Percepción extrasensorial
Yugioh! No me pertenece… aunque me gustaría.
Entre "-" son pensamientos, (-) son aclaraciones
Capitulo 1:
Los hermanos Motou están cumpliendo años, Yami, el mayor cumple 8, pero es maduro para su edad y Yugi, el pequeño consentido de su hermano cumple 7, los dos habían nacido el mismo día del mismo mes, cosa rara, pasa pocas veces, pero para su abuelo era señal de buena fortuna para los niños, esa mañana el anciano les había dado un obsequio muy especial; un rompecabezas dorado, el objeto venia en un pequeño cofre con una inscripción en jeroglíficos, la traducción que su abuelo les había dado, les hizo pensar que este artefacto les concedería un deseo.
Los pequeños Motou eran tanto iguales como diferentes, física y mentalmente, ambos tenían el cabello de tres colores y grandes ojos, los de Yugi eran violeta y le daban un toque de ternura, los de Yami eran carmesí y más definidos, dándole un aire de madurez, el menor es tierno, alegre y muy noble, Yami es más bien centrado, decidido y llega a parecer serio, pero muy afectuoso con quienes más quiere (por ahora el abuelo y Yugi).
Los padres de los niños habían muerto en un accidente aéreo cuando Yami tenía apenas 4 años, los chiquillos son bastante educados, pero aun así, de vez en cuando hacen cosas que sorprenden al abuelo como este día…
─Yami, Yugi… niños es hora del baño, vamos que después viene la fiesta ─ los niños se habían escondido en algún lugar de la casa intentando armar el rompecabezas ─ si no salen ahora y se dan un baño no habrá pastel.
Mientras los pequeños reían quedito, odiaban bañarse, les era más entretenido el rompecabezas ahora, querían su deseo y mientras más pronto mejor, así que decidieron meterse bajo la cama, ellos compartían habitación, era pequeña pero se ahorraba espacio con una litera, el espacio bajo la cama de Yugi era amplio ya que el piso tenía doble fondo, la entrada estaba bajo la cama y eso con los edredones no permitían la vista, era el castillo de Yugi, su guarida propia, tenían de todo ahí, linternas, unos cojines para descansar, algunos libros y varios juguetes.
─ Yugi pásame aquella pieza, ¿sí? ─ Los grandes ojos carmesí se esforzaban para ver donde encajaban las piezas ─ no esa no, la otra…─ pero el menor le había dado la que no era.
─ Hermano intenta con esta, por favor ─ Yami tomó la pieza, la miro un momento y asintió colocándola.
─ Lo vez… te dije que serviría ─ rió el pequeño, Yami estaba sorprendido.
─ Vaya, en verdad eres bueno para los rompecabezas.
─ No es para tanto, tu eres el mejor con los acertijos ─ Yugi estaba rojo, no le gustaba que su hermano lo elogiara, lo hacía sentir avergonzado.
─ Yugi, ya me dio sed, ¿quieres algo de beber? ─ el mayor hizo ademán de salir pero Yugi lo detuvo.
─ No Yami, voy yo, soy más pequeño y rápido, tú sigue armándolo, pero déjame unas piezas, por fis ─ El pequeño salió del escondite dejando a Yami oculto.
─ Bien, pero ten cuidado con el abuelo, que no te vea o nos bañará ─ Yugi asintió con una sonrisa y salió de la alcoba a hurtadillas, uno minutos después se escuchó el grito del pequeño desde la cocina, al oírlo Yami salió disparado del escondite en busca de su hermanito, al terminar de bajar las escaleras su abuelo lo atrapo con un brazo, mientras que en el otro, Yugi de cabeza luchaba por zafarse ─ ¡Abuelo suéltanos!
─Muy bien pequeños traviesos, se acabó el tiempo de jugar, es hora del baño… estuvieron mucho tiempo escondidos, son más de las nueve, ya es tarde y mañana tienen escuela ─ El anciano los subió y los metió al baño.
─ Ustedes dos no saldrán de aquí hasta que estén limpios, les traeré sus pijamas y luego bajaremos a merendar pastel con chocolate caliente, hace frio afuera y anunciaron tormenta para esta noche ─Yugi trago saliva, Yami se dio cuenta, sabía que a su hermanito no le gustaban las tormentas, sonrió, sabía qué hacer para animarlo.
─ Qué más da, ya nos atrapó… Yugi ¿una guerra de piratas? ─ el pequeño saltó feliz ─¡Siiii vamos!
Minutos después…
─ Arg! Marinero de agua dulce… el tesoro será mío, soy el mejor pirata de todos los tiempos y tu capitán ojotes, caminaras por el tablón ─ los niños estaban entretenidos en la enorme bañera.
─ Claro que no, capitán barbota, el tesoro es para mí, arg, tus barbas están sucias, me recuerdas a Santa Claus, yo te las limpiare ─ Yami se había hecho una barba de espuma y Yugi le arrojó agua a la cara deshaciéndola ─ Jajaja, tu barba estaba tan sucia que se deshizo con el agua jajaja.
Yami fingió molestia ─ Ah, malvado capitán ojotes… sufrirá por lo que me ha hecho, jeje toma esto ─ Yami salpicó también a Yugi y allí comenzó una guerra de agua ─ preparen los cañones… fuego a discreción.
Rato después, los niños salían agotados del baño pero muy felices, Yami había logrado distraer a su hermanito de la tormenta, al menos por unos minutos, después ya vería que hacer, afuera llovía a cantaros y el viento soplaba fuerte; una vez cambiados y cuando el abuelo termino de limpiar el baño, los tres bajaron a la cocina, un enorme pastel de dos sabores distintos estaba en el centro de la mesa esperando por los invitados de honor, el abuelo coloco una velita con el número 8 y al otro lado una con el 7 y las encendió.
─ Bien pequeños, pidan un deseo y apaguen las velitas ─ Los niños se miraron, lo único que querían en ese momento era poder terminar el rompecabezas y eso fue lo que pidieron, soplaron las velas pero al momento de apagarse un estruendo llenó la casa y las luces se fueron, los niños se abrazaron alterados.
─Tranquilos hijos, solo es la tormenta, pasará pronto, ¿saben que quiere decir esto?... Sus deseos se harán realidad, ya sabía yo que ustedes son unos niños muy especiales…─ en ese momento la luz volvió, afuera seguía lloviendo, los truenos habían parado pero los relámpagos seguían, era una noche muy extraña ─ ¿lo ven?, ya regresó la luz.
El abuelo partió el pastel, sirvió chocolate y les dio una rebanada a cada quien, al terminar los niños corrieron al castillo de Yugi a terminar su proyecto.
Estaban a punto de terminar, solo faltaba la última pieza, la cual tenía un extraño ojo dibujado en relieve, el artefacto tenía forma de pirámide invertida, se veía extraño pero a los niños les gustaba.
─ Muy bien hermanito ─ suspiró Yami ─ ya es hora, esta es la última pieza, la pondremos los dos al mismo tiempo, así que tenemos que pensar nuestro deseo y pedirlo como dijo el abuelo, con todo el corazón.─ Yugi estaba feliz al fin su deseo sería real, los niños tomaron la pieza y cerraron los ojos.
Deseo de Yami: "Lo único que deseo es ser muy fuerte para poder cuidar de mi hermanito y protegerlo de cualquier cosa, porque no quiero perderlo a él también."
Deseo de Yugi: "Mi deseo es tener un gran amigo además de mi hermano, porque él es el único que siempre está conmigo… deseo un amigo para que ya no estemos solos nunca más"
Encajaron la pieza en el rompecabezas piramidal y mientras abrían los ojos, una luz ilumino toda la habitación cegando a los pequeños, al momento en la frente de Yami se dibujaba una especie de estrella y en la de Yugi aparecía un ojo similar al del rompecabezas para desaparecer junto con la luz, los niños se asustaron un poco, pero se tranquilizaron al pensar que tal vez había sido un relámpago, luego de eso se fueron a dormir, afuera la tormenta iba disminuyendo.
A la mañana siguiente, el sol iluminaba el cielo, aun así el viento soplaba frío, era un clima poco extraño para estar en otoño, pero se compensaba ya que así el sol no quemaría demasiado, los niños ya estaban listos para la escuela, Yami había decidido que Yugi llevara el rompecabezas al cuello cuando el abuelo les dijo que el dibujo era algo así como un ojo vigía, Yami pensó que serviría para proteger a Yugi de alguna forma, así los niños iban juntos rumbo a la escuela, esa mañana varias cosas parecían distraer al más pequeño, Yugi a veces se quedaba de pie mirando sonriente algún sitio durante mucho tiempo, esto molestaba a Yami.
─Vámonos hermanito, llegaremos tarde y ya sabes lo que pasará si llegamos tarde. ─ El menor parecía no prestarle atención y Yami tenía que regresar por él y llevarlo de la mano.
─ Si llegamos tarde y Ushio nos ve, nos va a golpear y ninguno de los dos queremos eso ¿o sí? ─ Yugi negó con la cabeza pero aún estaba distraído.
Al llegar a la escuela se separaron en el pasillo de siempre, cerca de las escaleras de la segunda planta, ya que los grados de primero en adelante quedaban en el segundo, tercer y cuarto piso, porque el primero lo ocupaban los baños, el gimnasio, la enfermería y la oficina del director; Yugi parecía en otro mundo, era raro para su hermano verlo así, pero el timbrado estaba cerca y tenía que irse, su salón que quedaba en el tercer nivel, Yami subió dejando a Yugi al pie de las escaleras y entro al aula; en seguida se dejó escuchar el timbre de entrada.
─ Hola soy Yugi… si, ya estoy solo… no, es mi hermano y lo quiero mucho… ¿lo dices en serio?, Ya verás, te va a caer bien en cuanto te lo presente jejeje ─ el pequeñín se encontraba solo en el pasillo cuando una sombra se paró detrás de él jalándolo hacia el hueco de las escaleras.
─ Ushio déjame por favor, no te he hecho nada…─ el enorme chico lo levanto del cuello de la camisa para acercarlo más a las escaleras.
─ Vaya, pero si es el ratoncillo Motou, ¿dónde dejaste al escolta de bolsillo?... Bah, no habrá problema entonces si no hay testigos ─ Ushio estaba a punto de dejarlo caer cuando sintió que alguien le daba golpecitos en el hombro, bajó a Yugi para darse vuelta y en ese momento algo lo empujo, el chico rodó hasta llegar al primer piso, el pequeñín gritó al verlo caer.
Abajo Ushio estaba en el suelo intentando levantarse, los que escucharon el grito salieron para ver la escena, Yami que reconoció la voz de Yugi, salió corriendo al oír que unos decían que alguien había caído por las escaleras, al asomarse vio a su hermanito llorando y corrió hacia él, abajo Ushio no dejaba de gritar que Yugi lo había empujado, el director los mando a llamar a su oficina, mientras la enfermera se llevaba a Ushio.
─ Dime Yugi ¿es cierto que empujaste a Ushio por las escaleras? ─ El director era un anciano estricto pero muy justo y conocía bien a los hermanos ya que era un viejo amigo de la familia.
Fue Yami quien contestó ─ Por supuesto que no, Yugi es incapaz de hacer algo así señor director, usted lo sabe ─ el director miró a Yugi quien seguía llorando, estaba a punto de responder cuando entro la enfermera con Ushio.
─ Aquí esta director, no tiene nada salvo unos cuantos raspones y magulladuras, pero si me lo pregunta a mí… Señor, yo diría que este muchachito se lo tiene bien merecido, no sabe a cuantos pequeños he atendido gracias a este patán y dudo mucho que el pequeño Motou haya podido empujarlo, es cuestión de fuerza y Yugi es demasiado pequeño para empujar a un gorila como Ushio, quien ya debería estar en cuarto grado, pero aún sigue en segundo molestando a los más jóvenes ─ La enfermera era una mujer muy bonita y era la madre de Ushio, era muy amable, le caían bien los hermanos Motou y no le gustaba que su hijo fuera un bravucón, así que usaba cada oportunidad para llamarle la atención.
─ Muy bien señora, lo tendré en cuenta, pero al ser Yugi el único testigo de lo que ocurrió y ya que no quiere hablar, me veré en la penosa necesidad de castigarlo… lo siento mucho hijo, pero tendrás que quedarte aquí una hora después de clases para limpiar tu salón durante toda la semana, llamaré a su abuelo para avisarle y en cuanto a ti Yami, si quieres podrás quedarte a esperarlo, pero no debes ayudarle, estaré vigilando, entendido.─ A los hermanos no les quedo de otra más que aceptar, la enfermera estaba molesta por el castigo del pequeño, así que se retiró llevándose a su hijo de la oreja, ella sabía que Ushio había comenzado todo eso, así que lo castigaría en casa más tarde.─ pueden retirarse a sus clases.
Los niños salieron de la oficina, Yugi seguía inquieto, su hermano intento tranquilizarlo pero él no se dejó y se fue a su aula, Yami solo suspiró y regreso a clases.
Durante el receso, el mayor buscaba a su hermanito, pero este estaba bastante alejado de los demás.
─ Oye, gracias por ayudarme allá dentro, pero, porque me dijiste que no podía hablarles de ti… ¿Qué no me creerían?, Mi hermano si lo haría… sí, estoy molesto… de acuerdo, ya no me enojare si dejas de decir cosas feas de Yami… Hey es verdad, aun no me dices tu nombre… mucho gusto Joey jejeje… no, no me importa lo que seas ─ en la frente de Yugi se dibujó de nuevo el ojo y el rompecabezas brilló, de pronto se formó la silueta de un niño más alto que Yugi, más o menos de la misma edad de su hermano, de cabello rubio y ojos miel, este estaba feliz, por fin alguien podía verlo y hablar con él después de tanto tiempo.
─ Dime Yugi, ¿por qué no te defendiste?, Si quieres te puedo enseñar algunos trucos, así ya no te tomará por sorpresa ese gigantón… además siempre hablas maravillas de ese tal Yami, ¿seguro que le agradaré?
─ No hace falta Joey, no te preocupes por mí… y pues mi hermano es muy amable, no habrá problema eres simpático, te apuesto a que le caerás bien en seguida.
Lejos de ahí, al otro lado del patio, la estrella aparecía en la frente de Yami y supo en seguida donde encontrar a Yugi, al llegar vio a su hermanito platicando con otro niño, esto lo sorprendió, por lo regular Yugi es muy sociable, pero nadie quiere estar cerca de él por alguna razón.
─Yugi, con que aquí estabas, ¿quién es tu nuevo amigo?... Hola soy Yami. ─ Yami estaba feliz de que Yugi conviviera con otras personas.
─Soy Joey, Yugi se la pasa hablando mucho de ti, debe ser genial tener un hermano mayor… pero dime una cosa ¿dónde estabas cuando el gigantón estuvo a punto de matarlo? De no haber estado yo ahí, ese animal habría tirado a tu hermanito por el pozo de la escalera y tal vez ya estaría en el más allá y tú y yo estaríamos llorando, yo aún varado aquí en este mundo y tu sufriendo por su perdida… ─ Joey tomó aire para continuar pero la cara de preocupación de Yugi le sugirió que no continuara.
─ Bueno y tú quien te crees para hablarme así, apenas nos conocemos… E- espera, ¿Cómo que varado aun en este mundo, a que te refieres? ─Yami se puso blanco, Yugi y Joey solo sonreían.
─ Hermano, tengo muchas cosas que decirte ─ Yugi estaba emocionado ─ Joey es un espíritu atorado en esta dimensión y… ─ Yami respingó en su lugar al oírlo y pidió que se detuviera.
─ Espera Yugi, no estoy entendiendo nada, sin ofender Joey, pero si eres un espíritu ¿cómo es posible que te podamos ver?, Y ¿Cómo es que eso no te asusta Yugi? ─ el menor parpadeo un par de veces luego rió.
─ Joey es mi deseo, yo le pedí al rompecabezas un amigo para que ya no estuviéramos solos y el rompecabezas me lo cumplió.─ Yami trago saliva, "¿Cómo, es posible que el rompecabezas le haya concedido un amigo fantasma tan bocón, no espera, como es posible que mi hermanito sea taaan ingenuo?" pensó nervioso.
─ Yugi tiene razón, él y yo somos buenos amigos, pero bueno… es que, no estoy solo en este lugar… ─ Joey rascó su nuca ─ tan solo en esta escuela hay otros dos espíritus, si quieren se los presentaré, Tristán debe estar en el gimnasio a esta hora y Tea, creo que ella está en el techo, por lo regular yo estoy en la cafetería, me gusta el olor de la comida, pero creo que eso terminó ahora que tenemos amigos con pulso…
─ ¿Porque a mí? ─ a Yami le estaba viniendo un fuerte dolor de cabeza, el rubio hablaba demasiado, pero en el fondo era agradable y tal vez podría aguantarlo una temporada, pero ahora resultaba que habían más y para colmo no sabía cómo serían, ya estaba pensando lo peor, pero si Yugi los quería ver, no tendría opción.
─ Hermano, ¿podemos conocerlos? Por fis, por fis ¿sí?... Joey dice que han estado solos por mucho tiempo ─ Yami asintió, como podría negarle algo a Yugi, sonrió al verlo saltar de alegría ─ gracias Yami, eres lo máximo hermano.
El rubio los guió hasta la entrada de emergencia del gimnasio, entraron con cuidado, las luces estaban encendidas siempre ya que el lugar era oscuro, fue Joey quien habló.
─Tristán, adivina que… traigo compañía ─ de un rincón salía un niño castaño con corte cuadrado más alto que Joey, se veía rudo.
─Ay, no ¿otros fantasmas? Joey ya no cabemos en esta escuela ─ el castaño se apareció frente a los hermanos, Yugi retrocedió un par de pasos, Yami se puso frente a él para protegerlo del nuevo espíritu, la estrella en su frente se ilumino y su sombra se extendió hasta los pies del castaño, de allí se formó un agujero que intentó absorberlo, pero no le pasó nada, Tristán al darse cuenta pareció quedarse pensativo.
─ Interesante… eso es algo que nunca he visto.
─Tristán, ellos son Yami Motou y su hermanito Yugi y no son fantasmas…─ aclaró Joey.
─ Lo que Casper el fantasma amigable dice es cierto, no somos espíritus y no queremos lastimarlos.─ Intervino Yami.
─ Pues tu sombra dice lo contrario ─ el mayor de los hermanos parecía confundido ─ ¿no te diste cuenta?, Tu sombra intento tragarme vivo… bueno no vivo, pero sabes a lo que me refiero.─ Yami no parecía entender, Tristán se desesperó, estaba a punto de gritarle cuando Yugi intervino.
─ Hermano, mira…─ Yugi señalo el suelo, fue cuando Yami se dio cuenta, en verdad su sombra se había movido y formaba un hoyo en el piso debajo del castaño.
─ Wow, pero ¿cómo hice eso?…─ Tristán desapareció y reapareció junto al más pequeño del grupo, Yugi le sonrió y se presentó, no había miedo en él, esto sorprendió a Tristán, pero enseguida le sonrió, los "gemelitos" le cayeron bien.
─ Ustedes dos son sorprendentes, nunca he conocido a un humano que sea capaz de vernos o de desaparecernos, pero ustedes pueden hacerlo, ire por Tea, ella tiene que verlos, espérenme aquí ─ Se esfumó y unos segundos después regresó con una niña de ojos azules y castaña.
─ Hola… Wow gemelos, Son tan lindos y adorables, el más pequeño es una monada, parece bebé y el más alto se ve tan gracioso, ¿Joey es cierto lo que dijo Tristán, nos pueden ver? ─ Preguntó la niña, Joey asintió con una sonrisa burlona, los hermanos la veían raro, pero Yami tenía una venita en la frente.
─ Claro Tea y también nos pueden escuchar, por cierto deberías pedirles una disculpa, en especial a Yami, no creo que le guste que le digan lindo, adorable o gracioso. ─ La niña enrojeció no sabía que la podrían oír, Yugi y Joey estallaron en risas, luego le siguió Tristán, Yami estaba algo furioso.
─ Ya, no se rían, no saben que es de mala educación burlarse de las niñas… que malos.─ La pequeña castaña hizo un puchero y se dio la vuelta ─ lo lamento, no era mi intención decirles lindos pero lo son, en especial el pequeño, se ve taaan tierno con esos ojotes, "me dan ganas de abrazarlos y sacarlos a pasear en cochecito"─ dio la vuelta otra vez y se acercó a los hermanos ─ nunca en la vida había conocido unos gemelos y mucho menos con la habilidad de ver espíritus… es como un superpoder.
─ ¿Súper poder?, Bueno "quizá el rompecabezas también cumplió mi deseo" eso debe ser…─ Yami sonrió al pensar en eso, pero luego protestó ─ un momento, lo siento Tea, pero no somos gemelos, bueno nacimos el mismo día pero soy mayor por un año…
─ Es cierto, Yami tiene ocho años y yo tengo siete, recién los cumplimos ayer. ─ Finalizó Yugi.
─ Sí, pero en lo que debemos pensar ahora es qué vamos a hacer con los poderes que tenemos, Yugi ─ el mayor de los Motou se quedó pensando.
─ Fácil hermano, de acuerdo al código Henshin Hero (de superhéroes), debemos ayudar a quien nos necesite, pero… ¿Cómo sabremos quién nos necesita? ─ Preguntó Yugi, a Tristán se le ocurrió algo.
─ Tal vez puedan usar sus poderes para atrapar fantasmas malos y ayudar a los perdidos como nosotros, yo sé de alguien que les puede ayudar…─ dijo Tristán pero antes de que pudiera decirlo el timbre sonó dando por terminado el recreo.
─ No puede ser… bien, deben volver a clase, es un gusto conocerlos, nos veremos en el parque al terminar la escuela para acabar la charla.
─ Lo siento pero tendrá que ser una hora después, castigaron a mi hermanito y tiene que limpiar su salón.
─ No se preocupen nosotros tenemos mucho tiempo ─ dijo el castaño y con esto desapareció dejando a los hermanos con Joey y Tea, esta se despidió con una sonrisa para volver al techo.
─ Los acompañaré a sus salones, no quiero que ese orangután subdesarrollado los atrape, síganme, sé por dónde llagarán más rápido ─ Joey los guio hacia un armario, en la parte de arriba les mostró un ducto de ventilación.
─ Sigan derecho por ahí y llegarán directo al primer descanso de las escaleras, con eso estarán a medio camino y evitarán toparse con Ushio, los ha estado buscando para vengarse, los estaré esperando allá ─ los hermanos le agradecieron y entraron al ducto, Yugi seguía a su hermano de cerca, no quería perderse; poco después los niños salieron justo donde el rubio les había dicho y ahí estaba él.
─ No hay moros en la costa, pueden salir, Yami me quedaré con Yugi porque él tiene a ese matón como compañero.
─ De acuerdo, cuídalo mucho porque si algo le pasa a mi hermanito, te desapareceré, ¿entendido? ─ Lo amenazó Yami, el rubio asintió un poco temeroso ─ nos vemos después, cuídate Yugi ─ con esto se retiró.
─ ¿Crees que me desaparecerá en serio? ─ preguntó el rubio, Yugi le sonrió.
─ No, mi hermano solo bromeaba, tal vez solo te mire feo…─ Joey suspiró más tranquilo ─ pero no lo subestimes, créeme que cuando hace eso es aterrador, pareciera que todo el mundo se oscurece y solo se pueden ver sus ojos rojos brillando en la oscuridad ─ Yugi hablaba en tono tétrico ─ hace dos años, hizo eso con un niño del parque que me había empujado, tiempo después supimos que tenía pesadillas sobre eso y creo que aun las tiene. ─ Joey lo tomó muy mal al principio, pero que mas daba ya está muerto ¿no?
─ De acuerdo, será mejor que entremos ─ Yugi asintió feliz y ambos se fueron.
El resto de las clases pasaron por suerte rápidamente, y aunque Ushio intento varias veces hostigar a Yugi, no pudo, el autoproclamado espíritu guardián de este se lo impidió, el timbre de salida sonó y los niños salieron disparados a sus casas, todos menos Yami y Yugi quien debía cumplir con el castigo, Joey decidió quedarse también, un poco de ayuda invisible no les caería mal, el director entró al salón y le indico a Yami que esperara afuera mientras Yugi limpiaba, el salón de clases no era muy grande pero los alumnos de 2do grado eran muy sucios, el trabajo de Yugi consistiría en barrer, recoger la basura y fregar el piso, cuando el director salió para hacer una llamada a su oficina, le pidió a Yami que lo acompañara, fue cuando Joey se apareció.
─ Vaya, creí que el anciano nunca se iría, no te preocupes Yu, me encargaré de levantar la basura y ponerla en el basurero y así tu solo tendrás que fregar el piso ─ en el lugar se formó un pequeño torbellino que recogió la basura metiéndola al contenedor.
─ Vaya, eso fue asombroso, ¿todos los espíritus pueden hacer esas cosas? ─ Yugi pasaba el trapeador mientras conversaban, cuando el director regresó con Yami, se sorprendió.
─ Es imposible que hayas echo todo esto tan rápido… pero al menos sé que no tuviste ayuda ya que tu hermano estaba conmigo…─ Yami y Yugi sonreían mientras el director inspeccionaba su trabajo ─ muy bien Yugi, como cumpliste el castigo a la perfección, te lo levantaré, eres libre, váyanse ya y no se metan en más problemas.
Los niños salieron felices de la escuela, gracias a Joey, Yugi se había librado del injusto castigo.
CONTINUARA…
Mis agradecimientos por haber esperado taaaanto tiempo, a que esta loquita se recuperara de su horrible enfermedad, aunque todavía no estoy libre de esta y para colmo las clases ya comenzaron y me estarán trayendo la tarea a casa ¡ES HORRIBLE!... así que buscaré tiempo para terminar y subir el resto de los capítulos; quejas y sugerencias son aceptadas… pero no sean tan crueles, que me pega la tembladera y ¡Aun soy nueva en esto, por fis!
