Historia escrita para la GF 2013.

In memoriam de mi abuelito.


AUTUMN LEAVES

En el verde patio se escucha la algarabía de los niños que juegan a las escondidas y otros tantos aún saborean el pastel de cumpleaños. Me arrebujé más en la cómoda silla donde me encontraba sentado.

Sonreí mirando el bello paisaje.

La colina de Ponny lucía tan linda con la pradera tapizada por miles de bluebonnets y el padre árbol cubierto de frondoso follaje… tan verde como esos ojos que me enamoraron y que me han hecho tan feliz.

A pesar de que el sol está en todo lo alto, el frío calaba mi cuerpo. Ella, mi pequeña pecosa, comprendió e inmediatamente me cubrió con sus cálidos brazos y me arropó con una suave frazada. Para luego seguir correteando a los niños y reír a carcajadas.

¡Como amo ese dulce sonido!

Suspiré tratando de grabar ese momento en mis recuerdos. Cerré los ojos disfrutando de la paz que ahí se respiraba. De pronto algo me distrajo de mis ensoñaciones, incliné mi cabeza al sentir la tuya sobre mi regazo.
Acaricié tu brillante pelo y tu tierna mirada se clavó en la mía… como si comprendieras lo que me estaba pasando.

Caminando lentamente nos dirigimos al interior del hogar de Ponny y al vernos la hermana María nos retó pero como siempre nos sonrió y disculpó.

Repentinamente te desplomaste a mis pies y empezaste a jadear. Traté de levantarte colocándote sobre mis piernas. Temiendo lo peor, te acomodé lo mejor que pude y empecé a acariciarte con ternura.

- Perdóname- susurré – fuí tan estúpido por querer enviarte a África. Comprendí a tiempo que mi vida sin tí ya no sería la misma… no me dejes… ¡por favor!

Tu mirada ya cansada empezó a perder su brillo y supe que te estabas despidiendo. Entonces me sentí otra vez ese chiquillo que un día te encontró malherida y que lloró de impotencia pues te creía perdida.

Y nuevamente las lágrimas llenaron mis ojos.

- Vete en paz, querida amiga.

Al escucharme un suave chillido fué tu adiós y finalmente diste tu último aliento.

Cubrí tu cuerpo con mi manta y como antaño te abracé recordando todos los momentos que vivimos. Desde el instante en que te encontré en el bosque cuando era un pequeño hasta este tu último suspiro.

Nos convertimos en amigos y cómplices. Te enseñé a trepar los árboles y en poco tiempo me superaste. Recordé también lo mucho que te encantaba correr por el campo, saltar en mi hombro, mirar la luna y asustar un poco a los niños.

Tu tierna mirada hacia que propios y extraños cayeran rendidos a tu encanto. Además de amiga y compañera, me salvaste la vida y te convertiste en alguien aún más especial.

Fuiste mi consejera y guardiana de mis secretos y nunca te lo agradecí como debía. Te hice mi celestina, ayudándome a conquistar a la mujer que amo, leal como ninguna fuiste también nana de mi princesa y te convertiste en su compañera de juegos cuando yo no pude hacerlo más.

Mi querida Poupée, me has dejado una luminosa mañana de primavera y sé que no habrá momento en que te recuerde. Te extrañaré y espero que en el cielo de las mofetas sigas corriendo entre nubes de algodón.

Tu partida me duele pero como siempre, me has hecho comprender lo inevitable, porque a pesar de que todos lo nieguen… sé que moriré antes de que caiga la última hoja del otoño.

By Tzitziki Janik.


Los personajes pertenecen a Mizuki e Igarashi.
Esta historia fue escrita solo por el placer de hacerlo.
Cualquier parecido con la vida real u otro fic, es mera coincidencia.

Gracias por leer.