Normalmente cuando Marinette acompañaba a su madre al supermercado, iba con la ilusión de poder toparse frente a frente con su crush, Adrien Agreste.

Para nuestra querida azabache era muy tierno ver a ese rubio. Él era un hombre muy agradable, tierno y simpático. Apenas veía a Marinette se acercaba con una sonrisa de oreja a oreja en su rostro y abrazaba con todas sus fuerzas a su pequeña amiga.

Marinette adoraba estar atrapada en los brazos de Adrien, sus brazos desprendían una calidez tremenda, era algo genial, le encantaba.

Tristemente ese sábado él no estaba ahí.

Marinette acompañó a Sabine mientras hacia sus compras, ella se encontró con una de sus amigas y conversaron durante todo el tiempo de compras. ¡Le robaron a su madre!

Cuando se estaban yendo, ocurrió algo inesperado.

—Solo dan dos bolsas, es tan injusto —se quejaba la amiga de Sabine.

—¿Y si conseguimos más bolsas? —propuso su madre.

Marinette observó a su alrededor y se dio cuenta de que Luka estaba ahí. Sonrió. Luka estaba ahí casi siempre, era un cajero muy simpático, él siempre le hablaba.

—No se preocupen, yo conseguiré bolsas —determinó Marinette.

Las adultas continuaron con su camino, pero ella no las siguió. Ella corrió a la caja en la que Luka estaba sentado. Él estaba en su celular, pegado a el. Marinette corrió y se posicionó frente a él.

Luka dio un salto bastante notorio, ella evitó reír, no quería ser grosera.

—Hola... —dijo él.

—¡Hola! —ella parecía muy animada —, ¿cómo estás? —Luka iba a abrir su boca, pero Marinette se percató de que las adultas no la estaban esperando. ¡Maldición! —, ¿me regalas una bolsa? —pidió rápidamente.

—Sí, claro —ese chico parecía sorprendido, era extraño.

—¡Muchas gracias!

Marinette tomó unas cuatro o cinco bolsas, agradeció nuevamente y salió corriendo para reunirse con las adultas nuevamente. Luka la observó con diversión, negó con la cabeza y volvió a fijar su atención en su celular.

Nunca antes había escrito un drabble, la verdad me gustó la experiencia, jaja XD

Todo esto sucedió el sábado. La verdad no sé cómo me atreví a hablarle a ese cajero, pero debo admitir que su reacción fue divertida XD y correr tanto también, jaja