Enemigos
-Ahora sí, no escaparás.
-¿Ah, no? Mira con detenimiento, hijo mío.
Hikaru tragó saliva cuando el alfil de Tamaki desalojó a su caballo de la casilla. Quedaban sólo dos piezas blancas en el tablero, y no tenía idea de cómo salvar a su rey con una miserable torre. En cambio, Tamaki tenía a su ejército negro casi intacto.
-Ya casi termina tu sufrimiento, no te preocupes-dijo el rey con aire triunfal.
-¡Cállate! ¡Aún no terminamos!
-Entonces te sugiero que te muevas, porque estás en jaque.
Hikaru gruñó, tironeándose un mechón de cabello. Estaba haciendo un gran esfuerzo por no arrojarse al cuello de su señor. Se veía tan...estrangulable.
Tamaki no sentía las malas vibraciones procedentes de su rival. Estaba muy ocupado imaginando, en su cine mental, a Haruhi alegrándose por su victoria, mientras Hikaru se apostaba en el rincón oscuro que solía ocupar él cuando se entristecía.
El mayor de los Hitachiin colocó sus dedos sobre el rey. Había una sola casilla a la que podía moverlo, si bien no tardaría en estar en peligro nuevamente.
-¿Me hablas en serio, Honey-senpai?-preguntó Haruhi.
-Si, Haru-chan. Hika-chan y Tama-chan están jugando al ajedrez para ver quien te acompañará hoy a casa.
-¿No tienen algo más productivo para llenar sus ratos libres?
Ambos contrincantes quedaron helados frente a la opinión. Tamaki bajó la vista resignado y Hikaru bufó abiertamente.
-¿Cómo puedes decirle eso a tu padre, Haruhi? ¿No tienes corazón?
-Senpai, no exageres. No es nada personal, pero creo que ustedes dos harían demasiado escándalo en mi vecindario.
-Si lo dices por él, tienes razón.
-¡Hikaru! ¡Más respeto!
-No eres mi padre.
-Mis hijos me odian...-sollozó falsamente Tamaki, escondiendo la cabeza entre las manos. Tanto Hikaru como Haruhi tenían grandes gotas en la frente, pero Honey bajó de su silla y se acercó al rey.
-Tranquilo, Tama-chan. Yo te quiero-aseguró, abrazando una de las piernas del rubio. Tamaki lo miró con gratitud, devolviéndole el abrazo.
-Gracias, Honey-senpai.
-Ya dejen la cursilería. Señor, lamento decirlo, pero estás en jaque.
-¡¿Qué?! ¡No es posible!
-Claro que sí. Eso te enseñará a no distraerte.
Al final, el estrangulado no resultó ser Tamaki.
FIN
Notas finales: un fic gen (si no son paranoicos como moi) para la palabra 'enemigos' de retos a la carta. No se si en Japón jueguen ajedrez, pero es una idea rara que me vino a la mente. Y tengo derecho a expresarla, he dicho u.ú. Y no, gente, Hikaru no murió. Tamaki se apiadó de su hijito incestuoso en el último momento. El amor es más fuerteee (8).
