Ella lo miraba con lujuria, él la observó de reojo ocultando su lasciva mirada detrás de una copa de vino Mouton Rothschild de 1945, esa forma de beber tan elegante y varonil en un traje sastre italiano... Ella sólo podía aguantar en su posición desafiante y tratando de encontrar su mirada. Pero al fin y a cabo las apariencias estaban escondidas en la actuación de siempre, porque él tenía sus obligaciones de líder y las de ella "simplemente" era ser la nieta del emperador.
-No deberías estar aquí, ¿quieres que nos cachen? – Su voz dulce y jadeante disfrutaban que las manos masculinas la agarraban con manía posesiva mientras fervientemente le subía el vestido entubado sin haberle importando de un crujido, seguramente las costuras finas.
-Lo que tú quieres es que yo ya esté dentro de ti – Y con instinto encontraron un pequeño cuarto de servicio de limpieza.
La montó en una mesita hasta acorralarla con la pared mientras que ella por inercia y técnica ya había desabrochado ese hermoso traje negro matte y dejando caer los pantalones, dejando en claro su estado de excitación, sin esperar sus cuerpo se restregaban desesperados. El la exploraba con sus manos expertas y la hacía estremecer tanto que podía escuchar en sus gemidos su nombre y como arte de magia él leyó los pensamientos de su amante, quería que hiciera a lo que habían venido. Reprimían sus gemidos cada vez más que las embestidas fueran más intensas, esos labios delgados de hombre devoraban su fino cuello de tez pálida dejandose a su merced.
Antes de despedirse se besaron apasionadamente y cuando empezaban a tomar caminos diferentes, le dio una palmeada en su redondo y pequeño trasero - "Bien jugado" -le guiñó con tanto descaro que ella lo fulminó con la mirada y desapareció entre la multitud de una fiesta de cóctel.
-Cariño, creo que tu vestido no te queda muy bien – Un hermosa y esbelta mujer la reprendía con una sonrisa con que finges tanta dulzura- Está descosido...
-Está hecho a mi medida, Madre ¿Cómo podría pasar eso? -Le respondió con una hermosa sonrisa de hipocresía.
-Hija, no se si te diste cuenta pero tienes un desperfecto que no dejas nada a la imaginación -Se le veía el pánico en sus ojos por un momento - ¡Cambiate ese trapo, ahora mismo! ¡Pareces una cualquiera!
Y no dudó en hacerlo, desapareció.
Este era el lugar donde vivía, donde ella era un peón de ajedrez de cristal fina, donde ella y su fingida vida respiraban un aire moribundo en un hermoso palacio en el que sonaba sus zapatillas de diseñador y el bullicio de una fiesta, pero no de una familia feliz y el sonido de las risas de unos niños como una familia de película. Pero con su fuerza de supervivencia y su poca credibilidad a su conciencia aún tenía las agallas de sonreír con esos labios femeninos y despintados, ese olor a tabaco impregnada en su piel con marcas salvajes escondidas bajo ese collar de diamantes, si... ella podía seguir sonriendo, aunque descaradamente sus ojos de un color verde mar brillaban de felicidad, por que la razón de ese vestido no era de un kilo más, si no de un delicioso improvisado revolcón con un hombre que podrías asemejarlo con un Rey espartano.
-Ahora tardaste más... -una voz auditivamente irritada y molesta.
-¿¡Qué!? -Buscó el dueño de esas palabras y pudo ver a su primo.
-A Ieran le urge la boda, solo atrasas lo inevitable... -un Inglés de rasgos finos de porte elegante llegó hacerle compañía con una copa de vino- Su deseo es un nieto de su único hijo... eres el único varón Li....
-A la jodida con sus deseos Eriol -tomó su décima quinta copa de la bandeja de un mesero- Ya esta la maldita casa llena de críos.
-Pero no con el apellido Li.... vamos, anímate, casi cumples los 28 años, soltero y aun con el título de playboy podrás encontrar algo bueno que consideres – Lo miró de reojo y roló sus ojos- No está por aquí, la vi salir.
-¿¡Con quien!? - Se atragantó con su propia bebida, ya que se encontraba buscando con desesperación.
Una soga al cuello no es una corbata que te combine con tu traje, primo – Se enfrentaron sus miradas, el inglés con su semblante serio y el con su ceño fruncido y con las mejillas sonrosadas- Ella está prohibida... -y él afligido por la situación, mordió su labio inferior, mostrando su cara de culpabilidad y sufrimiento- No jodas cabrón... -imaginando lo que él esta pensando- Te estás clavando a la nieta del emperador.
-Esto es enfermizamente adictivo... -Como siempre escondiendo su cara detrás de su copa ahora la décima octava- Tú no sabes...
-Tal vez no, pero no me importa... quiero que dejes ese culo en paz -Miró su reloj de pulsera Cartier- Pasa de media noche... no tarda en dar su discurso -y como que algo le da risa y comenta.- Y lo peor que te podría pasar...
-Espero que cambie de opinión -Le cortó la frase.
-Ieran lo indicó...
-Mi madre puede irse directo al caño.
-Syaoran, es tú madre.
-Y una dictadora -le sonrió fingida y aburrida.
-A la cual le tienes miedo...
-Respeto -le espetó de manera mordaz.
-"Buenas noches, querida familia, mis adorados amigos, mis fieles colegas, esta noche estoy muy feliz ya que tengo dos noticias que muero por compartir - entre los biroteos y risas de alegría, un gruñido imperceptible de Syaoran no pudo contener ¿Que demonios hacía arriba el primer ministro?¿Tratando de abrazarla? Carraspeó para volver a llamar la atención de los presentes.- Como les comentaba queridos amigos, mi primera noticia es que he de mencionar que mi mano derecha, en mi legado como Emperador, me siento orgulloso de mencionar a nuestro amigo Xiao Lang Li, ¡Pasa! ¡Pasa querido amigo! -Sus pies parecían yunques, ¿era su imaginación o el lugar estaba mas grande de lo acostumbrado? - ¡No seas penoso, mi querido Li! ¡Esto era de esperarse!
Pero él no era el único que su pulso cardiaco estaba desatado, Sakura Kinomoto, con su disimulado tic nervioso en su ojo derecho, ¿eso era lo peor que podía pasar?... o para sus más perversas ideas... lo mejor que podía suceder, entre más cerca... más cerca ... de su ¿cama?.
-... -No encontraba palabras hasta que decidió matar ese silencio pidiendo una copa de Whisky en las rocas- Eso se merece un brindis Emperador, es un honor nuestra unión, con China... mas que con nuestro Clan...
-"Pero no tan aprisa mi querido amigo, falta mi noticia otra noticia y a mi parecer es la más importante... y quiero celebrarla contigo" -Syaoran no sabia si sonreír o quedar serio con el ceño fruncido, así que como pudo se las ingenio para soportar la idea en que tenía que cuidar su imagen.- "Quiero decirles también de que ha llegado la hora que muchos han esperado y que mi adoraba preciosa mujer y yo hemos deseado con fervor... es... agrandar la familia" - Muchos entendieron la noticia y daban gritos de felicitaciones, de júbilo y de aplausos, pero Syaoran, como pudo notar que era el único que no entendía por que a comparación del primer ministro era portador de una magnifica y radiante sonrisa - "Hemos decidido que es hora tener un futuro, en esta humilde sociedad... si amigos, Shijeru mi Mi primer ministro, mi fiel amigo, se nos casa... -Syaoran solo podía ceñir su frente, y él podía ver que su querida amante tenía la vista perdida- Si... por fin va a dar ese paso tan grande en el amor... que mejor con mi nieta, mi dulce y hermosa princesita, Sakura... Sakura Kinomoto. Espero que me den muchos bisnietos"
Por instinto se miraron, ella con mirada acongojada, y una mezcla de esa maldita odiosa sonrisa de la sociedad aristocrática, que tanto odiaba Syaoran... Esto era lo que esperaban, era algo que iba a pasar... pero jamás creyó que iba a suceder más pronto de lo que pensaba. El volvió a sentir que el salón lo habían ampliado y ella sentía que ahora le faltaba el aire, de seguro que era por lo entallado que estaba el vestido por que sus pulmones exigía oxígeno... ¿Matrimonio? ¡Puta la mamá! ¿Que ha sucedido en mi ignorancia?
-¡Nunca! - un grito mental de Sakura hizo que calmara sus fuertes ganas de salir corriendo y tirarse del primer rascacielos que se le pusiera enfrente. Pero lo único que pudo hacer con su rebeldía era tomarse en un trago su sake tras otro... y otro... y otro...
Sakura POV
Lo único que supe es los hombres de negocios se había ido hacer... negocios. Y yo claro como soy mujer o "señorita" para mi abuelo, yo no entiendo nada cosas de hombres... Solo me dice "Limítate a sonreír y estar preciosa todos los días que te quedan de tu vida, eres mujer". Me dicen con que vestirme, me dicen que comer, me dicen que hacer, me dicen como hablar, como ver, como comer, y hasta me dicen como respirar! Harta! Hasta me dicen quien me debe de coger legalmente! Aunque lo haga a escondidas... debo cuidarme... un error y directo a la horca... y eso lo discutiré con mis padres... ya que alcohol me vuelve valiente.
-¿¡Para lo que te importa mi vida, ya que prefieres casarme con un ruco de 36 años?! -Grité con todo mi pulmón mientras persigo a mis padres por el pasillo que lleva a su recamara a las 3 de la madrugada y ebria.- ¿Podrían dejarme decidir con quien? ¡Sólo tengo 20 años! ¡Maldita sea mi suerte! -No sentí pánico cuando mi padre se regresó en sus pasos como toro y me tomó de la barbilla e hizo que lo mirara, estaba fuera de sí.
-Oyeme bien, Sakura tú sólo dedícate a sonreír estar presentable como te dice tú abuelo, te casas con él, punto... y ahí muere ese asunto.
-Vamos Sakura, es un buen hombre... -y yo me quedé con la cara de "No me jodas la vida, mamá".
-Pues a ver si es un hombre y todavía se le para al pobre viejo, por que yo no pienso dejar que me toque y mucho menos estaré para comprobarlo -grité con furia, es que caray estoy acostumbrada a un buen material. Y esta vez le tocó a mi madre agredirme con una buena cachetada.- ¡Perra! -Obvio lo pensé.
-Guardas tú insulso vocabulario para gente mediocre y te largas a tu recámara y... y... vas aprender Sakura Kinomoto... -Maldito sea el alcohol por que no tengo buenos reflejos, por que no pude escapar del fuerte amarre de mi padre que me arrastraba ante mi lucha de patadas y manotazos por librarme.
-¿Con qué me vas a castigar papá? Si lo único que has hecho es someterme a tus expectativas -Estaba enojada, y ya no podía aguantar las ganas de llorar, los odiaba.
-Muchos... Muchos desearían estar en tú lugar... estar en tú posición social... pero tú... lo desprecias... -Mi madre me miraba con extrema furia ó decepción ó tal vez estaba a punto de escupirme en la cara- Así que cállate y obedece.. y hazle como puedas, por que si sigues así te casas mañana mismo.
Chillé del dolor cuando repentinamente aterricé en un baúl que estaba a los pies de mi cama, me sacó el oxígeno de mis pulmones y espero que me hayan crujido mis costillas y me desangre por dentro, cuando mi padre me dictó mi sentencia.
-No vas a salir de ésta casa hasta que el primer ministro venga y formalmente estén comprometidos... y eso será en dos días y si Sakura, si te quedarás para comprobarlo -Fueron las últimas palabras que escuché antes de quedarme dormida. Y deseé no querer despertar... nunca más.
Hoolaa!! soy nueva esto y me gustaria que me dejaran reviews para ver que eslo que opinan!, si?
