Disclaimer: Bleach es propiedad de Tite Kubo, el que según solo mató a Gin pero me hizo sufrir mucho con esa guerra. Y porque sus muertes siempre me dolarán.

Advertencia: Posible OOC.

Nota: Quería colocar una cita de John Green, la de Isaac en el funeral improvisado, 'No quiero ver un mundo sin Augustus Waters" pero no pude, porque Kyoraku se mantuvo fuerte, porque hay que seguir, y eso hubiera querido Ukitake.


Capítulo único


Aquella mañana él se encontraba viendo el cielo desde afuera de su oficina en el primer escuadrón, el sombrero haciéndole sombra no podía faltar, así como esa hierba que sacó de quién sabe dónde en la boca.

Un año más sin él, un año menos de la eternidad sin su compañía.

—Capitán comandante, necesito que firme estos papeles.

—¿Eh? Oh sí, claro, Nanao-chan —contestó sin su habitual alegría.

—¿Se encuentra bien?

—¡Claro! Disfruto de la vista, me pregunto porqué Yamaji no salía de esa aburrida oficina. —Trató de disimular, pero al nombrar a su maestro siempre lo hacía sentir un ardor, en especial aquél día.

—Eso era porque el anterior capitán comandante sí tenía la cabeza donde debía.

—Sí, por eso me sigo preguntando porqué yo... Aunque al final sólo yo sobreviví.

—Capitán... —Quería animarlo, alentarlo, ¿pero cómo?, él era siempre el que sabía qué decirle para animarla, recordó aquella batalla en la guerra y como él al final la había salvado, ella no pudo, y se reclamaba su debilidad.

—No te preocupes, Nanao-chan —dijo con su ánimo habitual—, es sólo que hoy no es un gran día... Creo que mejor voy a dar una vuelta.

Diciendo eso se marchó, y Nanao se quedó con un nudo en la garganta por no saber qué decirle.

Él sabía a dónde iba, era uno de esos lugares en el Seireintei que más paz le traía, pero a la vez le provocaba un dolor inmenso. Cuando casi llegó a su destino se recriminó el no haber llevado dulces, era un pésimo amigo, se imaginó la mirada de decepción por parte de él pero a la vez sabía que de estar vivo, Ukitake mostraría una sonrisa y solitaría algún comentario sobre como siempre trataba de ser adulador, pero nunca le funcionaba.

Cuando Kyoraku llegó a su tumba la encontró muy bien cuidada, como siempre Kiyone y Sentaro se rolaban para ir a limpiar y poner flores, desde que la guerra finalizó él se había acercado a ellos, comprendía su dolor y, a la vez envidiaba como podían soltarse a llorar.

Se sentó en 'su lugar favorito' y como cada año comenzó a hablar sobre las últimas novedades, incluso le contó los chismes que circulaban, de verdad le gustaba hacer eso, pero en el fondo sabía que le gustaría aún más que su viejo amigo le respondiera.

Siempre habían sido ellos dos, desde sus días en la academia, o cuando ingresaron al Gotei 13 como dos oficiales, ni hablar que ambos lograron ser capitanes al mismo tiempo. ¿Qué era de Kyoraku sin Ukitake? En sus días malos se decía a sí mismo que no era nada, que ellos eran como sus zampaktos; gemelas, que se complementaban entre sí. Y era en esos días que las pérdidas producidas en aquella guerra le dolían más, porque no solo perdió a su mejor amigo, si no que perdió a su mentor, a su figura paterna, y también perdió a otra vieja amiga, ¿Por qué solo él sobrevivió? Pero, en sus días buenos, aquellos por los cuales él se esforzaba para que fueran más, se decía que debía seguir adelante, que eso era lo que él hubiera dicho.

Y se volvía a culpar, no por odiarse aunque sea un poco por sobrevivir, claro que no, si no por ser tan estúpido para dejarse caer en la oscuridad de sus pensamientos. Y entonces se prometía que la próxima vez traería sus dulces favoritos, y que iría feliz, que le contaría las últimas noticias de la división 13, que le sacaría información a la capitana Kuchiki sobre su matrimonio, incluso pensó en pedirle a la teniente Matsumoto que le consiguiera una foto de la familia Kurosaki, para que su amigo supiera que aquél joven que tanto le recordaba a Kaien y con el que se encariñó tan fácil y se lamentó por haberlo involucrado en sus batallas al final tenía una familia y era feliz.

También hizo la anotación mental de visitar la tumba del viejo comandante, y trató de recordar cuáles eran las flores favoritas de Unohana, porque si ella estuviera viva lo mataría por olvidarse de ella, ¡Y Sasakibe! ¿Cómo no lo recordó? Hizo otra nota mental, hablar con Nanao para llevarle algo a su tumba también.

—Luego vendré de nuevo, Ukitake. Ni creas que te libraras de mí aunque estés muerto.

Él los recordaría, a todos, seguiría adelante y los haría sentir orgullosos, no prometía volverse más responsable, aunque sabía que eso los haría sonreír dónde estuvieran, pero ¿dónde estaban? ¿A dónde iban los shinigamis caídos? Dio un trago pequeña botella de sake que siempre lo acompañaba, pensar en eso era muy agotador, y ya llevaba una gran parte del día pensando de más, lo mejor sería ir a beber en su oficina o si no Nanao lo regañaría de nuevo, era lo indicado para no pensar en preguntas sin respuestas, meterse en la rutina, porque en más de una década nada había cambiado en sí, solo hacían faltas unas personas, de nueva cuenta bebió, debía profesar su amor a su teniente y beber más para mantener su mente ocupada.

Y conforme empezó a caminar el aire pareció reír tal y como su viejo amigo.


N/A Tenía guardado esto desde San Valentín, ellos son mi otra brotp favorita de Bleach, quería hacerlo sobre Kyouraku extrañando a Ukitake, pero él no fue el único muerto, como siempre no profundicé lo que quería, soy bien débil y me cuesta porque lo amo. Pero quise dar a entender que extraña a todos, porque tenía siglos de conocerlos, y de pronto debe hacerse a la idea que ya no están. A una eternidad sin ellos. Como sea, espero que sea del agrado de alguien.

Review, tomatazo, lo qué sea es bienvenido.

—Gracias por leer—