que no te diste ni cuenta porque estabas perdiendo mucha sangre pero de alguna forma nos curaste a ambos. - Hasta su subconsciente anhelaba ver bien a Sasuke después de todo.
-Bien - Cayó derrotada en la camilla esperando que se marchara. Pero no lo hizo. Seguía ahí como si estuviera hecho de piedra.
-Pensé que serías la primera persona en recibirme al enterarte que volvía a la aldea. – Necesitaba saberlo. Lo había estado pensando desde que llegó.
-¿Te molesta que no haya sido así? - Dijo más cansada que enojada.
-Solo me pareció extraño, tú que siempre dijiste sentir algo por mí. – Esas palabras la dejaron media confundida.
-Las personas cambian, los sentimientos cambian. - No quería que volteara a mirarla. - Supongo que solo... me cansé. Me cansé de esperarte.
-Que irónico justo ahora que...- No pudo terminar de hablar porque alguien llamó a la puerta.
-Adelante. - Dijo la pelirosa.
Una mata de pelo rubio se asomó por la puerta.
-Naruto-kun- Sin poder evitarlo pegó un salto en su cama y se sonrojó.
-¡Sakura-chan! – Dijo tan efusivo como siempre pero con la voz más tierna del mundo. Pudo ver la preocupación en sus ojos. – Teme - saludó a Sasuke.
Se acercó a la camilla y tomó una de las manos de Sakura.
-¿Cómo te sientes? – La observó con tanta intensidad que tuvo que apartar la mirada.
-B-bien... un poco adolorida pero bien. ¿Cómo supiste...?
-Volví a tu casa porque se me quedó algo. – Su mirada se desvió a Sasuke pero él estaba absorto en sus pensamientos apoyado en la pared más lejana de la camilla.
-Lo siento, no medí mi uso del chakra ni pude controlarlo. - Dijo agachando la cabeza. – Es difícil aún.
-No tienes que disculparte. Solo me tenías preocupado, además lo mejor es que le salvaste el pellejo al Teme que andaba distraído, jaja. – Tomó mi barbilla y se acercó lentamente. – Creo que los sellos lo tienen bien jodido.
Iba a besarla, lo vio en su mirada.
-Hmp- Sasuke gruñó. - Sakura tiene que descansar Dobe y si no te molesta tengo un asunto que hablar con ella. – Se hartó de mirar la escena frente a él
-Claro - Naruto sonrió, depositó un beso en su frente y le dedicó una mirada de "luego hablamos". - Nos vemos, Teme. - Y se marchó.
-¿Qué fue eso? - preguntó Sasuke. La duda sobre el ambiente que se formó entre ellos dos lo confundió.
-Nada de tu incumbencia. – Logró decir aún algo sonrosada.
-¿Son novios? – Nunca se mostraba tan hablador y curioso como en esos momentos. Pero se preguntaba qué pasó durante su ausencia para que su relación fuera tan cercana.
-¡No! -Dijo demasiado rápido, sin pretender sonar tan a la defensiva.
-Eso explica porque te cansaste de esperarme. – Era venenoso, no tenía otra forma de expresarse.
-Sasuke, tú no sabes nada. – Siempre conseguía hartarla de una u otra forma.
-Vi lo suficiente. – Había acortado un poco la distancia entre ellos.
-¿Qué quieres de mí? Estás muy hablador desde que llegaste. – Lo observó con tristeza. Ahora mostraba interés en ella. - No te bastó con rechazarme tantas veces. ¿Qué esperabas?
-Entonces tus sentimientos por mí no fueron reales... –Fue un susurro pero ella lo escuchó claramente.
-¡No te lo permito! - Lo miró conteniendo las lágrimas de rabia que amenazaban con caer. - ¡Eso sí que no, Sasuke! ¡No tienes derecho a cuestionarme nada y menos a dudar de mis sentimientos por ti!
Me miró sorprendido, vi algo parecido a la preocupación en sus ojos.
-Siempre estuve ahí para ti. ¡Esperé por ti! Es lo que llevo haciendo desde hace años. Te amé como nunca pensé hacerlo, tanto que dolía. Luego intentaste matarme, ¡a Naruto! Te pusieron en el libro bingo, ¡Naruto se volvió loco! ... Quería acabar con su sufrimiento, el de ambos. Estaba dispuesta a matarte. No podía seguir pensando en alguien que no lo merecía pero no pude. Tenía que olvidarte, no puedes juzgarme. – Cada palabra le quemaba la garganta. Tanto tiempo atoradas ahí. - Lo único que pude hacer fue aferrarme a lo único que me mantenía viva y cuerda.
-Naruto. – Era demasiado claro. Lo miró sorprendida. Aunque quién más podría ser.
-Naruto es mi ancla. – Endureció su expresión, no quería cruzar su mirada con la de él.
-Ya no me amas. – La interrumpió. Era una afirmación.
-¿Importa acaso?- Se acercó unos pasos más. – Tú nunca lo entendiste... no se trataba solo de eso
-Lo siento. – La interrumpió nuevamente. Otra vez se lo había dicho.
Se incorporó y Sasuke la miraba fijamente. Suspiró. Le indicó que se sentara a su lado y luego de unos segundos de duda él lo hizo.
-Sasuke, yo lo entiendo. –No pudo hacer nada más que mirar su perfil. – No ha sido fácil para ti por eso Naruto y yo siempre intentamos traerte de vuelta. Queríamos con nuestra amistad sanar tus heridas y construirte un hogar... – Hizo una pausa. – S-solo pensamos que todo fue tan injusto para ti y tu clan... todo fue tan...- El azabache posó la mano sobre su hombro, estaba agotada.
-Sakura, gracias. – Sonó a un Sasuke al que no estaba acostumbrada. En un impulso su mano se deslizó hacia su mejilla. Encontró su mirada. Se sonrojó.
-Sasuke, yo aún daría mi vida por ti...
La estaba analizando con la mirada, era extraño sostenérsela, nunca antes lo había podido hacer... era demasiado profunda.
-Quería protegerlos con mi vida, a ti y a Naruto- Ahora estaba observando a la nada, como recordando viejos tiempos.
-Sasuke... nunca te juzgamos.
-¿Por qué no más el "-kun"?- En su rostro se veía que de verdad parecía disgustarle. Hubo silencio por unos minutos.
-S-sólo me acostumbré a no llamarte así. – Soltó ya más calmada. Se volteó y le sostuvo la barbilla esta vez.
-Me gusta más lo de antes.
-¿Ah? ¿Por qué?- Se acercó demasiado a su rostro y ella se notaba nerviosa. No estaba acostumbrada a su cercanía.
-Solo me gusta. - Su aliento rozó sus labios, estaba como un tomate. Solo consiguió rozar sus labios con los de ella. Era un beso muy suave.
-Sasuke-k...- Se alejó rápidamente. Antes de que hiciera algo de lo que se arrepentiría.
No lo podía comprender pero algo revoloteó en su estómago, ante tal acción.
Un dolor le recorrió la espada de arriba a abajo, ardía demasiado. Lo empujó a un lado de la camilla.
-Quédate ahí. - dijo con dificultad recuperando el aliento. La observó confundido. - M-mi e-espalda, Sas-... - dijo sonrojándose aún más si era posible mientras se sostenía un hombro e intentaba liberar chakra curativo en la herida que le atravesaba el dorso.
-¿Sakura? ¿Estás segura de hacer eso? – No sabía si había escuchado eso o lo había imaginado. Estaba agotada y su respiración se volvió irregular.
-¡! – Gimió nuevamente.
-Sakura. – Se acercó a ayudarla.
-¡Quédate donde estás, Sasuke! – El sello la estaba quemando. Cuando quería liberar un poco más de chakra el dolor en su cuerpo se volvía insoportable. - Y-yo puedo.
-Suficiente. – Quitó la palma curativa de su hombro y puso la suya sobre él.
-¡Arrrg!- Soltó con frustración- Odio este sello, ¡lo detesto!- dijo golpeando la camilla.
-No hagas eso de nuevo.- La miró con seriedad. Sintió la leve presión en su hombro. Estaba intentando calmarla.
Seguía sentado a su lado. Su cuerpo había reaccionado solo.
Durante el tiempo que estuvo lejos siempre había algo que le decía que debía volver. Algo tirando de él para volver a la aldea que un día juró destruir junto con todos sus habitantes. Le tomó un tiempo descifrarlo pero había algo en su antigua compañera que no quería se opacara. Algo distinto que le hizo buscarla, pensarla, soñarla. Noches en vela intentando ignorar el pensamiento de cómo sería todo si se hubiera quedado, como sería si pudiera volver a tener todo, lo que Naruto y Sakura le brindaron, de vuelta.
Estuvo anhelando ver a Haruno Sakura, la chica más molesta, de cabellera rosa, ojos jade y su fan número uno. Haruno Sakura, la única chica que siempre creyó en él incluso conociendo su oscuridad, la única que era capaz de luchar contra demonios para recuperarlo. Quería proteger a la pelirosa de sus recuerdos, era más que un deber claramente.
Sakura lo estaba haciendo sentir diferente, de una forma que nunca antes se había sentido. No entendía a su cuerpo. Nunca antes había actuado por impulso, siempre controló cada emoción pero al parecer la confusión en su cabeza sumado al cansancio le pasó la cuenta.
Seguía mirándolo con ese rubor en sus mejillas.
-Sakura...
-No. - Su rostro cambió y lo observó con determinación. – No sé qué pretendes pero no seré parte de ello.
Haruno Sakura rechazándolo. Eso sí que era un golpe bajo al orgullo Uchiha.
La observó irritado, seguía intentando alejarse.
-Hmp.
-Sasuke, tú no quieres esto. – Estaba confundido. Ella no tenía idea lo que hablaba. - No tengo problema en hacerte compañía si quieres pero jugar conmigo no te hará sentir menos solo.
Se levantó. No entendía de qué estaba hablando.
-No debiste volver, se supone que no ibas a volver. - Eso lo perturbó.
-Pues si no querías que volviera tampoco debiste dejar que pasara esto.
-¿De qué hablas? ¡Solo lo hiciste por diversión o quien sabe qué cosa!
-Sakura yo...
-¿Quieres confundirme?
-Hmp.
-¿Te herí el orgullo y ahora quieres que yo caiga a tus pies como antes? - Estaba exaltada, podía ver como la incomodaba el dolor en su cuerpo, y como estaba intentando controlarse para no llorar. Se acercó pero golpeó su pecho con sus puños.- ¡Eres un maldito egoísta!
-Sakura, basta.- Intentó nuevamente acercarse a ella pero insistía en alejarlo.
-Basta tú, Sasuke.- Una lágrima se le escapó y quería sostenerla en sus brazos pero no pudo, su cuerpo no reaccionaba. Siempre detestó verla llorar.
Comenzó a dar vueltas por la habitación sobándose la sien. Ella se mantenía de pie observándolo.
Ella creía que era un juego.
-Sasuke, por favor solo vete. - Se quedó estático. Maldijo su orgullo Uchiha. - Si alguna vez me consideraste tu amiga, vete.
-No lo entiendes - Se acercó nuevamente a ella y la sostuvo del brazo antes de que lo volviera alejar.
-Suéltame p-por favor. – No creía poder mantenerse más tiempo en la misma habitación que él.
-Sakura, yo... yo no puedo. – Canalizó sus energías en que sus palabras salieran como quería. - No puedo soltarte.
Vio la sorpresa cruzar su mirada.
-Es... todo tan confuso, nunca pensé que esto llegara a pasar. – La acercó a él. - Aún ni siquiera lo entiendo. Nunca pensé que podía haber luz en mi vida.- Estaba hablando demasiado rápido. - Pero aquí estás y brillas cada día más.
Se sonrojó. Eso era todo lo que necesitaba por hoy y todo lo que podía decir, esperaba que lo ella lo entendiera. Uchiha Sasuke estaba revelando algo de sí mismo sin arrepentirse.
Sakura estaba más que confundida, Sasuke parecía otra persona y le agradaba más de lo que pensó.
La tomó en brazos y la recostó en la camilla, no dijo nada en ningún momento pero justo antes de depositarla ella se aferró a su cuello y lo besó suavemente, como una caricia.
Quería besarla, ahora sí que no tenía dudas, ardía el lugar donde posó sus labios pero no podía insistir. La forma en que su cuerpo estaba comportándose lo mantenía alerta, no podía darle rienda suelta.
-Desearía que no fuera demasiado tarde.
Fue lo último que ella dijo.
Esperó a que se quedara dormida para irse.
Despertó cansada, recordando los sucesos del día anterior. Algo extraño sentía en su interior, no entendía por qué parecía que algo se negaba a aceptar a Sasuke y el que la viera de la forma que siempre deseó. Ahora parecía estar confundida. Sasuke... Sasuke es Sasuke, pero el removió algo con ese beso, aunque haya sido minúsculo. El miedo la confundía. Sí, tenía miedo de volver a sentir algo por él porque no había parado de pensar lo que había pasado. Pero ella estaba prendada del rubio y no quería hacerle daño. Quizá decirle que estaba confundida e insistir en el tema de Hinata fuera mejor que atarlo a alguien que seguía trancada por el pasado.
Se abrió la puerta de la habitación.
-Sakura, ya puedes volver a tu casa- dijo Shizune.
-Está bien, ya estoy cansada de estar aquí. – Se levantó buscando su ropa para cambiarse.
-Tómalo con calma, Sakura. Tu chakra sigue sellado.
-Que aguafiestas, solo quiero volver al trabajo. Es tan aburrido ser el paciente. – dijo cayendo sentada.
-Tu imprudencia debía castigarse de alguna forma. – Rio mirando a la pelirosa frustrada. - Solo intenta no utilizar más y lo siento pero al menos por una semana debes guardar reposo.
-Estás bromeando - dijo mirándola sin creerlo.
-Y con reposo me refiero a no utilizar chakra, no agitarte demasiado y...
-Entiendo lo que eso significa. – La cortó.
Se empezó a vestir para irse pronto, no quería toparse con nadie.
-Descansa. - dijo y se marchó.
Suspiró, debía encerrarse en casa. Que valiente ella.
Cuando llegó a casa todo estaba tal y como lo había dejado. Tan solitario.
-¡Pff! ¡Sakura, manos a la obra! -dijo y se lanzó a la cama a dormir. Su espalda y brazo seguían doliendo y estaba vendada por todos lados.
Solo le quedaba dormir todo lo que pudiera y no despertar hasta que haya pasado una semana por lo menos.
"¡Sakura-chan! ¡Sakura-chan!"
Se removió incómoda.
-¡Sakura-chan! - Su puerta estaba a punto de ser destrozada con tanto golpe.
-¡Naruto!- Saltó de la cama y tropezó con todo lo que encontró a su paso, cayendo de rodillas justo antes de llegar a la puerta.
-Sakura…
-¡Naruto!- Dijo frotándose los ojos- ¡Deja de gritar!- Se sobó las rodillas.
-Sa-ku-ra- No podía estar ahí también.
Levantó la vista, jade topó con ónix y solo pudo volverse piedra.
-Sakura-chan, ¿nos dejarás entrar o te quedarás parada ahí mirando al Teme?- Salió del shock.
-Pasen, Naruto-baka. - Lo golpeó en el hombro suavemente.
-¡Ese si es un recibimiento adecuado!- dijo sonriendo.
Song of the chapter: I was wrong - Sleeperstar.
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Edité este capítulo, ya que era bastante diferente a los otros y no me agradaba el contraste que se producía al leerlos.
Espero lo disfruten.
