Durante el mes de julio Marinette volvió a jugar Pokémon go después de haberlo borrado el año pasado. Sucede que Adrien jugaba y ella también quiso jugar. El problema era que el juego tenía algunos cambios, dentro de ellos había "días de la comunidad". Cada mes elegían a un Pokémon protagonista y de ese modo, podía salir una versión brillante (shiny).

Marinette no podía jugar durante esos días, porque eran con un horario y su madre no le permitía salir sola, menos con su celular. Y para su mala suerte, no tenía amigos que jugarán Pokémon go y que vivieran cerca de su casa. Era bastante triste.

—¡Tikki, me perderé el último día de la comunidad del año! —se quejaba la azabache mientras observaba la imagen con algo de rabia.

—Marinette, tienes que obedecer a tu mamá —le recordaba su kwami.

Marinette asentía. Aún no estaba acostumbrada a obedecer a su madre con cosas que le parecían tontas. Por favor, ¿no poder salir sola aunque sea a la esquina? ¡ella era Ladybug! Casi todos los días se exponía al peligro. Era horrible que su madre no supiera de su secreto.

Suspiró con cansancio.

—Quizás pueda arreglar esto...

Pensó un poco y recordó que Luka también jugaba Pokémon. El problema era que vivía un poco más lejos y tenía aún más obligaciones, porque era mayor.

Y Alya también jugaba, bueno, una vez descargó el juego, pero solo por curiosidad.

Tikki solo observaba a su dueña, no entendía bien lo que estaba haciendo.

—Voy a ver como jugar aunque sea solo por un rato —le explicó Marinette a su kwami.

Entonces sin perder más el tiempo, tomó su celular y creó un grupo de Whatsapp. El grupo fue llamado "Poke-amigos" y añadió a Luka y a Alya.

Era un nuevo día en la región de Kanto.

Una chica despertaba temprano, porque justamente esta tarde elegiría a su Pokémon compañero.

Eligió a Torchic, porque le encantaba.

Cuando todo eso terminó, fue a recorrer el mundo.

Pero en eso se topó con un Vulpix de Alola.

Se acercó feliz de la vida, pero ¡la congelaron!

Rió.

Sabía que sus amigos pensarían que eso fue raro, pero valía la pena.

—Marinette, ¿no deberías estar haciendo tareas? —la regañó Tikki.

—Tikki, es viernes y no me dejaron tareas —se defendió la azabache.

Tikki últimamente estaba preocupada por su portadora, los akumas estaban siendo cada vez más poderosos y Marinette seguía siendo una adolescente. Era capaz, demasiado capaz y cada día adquiría más confianza en sí misma. Pero aún así, seguía siendo una niña en su alma. Ese era un punto en contra.

Luka: en ese momento un charizard la descongeló.

Marinette: ¡al fin ya me estaba muriendo de frío!

Luka: ¿para que escribes esas cosas entonces?

Alya: yo no entiendo nada, qué llaman vulpix y que es alola? no será aloha?

Marinette rió. ¡Alya al fin había aparecido!

Luka: Alola es una región de Pokémon, es obvio

Alya: perdónenme la vida, pero yo hago cosas más importantes que Pokémon, niños!

Luka: como querer descubrir la identidad de Ladybug?

Ellos estaban discutiendo, era divertido leer esa discusión. Además, Luka tenía razón. Cada quien pasaba el rato como quería.

Marinette: chicos, hay un evento en Pokémon go que durará tres días

Si juegan, intenten atrapar la larva, la oveja y lo que parece una roca. Sus evoluciones son las más poderosas

Alya: qué?

Luka: es el día de la comunidad de todo el mundo, obvio no me lo voy a perder ;)

Pasó un rato en el cual siguieron conversando, entonces, Marinette consiguió cumplir con su objetivo. Alya fue a su casa. Ambas salieron juntas. Fueron al parque.

—¿Por qué no juegas con tu crush? —preguntó repentinamente Alya —. ¿No sería bonito que Adrien y tú salieran juntos?

Marinette detuvo su andar y dejó salir un suspiro cansino.

—Es imposible —respondió apenada —. Ya sabes que tenemos una diferencia de edad importante. Además de eso, él vive demasiado lejos.

—Problemas, solo problemas —se lamentó Alya.

Cuando pasaron cerca de la fuente, a Marinette le salió un Pokémon shiny. ¡Era el primer shiny que aparecía en su vida! Era la roca, era Beldum.

—¡Dios! —dio un grito debido a la felicidad, ¡era increíble!

—¿Qué pasa? —Alya se asustó debido al grito —. Amiga, te veo completamente normal, ¿por qué gritaste? —le preguntó algo preocupada.

—¡Es que apareció el primer shiny de mí vida! —saltó de felicidad Marinette.

Alya no pudo evitar rodar los ojos. ¿En serio se emocionaba tanto por un juego?

—¡Es genial! —Marinette tomó captura de pantalla del Pokémon y luego de cuando lo atrapó. Obviamente todo eso fue colocado en su estado. ¡Estaba feliz, muy feliz!

—Nunca en mi vida había visto a alguien gritar por un juego —se quejó Alya.

—¿Y qué hay de ti cuando ves vídeos de Ladybug y Chat Noir? —se defendió la azabache.

—¡Eso es algo distinto! —Alya intentó defenderse —. Ellos dos son distintos, son como una pareja que algún día estará unida.

—¡Alya! —la idea le daba algo de asco a Marinette, pero no podía decirlo en voz alta o sino llamaría la atención de su amiga. Alya era muy inteligente, notaba muchas cosas.

Jugaron durante dos horas, Beldum fue el único shiny que Marinette consiguió atrapar. Después de eso, Marinette fue a su habitación y revisó sus mensajes. Curiosamente tenía seis mensajes de Adrien, eso era bastante llamativo, bastante nuevo.

Luka: no puede ser! Tu beldum shiny le gana a mi Eevee shiny!

Luka se quejaba, eso era bastante tierno.

—¿Por qué no le respondes a Adrien? —preguntó Tikki.

—La verdad es que me da algo de vergüenza —admitió Marinette.

No era normal que Adrien le escribiera tanto, era poco común y... no sabía qué responder. Se sintió algo avergonzada, incómoda.

Era raro.

Él le gustaba y tenía ese poder, el poder de ponerla incómoda aunque fuese solo mediante un mensaje. Irónico, ¿no?