Disclaimer: No soy dueña de ningún derecho de CCS y no pienso aprovechar o ganar nada de este fic…… por ahora :P
El amor de una Rosa
Por: Tenshi Akire
Paris, Francia
-Tomoyo despierta, tenemos que limpiar antes de que Madame despierte- dijo Sabrina mientras despertaba a su compañera.
-Si Sabrina a voy- dijo Tomoyo levantándose del piso.
Sabrina y Tomoyo trabajan como criadas en una casa de prostitutas a la que llamaban "La Rosa Roja" ya que en la entrada había una hermosa rosa de mármol rojo. Tomoyo y Sabrina eran huérfanas que habían tenido que crecer en las calles y hacía poco que ellas habían llegado a ese lugar a trabajar y solo tenían una amiga nueva, Cornelia, una sirvienta que prácticamente había crecido en ese lugar y Madame le tenía cierta confianza aunque muchas veces la trataba mal.
Madame era una mujer alta de tez aperlada con ojos color avellana y cabello negro, era muy bella sin duda, pero su porte de seriedad y dureza a veces hacía verla como una mujer cruel, pero en otras ocasiones parecía alguien muy dulce. En realidad Madame era alguien muy astuta y muy buena negociante. Ella era quien mandaba en esa casa ahí se hacía lo que ella quisiera o las echaba a la calle. Era por eso que todas las noches las prostitutas salían y a veces no regresaban hasta la mañana siguiente solo para que Madame no se molestara con ellas. Muchas de ellas lo hacían por necesidad, algunas eran madres solteras que necesitaban dinero para mantener a sus hijos aunque fuera lejos de ellas, pero otras solo lo hacían para ganar dinero fácil.
- ¡Niñas despierten! Pronto habrá que servirles el desayuno a Madame y a las chicas y saben que no le gusta esperar-dijo una mujer algo regordeta que salio de la cocina
- Si Agatha- dijeron algunas criadas al mismo tiempo.
Junto con Sabrina y Tomoyo había otras jóvenes que al igual que ellas habían llegado a ese lugar por supervivencia, todas eran jóvenes huérfanas o que por alguna razón huyeron de sus casas y por cuestiones del destino terminaron trabajando ahí.
-Tomoyo, Sabrina, a que no adivinan lo que paso-dijo una chica llamada Cornelia- Una de las chicas tuvo un problema con Madame, no se bien que fue, pero Madame quiere elegir a alguien para reemplazarla y normalmente viene acá abajo a ver si hay alguien que le llame la atención y si encuentra a alguien se la lleva arriba y le da un cuarto y todo. No ven, esta podría ser la oportunidad de una de nosotras de salir de aquí, de ya no ser tratadas como basura. Madame trata a las chicas como reinas y les da desde los vestidos más hermosos y joyas que parecieran dignas de la realeza-
-A mi me encanaría que me eligiera. Me gustaría poder usar todas esas hermosas cosas-dijo Sabrina emocionada por la noticia
-Pues les deseo suerte. En lo personal, no digo que no me gustaría eso y admito que quisiera poder tener todo eso, pero, no me gusta la idea de que me estaría vendiendo por unas cuantas cosas-dijo tímidamente Tomoyo. En realidad a ella también le esperanzaba esa oportunidad y parte de ella en verdad quería ser elegida pero durante su vida había aprendido que la gente suele ser muy cruel con quienes no son como ellos lo cual hizo que Tomoyo se resignara a no ser ni siquiera considerada para eso.
-Vamos Tomoyo, no digas eso. De nosotras tú eres de las que más posibilidades tienes-dijo Sabrina animada. Conocía bien a Tomoyo y sabía que ella tenía muy poca autoestima por como la habían tratado de niña.
-No digas eso, tú también tienes posibilidades de ser elegida, ambas las tienen. Además, piénsenlo, yo no tengo la apariencia de alguien europeo, soy asiática, nunca elegiría a alguien como yo para eso, elegiría a alguien que se le asemejara y que pudiera llamar la atención por su belleza y no por ser diferente-
Era cierto, Tomoyo por mas bella que fuera aun era asiática y en ese lugar siempre parecían verla como algo menos, mientras que Cornelia y Sabrina eran ambas muy bellas de ojos azules y verde respectivamente y aunque algo enmarañado ambas tenían cabello muy bello. El de Cornelia era rubio y lacio y era tan largo que le llegaba un poco mas debajo de la cintura y Sabrina tenía un cabello rojizo dorado que era rizado pero si ella se lo peinaba aunque fuera un poco este se arreglaba solo en caireles. Y Tomoyo, ella era muy bella y aun desarreglada y sucia se veía bella pero lo único que hacía que la gente no la tomara en cuenta era el hecho de que era asiática.
- Bueno vamos a trabajar y olvidémonos del tema, si Madame elige a alguien que sea quien deba ser-dijo Tomoyo para acabar el tema
- Pero hay que hacernos una promesa, si elije a alguien de nosotras las otras la apoyaremos y nada de retractarse, ¿trato?-
- Si Sabrina cuenta conmigo-
-¿Y que hay de ti Tomoyo?-
-¿Me queda de otra? Acepto. Bueno ahora a trabajar o si no Madame se molestará mucho con nosotras-
El resto de la mañana pasó como de costumbre, todas hicieron sus tareas sin pensar de nuevo en el tema de Madame, o mejor dicho Tomoyo ya no quiso pensar en eso, por mas que le molestara había parte de ella que realmente quería ser elegida para ver aunque sea por una vez como era ya no ser pobre, poder elegir cuando y que comer y no comer lo que pudiera y cuando pudiera.
Esa tarde la cocinera llamó a las chicas para que fueran a servir la comida a Madame y las demás, pero todas para ese entonces ya habían oído del rumor y se habían preparado para ver a Madame arreglándose el cabello y limpiándose lo mas que pudieran, todas menos Tomoyo que ya se había hecho a la idea de que iban a elegir a alguien mas.
Al entrar con la comida todas entraron con la frente en alto tratando se hacerse notar. Sirvieron a Madame y las otras chicas y todas se pusieron en fila al fondo del comedor como siempre solían hacer.
Durante la comida nadie hablo, ni siquiera Madame, pero al acabar la cena Madame ordenó a las otras chicas que se prepararán para la noche y les dijo a las criadas que se quedaran en su lugar.
-Bueno, por lo visto hoy todas se enteraron de lo ocurrido con Charlotte. Bueno, como es costumbre veré si hay alguien de entre ustedes que pueda suplirla por así decirlo. Bueno, durante la cena estuve pensando en esto y debo decirles que si hay alguien que me llame la atención. Dime, ¿Cómo te llamas?-dijo Madame señalando a Tomoyo
-¿¡Yo!? Ma…Madame, mi nombre es Tomoyo- dijo algo nerviosa y sorprendida Tomoyo
-Tomoyo, como una flor japonesa, un nombre perfecto para ti. Tomoyo sigueme, te mostraré algo- dijo Madame caminando hacia la puerta
-Si- dijo Tomoyo, la pobre era prácticamente una bola de nervios ya que no se esperaba ser a la que eligieran.
Tomoyo siguió a Madame por los corredizos de la casa sin saber si debía preguntar a donde irían o no. Al final llegaron a una habitación que Tomoyo no conocía, si bien era su trabajo el mantener limpio el lugar ella nunca había entrado a las habitaciones.
-Bien Tomoyo entra, vamos no tengas miedo- dijo Madame mientras le abría la puerta a Tomoyo, esta entro tímidamente- Bien te seré sincera, la razón por la que te elegí es porque veo en ti mucho potencial, eres la típica niña que uno no espera tener aquí, eres una niña buena y eso atrae a varios clientes. Mira, se que puedes creer ahora que esto es lo peor que puede haber e incluso si no quieres hacerlo no me importaría pero, dime, ¿acaso no quieres al menos por una vez poder tener el poder sobre las personas?¿No te gustaría poder tener todas las cosas que quieras sin importar el precio?¿ No te gustaría ganar dinero para ti y no solo dinero para sobrevivir?¿Verdad que si te gustaría? Escucha, se que puede que tengas miedo ahora pero con el tiempo eso se te quitará.¿Que dices te arreglo para tu gran debut?-
-Madame, es muy amable, pero, no se, siento que esto no es algo que me gustaría hacer. Yo no soy como varias de mis compañeras que no tienen miedo a esto pero, tengo miedo de que algo pase, ya ha pasado que algunas chicas quedan embarazadas y tienen que enviar a sus hijos lejos para que no se avergüencen de sus madres y estas no los ven. Si yo lo hiciera y quedara embarazada no sería capaz de hacer eso, se lo que es crecer sin una familia, crecer sin tu madre, nunca haría algo así con nadie. ¿Que culpa tendría la criatura de haber nacido con una madre así?-dijo Tomoyo con tono triste, odiaba recordar que ella era huérfana por abandono.
Tomoyo había crecido con un anciano que la había criado como su nieta y le enseñó francés, y ya que era amigo de unos pintores y músicos callejeros, también le enseñó algo de arte y algo de música. Había sido muy feliz con ese anciano pero este ya era muy viejo y murió siendo Tomoyo una niña muy pequeña. Antes de morir el anciano le explico que aunque él la quería como su nieta, en realidad la había encontrado bajo un puente con un pequeño relicario en forma de corazón junto a ella que decía Tomoyo y por eso la llamó así. Después de confesarle a Tomoyo de donde provenía este murió dejando a una pequeña niña valerse por si sola en las calles.
Tomoyo aún conservaba ese relicario aunque nunca lo había podido abrir por lo viejo que estaba pero le gustaba conservarlo no para recordar a quienes se suponía eran sus padres, sino a quien había sido como un verdadero padre para ella.
-Madame, que le parece si hacemos un trato, prometo trabajar si usted cumple esa única petición. Muchos traen al mundo niños pero no por haberlos engendrado se convierten en padres, eso lo se bien -
-Vaya Tomoyo, me sorprendes, además eres buena negociante y muy lista debería admitir. Bien hagamos un trato, digamos que quedas embarazada mientras trabajas, si eso pasa, yo misma dejaré que te vas con tu hijo y conseguiré un lugar donde los reciban, podrás regresar a ser una criada y estarás con tu hijo en tu tiempo libre, ¿que dices? Debo decirte que estoy siendo sumamente generosa contigo y lo soy porque presiento que tú serías algo grande-
-De acuerdo, aceptaré trabajar pero quisiera tener por escrito esto Madame, por cualquier cosa-
-Claro Tomoyo- dijo la mujer mientras sacaba unos papeles de un cajón-¿Sabes escribir?-
-Si Madame, se leer y escribir, aprendí con el abuelo que me crió por un tiempo-
-Bien, muy bien. Mira este es tu contrato, escribiré nuestro trato y ambas lo firmaremos de tal manera que así no habrá problema-dijo mientras escribía- Listo, firma abajo-
Tomoyo tomó el contrato y lo leyó cuidadosamente, decía que ella trabajaría para Madame hasta que esta considerara que era útil siempre y cuando si ocurría algo como que quedara embarazada entonces estaría libre del contrato y sería criada para poder vivir con su hijo. Algo insegura Tomoyo tomó una pluma y firmó, era cierto que a ella no le gustaba que sonaba como si fuera una cosa y no una persona pero debía admitir que si en algo podría ayudarle eso, era en que así podría ganar suficiente para algún día poder vivir bien y tener una familia, aunque no sea una familia completa ella adoptaría a algún niño o niña y lo criaría como suyo para que no sufriera como ella lo hizo.
-Bien manos a la obra, hoy será tu gran debut y debemos prepararte para ser una mas de mis Rosas-dijo Madame con una sonrisa en su rostro mientras firmaba el contrato
Tomoyo no tenía ni la menor idea de lo que le esperaba, prácticamente acababa de firmar un contrato con el diablo.
HOLA!!!!
Bueno
aquí está, espero que les agrade, se que parece que no
hay muchos personajes de la serie y muchos de afuera de la serie pero
con el tiempo verán porque.
Besos y por lo que mas quieran dejen un review por favor
