Disclaimer: ninguno de los personajes son míos, todos pertenecen a S. Meyer.
Claim: Alice.
Summary: Porque el simple hecho de ver las gotas de lluvia caer a través de la ventana le hacía sonreír y recordar aquellos tiempos en los que fue tan feliz.
Rating: K+.
Nota: este drabble participa en el reto 'Palabras para el recuerdo' del foro LOL.
Palabra clave: lluvia.
Don't stop raining again
(I feel like a teardrop hitting the ground).
(Lluvia).-
Es increíble como las personas, las cosas o los actos pueden afectarnos en determinados momentos, como un simple gesto puede transportarnos a un lugar lejano, a un sentimiento, a un recuerdo, una emoción... Sentirse así a veces puede ser bueno, y otras no tanto.
A veces un palabra, una frase, una expresión hace que te acuerdes de un ser querido, un viejo amigo al que solías querer, y de ese recuerdo empiezas a tirar del hilo y te descubres a ti mismo sonriendo como un bobo al recordar todos los buenos momentos pasados junto a esa persona.
Otras veces es un lugar, un sitio concreto el que hace que a tu mente lleguen imágenes de situaciones o personas que creías ya olvidadas.
A veces son nuestros sentidos lo que nos transportan a otro mundo: un sonido, un olor, un sabor... pueden hacernos recordar toda una vida.
A mi, personalmente, no me ocurre eso con frecuencia. Será porque mi círculo de conocidos es muy limitado, porque mi vida tiende a la monotonía o, probablemente, porque no tengo nada ni nadie a quién recordar. Bueno, todos tenemos un pasado, pero no todos tenemos el lujo de poder recordarlo, ni de asegurar de que lo que vayamos a recordar sea agradable.
Tan solo hay algo que me hace olvidar por un momento mi vida actual y girar la vista al pasado en vez de al futuro: la lluvia. Y es como si los recuerdos vinieran a mi de todas las maneras posibles... Siento el ruido, el repiqueteo de las gotas al caer sobre el suelo, sobre los cristales; puedo oler el refrescante olor de la tierra húmeda y sentir esa humedad a mi alrededor, tocando y acariciando mi piel.
Esto me hace cerrar los ojos y evocar una casa, una familia, la felicidad... No hay caras, no hay formas, ni palabras, sólo sé que soy feliz y de que ahí hay alguien que me quiere y con quien estoy pasando un momento agradable. Sé que afuera llueve, como cada tarde. Alguien entra empapado en casa y corro hacia él para abrazarle. Alguien me regaña con dulzura advirtiéndome que caeré enferma si yo también me mojo, otra niña de mi edad corre hacia mí, me abraza y me anima a seguir jugando con ella; afuera llueve, siempre llueve...
El día que dejó de llover, que dejé de sentir la lluvia, la felicidad se esfumó. Ya no había gente, ya no había cariño, ya no llovía. Todo se volvió oscuro, negro y apático. Y no fue hasta el día en el que pude volver a sentir la lluvia caer sobre mí, sobre mi pelo, mis ojos, mi ropa... que me di cuenta de que todo volvería a ir bien, que todo se solucionaría, que no tenía nada que temer.
Así que, cada vez que llueve, cierro los ojos y recuerdo que hubo una vez en la que sí que fui feliz, que no todo mi pasado merece ser olvidado, que hubo momentos en los que me sentí querida.
Y la lluvia se encarga de recordármelo siempre.
¿?
