Holi aquí les traigo un nuevo mini-fic:B espero que les guste! :') Esto es como el prologo.

Disclaimer: Todo es de la grandiosa J.K. Rowling.

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Heaven and hell.

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—Hermione, estoy tan orgullosa de ti.

Al escuchar su nombre, una joven de facciones finas y de bucles castaños que caían por sus hombros que tenia su mirada fija en un libro volteo hacia su mejor amiga y sonrió.

—Gracias.. eso creo —dijo frunciendo levemente el ceño—¿De que hablas Ginny?

La joven enfrente de ella sonrió. Tenia un precioso pelo pelirrojo liso por su espalda. Sus ojos azules mostraban la elegancia de esta.

—¿Cómo de que?. ¡Por fin le dijiste 'Si' a Harry!

Hermione solo se encogió de hombros y sonrió.

—Lo se—dijo dirigiendo su mirada hacia su libro nuevamente aun con la sonrisa en el rostro.

—¡Oh vamos!, debes estar mas animada, es Harry Potter.. —Ginny empezó a mirarla pícaramente.

—¡Oh basta esto es todo…— Hermione no pudo terminar su frase, porque la interrumpieron unos gritos.

—¡No hemos hecho nada malo! —

Hermione y Ginny con las cejas alzadas por la curiosidad voltearon atrás donde estaba todo el ruido. Hermione tenia los brazos cruzados intentando no poner el ceño fruncido a ver el tumulto cerca de la puerta. Le encantaba ir a el café "The Reason" por el silencio y la tranquilidad..

—¡No pueden hacernos esto! — grito una joven de largos caballos negros. Tenia unos hermosos ojos azules, sus labios eran de un negro fuerte con algunos piercings en las cejas.

—¿Qué no puedo? Mírame fenómeno— El gerente era un joven de 25 años, para su edad ya tenia algunas arrugas alrededor de sus ojos.

—Discúlpate idiota.

Hermione en ese momento se quedo sin habla..

El que respondió era un joven con un hermoso cabello rubio platinado, sus ojos eran un gris del mercurio, combinaba perfecto con su ropa negra y piercing en los labios y cejas.

Hermione seguía embelesada con el, que ni siquiera se dio cuenta que el también la miraba.

Su mirada era penetrante, dura. Parecía que quería descifrarla..

—No te preocupes Draco, vámonos de aquí. — reclamo la joven de cabellos negros.

El rubio asintió y agarro la mano de la morena haciendo que ella sonriera.

Hermione siempre se había preguntado como se escuchaba un corazón al romperse, pero ahora ya lo sabia.

Como miles de cristales romperse.

Pasaron a su lado sin voltearla a ver. Parecían felices juntos. Hermione lo comprendió y no lo culpaba, porque eran tan distintos como el fuego y hielo.

Eran como el cielo y el infierno.