Buenas :3 Aquí traigo un fanfic SwanQueen, que no sé para vosotros pero para mí ver a estas dos juntas es como una necesidad jajajaja Tenía ya ganas de escribir algo de ellas, así que espero que os guste. Haced fav y ff y dejad reviews dando vuestra opinión, que realmente me dan inspiración y me animan a escribir :3
Antes de nada, he de aclarar que la mayoría de los pjs están en 1º de Bach. (tienen 16 años). Los que tienen otra edad son pjs secundarios o, por ejemplo, Henry.
El cap es muy corto (al menos para mi gusto) así que mañana subiré el segundo. Hoy es que me apetecía escribir algo, aunque me quedase corto xDD
¡Nos leemos! c:
Disclaimer: Ni OUAT ni los personajes de la serie me pertenecen, si lo hicieran... más de una pareja se volvería canon :D
Emma POV.
Estábamos allí, en clase, bajo el hechizo adormecedor del profesor. Casi nadie estaba atendiendo, no se puede decir que fuésemos unos apasionados de la filosofía... Además, el calor sofocante no ayudaba a espabilarnos. Me sentaba al lado de la ventana así que la abrí un poco, necesitaba algo de aire fresco. Unos pájaros trinaban a lo lejos y las primeras cigarras de la temporada empezaban a molestar con sus chirridos. Me eché sobre la mesa, con los brazos cruzados haciendo de almohada. Lo bueno de estar en última fila era que los profesores no te prestaban mucha atención. Daba ligeros golpes en la mesa con los dedos, impaciente. Alcé la mirada para ver el reloj que había encima de la pizarra de la clase y aún quedaban 15 minutos para que acabase la clase. Suspiré y me escurrí por la silla quedando muy mal sentada, más bien acostada, pero bastante cómoda. Giré la cabeza para mirar a los demás, intentando encontrar a alguien que quisiese hablar o algún entretenimiento. No logré tal cosa pero vi algo, o a alguien, que me llamó más la atención. Ella.
Ahí estaba, con la espalda completamente recta y los brazos apoyados en la mesa con los dedos entrelazados, una postura perfecta para atender en clase. Tenía su pelo moreno y corto muy bien peinado, la ropa perfectamente conjuntada y esa expresión de seriedad en la cara. Nunca la había visto sonreír. Regina era la típica chica (nunca falla, siempre conoces a alguien así) que va a tu clase y llevas con ella toda tu vida pero apenas habéis hablado. En los intercambios de clase, en los pasillos o incluso en las clases que teníamos libres, ella siempre andaba sola. Si la veías hablando era porque o le pedían ayuda con alguna cosa de los estudios o ella necesitaba alguna cosa básica, como cuando intentas pasar por un sitio y hay alguien en medio impidiéndotelo. Sí, solo oías su voz en esos momentos. Tampoco es su culpa ser así, en cierto modo ha sido 'gracias' a sus padres. Su madre era muy dura con ella y le exigía mucho. Su padre, como comparado con Cora, no era nada así que su palabra apenas contaba. La habían obligado desde pequeña a asistir a colegios privados y le llenaron las tardes con actividades extraescolares. Al tener una fortuna bastante grande, se lo podían permitir. Cuando Regina empezó Bachillerato, su padre logró que Cora fuese algo más flexible y la matriculase en un instituto público. Aún así, lo único que hace es cosas relacionadas con los estudios y actividades relacionadas con las 'damas', otra obsesión de la madre de Regina. Quería que su hija fuese una perfecta dama, bien arreglada, con buenas maneras y refinada.
¿Cómo es que la conozco desde que era pequeña? Bueno, al nacer mis padres biológicos me dieron en adopción y me llevaron a un orfanato. Estuve allí hasta los 5 años, que fue cuando Mary Margaret y David, mis padres adoptivos, vinieron a rescatarme de aquel infierno. Tengo una pequeña broma con ellos, a veces les llamo Blanca y James, porque son tan empalagosos y se quieren tanto que me recuerdan desde que yo era pequeña a la mismísima Blancanieves y su Príncipe. Cuando el padre de David murió les dejó una gran herencia, así que el dinero nunca nos ha faltado. Por eso, compramos en StoryBrook una casa muy grande en el barrio más lujoso de la ciudad. ¿Nuestros vecinos? Los Mills. Así es como conocí a Regina. Yo estaba siempre en la calle jugando con los demás amigos pero ella nunca salía. Bueno, mentira, sí que salía, pero solo a sus actividades extrañas que tenía por la tarde. La ventana de mi habitación daba a la suya y siempre que miraba para ver lo que hacía la encontraba sentada en su escritorio, estudiando. En cambio, con el que sí pasé tiempo jugando fue con su hermano pequeño Henry, él era el niño de papá y no tenía tantas ataduras.
La campana sonó y me pegué un susto, el tiempo pasó más rápido de lo que esperaba. Aparté mi mirada de Regina tras echarle un último vistazo y empecé a recoger, me tocaba clase de química y tenía que cambiar de aula.
"¡Hey Emma!" Ruby se me acercó con la mochila ya colgada. "Vamos, la profesora llega pronto y hoy nos toca prácticas con las probetas y los compuestos que explotan." Dijo animada.
"No pensarás volar la clase, ¿no?" Cerré la mochila, me la colgué y salimos al pasillo.
"Ya me gustaría a mí." Siempre me ha gustado mucho la personalidad tan extrovertida que tiene Ruby, está feliz y siempre anda por ahí haciendo gamberradas y viviendo la vida a su manera. Bueno, más o menos lo que hago yo pero me controlo más que ella.
Con la tontería de Ruby de querer llegar pronto, éramos las únicas en el aula de química. Los demás aún no habían llegado. Fuimos pillando sitio, eran mesas de dos. Ruby le había prometido a Bella sentarse con ella así que me senté detrás de ella esperando a que llegasen August, Graham y estos para sentarme con alguno de ellos. Poco a poco fueron llegando y junto a ellos lo hizo también Regina. Al pasar al lado de mi mesa, se paró y me dirigió una furtiva mirada.
"Cuando te aburras en clase, búscate otros entretenimientos en lugar de acosar con la mirada a tus compañeros." Y con esto, siguió su camino y se sentó en primera fila, sola.
Me quedé boquiabierta y con las mejillas algo coloradas, no sabía que había sido tan descarada al mirarla. Bueno, su mesa estaba al lado de la mía y había estado mirándola durante 15 minutos sin parar… sí, quizás sí que se me había notado. Carraspeé un poco y bajé la mirada, intentando disimular mi vergüenza. August se sentó a mi lado y me lanzó una mirada pícara.
"¿Acosarla con la mirada? ¿Te dedicas a desnudar a tus conocidos mentalmente?" Dejó en el suelo su mochila y se acomodó en la silla, manoseando los útiles de química. Ruby y Bella se reían desde la mesa de delante.
"Oh, cállate. No he hecho nada así, simplemente la miré durante un rato." Cuando August empezaba con una broma, no paraba hasta que encontrase otra broma para molestar. Ya tenía motivo para meterse conmigo.
"Sí, claro... ¿ahora te gustan las lobas solitarias o qué?" Más risas. Le dirigí una mirada de pocos amigos y se dedicó a mirarme tontamente. La profesora llegó y tuvimos que callarnos. Empezamos con las prácticas y, con suerte, no hubo ninguna explosión.
