¡Mi gente linda, mi gente bella!

Yo había decidido retirarme un tiempo de los retos, en pos de terminar un longfic que planeo publicar en algún punto del año entrante, pero bueno... que no me aguanté.

Y pues nada, aquí el fic:


Declaimer: Los personajes de Naruto no me pertenecen, son propiedad y obra del mangaka Masashi Kishimoto; la imagen pertenece a su respectivo autor. El texto aquí presentado se escribió y pública con carácter único de entretenimiento y sin ánimo de lucro.

Aviso: El siguiente fic participa en el reto ¡No al romance! del foro Secreto en el Valle del Fin.

Canción de inspiración: Creep, Radiohead.

Palabras: 385.


Cerezos en Otoño.

La observa a lo lejos, desde el borde verde del parque, con un pie sobre el césped vivo y el otro en el concreto duro y grisáceo. El caminar se le ha congelado en la duda y la pena, ¿acaso tiene el derecho de acercarse?

Regresa su pie derecho, ese que da siempre el primer paso, a la acera junto al otro. El remordimiento le ha ganado.

Se limita a observarla durante los siguientes minutos; a escuchar el rechinido lejano del columpio en el que está sentada y en compartir a escondidas el viento frío que les mece el cabello a ambas.

Es otoño y la temperatura baja. No es un día en que deba olvidarse el abrigo en casa, pero Ino siempre lo olvida; Sakura lo sabe, por eso está ahí.

Imprime fuerza en abrazo de la manta que le cuelga entre los brazos. Es un viejo tendido de corto afelpado blanco con flores de cerezo bordadas desde las esquinas; su favorito desde niña.

La amistad vence a la duda y su pie derecho avanza hacia la rubia en el columpio.

El follaje naranjoso cae como cortina y el corazón entristecido se le oprime en el pecho a medida que se acerca.

Observa los hombros descubiertos manchados con la luz tenue del crepúsculo. Ino siempre se deja el abrigo en casa.

Siente el cambio de temperatura en su antebrazo, nada más desprenderse de la cobija y deja caer la suave tela sobre los hombros femeninos.

Ino pega un brinco de sorpresa y la mira. Es la primera vez que se observan tan directamente desde aquella absurda pelea, cuyo motivo no recuerdan, un mes atrás.

Los ojos azul pálido se inundan en salado y pronto estalla el llanto en cascada. Ino se lanza al abrazo cálido de Sakura y llora, y llora. Llora con fuerza. Precipita su propia alma sobre el pecho de la pelirrosa y bajo el manto protector de los cerezos.

Sakura la acuna en silencio y le consuela la pérdida aún en duelo.

Ha pasado un año, pero eso no importa. Eso no lo hace más fácil.

—Lo extraño tanto —solloza Ino en desconsuelo.

Sakura le acaricia las hebras amarillas y guarda silencio. No puede hacer más que eso. Sabe que no puede ser un padre, pero trata de ser una hermana.

Fin.


Y eso es todo amigos.

Espero fuera de su agrado.

Un beso en rojo para todos y deséenme suerte. #SeSuplicanCriticas