Secretos ocultos e inimaginables

Prologo: Una vida colmada de mentiras.

Quien algún día los vio juntos, afirmaron que eran el uno para el otro, simplemente y sencillamente es algo innegable, sus ojos brillaban al ver el otro, la sonrisa o el leve sonrojo estaban de más.

-Hola yoh- Saludo Anna, al encontrárselo corriendo por las escaleras del colegio.

-Ehh hola Anna- Respondió yoh - me urge llegar a la sala de profesores, necesito arreglar mis notas, tengo 7 muy bajas ¿Te imaginas que me dirán mis padres?

-Comprendo -Me dirigía para allá en este momento, podríamos hacernos compañía- Sugirió Anna, esperando un si como respuesta. Le encantaba este joven, era sencillo, atento y amoroso a pesar de todos los desplantes e ignoradas que ella le brindaba, su mirada y su trato era los mismos para con ella. Nunca podría negar que su corazón latía más fuerte a su lado, parecía una bomba a punto de explotar con conteo regresivo incluido, algo tenia este moreno que la cautivaba. ¿Sera que algún día le diré lo que siento?- Pensó – ¡Nunca! – reacciono con vergüenza ¡Como se le ocurría pensar eso! , al fin de cuentas no es más que un mal estudiante, sus aspiraciones eran más grandes, gigantes, de otro mundo, un mocoso con buenos sentimientos no estaría nunca a su altura.

-Ehhmm- Anna- ¿Te sucede algo?- Preguntó Yoh al verla inmiscuida en sus pensamientos.

La rubia se sonrojo, esperando que ni en sus más profundos sueños supiera lo que en ese momento pensaba. Es que era absurdo, una estupidez, yoh y ella ni de aquí a china, a pesar de que no estaba tan lejos de Japón. Y allí estaba, nuevamente su mente jugaba con ella, contradiciéndola a cada cosa que decía, culpaba a yoh de tal situación.

Yoh la tomo de la mano, y la guío a seguir subiendo las escaleras –Venga Anna, Se nos acabara el receso vamos pronto, ya tendrás tiempo de pensar-

Ella sorprendida y ensoñada, aun el estupor de sus pensamientos, corrió con fuerza, cada paso que daba sentía su corazón latir con más fuerza, y no era simplemente por estar corriendo, iba más allá, Yoh la tocaba razón suficiente para encender sus mejillas y su corazón querer explotar.

Mas quienes los vieron nunca imaginaron, ni en sus peores pensamientos todo lo que con el correr de los años podría suceder….

-Hola Anna… Dos años de no saber de ti ¿Verdad? – Cuestiono Yoh

-…- Y ni falta que te hiciera saber de mi yoh- Respondió la rubia con desprecio. –Tal vez deberías desaparecer de mi vida, Nuevamente…