Witt.- Qué onda? Aquí les traigo una nueva historia, espero no atarearme mucho porque no he terminado otra historia que tengo. No estoy segura de qué pasará conesta historia ¿será un Mimato oun Sorato? Eso lo decidirán mis deditos al teclear la historia hasta el final.
Matt.- Y ahora ¿qué estás tramando, eh?
Witt.- Ay! Tú esperate luego te enterarás.
Matt.- No me gusta cuando dices eso... siempre tienes planes muy macabros para mí.
Witt.- ¿Yo? Bah! Yo sería incapaz de exponerte de tal modo .
Un error del destino…
By: Zoe Wittgenstein or "Witt"
Capítulo I:
Sólo por esta noche…
Aquella era una noche de viernes, casualmente el cumpleaños número quince de la joven Yolei Inoue, quien se encargó de organizar una gran fiesta. Tras una serie de súplicas y berrinches, la chica logró convencer a sus padres para que esa noche dejaran sola la casa. Yolei no tardó mucho tiempo en abastecerse de todo lo necesario gracias al negocio familiar y, como toda una "reunión" de adolescentes, había licor.
Sora se encontraba bailando alegre al lado de su recientemente novio Tai. Se notaba bastante divertida y enamorada a pesar de haber dado por terminada su relación con Matt, aunque éste último seguía muy herido.
Matt estaba sentado sólo, sentado bebiendo un poco de licor, cabe aclarar que él no quería ir a la fiesta ya que lo último que quería ver en el mundo era a Sora y mucho menos con su acompañante, Tai. Pero Yolei y los demás rogaron por su presencia, sería muy importante que todos estuvieran reunidos en aquella fecha, pues debía ser un evento alegre, aunque, para Matt, era opacado por la inmensa tristeza que había invadido su corazón.
"Mi amigo Tai… ¿Amigo Tai?" se repetía una y otra vez en la mente el joven rubio, "Eso no es de amigos¿Quitarme a la mujer que amo? … Cierto, yo se la quité primero, pero Sora nunca fue la novia de Tai… hasta ahora". Estaba muy melancólico, apartado, callado. Parecía estar en un funeral en vez de una fiesta de cumpleaños.
Mimi se encontraba bailando con Izzy, Yolei y Ken, había regresado a Japón para pasar las vacaciones con sus amigos, actualmente se alojaba en el hotel más prestigiado de Odaiba. Llevaba mucho tiempo puliendo con sus pies la pista de baile y debido a ello se sintió un poco cansada y decidió sentarse un momento. Al buscar un lugar en dónde sentarse, notó lo apartado que se encontraba Matt del grupo y los triste que se veía. La joven Tachikawa, no dudó ni un instante en acercarse a él.
—Matt —susurró intentando llamar la atención del joven rubio —, no estés triste, tu rostro no se ve muy bien estando así…
Matt estaba bastante malencarado, realmente no tenía humor de escuchar opiniones tontas de chicas que no sabían por lo que estaba pasando. Por un momento él pensó en gritarle que se fuera y que lo dejara sólo, que no tratara de reconfortarlo porque nada que evocara de sus labios podría lograrlo. Pero algo, en aquel rostro un tanto angelical e inocente, le hizo notar que la portadora de la Sinceridad no tenía intenciones de molestarlo y, sobretodo, que ella no tenía la culpa de todo el embrollo que tenía en su mente.
—¿Por qué te preocupas por mi? —cuestionó intrigado.
—¿Por qué no? —sonriendo con un toque pícaro en su mirada —Eres mi amigo.
—Hmm —sonrió levemente sin siquiera verla.
Mimi tenía ese efecto en todos, por más que alguien estuviera triste, esa joven tan sólo con su presencia hacía surgir una sonrisa hasta del ser más desdichado en el mundo. Matt la miró por unos instantes y luego se volteó mientras hacía movimientos circulares con la copa que tenía en la mano, provocando que su contenido se agitara
—Hoy te ves muy bien, Mimi —comentó.
—¿Qué te pasa? —cuestionó incrédula por las palabras de su amigo, era extraño oír a Matt haciendo cumplidos acerca del aspecto de una persona —¿Acaso has bebido tanto licor que…
—¿Cómo crees? —interrumpió —Si tan sólo he bebido una copa, estoy más que sobrio.
—¿Qué pasó contigo y con Sora?
—¿Acaso no te lo contó ella?
—Claro que no. Bueno… —se notó dudosa y algo desilusionada —desde que regresé de Estados Unidos, Sora y yo ya no somos tan amigas como antes, tú sabes, de cierto modo la confianza se pierde, además de que perdimos todas las cosas en común —sonrió —. Parece que me llevo mucho mejor con Yolei, con quien, a pesar de que no veo mucho, mantengo el contacto con ella. Creo que es a la única a quien realmente le importo en todo Japón.
—No diga eso, todos somos tus amigos —afirmó —. Nos importas mucho.
—Dudo que sean mis amigos, puesto que no saben depositar su confianza en mí —comentó insinuantemente, obviamente su comentario era para provocar a Yamato.
—Bueno, es que… —titubeó y se notó nervioso —. A decir verdad, yo no quiero hablar de eso.
—De acuerdo, te entiendo, la herida debe cerrarse y aún no sientes que sea el momento de hablar de eso y compartirlo.
—Sí, tienes razón —afirmó —. Oye… ¿te mencioné que te ves muy linda? —intentando cambiar la conversación de cualquier forma posible.
—Ja, ja, ja! —rió con su pequeño tono particular mientras tomaba la copa de vino que tenía Matt y bebía rápidamente su contenido —No sabía que tenías tan buen sentido del humor.
Durante algunos minutos permanecieron en silencio mientras Mimi, pedía una copa más, al parecer había encontrado otra forma de matar el tiempo además de bailar.
—Mimi, no abuses, no estás acostumbrada a beber —advirtió al notar la forma tan acelerada en que se comportaba su amiga.
—¡No-no, Matt! —se levantó del asiento y tomó de las manos a Yamato —¡Ya sé, vamos a bailar! —Sugirió mientras obligaba a su acompañante a levantarse de su lugar.
—¿Mimi? —comenzó a verla incrédulo, su embriaguez había sido la más rápida del mundo —¡Diablos! Esta ya se puso bien borracha —pensó al notar que la chica se tambaleaba de un lado a otro mientras caminaba con él hacia la pista de baile.
Matt no quería bailar y menos si tenía que enfrentarse a la ridiculez de su joven amiga, pero lo intentó. Izzy, por su parte, notó algo peculiar en la actitud de Mimi y se acercó a ellos.
—¿Qué es lo que le pasa a Mimi? —preguntó Izzy a Matt.
—Me arrebató de las manos mi copa y la bebió muy rápido, luego tomó otra sin pensarlo. Le advertí que no abusara porque no estaba acostumbrada a beber.
—Será mejor que alguien la lleve al hotel, no puede irse sola así.
—No-no hip al hotel no hip, no hay nadie hip, es solo y frío hip. No me quiero quedarme solita en ese lugar hip. Por favor —rogó con unos bellos ojos brillantes, aunque perdidos en el alcohol.
—La llevaré yo —comentó algo fastidiado, Matt —, después de todo ni siquiera quería venir a esta fiesta.
—De acuerdo, yo le avisaré a Yolei que tuvieron que irse.
—Bueno, vámonos y en el camino decidiré qué hacer contigo.
Matt obligó a la chica a que lo rodeara con su brazo por el cuello para que pudiera sostenerse en pie y caminar. Con mucha dificultad lograron bajar las escaleras del edificio. Al joven rubio le costó mucho trabajo introducir a Mimi a su auto, pues se había quedado dormida. Matt la dejó en el asiento de adelante y se encargó de abrocharle el cinturón de seguridad. Después entró y condujo hasta su casa, fue el único lugar que se le ocurrió para llevar a la chica, pues a la mitad del camino recordó que no sabía exactamente cuál era el hotel en donde se hospedaba la joven castaña y ya era suficientemente tarde como para regresar.
Al llegar al departamento, la sacó del auto y se dispuso a cargarla, subiendo con mucha dificultad las escaleras del edificio hasta que por fin llegaron a su destino. Justo cuando entraron al apartamento, Mimi abrió los ojos lentamente, se sonrojó al notar que se encontraba en los brazos del joven Ishida.
—Bueno, ya llegamos a mi casa —mientras la sentaba en el sillón —. Puedes quedarte en el primer cuarto que está a la derecha, es el mío.
—No —dijo mientras hacía una serie de gestos notándose su desacuerdo —. Yo no quiero que me dejes sola hip quédate conmigo hip, aquí en la sala.
—Pero Mimi¿cómo se te ocurre que yo…
Mimi tomó por sorpresa a Matt y le dio un beso, dejando al joven rubio completamente sin habla. Él no quería ser grosero, no la apartó de sí, pero no la atrajo, ni siquiera la tocó; él intentaba contenerse.
—Mimi… ¿por qué hiciste eso? —preguntó incrédulo mientras apartaba suavemente a la chica.
—Te amo Matt —respondió mientras se acercaba a él y lo abrazaba.
—¿Pero cómo? Pensé que eras novia de Michael.
—Matt dame un beso —pidió sin tomar en cuenta las palabras de su acompañante.
Matt se puso muy nervioso, pero Mimi lo besó antes de que él pudiera decir un "no" o quizá hubiera dicho "si". El caso es que se besaron durante un largo tiempo y, cuando Matt pudo despegarse de los labios de Mimi, se dio cuenta de que estaba totalmente dormida. Matt sonrió con ternura, quizá Mimi lo había confundido con alguien más, en su mente no cabía la idea de que Mimi pudiera tener siquiera una atracción hacia él. El joven Ishida, como todo un caballero, tomó en sus brazos a Mimi y la condujo hasta su habitación, estaba dispuesto a dejarle su cama y él quedarse en el sofá.
—Duerme Mimi —comentó tiernamente —, sólo espero que mañana no te duela la cabeza.
—Matt… —susurró mientras abría los ojos —no me dejes sola, tengo miedo.
—¿Miedo¿De qué? —preguntó incrédulo mientras se sentaba sobre la cama.
—No me gusta la soledad —se levantó un poco y quedó sentada en la cama, al lado de Matt —. He fingido todo el tiempo ser superficial porque tengo miedo de la soledad, siempre le he tenido miedo.
—No es malo que tengas miedo a la soledad, de alguna manera todos tenemos miedo a eso. No te preocupes, no me alejaré mucho, estaré en la sala. Si necesitas algo, solo háblame y vendré¿de acuerdo?
—No te vayas —rogó —. Si sales por esa puerta me iré sin importar lo que pueda pasarme.
—¿Qué quieres de mí? —cuestionó inocentemente el pobre chico.
—No te lo imaginas —respondió insinuantemente —. No me digas que eres un chico inocente —se arrodilló en la cama mientras abrazaba y besaba al chico.
—Tu sabes perfectamente que amo a Sora —excusó intentando apartarse de encima a la insistente joven.
—Sólo por esta noche, Matt, sólo hasta mañana.
—No-no, es que… —intentando encontrar alguna excusa —mi padre puede llegar en cualquier momento.
—Eres un mentiroso. Me enteré por algunas personas que tu padre salió de la ciudad y que has estado quedándote solo desde hace dos días.
—Mimi, por favor… es que yo…
—¿Qué, no te gusto? —preguntó mientras alzaba un poco la falda que llevaba puesta y mordía su labio inferior sensualmente, hecho que incomodó y enrojeció al joven rubio.
—Mi-Mimi, cla-claro qu-que me gustas —balbuceó —. Eres una chica muy bonita y atractiva, realmente me agradas mucho pe-pero…
Mimi puso su mano sobre la boca de Matt sin dejarlo terminar.
—Y si te agrado tanto… ¿por qué no estás conmigo? Sólo será una noche…
Lo besó nuevamente y lo empujó hacia atrás, provocando que Matt terminara acostado en la cama.
A la mañana siguiente…
Matt comenzó a abrir los ojos, volteó instintivamente hacia el lado derecho con la intención de ver a Mimi, pero se dio cuenta de que ella no se encontraba junto a él.
—¿Mimi¿Dónde estás?
El joven Ishida se levantó de la cama y comenzó a buscar a Mimi por toda la casa, pero no estaba. Quizá había regresado a su casa, pensó Matt mientras tomaba el auricular del teléfono y marcaba su número de celular, pero nada; nadie contestaba. Su segunda opción fue Yolei, ya que, por mismas palabras de Mimi, se había convertido en una de sus mejores amigas. Quizá había ido a disculparse por no despedirse de ella la noche anterior.
—¿Yolei? Habla Matt.
—Matt, buenos días —respondió al otro lado del auricular —¿Ocurre algo?
—Me preguntaba si sabías algo de Mimi.
—Creí que se había ido contigo anoche.
—Em… —titubeando —s-sí, pero hace unos momentos hablé a su celular para saber cómo estaba y no me respondió.
—Probablemente Sora puede saber algo de ella.
—¿So-Sora? —Matt sintió como si lo acuchillaran justo en el estómago al escuchar ese nombre —Muchas gracias Yolei.
Colgó el teléfono y se tiró en el sillón mientras jalaba de sus cabellos.
—Esto no habría pasado si no fueras tan idiota. Pasar la noche con Mimi —se reclamó a sí mismo —. De ninguna forma estoy de acuerdo con preguntarle a Sora.
Así fue como pasó una semana y Matt continuó sin saber nada acerca de Mimi, al parecer, esta lo evadía. Después de varios días de peleas mentales consigo mismo con respecto a Sora, Matt se resignó a hablar con ella, pero recordó que, desafortunadamente, el teléfono de Sora se encontraba fuera de servicio temporalmente, debido a un problema con la conexión. No conforme con verse obligado a hablarle a Sora, ahora tenía la necesidad de irla a ver a su propia casa a preguntarle por Mimi. Matt no dejó de refunfuñar de camino a casa de Sora. Y, de hecho, hasta dudó en tocar el timbre ya estando frente a la puerta de su apartamento pero, tragándose su orgullo, lo hizo.
—¿Matt?
Sora se notó muy sorprendida al abrir la puerta.
—Am ejem —titubeó —. Bueno… Sora.
Justo cuando Matt estaba a punto de evocar una palabra de su boca, apareció Tai detrás de Sora.
—¿Qué es lo que pasa Sora? —miró a Matt de pie junto a la puerta —¿Matt?
Matt se sintió peor al ver a Tai con Sora, eso le rompía aún más el corazón, si es que aún quedaba un pedazo más por romperse.
—Sora, yo…
—Matt —Sora se notó un poco apenada —, si vienes a hablar conmigo… bueno yo…
—No —negó rotundamente sin dejar terminar a la chica pelirroja —, no te creas tan importante… —evadió la mirada de Sora —. Yo sólo vine a preguntarte por Mimi.
—¿Mimi? —la joven Takenouchi se notó extrañada al notar el gran interés que tenía Matt por Mimi —Bueno, ella salió en la mañana a Estados Unidos. Pero… no veo por qué el interés.
—Ese es asunto mío —respondió en tono cortante —. Que pasen buena tarde —comentó entre dientes.
Matt no podía soportar ver a Sora con Tai, así que precipitadamente decidió correr hasta llegar al recibidor del edificio, una vez ahí, respiró profundamente y tomó su rostro con desesperación.
—Mimi… ¿por qué te fuiste? —susurró desesperado —Necesito saber por qué me evades desde aquella noche.
—Así que pasó algo entre Mimi y tú…
Se escuchó una voz que Matt conocía perfectamente.
—Matt, esto me sorprende al grado de que no sé qué decirte.
—Tai… es que yo…
—Creí que aún amabas a Sora.
—Aún la amo pero no tiene caso que siga aferrándome a alguien que no siente lo mismo que yo. Y sobretodo, si ella ha comenzado a rehacer su vida —respondió mirando fríamente a Tai.
—Matt, amigo…
—Hace mucho dejé de ser tu amigo, al parecer.
—¿En realidad piensas que Sora y yo somos novios?
Matt no tenía ganas de responder, era absurdo pensar otra cosa y era aún más absurdo responder esa pregunta tan tonta.
—Sora no es mi novia. Es sólo que ella me pidió que la acompañara a la fiesta de Yolei, no quería que la vieras sola. Ella sigue enfadada después de lo que pasó entre tú y tu… corista.
—¿Por eso me cortó, por Hikaru?
—No, no por Hikaru, por "lo que hiciste con Hikaru" —admitió Tai.
—¡Demonios! Así que fue eso. Ella me dijo que se había enamorado de alguien más y luego la vi contigo —dijo intentando de comprender todo —. Sora sí es muy astuta, no quiso prevenirme acerca de que ya sabía lo de Hikaru. Además de todo me hizo creer que había dejado de quererme.
—Sora lloró durante tres días seguidos, incluso no quería comer; no entendía por qué le habías hecho eso.
Matt se sentía terriblemente, como una flecha atravesando su pecho. Había hecho sentir mal a la única persona que amaba y todo por una estúpida aventura. Hikaru Mitsumi era una modelo de trajes de baño, un miembro de su banda, Akira, la había llevado para formar parte del grupo. Creían necesitar una voz femenina que le hiciera compañía a la melodiosa voz y canciones de Yamato.
Hikaru, desde un principio comenzó a insinuársele a Matt, éste se resistía mientras los demás miembros de la banda lo alentaban: "Anda! Está guapísima, serías un idiota sino lo haces", "Ve con Hikaru o ¿eres gay?". Y como los hombres siempre reaccionan ante estas acusaciones, lo hizo. ¿Acaso los hombres tienen la necesidad de demostrarle a otros su sexualidad y hombría¿Eso no es más gay que serle fiel a una mujer?
¿Sólo por una noche, eh? Sólo por una noche puede cambiar por completo tu vida…
Continuará…
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