"Fuegos artificiales"

Prólogo

Era una noche fresca a inicios del otoño…Las hojas de los árboles se comenzaban a teñir de alegres colores y a caer en el suelo, algunas ya pisadas por un par de botas; eran negras, grandes, al igual que su dueño: un hombre joven, de unos 18 años aproximadamente. Sus pantalones negros con hebillas de metal y su gabardina gris, complementaban su lúgubre apariencia. De piel sumamente pálida, rayando a ser mármol viviente, de nariz perfecta, de ojos negros afilados y brillantes a la luz de las farolas, de labios delgados pero carnosos. Cualquier chica que lo viera creería que es un ángel negro al cual se le rendiría a sus pies con tal de que el la mirara. Esa noche, aquel ángel paseaba entre las ramas de los altos árboles como la sombra de un ave al vuelo; grácial y delicado. A lo lejos se divisaba un edificio… hay muchos departamentos sencillos al parecer…