Aquel día se despertó con un mal presentimiento, lo que ocurría comúnmente cuando alguien venía a fastidiarle la mañana, se enderezo, el gigai que le habían dado era extras sensible para que aprendiera mas rápido, o mejor dicho de mala manera lo que era ser un ser humano que siente, gracias a ellos su espalda estaba adolorida por dormir en el suelo. El sótano de Urahara, donde entreno Ichigo para ir a salvar a Rukia no era precisamente un lugar apropiado para vivir, y mucho menos para dormir cada noche durante casi seis años, sin salir mucho de allí fue el último en permanecer allí y no por dependencia sino porque recién a la fecha Urahara, su anfitrión decidió que era lo suficientemente humano.
Se estiro para hacer circular la sangre en su cuerpo y ponerlo en movimiento, hizo un repaso mental de las cosas que ocurrieron tras su muerte, no recordaba los últimos momentos antes de morir y solo tenía la sensación de que era algo muy importante para él, luego de esos despertó días después en el Rukongai, su alma estaba resentida y una señora le dio lo que comprendió mas tarde, un hogar, al cual volvía frecuentemente, ya que la sociedad de las almas lo mantenía muy vigilado, cuando quiso saciar su curiosidad y bajo al mundo humano fue traído por Neliel a la casa del sombrerero quien le ofreció la ayuda que necesitaba, que para él eran, sentido común, al parecer el suyo tenia algunas fallas, educación, una guía con respecto a la sociedad en general y un gigai para movilizase de manera más sólida. Se encontró con la no muy grata sorpresa de que no fue el único en acudir al vendedor de dulces, varios ex –espadas lo habían hecho también y tuvo que convivir con ellos, fue el más rápido en aprender casi todo a excepción de la parte de sentir, por lo que fue pospuesta, y muchas más veces pospuesta su salida acredita con éxito al mundo humano y ya todos se habían largado del lugar.
Era visitado por varios shinigamis, los cuales en un principio estaban muy reacios a tener que tratar con él, pero estaba seguro que más de alguno ya no le tenían manía, ya que uno de los capitanes le informo que si asistía a la academia para shinigamis podría admitirle en su escuadrón, por otro lado sus ex –compañeros venía a verlo muy a menudo y sobretodo Grimmjow y a la siga de este Nel, que eran los más persistentes en sus visitas.
Escucho a lo lejos el rugido de un motor y se llevó una mano a la cara con gesto de pesadez, pronto estuvo el peli celeste restregándole su nueva moto en la cara, que hizo que se la comprara Nel con su sueldo hace unos días. Tomo su mochila donde la noche anterior había guardado las pocas cosas con las que se había hecho en este tiempo, ropas y unas cuantas pertenencias a las cuales se había apegado.
-molestas a los vecinos con esa cosa- le dijo, y puso el pie en una de las ruedas deteniendo el avance de la motocicleta y a su vez soltando una gran polvareda.
-¿quieres romperla emo?- le dijo con una sonrisa socarrona y en tono desafiante.
-¿Qué te importa a ti? Si ni siquiera salió de tu bolsillo –ya perdiste el orgullo de un espada, haces que una mujer te compre tus cosas- eso hizo callar al arrancar.
Apago el motor y descendido, puso su máxima expresión de delincuente y se acercó para provocarlo, mirándolo con la cabeza bien en alto, le costaba trabajo aceptar el hecho de que se estaba convirtiendo en un mantenido y cuando se lo echaban en cara lo fastidiaba en verdad.
-qué me dices de ti… ¿todavía vas a comerle los pulmones a tu mami?- sonrío complacido, ya que ese tema también era complicado o lo había sido en algún tiempo para Ulquiorra.
El moreno ya no era tan calmo como lo había sido como arrancar, pero rara vez caía ante las provocaciones de Grimmjow, frunció en ceño y estiro su postura, también su cuerpo había madurado quizás no tenía los músculos inflados de su contrincante pero poseía una estatura no tan escasa como en el pasado, sin superar a la vez la de Grimmjow y su cuerpo seguía siendo fuerte y atlético, una provocación más y los dos arreglarían sus asuntos a golpes.
-los amigos no pueden pelearse antes de las doce- les grito Nel.
Saliendo de la nada de entre ambos y separándolos y una vez los tuvo a una distancia considerable se colgó del cuello de Grimmjow, con el cual últimamente se estaba dando muchas confianzas.
-¡Grimy no me dejes sola!- le regaño y luego le sujeto la nariz en castigo, a Grimmjow de apoco se le fue desapareciendo la vena hinchada.
-oye emo nosotros veníamos a buscarte para enseñarte los apartamentos de los que te hablo Noitora hace unos meses- le dijo completamente calmo.
-¿existen? Más me pareció una broma de parte suya-
-¡yo ya los he visto!- daba saltitos mientras aun no soltaba a Grimmjow quien apenas estaba en pie, ya que Nel era un arrancar mucho más fuerte que él.
Como Nel confirmo los tres fueron a los deptos. Eran un tanto retirados del centro de la ciudad, tipo occidentales, de ladrillos lo que los hacia lucir muy pintorescos, la casera les mostró el interior de uno de los que estaban disponibles, solo la cocina estaba equipada y el baño, Ulquiorra le parecía perfecto hasta que Grimmjow hablo, cuando la casera los dejo.
-¿y con qué piensas pagar?- miro el depto. Era bastante espacioso, y tenía tres habitaciones además – además ¿conque demonios vas a mueblar este sitio? Es enorme-
-tengo dinero ahorrado, y no pretendo amueblarlo aun-
Nel hizo un gesto desaprobatorio –no puedes ¿Dónde dormirás?-
-no puedes seguir durmiendo en el suelo- le reto Grimmjow –no recuerdas lo que dijo el sombrerero que aun estas creciendo bastardo ¡te quedaras chueco!-
Ulquiorra solo suspiro y fue a ver una de las habitaciones dos de ellas tenían balcón, y muy buena vista, nel fue a decirle a la casera que iban a rentar dos deptos. Ella también quería salir de la casa de Ichigo porque su amigo estaba muy concentrado en la relación que tenía en este momento. Grimmjow se afirmó en el marco de la puerta de la misma habitación.
-te vendrá con Nel- afirmo Ulquiorra en vez de preguntar, Grimmjow no lo negó – te advertí que no te acostaras con Nel… ellas no es como con la demás con las que has estado- Grimmjow suspiro pesadamente.
-supongo que es hora de dejar de huir y eso va para tu también- le golpeo el hombro al acercase –nadie le ha dicho a la princesa que también estas de vuelta, deberías ir a verla-
-esto o tiene nada que ver con lo tuyo-
-¡¿Cómo que no emo?!- le escupió en la cara a Ulquiorra.
- no tienes que mesclar en tus problemas a la mujer ¡maldito fornicador!-
-¿Qué es un fornicador?- pregunto Nel quien traía las llaves.
Los dos se quedaron en silencio, se peleaban todo el tiempo pero se guardaban todos los secretos entre ellos, y lo más impensable era que se buscaban para pedirse consejos o contarse lo que les ocurre.
-esto es uno- señalo a Grimmjow quien tenía un amplio expedientes de mujeres con las que había intimado desde que abandono el hueco mundo -¿Nel solo escuchaste eso?-
-si solo eso, ten esta es tu llave- se la entrego, seguía tan feliz como siempre y lo más probable es que no había entendido nada de nada, seguía siendo una niña bajo el gigai – la casera quiere que vayas con tu documentación y firmes el contrato- ella se adelantó y salió del depto. Suponiendo que Ulquiorra la seguía.
Los dos amigos se dieron unas miradas de advertencias y luego se relajaron.
-yo iré por unas birras y algo de sake- dijo el arrancar saliendo también.
Su apartamento carecía de casi todas las comodidades humanas y la pareja de arrancar que tenia de vecinos se lo recalcaban cada vez que entraban sin su permiso, Nel le trajo un par de platos y cubiertos, mientras Ulquiorra trataba de dormir en su día libre, en el suelo de la sala que fue donde cayó dormido el día anterior.
-Nel no vengas en camisón a mi depto. Recuerda que también soy un hombre- tenía los ojos entrecerrados por la luz que se colaba.
-no creo tu no piensas con el de allá bajo- se rio.
-¿Quién te enseño eso?-
-Rangiku- lo dijo canturreando, Inoue, Rukia y la rubia eran sus mejores amigas.
-no hagas caso de todo lo que dice la rubia- le regaño –casi todo el tiempo esta ebria- hizo memoria según la shinigami llamada Rukia le había contado que había tenido un bebe hace poco, se lamentó por el vástago.
Grimmjow entro dejando aún más abierta la puerta y cogió al hombro a Nel y le dio una palmada en el trasero, esta con el pelo esponjado y ojeroso, el trabajo le hacía pésimo, y mas no conciliaba el sueño si Nel no estaba a su lado.
-a la cama- le ordeno y salió dejando la puerta abierta.
Ulquiorra maldijo en voz alta, encima que no respetan su privacidad, y no le dejan dormir con sus ruidos nocturnos, ya que a los dos les bajaba por temporada el celo, no pensó que tenerlos de vecinos habría sido asi, se estaba volviendo ingenuo, se levanto de mala gana a cerrar la puerta cuando vio a Inoue que estaba pasando justo en frente de él, a visitar a nel.
Los dos conectaron miradas, a Inoue se le cayó el bolso y sus piernas flaquearon, y Ulquiorra de puro nervio cerro por un instante la puerta, hasta que sintió el porrazo en el suelo y auxilia a su ex –prisionera que yacía sentada en el suelo con sus pertenencias regadas por el suelo.
La ayudo a levantarse, pero sus piernas estaban temblorosas, por lo que no la soltó y luego recogió sus cosas, la condujo dentro del depto., que estaba en completa oscuridad, abrió las persianas, ella seguía en shock al igual que él, la diferencia que él aun podía enviar órdenes a su cuerpo en vez de quedarse congelado. Cuando ella comenzó a articular palara, le dio el único cojín que tenía para que en se sentara.
-Nel está ocupada no creo que te pueda recibir, puedes esperarla aquí- sonó como una orden, ni después de purificado cambio sus hábitos de para con ella, carcelero y prisionera, aunque fue mucho más caballeroso esta vez.
-tu… ¿estás bien?- le parecía tan irreal, tan efímero el verle que si hacia un movimiento muy brusco se haría cenizas tal cual la última vez que puedo verle, sin poder llegar a él para corresponderle.
Él por su parte malinterpreto lo que estaba preguntando.
-debería estar muerto- dijo sin más, le turbaba tenerla en frente, recordar como todos los días gozaba destruyendo su confianza, eliminando sus defensas y arrebatándoles sus sueño y esperanzas.
Pero no lo había hecho por su instinto destructivo, solo una vez se dejó llevar por él y fue cuando peleo por última vez con Ichigo, si había sido cruel y despiadado era por siendo tan inhumano ella lo cautivaba, sentía hambre cuando estaba cerca de ella, quería saber, descubrir sobre ella, abrirla desde la garganta hasta más abajo del ombligo y registrar cada rincón de ella, saciar su curiosidad pero debía suprimir todos esos impulsos y transformarlos en palabras para conformarse con las respuestas de la humana, que tan ilógicas, mas descabelladas le parecían.
Mas siempre le sorprendió con sus acciones y su determinación y ahora no sería una excepción. Se acercó a tientas y le tomo la mano con desesperación, lo descoloco y hizo que perdiera su compostura, acariciaba su mano y luego se llevó la otra a su cara para intensificar la presencia del ser que había encarnizaba sus sueños actuales, sus lágrimas cayeron cálidas, cuando Ulquiorra las vio se levantó de golpe.
-sabía que no te haría bien verme- se pensó que otra vez le estaba haciendo daño.
Inoue se paró y le abrazo por la espalda, se aferró lo más fuerte posible, estaba tenso, y sus polera se estaba mojando por las interminables lágrimas de la mujer, quería saber que hacer pero la respuesta no se hallaba en ninguno de los libros que estudio.
-te extrañe- le dijo ella y no esperaba ninguna respuesta, tan solo decirlo.
-yo igual- agacho la cabeza, seis años le dieron el tiempo suficiente para entender que ella era el color, el calor, y el aire que necesitaba para vivir.
Se quedaron tal cual, escuchando las palpitaciones del otro, sus respirar, recordar cono era tenerse de nuevo, pero del depto. Vecino escandalosos gemidos y crujidos atravesaron las paredes de la sala, y la situación de volvió bochornosa.
-si Nel está ocupada- dijo después de escuchar un gruñido bestial y los tartamudeos de Nel diciendo el nombre de Grimmjow.
Ulquiorra tomo de la mano a Inoue y la saco de la sala y la llevo a una de las habitaciones, ahí no llegaban los gritos. Fue incomodo en partes iguales para los dos, pero en el rostro de Inoue era más evidente, su color esta encendido y sus mejillas acaloradas tenía que poner un tema para olvidarse de lo que aun pasaba en el depto. Vecino.
-¿hace cuánto estas aquí?-
-unos meses- se sentó en el suelo, ella lo imito y apoyo su cabeza en su hombro, pero ahora estaba más alto, solían sentarse así en el hueco mundo cuando ella estaba tan mal emocionalmente que para que no perdiera la cordura le deja que se aproximara y se apoyase en él.
-pero no tienes, muebles ni camas ni…- se cayó quizás era un tema delicado.
-no me parecen necesarios, con una manta y un cojín puedo dormir y sentarme-
-No puedes- se puso seria, quería convencerlo.
-¿porque no?-
-porque no puedes-
-esa no es una razón mujer-
-es malo para tu salud- dijo sonriendo como tonta.
-soy un alma ya estoy muerto-
-entonces dame una razón que te haría amueblar tu depto.- Ulquiorra quería seguir con la discusión pero al parecer ella se había vuelto un poco más perspicaz.
-quizás si no viviera solo-
La conversación se extendió un par de horas, hasta que el estómago de Inoue rugió entonces Ulquiorra se puso de pie y le pregunto si lo acompañaba a la tienda que quedaba cerca, puesto que no tenía nada para prepararle y si no recordaba mal ella le solía pedir extrañas mesclas de sabores, pasaron por la sala que aún se sentían los bramidos Ulquiorra pateo la pared molesto.
-¡jodete emo!- le grito Grimmjow.
Pero se callaron, ese tipo de cosas a Inoue la avergonzaban mucho pero se le paso rápidamente al escuchar soltar unos cuantos improperios en voz baja a Ulquiorra, algo que no le había visto hacer como arrancar. Salieron a comprar.
-he escuchado que Harribel se hizo policía-
-también me lo contaron por ahí- la miro de reojo, ella estaba sonriente pero le pareció que había sonado algo cortante –también que tu amiga tuvo un hijo hace un par de años-
-¡ah sí! Rangiku tuvo a Gintoki- el nombre le pateo el estómago a Ulquiorra ya sabía quién era el padre del vástago – que horrible combinación-
-no, no para nada es un pequeño muy sano y muy sereno- de pronto lo cogió del brazo, justo antes de unas chicas se le quedaran mirando –te llevas mejor con Grimmjow- recordó los conflictos entre espadas hace seis años atrás.
Bestias muy competitivas, no existía compañerismo y las alianzas se rompían una vez que diferían en sus interés.
-es lo que hay- dijo casi a regañadientes, se convirtieron en amigos solo a base de golpes.
Se daban miradas mutuamente, lo que siempre fue natural, el verde de sus ojos era el único color que podía ver mientras estuvo cautiva mientras que a él siempre le pareció fascinante estudiar sus gestos, pero ahora ambos estaban rompiendo el límite de observar y comenzaron a dedicarse a los cambios de los seis años. Orihime no estaba más alta, pero si más femenina y sus curvas estaban más pronunciadas para no decir que sus pechos y caderas se volvieron más grandes, su pelo largo y suelto sin ningún sujetador, sus ojos eran tan llenos de vida y expresivos, incluso reflejaban tanta alegría que era contagiosa.
Como humano esta deleitado, casi embriagado, pero su apellido era autocontrol y no se dejaría ceder aun. A veces desviaba la mirada ruborizada no recordaba que fuese tan guapo, su contextura seguía siendo delgada, había crecido considerablemente, sus marcas como su máscara arrancar ya no existían, tampoco llevaba el hueco en la parte baja del cuello, en vez de eso una polera sin cuello le dejaba ver un poco de esa descolorida piel, y sus ojos tenía un ligero brillo pero seguían siendo vacíos y profundos.
Ese día no pudo hablar con Nel pero le conto con todo detalle lo que había hecho durante los seis años, como si fuese un amigo de la infancia.
-¿Ulquiorra puedo venir otro día a visitarte?- le pregunto nerviosa al irse.
-si, a menos que quieras que te secuestre- ella dio un respingo ante tal confianza –no sé dónde vives- añadió y ella se largó a reír mientras que él la acompaño con una leve sonrisa casi imperceptible pero que Inoue vio claramente.
