Un pequeño reto se me presento y bueno, eso me pareció interesante.

Los personajes no me pertenecen si no al sensual Alex.

Capitulo 1

Sin dudas estaba nervioso mientras se desplazaba de un lado para otro en la habitación que compartía con su hermano Dipper- Mabel ya no compartía cuarto con ellos desde que había cumplido los 15 años puesto que necesitaba su "espacio personal como mujer" – que parecía una alma en pena.

¿Por qué era la razón era la preocupación de Tyrone Pines para tenerlo en ese estado de ansiedad tan crónica? Su corazón, su corazón era el estúpido órgano que le causaba así. Pero vamos, eso también era tonto, ese solo le encargaba de drenar su sangre. Tal vez culpar a su cerebro que procesaba sus sentimiento y parecía que ahora le jugaba una mala jugada.

Y la mala jugada era de las más peores que tenía que pudo suceder: enamorarse. Claro, sentía que victimizarse con algo que todo el mundo ha llegado a sufrir era algo patético, sin embargo dudaba que muchos sufrieran por amar uno de sus hermanos. Sentir esos deseos incestuosos, sin dudas era algo que no se veía pasar todos los días.

En su caso particular, él sentía cierta atracción por su trillizo Dipper. Y eso estaba mal. Claro, mal: eso lo peor que pudiera ocurrir en su cortos 16 años.

Es que ¿Qué le pasaba? ¿Una clase de narcisismo raro? ¿Estaría enfermo? Estaba confundido, sin saber qué hacer. No tenía a nadie con quien contar, lo tomarían con un enfermo y tal vez su destino sería un hermoso psiquiátrico.

Gruño y sus manos jalaron sus cabellos castaños con algo de fuerza ¿Qué haría?

—Tyrone ¿Qué estás haciendo?— escucho una voz en el marco de la puerta. Mierda.

—Dipper, yo— dijo, vamos tenía que inventar una buena excusa— solo me dolía un poco la cabeza— ¿era en serio?

—Bien— dijo entrando— deberías tomar una pastilla, eso no es normal— aconsejo yéndose a tumbar a la cama, la cual era un litera. Su lugar era la be abajo.

—Si tienes razón, lo hare después— suspiro un poco aliviado yendo con su hermano, sentándose a su lado.

Vio a su trillizo. Realmente, a diferencia de Mabel que era una chica, ellos eran tan iguales que muchas veces se escuchaban la broma que en realidad eran clones. No era que le disgustara, pero tampoco era una complacencia. También tenía ciertas diferencias, después de todo esa era una ley fundamental de la genética.

—En serio me preocupas Tyrone— la voz de Dipper le hizo ponerse nervioso ¿Qué le pasaba ahora?

—No pasa nada— negó— Dipper ¿te puedo preguntar algo?

—Claro, dime— dijo aun acostado en la cama.

— ¿Qué pasaría...si te enamoras de alguien que no debes?— pregunto, en apenas en un susurro, que para su desgracia fue escuchado.

Miro a Dipper que le miraba confundido. Tenía una ceja alzada en un claro gesto de sorpresa. Esto no era bueno, trago saliva y su nerviosismo si es que no podía caer en lo más bajo, lo hizo al ver aquella sonrisa en los labios de su hermano.

—Entonces ¿solo estabas nervioso por eso?— pregunto— ¿por un lio amoroso?— rio leve.

—No te burles— reprocho sintiendo las mejillas algo rojas.

—No lo hago— negó— lo siento, no quería reírme de eso...solo que es un poco raro que me preguntes sobre esos temas. La indicada en esto es Mabel yo no— bromeo un poco. Sentía que la atmosfera era un poco pesada.

—No... es que tengo más confianza, ya sabes— se rasco la nuca— y quería una opinión tuya porque... En ti confió más.

—Bueno— dijo Dipper sonrojándose sentándose en la cama. Le parecía tierno— tal vez te aconseje un poco— tomo aire mirando algún punto de la habitación. No estaba del todo seguro — creo que ese no debe no existe, siempre y cuando ames a alguien. Que debes arriesgar todo, si es que vale la pena— soltó una risa, Tyrone solo sintió su corazón casi salirse de su pecho— aunque bueno, creo que eso le queda mejor a Mabel decir que a mí, aunque creo en eso— admitió.

—Si...tienes razón— susurro acercándose lentamente, el espacio entre ellos ya estaba pasando a la historia— tal vez, si debo arriesgarme— poso una meno en una de las piernas de su hermano sobresaltándolo un poco. Lo sintió claramente en su tacto.

— ¿Tyrone?... ¿que...que haces?— la voz de Dipper se volvía en un suave murmullo titubeante, pero no lo culpaba, después de todo se acercaba en un nivel peligroso. Después de todo era un riesgo pecaminoso.

—Lo que debería hacer...

Estaba a milímetros... ¡milímetros! De rozar sus labios con aquel chico que era casi idéntico a él cuándo la puerta- que por cierto solo estaba entreabierta pero nunca cerrada en su totalidad- se abrió en su totalidad dejando ver a su hermana Mabel ¿El mundo conspiraba en su contra o qué?

— ¡Mabel! ¿Qué haces aquí?— sintió el empujón de Dipper que rápidamente se apartó de él y se fue con ella que solo lo codeo.

—Bueno Dip— le dio un codazo cariñoso— yo solo vine a decirte que tu novio te está esperando abajo.

Tyrone se quedó helado ante lo dicho por Mabel ¿Qué? ¿Novio? Miro a Dipper que solo desvió la mirada ¿Por qué demonios no sabía nada de eso?. La castaña al ver la cara confundida de otro hermano solo aseguro sus dudas.

—Dipper no te conto ¿verdad?— pregunto riendo un poco— ¿Te acuerdas de Bill Cipher?— el solo asintió como respuesta, como no podía olvidar a ese idiota de 22 años...oh no— Pues es el novio de este nerd— señalo a Dipper que parecía que lo tragara la tierra.

—Vaya Dipper, no pensé que me ocultaras esto, no tienes confianza en mí— fingió una sonrisa. Eso dolía más que su rechazo.

—Yo...tengo que irme— dijo Dipper antes de desaparecer de su vista. Este solo se echó en la cama sintiendo la mirada de Mabel. No quería saber nada.

Ahora estaba peor que nunca.

— ¿Lo amas, verdad?— le pregunta de Mabel resonó en su cabeza. Alzo la mirada. La chica le miraba preocupada, y sin haberlo percatado antes ya estaba cerca.

— ¿De que estas hablando, Mabel?— pregunto Tyrone.

—No pensé que no me hubiera dado cuenta— continuo la castaña ignorando la pregunta de su trillizo— por dios, creo que hasta es lógico— cubría su boca con sus manos, el chico solo se quedó en su sitio mirándole con los ojos abiertos de par en par. Eso no era nada bueno— esto es desde años...y yo...lo siento tanto, Tyrone.

—Vamos, Mabel, ni siquiera comprendo de qué demonios está pasando por tu cabeza, no te tienes que disculpar de nada— dijo, no quería que llegar a esa conclusión, que aunque acertada, era arriesgada. Como respuesta recibió un golpe en la cabeza— oye ¿Qué te pasa?

—Me tratas de engañar tonto— suspiro un poco— solo respóndeme con sinceridad ¿te gusta Dipper, verdad?

Tyrone se limitó a sentarse en la cama. Estaba acorralado, en un callejón sin salida. Miro a Mabel que solo le sonrió de forma comprensiva. Eso sin duda logro calmarlo. Se sentía en confianza tras ese pequeño gesto.

—Si me gusta, no...yo lo quiero— confeso— pero esto es raro ¿no te parece?

—No es raro, solo es amor— comento la chica poniendo una mano en su hombro— no deberías sentirte raro.

—A veces sospecho que te drogas, Mabel— bromeo con un tono que anunciaba todo menos algo a la ligera— es mi...nuestro hermano, se supone que nuestro solo debe ser fraternal.

—Pero no puedes mandar a quien te puedas enamorar Ty, aunque ahora Dipper tenga novio— suspiro cansada la castaña— deberías intentarlo.

— ¿En serio no estás loca? Conozco un buen psiquiátrico donde creo que te tratarían bien.

—No seas así conmigo— reprocho— solo digo que deberías hacerlo, tal vez funcione, tal vez, no creo que puedas saberlo si no lo intentas ¿verdad?— pregunto y antes de que el joven tuviera tiempo tan siquiera de formular tan siquiera una palabra el tono de la música de true love de Pink resonó en la habitación. Mabel saco en uno de los bolsillos de sus jeans un celular— espérame un momento — se levantó para contestar la llamada. No logro entender mucho, ella hablaba entre susurros— lo siento, pero tengo que salir ¿hablamos después?— sonrió nerviosa, sus blancas mejillas se tiñeron de rojo.

—Vale, no hay problema— dijo a lo que la chica soltó un gracias muy sincero— ojala te vaya bien con la cita con Wendy— dijo haciendo que la chica saliera huyendo prácticamente huyendo. Bueno, al menos sentía que los sentimientos que rompían tabús era cosa de familia, aunque, debía de admitir que no consideraba justo que él se sintiera aun extraño.

¿Tan complicado era el amor?

Era una jodida estupidez.

Sin embargo, solo sin embargo, sentía que debía hacerlo. Arriesgarlo, poner en una apuesta el todo contra nada ¿Qué podía perder? Mucho, estaba seguro, pero eso lo estaba matando.

Las opciones eran pocas.

...

El tiempo pasó y su cobardía se sentía hasta en la más minúscula partícula de su existencia. Dos meses, cinco días, cuatro horas, 23 minutos ¿tal vez eran 24? Al demonio eso no importaba tanto. Todo ese lapso era desde que había tomado la valentía de encarar sus sentimientos hacia su hermano, después de que llegara Mabel y este huyera como alma que se lo lleva un demonio. Todo ese tiempo en que tampoco le había podido hablar, pues Dipper siempre terminaba evitándolo, ya sea con cualquier excusa o palabras que llegaban a ser cortantes, su hermano huía de él. Ahora eran dos extraños que se parecían y compartían casa y cuarto.

No era un buen modo de ver las cosas.

Aunque claro, eso no era más que le punta del iceberg. Por supuesto que no, lo verdaderamente grande y peligroso no era una cuestión de falta de confianza. Era una tercera persona.

Bill Cipher.

El maldito y egocentrista Bill Cipher, razones para odiarlo le faltaban. Claro la principal eran los celos irracionales y homicidas. Las ganas de arrancarle la cabeza cuando lo encontraba con Dipper, tumbados en la cama besándose con todo el descaro. Y que ni se diga cuándo escuchaba esos indecentes sonidos cuando por casualidad quería entrar a su cuarto y la puerta estaba trabada con seguro. Y él solo los escuchaba gemir. Malditos traumas.

Y esperen que eso no fuera el único problema, claro eso se había explicado. El resto era aún peor. Y es que Bill Cipher, no solo era conocido por su fama de ser un gran hijo de puta. Él era un gran hijo de puta. Y un claro pero solido ejemplo era la forma en que trataba a su pareja. A su trillizo. No todo era miel sobre hojuelas, y él en más de una ocasión noto las graves discusiones que montaban Bill y Dipper. Siempre gritos, pero jamás habían llegado a los golpes, o eso al menos esperaba. Joder, ¿Qué hacia Dipper con ese sujeto tan extraño? ¿Extraño era buen término para nominarlo? Claro que sí, mejor quedaba ¿Qué hacia Dipper con ese sujeto que era un claro psicópata declarado? No lo sabía y tampoco lo podía evitar. Claro, hasta que llego ese día.

...

Era viernes por la noche y en casa, Tyrone se encontraba totalmente solo, en la sala viendo una película que pasaba en la televisión mientras comía palomitas. Sus padres habían salido a una cena, su hermana Mabel se había ido a una piyamada con Wendy- le sorprendía el hecho de que aunque fuera más que obvio que entre ellas había algo nada fuera oficial- y Dipper había ido a casa de Bill. Suspiro con frustración mientras se comía a las inocentes palomitas que no tenían culpa de nada. Tal vez comer calmaba un poco esa sensación de vacío que sentía por dentro.

El sonido de la puerta de la entrada de la casa se abrió de golpe causando un gran sonido que le hizo saltar del sofá. Miro atónito a su gemelo que entro rápido, azotando de nuevo la puerta para cerrar.

Vestía unos jeans ajustados, converse negros y una camisa roja de manga larga. Su inseparable gorra ahora ya no estaba.

—Dipper ¿Qué paso?

Este no contesto y casi arrastrando los pies se fue hasta su trillizo. Tal era la falta de iluminación- solo les iluminaba la luz que trasmitía la televisión – que no noto unos detalles que le hicieron erizar la piel. Su piel estaba totalmente pálida, incluso más que él y un gran moretón se reflejaba en su pómulo derecho.

—Dipper— susurro apretando sus puños— ¿Dónde demonios esta ese bastardo?— pregunto, fue ese maldito, estaba seguro. Iba a salir pero una mano en su brazo le detuvo.

—No vayas— dijo Dipper antes de abrazarlo por el cuello—quédate conmigo.

—Pero Bill te hizo esto ¿Por qué no me dejas romper su estúpida cara ahora mismo?— pregunto, no entendía ¿es que acaso lo estaba defendiendo?

—No es necesario— negó.

—Por favor Dipper, yo...- sus palabras murieron cuando su hermano le tomo de las mejillas y le beso en los labios.

Se quedó estático antes de corresponder. Vamos, él era un humano y sentía esa atracción un tanto hacia su hermano. Sus manos temblorosas se fueron hacia su cintura atrayéndolo y como lo que empezó con un simple roce de labios se convirtió en una verdadera guerra de lenguas de las cuales estaban empatados.

—Dipper, yo te amo— susurro al separarse.

—Yo igual...— dijo antes de ocultar su cabeza en su pecho— me di cuenta muy tarde, esta noche termine mi relación con Bill y no lo tomo tan bien— conto sin atreverse a verlo.

—¿Es por eso que ese imbécil te golpeo? — no podía evitar preguntar eso con cierta rabia, ya de por si lo odiaba. Eso era la gota que derramo el vaso.

—No pienses en eso— negó Dipper y pego sus frente. Sus cálidas respiraciones chocaban— olvídalo ¿quieres? Solo quiero que pienses en mí, en esta noche, quiero, que solo seamos los dos— su voz en un susurro le hacía sentir cálido.

No tardaron mucho en besarse, sin palabras en medio, no había necesidad. Tal vez, Dipper tenía razón. Ahora eran ellos dos. Tenía que disfrutar ese momento.

...

Suspiros de placer se escuchaban como ecos del testigo del placer pecaminoso que los dos hermanos se daban en la habitación que compartían. Se encontraban en la cama de debajo de la litera. La ropa de ambos había quedado regada en el piso y los dos se movían ansiosos, buscando el tacto de la piel del otro.

Tyrone, que se encontraba encima de su trillizo besaba su cuello dejando varias marcas. Claro tuvo que ignorar algunas que estaban ahí antes, pero eso ahora no importaba. Ahora las suyas eran las que realmente tenían un significado.

—Tyrone— susurro Dipper. Su respiración estaba alterada y se podía distinguir un sonrojo — por favor ya hazme tuyo, por favor— pidió en un tono que él podía resistir. Como deseaba ser ya uno con él. Se puso en medio de sus piernas. Era hora de lo mejor.

Utilizando sus dedos cubiertos de saliva como lubricante, preparo a Dipper quien aunque en un principio empezó a gimotear un poco después se halló disfrutando del roce de sus dedos. Como adoro escuchar ese gemido de placer cuando todo su próstata. Cuando sintió que era suficiente, retiro con cuidado sus dedos para ser reemplazados por su miembro que estaba de lo más erecto, necesitando tanto de su cuerpo para su placer.

Entro lentamente, con temor de lastimarlo. Pero eso no sirvió mucho, esa estrechez le hacia perder la razón por lo que entro de una estocada. El gemido de dolor de Dipper lo hizo volver a la realidad.

—Dipper...yo...lo siento mucho— susurro Tyrone sintiendo como las manos de este le tomaban de los hombros y le hacían agacharse. Un beso en su mejilla le hacía calmarse.

—No te preocupes por mi Tyrone, estaré bien— decía en un susurro— por favor sigue.

Este no dudo en aceptar la petición de su hermano y lo beso con demanda mientras iniciaba aquel baile sensual en la cual sus cuerpos se unían formando uno, llevando sus mentes en un estado de locura y pasión de la cual no querían abandonar hasta la llegada del exquisito clímax. Tyrone llego a correrse dentro de Dipper mientras que este se corría entre sus abdómenes.

—Te amo Dipper— susurro cuando salió de él y se acomodaba a su lado. Sintió como Dipper se abrazaba a él y acomodaba su cabeza en su pecho.

—Yo también te amo, Tyrone, te amo mucho— susurro antes de quedar dormido.

Él lo hizo poco después, le gustaba verlo dormir, se veía sumamente adorable. Todo levemente, apenas rozando con las yemas de sus dedos aquel moretón que tenía. Con él no pasaría cosas como esas. Le protegería con su vida si fuera necesario. Y con ese último pensamiento rodando entre neurona y neurona el sueño lo domino.

...

No

Esto no podía ser ¿verdad?

—Hola Tyrone, mucho tiempo sin vernos— le sonrisa de Bill solo le daban motivos para golpearlo en la cara con todas sus fuerzas. Mas no podía hacerlo, su corazón destrozado no se lo permitía en esos momentos— apuesto a que me extrañaste — su voz era burlona ¿acaso lo sabía? — como sea, apuesto a que sabias que tu querido hermano te conto que habíamos terminado ¿verdad? Antes que dijo que se contaban todo.

Tyrone miro a Dipper que estaba siendo abrazado por el rubio. No le veía a la cara ¿Por qué estaba haciendo esto? ¿De qué estaba hablando Bill?

—Pero bueno, me alegro que Dipper haya recapacitado— continuaba Cipher con ese tono se soberbia y superioridad — porque volvimos hacer pareja.

No tenía expresión en su rostro. En realidad ahora toda su materia gris estaba revuelto.

—Me alegro por ustedes— comento sonriendo. Como dolía, pero al ver a Bill casi burlándose de su cara, la borro. Eso no funcionaría— bueno, los dejo, no quiero formar un mal trio.

—No, espera — dijo Dipper. Su rostro era la perfecta definición de la ansiedad— yo tengo que hablar contigo.

—Yo no— dijo y antes de escuchar algo más se fue. No quería escuchar nada.

Que estúpido fue, después de todo entre los dos era algo prohibido ¿verdad?