ADVERTENCIAS:
-Los personajes son de Stephenie Meyer, la trama de la historia es mía. Todos son humanos.
-Contiene ESCENAS EXPLICITAS Y CONTENIDO FUERTE SOBRE DESORDENES ALIMENTICIOS Y PSIQUIATRICOS
-Contiene CONTENIDO ERÓTICO EXPLICITO
PORTADA: h t t p : / / i1051 . photobucket . com /albums/s424/sophiesamedi/4 . jpg
ANOTACIONES: BELLA & CARLISLE, BELLA & EMMETT, CARLISLE & ESME
ANA Y MÍA: frágil mariposa
Capitulo Uno: Bella no quiere comer
Mis oídos pitaban como una tetera que anuncia que el agua ya hirvió. Tenia los brazos tendidos y al costado unas filosas tijeras que estaban en el botiquín.
Aquellas tijeras con las que mamá solía cortar la gasa para curarme mis heridas.
Y esta herida no sangra, pero mata.
-¡BELLA SWAN ABRE LA PUERTA!- Renée no se iba a dar por vencida nunca. Cogí las tijeras y aun sintiendo ese penetrante pedazo de metal sobre mi pulso, la deslicé sin cavilar. Escuchaba la voz de Charlie discutiendo con ella y con mi padrastro, Phil. Todo era bulla en la casa, y no podía pensar más en el alivio que sentía. Apreté aun más la cuchilla sobre mi pálida piel, y esta dejó florecer una hilera de sangre roja y brillante, viva.
-¡Bella cariño por favor!- rogó Charlie, y escuchaba que la manija era manipulada en mil formas. Se habían dado cuenta que no comía. Y que si comía vomitaba. Bueno, no es que se hubieran dado cuenta por si mismos. Alice, mi mejor amiga me había traicionado. "Preocupada por mi salud" palabras de la boca de Renée.
Yo apreté mis labios cuando un dolor agudo penetró mi cerebro. Solté las tijeras y se me escapó un jadeo. La hilera era un río, y era casi un charco en el piso. Escuché el inconfundible sonido de llaves chocando frenéticamente entre sí. Phil debía estar intentando abrir la puerta de la manera más inteligente.
Mis oídos me pitaban, empecé a marearme y caí contra la tina golpeándome la nuca. El dolor de mi cabeza se agudizó aún más. ¿No entendían que estaba harta de esa mierda de vida? ¿Que bastante culpa tenía mi ahora ex - novio Edward Masen? No lo podrían entender. Sentí mariposas burbujeantes desde mis pies. Efecto de las pastillas de bromazepan que me había tomado. ¿Cuántas habían sido?¿20?¿30?
Phil logró abrir la puerta y mi madre gritó.
-¡ISABELLA!- mi padre me cargó cuando mi conciencia dejó de fluir. Sonreí. Ya no estaría viva.
-¿Pero que coño...?- mi voz sonó débil. miré la habitación. Borrosa y muy blanca. Demasiada iluminada, mis pupilas se contrajeron tratando de absorber la menor cantidad de luz posible. O estaba muerta o estaba en un lugar mucho peor: en el mundo real. Llamé a la primera persona que se me ocurrió.
- ¿Phil?-
-Bella cariño - mi madre habló. Parpadeé adolorida y cerré mis ojos. Sentí presión en mi mano izquierda, ella estaba apretandomela fuertemente. Quise quejarme pero no emití palabra alguna - Vas a estar bien, te lo prometo -
Pero yo no estaba bien. Claro que no.
- ¿Donde estamos? - dije. Mi cerebro estaba aletargado totalmente, no podía pensar con claridad.
-En el hospital Saint George - replicó mi madre. Sentí en su voz que ella había llorado mucho. Sentí una punzada de culpabilidad.
-¿no es muy caro ese hospital?- pregunta estúpida de una persona estúpida como yo.
-No cariño, no te preocupes por el dinero...¿puedes abrir tus ojitos?-
Asentí e intenté abrir los ojos nuevamente. La vista me ardió menos. Vi el cuarto: blanco y pulcro. Cortinas que olían a jazmín. Me remojé los labios secos y me miré mi brazo derecho: estaba envuelto por muchas gasas, parecía casi enyesado. Miré el otro brazo, una aguja incrustada que pasaba suero y un monitor en el dedo. Miré la mano que me cogía y hallé el rostro de Renée. Demacrado, con ojeras azules, acabada. Tuve ganas de llorar, o en efecto salieron lágrimas silenciosas por mis párpados. Tenía algo en la nariz. Tubitos. Quise reírme sin razón alguna. Estiré mi brazo izquierdo y me toqué la frente. Ahí también tenía gaza, ¿me había golpeado la frente?
-¿Cómo te sientes?- me dijo Renée en un tono muy suave.
-Adolorida y medio-zombie- contesté casi como en un susurro. Sentía más cosas claro. Ira, dolor, impotencia, dolor y desesperación. ¿Ya repetí que dolor? Mi mamá asintió y nos quedamos en silencio unos segundos. Luego me atreví a preguntar
-¿Que sucedió?- Renée se estremeció. Parecía no querer contestar. Y yo no estaba segura de querer escucharlo tampoco. Sin embargo, habló.
- No has comido nada en 23 días, te tomaste una caja de 30 unidades de bromazepan y te cortaste las venas del brazo derecho - exhaló rápidamente. Renée tenía los ojos verdes muy bonitos. Como los de Edward. Lástima que yo había heredado los ojos color chocolate de Charlie. Ella siguió hablando.
- Te desmayaste, y te trajimos a urgencias de este hospital. Phil lo está cubriendo todo. Te hicieron un lavado gástrico y estas con suero y calmantes. Has dormido casi dos días seguidos cariño- su voz casi se quiebra al final. Me quedé en silencio. Estaba viva.
-Lo siento- repusé inoportunamente. Renée negó con la cabeza.
-Bella, te vamos a internar-
Comentarios: Bueno tenia en mente un proyecto que concentrara la Anorexia y la Bulimia. Ahora, espero de antemano no herir susceptibilidades. El próximo episodio será más completo y explicativo. Carlisle hará su aparición estelar :) y es mi primer proyecto literario original que lo incluye a él. Espero que este pequeño prólogo haya sido de su agrado. Háganme saber si quieren que lo continue con sus reviews.
Besos, Sophia.
