Capitulo 1
La manera en la que nos conocimos.
Miyako.
13 de Marzo del 2008, día del Umi no Matsuri1. Clima, caluroso, extremadamente caluroso, eso es lo que mas odio de estas fechas. Cada año el Umi no Matsuri se pone peor, la verdad no se si es por el hecho de que estoy creciendo o por el clima, cada verano es peor. Según la leyenda de mi pueblo, cada 30 años una pareja de jóvenes se encontraría y se enamoraría en el festival, obviamente yo no creía en esas historias, quizás porque no me sentía el tipo de persona que seria capaz de enamorarse o porque ya había conocido a muchos chicos en esta fecha y no había pasado nada.
Ese día, yo tenía quince años si mal no recuerdo, salí del festival, decepcionada claro, mí madre y mi hermana ya se habían ido, no era tarde, seria alrededor de las diez de la noche, yo me quedé esperando los fuegos artificiales. Me gustaba mucho ese festival cuando niña porque como era verano el cielo estaba despejado y la algarabía de las fiestas me llenaba de júbilo sumado con los fuegos artificiales que se mimetizaban con las brillantes estrellas en la noche, era algo bastante hermoso. Sin embargo esa noche el sueño de verdad me adormecía y sentía que me estaba meciendo constantemente. Caminé por el malecón, a pesar que de noche no se puede ver el mar, ese vacío infinito, como si el mundo ideal creado por la mano de dios se hubiese quedado inconcluso era un tanto interesante. Mi pueblo es pequeño, por lo tanto caminar hasta mi casa no era muy tedioso, serian unos 30 minutos. Alrededor de los 15 minutos de camino vi a un chico. El chico tenía un brillante cabello rubio, muy bien cuidado, parecía ser el clásico chico de muy buena familia, que sus padres lo quieren y lo consienten en todo. Me pareció raro ver a una persona de ese estatus social sentado en la mitad de la noche en el malecón, y asistiendo a un festival de gente de tan baja clase como la mía, pero cuando me acerqué y lo escuche llorar no me pude resistir a hablarle.
-Perdón…sé que esta pregunta puede ser algo estupida ya que, obviamente, si estas llorando es que no lo estas, pero… ¿Estás bien?
El rió, se seco las lágrimas, y me miro con unos resplandecientes ojos azules, unos ojos azules tan hermosos, que me daba cierta sensación de lastima verlos tan tristes.
-Si, si estoy bien, gracias por preguntar.-respondió mientras se colocaba sus lentes.
-Ah, me alegro, bueno, entonces me retiro.
Mientras me alejaba de él, se paró y con un ligero tono de desesperación en su voz me pidió que lo acompañara un rato. Mi cerebro decía que debía alejarme, que era peligroso, sabía que lo era, como si no me hubiesen dicho suficientes veces "aléjate de extraños", ¿si era un violador?, ¿si me secuestraban y me vendían como esclava? Aunque una persona con un poco más de sentido común se hubiese retirado sin pensarlo dos veces, otra parte de mi cerebro me decía que debía quedarme, que esa persona si se quedaba sola no podría soportarlo y probablemente se suicidaría.
-Está bien, te acompañaré.-le dije
-¡¿En serio?!-me respondió bastante emocionado, no, el estaba sorprendido, emocionado suena un tanto arrogante, ¿Emocionarse por pasar tiempo con una extraña?
-¿Por qué tan sorprendido?
-Una persona con un poco de sentido común se habría ido pensando que soy algún tipo de depravado sexual. ¿No te han enseñado que no debes hablar con extraños?
-Entonces me voy-le contesté molesta mientras que pensaba "¿Qué clase de persona cree que es?"
-¡No espera! Solo bromeaba, solo quería ser sincero contigo para que esas ideas fueran despejadas de tu cabeza. En serio, lo siento.
-Si de verdad quieres que te acompañe a pesar de ser un perfecto extraño, apreciaría que ese tipo de comentarios lo guardes para ti.
-Tienes razón, discúlpame, de todas maneras, me imagino que debes tener muchos comentarios respecto a un chico llorando.
-Para serte sincera no me había puesto a pensar en eso, solo me diste pena.
"Una vez dicho no se puede retirar", eso siempre decía mi madre, pero como me hubiese gustado retirar esas palabras. Repentinamente su rostro y tono de voz cambiaron. Sentí como esta persona que acaba de conocer se hacía cada vez lejana. No se si mis palabras le afectaron por el hecho de que no lo había visto como un chico, o por algo que había pasado antes. En un acto desesperado cambié el tema.
-Y bien, ¿A dónde quieres que te acompañe?
-Quería ir al camino que está por el acantilado.-Me respondió rápidamente volviendo en sí.
Mi pequeño pueblo esta dividido en dos zonas, donde vive la gente de dinero es arriba de la colina, casas lujosas construidas ahí para tener la mejor vista del atardecer. Donde vive la gente común, como mi familia y yo, es justo frente al malecón. Al final del malecón, hay un acantilado que separa nuestro pueblo del pueblo vecino, y empotrado en este se encuentra un camino hecho de madera que trasciende desde el siglo XVIII, pero sin embargo está bien cuidado, tiene un pequeño puente y faroles y al final de camino se encuentra un lugar lleno de bancas, ya que el acantilado entra hasta el mar, todo esto esta sobre el mismo. Como este lugar es bastante romántico muchas parejas van a caminar por ahí, sin embargo ese día era el festival lo más probable es que nadie estuviese allí. Mi casa era una de las más cercanas al acantilado, así que estábamos a unos 20 minutos de nuestro destino. En ese momento no sabía de que hablar con él, así que nos quedamos callados casi todo el camino, a pesar de no decir nada el camino se hizo corto; aunque diga comentarios que están demás no lo hacía una mala persona, yo también cometí ese error. Cuando estábamos por llegar a mi casa fue cuando me di cuenta que en realidad no sabía su nombre.
-Ehm, oye, tú…ahora que lo pienso, no se tu nombre.-Le dije.-El mío es Aisaki Miyako.2
-Mi nombre es Yutama Kenichi y se escribe como "El Virtuoso Número Uno"3, ¿el tuyo como se escribe?
-Mi nombre se escribe con el kanji4 de "bonito, noche y niña"
-"La niña de la noche bonita", que lindo nombre, ahora que sabemos nuestros nombres y la manera en la que se escriben hemos dejado de ser unos completos extraños.
-Saber el nombre de uno no te hace conocerlo ¿Sabes?
-Una vez que sabes el nombre de una persona una lazo entre estas se forma, si este lazo se estrecha o se expande depende de uno. Un lazo como el que nosotros acabamos de formar es muy especial.
Sentí como mi corazón empezaba a palpitar mas rápido, me molesta la gente que hace que sienta éstas cosas.
-Hablando así pareces una chica- respondí tratando de tranquilizarme.-Además, ¿Cómo sabes que nuestro lazo es especial?
-Porque yo fui a ese lugar específicamente para que nadie me viera ni me hable, ya que nadie pasaba siendo el festival, sin embargo de todas las personas que pudieron pasar en tu lugar y simplemente ignorarme, fuiste tú, te acercaste y me hablaste, y no solo eso, decidiste acompañarme, eso hace que nuestro lazo sea especial.
-Si lo dices de esa manera me haces ver como una persona rara.
-Lo raro es bueno. Lo raro nos hace únicos.
Sin darme cuenta ya habíamos llegado al final del camino, por alguna razón no me quería ir. Pero él ya se sentía bien y ese era el motivo por el cual lo estaba acompañando. Cuando iba a decirle que se me hacia tarde y debía volver, el como leyendo mis pensamientos me pidió que me quedara un rato más, no me pude negar. Mientras hablaba con él empecé a tener dudas de las verdaderas razones por las que lo estaba siguiendo. ¿De verdad había dicho que si porque me daba pena? Quizás lo hice porque yo era la que se sentía terriblemente sola y quería que me acompañaran. De repente me empecé a sentir como una persona cruel que finge ser bueno con otros para que estos le den la compañía que le hace falta.
-Aisaki-san5, ¿Cuántos años tienes?- Me preguntó mientras volvía en mi.
-Tengo 15 años.
-Creo que debería decir Aisaki-chan6 entonces.-Dijo con una risa burlona.
-¿Por qué? ¿Cuántos años tienes tú?
-Tengo 21 años.
-Pues yo creí que tenías mi edad, no pareces un hombre pareces un niño.
-No importa que edad tengamos mientras nos divirtamos sanamente como amigos ¿Verdad Aisaki-chan?, me alegra que me hayas acompañado hoy día, en serio me has alegrado mucho. Estoy seguro que una linda chica como Aisaki-chan encontrará algún día alguien que satisfaga todo lo que desea.
-¿Qué te hace pensar que estoy sola?
-¿No lo estás? Parece poco probable que no lo estés, después de todo tienes una mirada solitaria e inocente. Y si tienes novio, debe ser un completo imbecil, ¿Cómo puede permitir que camines sola a esa hora?
-Pues sí estoy sola, de hecho nunca he tenido una pareja, ni nunca me he enamorado.
-Está bien, eventualmente te enamoraras, y seguramente será de la persona indicada, no pareces ser una persona elije mal, Aisaki-chan.
-Solo llámame Miyako ¿sí? Me incomoda tanta formalidad.
-Esta bien, entonces llámame Kenichi.
Por alguna razón, esa persona que se hacia llamar Kenichi, me comprendía más de lo que nadie podrá hacerlo. Cuando hablaba sentía que supiese exactamente lo que pensaba, quizás él tenía razón y nuestro lazo era especial, algo que nadie podrá tener más que nosotros, de cualquier forma, esa persona no iba a ser más que alguien que conocí de momento y jamás volvería a ver. A las 12:30 a.m. del 14 de Marzo del 2008 comenzaron los fuegos artificiales, él desconocido a mi lado y la desconocida a su lado miraban el cielo lleno de chispas de colores mientras el lazo que nos unía se hacía más estrecho. Una vez que los fuegos artificiales terminaron fue como si hubiésemos vuelto a la realidad, me despedí de él y mientras me alejaba nuestro lazo se alargaba más y más. Una vez que cerré la puerta de mi cuarto detrás de mí, me di cuenta que a esa persona nunca más la volvería a ver, que esa persona paso a convertirse en un sueño y que nuestro lazo se había terminado por romper. Después de todo, la manera en la que nos conocimos era algo raro.
