Perfecta Imperfección

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Comienzo de mi Historia

Mire a mi alrededor, el aire me faltaba, no me había dado cuenta de lo hermoso que era su cuerpo, yo me encontraba tumbada en la cama, mientras él cubría de besos mi cuerpo, ambos jadeábamos…¿qué era lo que pasaba?

--Claudia—susurro—hay algo que tengo que decirte, antes…de que suceda algo más—lo miré, recorriendo con mi vista su pecho bien esculpido

--¿Qué pasa?—mi voz apenas salió

--Tengo que decirte la verdad de lo que soy…

--(--

Mi nombre es Claudia y lo que acaban de leer, tiene una causa y una consecuencia…varias. Esta es mi Historia.

Tengo diecisiete años, soy de complexión promedio, tengo ojos azules, cabello negro y lacio, unas cuantas pecas en mi cutis, y la piel blanca. Siempre he sido atractiva, lo sé, muchos hombres se me han acercado, pero soy lo suficientemente inteligente, o sea nerd, como para que alguien quiera algo serio conmigo, eso no me hace sexy. Asisto a la escuela, como cualquier niña normal, tengo amigos, un grupo de filósofos o así nos hacemos llamar ya que no seguimos a los demás. Toda mi vida era la de una adolescente normal…olviden la palabra "normal", sólo que normal signifique leer durante horas, escuchar música y ver el firmamento sin más.

Volviendo a mi historia, me encontraba en un pequeño parque, eran los primeros días de escuela, no había tareas, me encontraba leyendo sentada en una banca. En ese momento mi mirada se desvió hacía un chico…una persona, bastante extraña, mira quien habla. Tenía alrededor de veinte años, tenía largas y negras rastas, una perforación en el labio inferior, su cuerpo era delgado, vestía unos jeans, una camisa verde y unas sandalias. Lo examiné por unos minutos, perdida en su ser, cuando me miró y yo desvié la mirada apenada, ¡idiota!, ¿por qué hice eso? Volví a mirar unos minutos después, me di cuenta de que a sus pies se extendía una tela blanca, donde tenía varias artesanías exhibidas, en especial collares. Volví a mirarle, era moreno, detalle del cual, no me había dado cuenta. Devolví mi mirada al libro.

Cuando levanté la vista de nuevo, el crepúsculo comenzaba. El chico seguía ahí, eran las seis de la tarde, dudé un momento sobre que hacer, regresar a mi casa o quedarme unos minutos más, por fin me levanté, tenía que pasar a un lado del chico, eso fue difícil después de mi inspección minuciosas, ¿cómo verlo de frente? Tome aire varias veces, pase a su lado, pero en el momento en que estaba por dejarlo atrás, me tomó por la muñeca, me volvi hacia él, sólo para encontrarme con unos ojos color ámbar, dejé escapar un suspiro de sorpresa

--Perdón—dijo él—se te cayó—me dio mi libro, miré mi bolsa, yo no recordaba haberlo siquiera metido

--Gracias—lo tomé

--Crimen y Castigo, buen libro

--Sí—notaba como el rubor ascendía lentamente

--¿Cómo te llamas?—lo miré directamente a los ojos, me di cuenta de que tenía un lunar, pequeño, en el parpado inferior izquierdo, se veía lindo

--Claudia—dije segura de mí misma--¿y tú?

--Arat—nos quedamos plantados ahí, en medio del parque, hasta que volvió a mi la noción del tiempo

--Perdona, me tengo que ir—me solté y comencé a caminar

--¿Vienes seguido?—le miré

--Procuro

--¿Vienes mañana?—me sonrió, era una sonrisa hipnotizante

--Lo intentaré—le devolví la sonrisa, me dirigí a mi casa, tratando de mantenerme serena y evitando echar a correr de la felicidad

(--)—(--)—(--)—(--)

Hola una pequeña introducción de un fic, soy amante de los vampiros, espero les guste.

Aprovechando que estoy por aquí, a aquellos que les guste filosofar, un amigo hizo un myspace bajo el nombre de Sócrates, le pueden mandar preguntas y con gusto se las responde .?fuseaction=&friendid=436424199

Por cierto Arat quiere decir sangre en gitano

Manfariel