Aquí llego con un nuevo fic! Espero q este les guste mucho, es así como una adaptación, traducción e inspiración u.u porq le pondo mis partes de un súper libro que amo!
Aclaraciones: esta historia está inspirada en un libro de mi mini biblioteca en ingles de Michelle Celmer. Nanny Next Door. Yo solo lo estoy traduciendo y claro poniéndolo con los personajes de KNB. (Están de locos los papeles impartidos a los personajes so no me maten onegai!)
Kise shougo (Haizaki Shougo) era necesario cambiarle el apellido ya que será el padre de kise.
Av: Mpreg (chicos que quedan embarazados) y aunque sean hombres serán madres u.u
Capitulo 1
Kuroko Tetsuya pasó un dedo por el hueco que ahora había en la pared de la cocina, al lado lateral de la puerta trasera. El hueco que el mismo Tetsuya había hecho con la taza de café que había lanzado después de haber pasado una noche terrible en el lugar donde lo habían encerrado y todo gracias al corrupto, narcisista e influente de su ex marido. En ese momento, él lo había dejado como un símbolo de que las cosas para el pequeño peli azul podían mejorar. Pero en contra de su pronóstico, las cosas solo empeoraron, y después de ese día, cada vez que miraba al, ahora más grande hueco, se recordaba el día en que su carera se fue por el inodoro.
─ ¿Tetsu, aun estas allí?─ el apretó su agarre en el teléfono.
─ ¿Me estas despidiendo?─ pregunto a Momoi Satsushi, directora de la Teiko Elementary School, su ahora ex empleadora. Su ahora ex mejor amiga.
─Técnicamente no es ese término.─ dijo en tono culpable. ─Simplemente no vamos a renovar tu contrato, estamos dentro de los parámetros legales de tu contrato de trabajo.
─ ¿Parámetros legales? ¿Qué hay de la lealtad? ¿Y qué hay del hecho de que hemos sido amigos desde hace diez años?─ hizo más presión en el hueco, genial, ahora ya era un agujero enorme, algo así como el resto de su vida. Un gran agujero, ni marido, ni amigos, ni trabajo ¿que más podría perder?
No Tetsuya, no vayas por allí
─Llámalo como quieras.─ le dijo molesto a su ex amiga. ─Todavía estoy sin trabajo.
─Tetsuya, eres un gran maestro, pero sabes tan bien como yo que no podemos ignorar la preocupación de los padres. Los rumores…
─ ¿Al menos me escribirás una recomendación?─ la interrumpió. ─Es lo menos que me debes.
Varios segundos pasaron pero Satsushi no respondió a su pregunta, la última de las esperanzas del peli celeste se hundió junto a su dedo en el oscuro agujero.
─Tomare eso como un no.─ dijo seriamente.
─Es que… si llegáramos a escribirte una recomendación y algo llegara a pasar… simplemente no podemos correr ese tipo de riesgos. Recibirás el resto de tu pago de vacaciones y una indemnización generosa.
¿Si algo llegara a suceder? La voz de Kuroko sonó furiosa.
─ Perdóname si parezco desagradecido, pero eso no suaviza el golpe. Tú estabas allí, sabes que lo mucho que bebí fue una copa de vino, del brindis, al igual que tu. Acción por la cual no veo que alguien deba perder el trabajo.
─Yo no fui detenida por el CPS.─ dijo tajante.
─Supongo que no cuenta que se retiraron los cargos. Y discúlpame, pero en diez años que hemos sido amigos nunca me conociste como un gran alcohólico.─ la furia se podía escuchar en su voz. ─ ¿Alguna vez me he llegado tarde al trabajo? ¿Con resaca o intoxicado? Esto se trata de Shougo obteniendo venganza.
─Es el alcalde, la gente confía en él.
Era obvio que la gente le temía a su ex marido y también era obvio que al igual que los demás, Satsushi también estaba sometida a ese temor.
─Déjame adivinar Momoi ¿acaso amenazo con investigar la escuela? O ¿tal vez dijo que habría cargos de abuso inventados si no me despedían?
Hubo una pausa embarazosa por parte de la peli rosa, y Kuroko supo que tenía razón, ese manipulador, bastardo egoísta. Kuroko podía demandarlos, pero, francamente, ya tenía suficiente con haber pasado todo un año en la corte además, ¿quién querría dar clases en una escuela en donde nadie confiaba en él?
─Tetsuya, tal vez… bueno, tal vez deberías considerar la reubicación. Conseguir un nuevo comienzo, en un lugar nuevo.
─No puede ser!─ exclamo con mofa. ─No estoy huyendo, Seirin es mi casa. No voy a dejar que Shougo me quite eso también.
─Tengo los objetos especiales de tu escritorio y también tu verificación por si deseas recogerlos hoy… es lo mejor Tetsuya.
─ ¿Lo mejor para quién?
La peli rosa no respondió. Además Kuroko ya había oído suficiente de todos modos, presiono el botón de desconexión y arrojo el teléfono en el comedor. Nada iba a cambiar la mente de Satsushi, y mendigar no era una opción. No al menos si planeaba mantener un ápice de su dignidad.
La satisfacción de poner a Shougo sobre las brasas en el divorcio había sido de corta duración desde que se había propuesto a destruir sistemáticamente su reputación, y ahora acababa de tener éxito en lo que había planeado. Si se enteraba de que él había rogado por su trabajo, nunca lo dejaría vivir en paz, y él no le daría ese placer al cerdo de su ex. Había pensado que después de ese lio todo volvería a la normalidad. Había pensado que sus "amigos" lo conocían mejor que eso. Pero veía que estaba equivocado.
A pesar de que Kuroko había pasado 16 años de su vida en el pequeño condado de Seirin, después del divorcio con el ahora alcalde, había pasado a ser un completo extraño.
─Los parámetros legales mis bolas. ─ murmuro, hurgando el agujero de la pared.
Había llegado el momento de arreglar su vida y seguir adelante. Para dejar de vivir en el pasado.
Hurgando en los cajones de la cocina, cualquier cosa, para cubrirlo, Kuroko decidió por un rollo de cinta adhesiva, gris, y se encogió de hombros, eso serviría hasta comprar espátula y masilla. No era genial pero si mejor que tener el agujero allí, ahora, si tan solo pudiera utilizar eso para arreglar temporalmente su vida.
─Dios mío ¿qué le estás haciendo a la pared?
Tetsuya volteo a ver a Ryouta, su alto, rubio y apuesto hijo de quince años, de pie en la puerta de la cocina, quien se supone tendría que haberse ido a la escuela hace ya una hora.
─Yo estaba arreglando un agujero.─ dijo el peli celeste.
─ ¿Con la cinta? Parece tonto.─ dijo el rubio negando con la cabeza, a veces su madre podría ser… no hallaba palabras para definirlo.
El más bajito río para sus adentros, debía admitir que su hijo tenía razón, se miraba tonto. Así que arrano la cinta llevándose otro pedazo de yeso, ahora el agujero era más grande.
─Vas tarde a la escuela otra vez.─ dijo en tono acusador.
─Me quede dormido.─ Ryouta arrastro los pasos hasta entrar a la cocina y Kuroko suspiro con pesadez al notar los nuevos reflejos purpuras que ahora se mostraban en el rubio cabello de su hijo. Y su grueso delineador negro no era mejor. Ese oscuro maquillaje opacaban sus hermosos ojos dorados y solo lo hacía lucir enojado. Emoción que ahora parecía estar siempre en la cara de su hijo, lo que le hacía ver como todo un adolescente rebelde y rockero. Incluso su uniforme de la escuela era todo un desastre.
El corazón de Tetsuya se rompió en dos al ver la transformación de su hijo. El alegre Kise Ryouta había pasado a Merlina Adams en versión masculina. ¿Es que a caso Kise Shougo no podía ver lo que su comportamiento le había provocado a su hijo? ¿No le importaba?
Por supuesto que no. Ese maldito solo se preocupaba por una persona. El mismo.
─Ryouta, cariño, solo te queda una semana de escuela antes de entrar a vacaciones ¿por lo menos podrías ir temprano la semana que te queda?─ Kuroko ya se había cansado de retar a su hijo para que asistiera temprano a la escuela.
El rubio se encogió de hombros.
─ ¿Quien llamo?
Si pudiera esconder la verdad. Kuroko Tetsuya lo hubiera hecho con mucho gusto. El chico había pasado por muchas cosas ya, así que lo único que podía hacer era tratar de minimizar el daño.
─Satsuhi, de Teiko. Ellos van a reemplazarme ahora que mi contrato termina.
─ ¿Ellos te despidieron?─ pregunto con incredulidad el chico.
─No, ellos solo decidieron no renovar mi contrato.─ intento calmarlo.
─ ¿Lo hizo no?─ su voz sonaba dolida más que enojada. ─Papa esta molestándote otra vez ¿verdad?
─No es un gran problema.─ Kuroko forzó una sonrisa. ─En serio, voy a encontrar otro trabajo.
Y no sería divertido y sencillo. Diez años de experiencia como maestro de primaria lanzados al excusado. Pero se las arreglaría, Dios sabia que el había superado lo peor. Además viéndolo del lado positivo, Shougo estaba pagando la pensión alimenticia y manutención de Ryouta, técnicamente Kuroko no necesitaba trabajar. Si tendría que apretar el cinturón un poco pero ellos dos estarían bien.
─Me gustaría que nos dejara en paz.─ Ryouta se sirvió una taza de café y le echo azúcar hasta la mitad. ─Me gustaría que se casara con su zorra y se olvidara de que existimos.
─Ryouta, no le llames a la novia de tu padre zorra.─ dijo Kuroko reprimiendo una sonrisa triste.
─Okacchi, ella lo es! Es solo unos pocos años mayor que yo ¿sabes lo vergonzoso que fue?
Siete años en realidad, pero ¿que importaba? Aunque por supuesto, más que para él, para su hijo fue amargo. Las infidelidades de su padre apenas habían sido un secreto, pero la última, con su asistente "zorra" Kuroko habían tenido suficiente. Ojala hubiera visto su cara cuando le llegaron los papeles de divorcio y a pesar de que le había hecho pasar un infierno ese último año, el peli celeste no se arrepentía de haberlo hecho. Se sintió aliviado de ser libre finalmente.
Abrazo al menos por la cintura desde atrás.
─Tengo que ir a recoger mi cheque final. ¿Quieres que te lleve?
─No, iré caminando, llegare tarde a casa.─ se alejo del abraso de Kuroko. ─Iré a la casa de Kentaro para estudiar los exámenes finales de Ingles.
─Tu no llevas ingles.─ le acuso el chico celeste.
─Duh! Estoy ayudando a Kentaro a estudiar.─ dijo el rubio rodando los ojos.
Kuroko inhalo para calmar el enojo por el tonito subido que utilizo su hijo para dirigirse a él. Solo debía de darle tiempo al menor.
─Te espero a las 6 en casa.
─pero…─ el peli celeste levantó la mano para hacerlo callar.
─No te molestes en discutir. Sabes que tu padre llegara a visitarte hoy para la cena.
─ ¡Pero yo no quiero volver a verlo!─ chillo haciendo un puchero.
─Se que no quieres hacerlo y entiendo el porqué, pero no importa lo injusto que se vea, sigue siendo tu padre y tiene todo el derecho a verte.
─Bien!─ bramo con enojo. ─Por lo que veo no te importa que este dañado psicológicamente por el resto de mi vida.─ cogió la mochila que estaba a un lado del comedor y salió por la puerta trasera dando un portazo tras de él.
Kuroko suspiro, deseando que existiera una forma más fácil de hacer todo eso para su pequeño, y deseando que este no fuera tan dramático. Le dijo a Shougo que llevaran a su hijo a ver a un consejero, pero como pensó que lo haría, se había negado completamente alegando que no quería que la gente etiquetara a Ryouta, pero ambos sabían que eso era solo una excusa, lo que su ex no quería es que lo etiquetaran de mal padre. Y sin su consentimiento, Kuroko estaba atado de manos.
Cogió las llaves del coche de la mesa y una vez colocando sus zapatos, salió de la casa por la puerta lateral. Una oleada de calor lo azotó cuando abrió la puerta del auto y mientras subía al coche pudo notar que nuevos inquilinos se mudaban a la casa de alquiler de al lado. Ayer había un camión de mudanzas y hoy una camioneta roja en el parqueo. También había un auto de policía sin marca aparcado afuera. Solo esperaba que eso no significara que iba a tener nuevos problemas con los vecinos. Kuroko hizo nota de parar a comprar un regalo de bienvenida para los vecinos de regreso a casa.
Sacando todo pensamiento de temor contra los policías, encendió el auto y se dirigió rumbo a su antiguo trabajo, pero apenas iba cincuenta pies de distancia, bajo la mirada al compartimento cerca de estéreo y se dio cuenta de que no traía su billetera, no dinero, sin identificación.
¡Ugh! ¿Podía ese día ser peor?
Clavo el pie en el freno y puso al auto en reversa hasta el punto de rechinar los neumáticos. Una mancha negra en el espejo retrovisor le hizo detenerse de un tirón, pero no antes de que sintiera el impacto y se oyera el crujir del inconfundible vidrio quebrándose.
Y así su día empeoró.
Puso el auto en parqueo y dejo caer su cabeza contra el volante. Era justo lo que necesitaba, otro encuentro con el Departamento Policial de Seirin. Una razón más para acosarlo.
Dio un largo y tembloroso suspiro, y con las manos temblorosas abrió la puerta y salió del auto. Dio una vuelta alrededor del auto para comprobar los daños. Tan solo había abollado el parachoques de su auto, lo cual no era tan malo, además el carro policial solo tenía un farol roto, no mas rasguño que ese. Entonces ¿por qué sentía como si quisiera tirarse al suelo y llorar? Tal vez solo debería dejar una nota en el parabrisas y esconderse en la distancia.
Pero justo cuando termino el pensamiento, escucho la puerta principal de la casa abrirse y se volvió para ver a un hombre caminar en dirección a él desde la casa de al lado. Llevaba unos vaqueros desgastados y una camiseta negra sin mangas, todo mundo en el vecindario lo tomaba como el nuevo vecino, pero él lo reconoció enseguida. El oficial Kagami Taiga o como a menudo el peli celeste le había oído ser llamado, "el oficial Tiger". Era un soltero empedernido y el interruptor notorio de todos los corazones femeninos y donceles de todo el pueblo de Seirin.
Hubo un momento en la vida de Tetsuya donde había sido seducido por un hombre con autoridad. El único problema con los hombres de autoridad, y personalmente lo había sentido, es que abusaban de su autoridad por razones egoístas.
Se puso a pensar que por la barba que el hombre llevaba, y es que lo conocía desde hace tiempo y nunca lo había visto así, era que definitivamente la estadía del oficial Kagami no era por puro negocio. El no pertenecía a la banda de Kise Shougo, bueno, se suponía que no debía de serlo, pero policías eran policías al final de todo, y estos siempre se inclinaban al que tuviera más poder. Era una realidad triste pero cierta, porque antes del divorcio él había tenido un gran respeto por la ley, pero todo había cambiado, había sido vigilado por patrullas constantemente, policías quienes lo multaban solo por andas algo de lodo en la matricula del auto y todo gracias a las ordenes de su amado ex marido. Sin mencionar su arresto reciente, había sido arrestado en plena calle principal, a plena hora concurrida solo porque había tomado una copa de alcohol de un brindis en donde se había visto obligado a beber por razones laborales, y ellos solo lo habían acusado de alcohólico y de conducir ebrio.
El Oficial Kagami se detuvo a unos metros de él para verificar los daños con el rostro inexpresivo, y para ser sinceros, el peli celeste esperaba la explosión, que él lo reprendiera por su estupidez, que lo llamara un conductor descuidado y cuando por fin lo miro a los ojos, Kuroko se sacudió con conciencia.
En su rostro se posaban dos pómulos de los cuales cualquiera hubiera matado por tener, un cabello rojo con las puntas más oscuras, y Kuroko podía asegurar que no era teñido, sus ojos eran de un rojo intenso, tan abrazadores. Y… ¿caliente? Un poco divertido, pensó el peli celeste, aunque la situación no tenía nada de humor. ¿Por qué no le gritaba? ¿Por qué no había saltado en enojo sobre él? Si fuera el BMW de Shougo con un solo rasguño le abría masticado con palabras duras y amenazas legales.
─ ¿Que paso aquí?─ pregunto por fin el pelirrojo.
─Lo siento mucho.─ susurro Kuroko. Genial, era lo más estúpido que había dicho. Se dijo a sí mismo.
Kagami Taiga simplemente asintió, con los ojos clavados aun en el más bajito, como si estuviera a la expectativa de que dijera algo, o tal vez viendo sus pupilas ahora dilatadas.
─No quise golpearlo.─ se apresuro a decir. Buena esa Tetsuya, pensó.
El oficial Kagami vio la parte delantera de su auto y luego del de él peli celeste, entonces nuevamente lo miro, haciéndolo temblar.
─ ¿Debo de preguntar cómo es que golpeaste la parte delantera de mi auto con la parte trasera del tuyo?
─Yo estaba, um, retrocediendo.
Una ceja del oficial se enarco y Kuroko podía jurar que una pisca de diversión asomaba en el rostro esculpido del hombre frente a él. Fue increíblemente sexi y Kuroko se reto por el mal pensamiento, que no fuera uno de los hombres de Shougo no significara que no fuera un policía malo.
─ ¿Tienes el habito de manejar por el vecindario en reversa?─ pregunto el curveando un poco los labios.
─Iba a casa.─ dijo Tetsuya sintiéndose tonto. ─Había olvidado algo.
El obviamente no menciono que había olvidado porque eso solo lo acusaría de conducir un vehículo sin licencia de conducir. Y tal vez no era la gran cosa para otros pero era un gran inconveniente para él.
─ ¿Tienes seguro para el auto?─ pregunto.
─Por supuesto.─ contesto ¿creía que era un irresponsable?
─ ¿Quien lo sabría?─ exclamo Kagami sacando su celular del bolcillo.
En cuanto vio el movimiento Kuroko tembló, seguro que estaría llamando a sus amigos policías. El ya se lo podía imaginar, los rumores comenzarían nuevamente, tal vez el le haría alguna prueba de aliento para verificar si andaba ebrio o lo haría decir todos los kanjis habidos y por haber tan solo por diversión. Vio como guardo nuevamente su celular algo molesto.
─Mi teléfono está muerto.─ dijo con recelo. ─ ¿Puedo usar tu teléfono?
El peli celeste dudo. Eso sería como darle el arma a su propio ejecutor.
─ ¡Vamos!─ dijo el dedicándole una sonrisa perezosa. ─Es lo menos que puedes hacer.
─ummm…
─Si estas nervioso por tu seguridad, soy inocente.─ le aseguro. ─ soy un policía.
Se puso a pensar que si cooperaba, eso le haría las cosas más fáciles, además no tenía nada que ocultar.
─Por supuesto, puede utilizar el teléfono.
─Voy a necesitar la información de tu seguro también.
─Está en el interior. ─ Hizo un gesto a su casa.
─Después de ti.─ le dijo Kagami.
Caminó por el sendero, muy consciente de él a sus espaldas. Sólo podía esperar que su estatura no pareciera tan pequeña como se sentía. Cuando se acercaron a la puerta lateral, el pelirrojo se adelanto para abrirlo. Al menos tenía modales decentes para tratar a un doncel.
─Bonito lugar.─ dijo mientras entraban en la casa.
No era tan bonito como la finca familiar en la que había vivido con Shougo, pero las apariencias nunca le había importado mucho. Una modesta casa de tres dormitorios, dos baños completos, esta casa le sentaba muy bien a él y a Ryouta. Tenía carácter, por no hablar de casi media hectárea de tierra. Y la mejor parte es que era toda suya.
─El teléfono está en el mostrador.─ dijo, y cuando Kagami paso por su lado, su brazo desnudo rozo con el de él, dejándolo sin aliento. La energía pura de su presencia parecía reducir de alguna manera el espacio al tamaño de un armario. Podría haber estado de pie a unos quince metros de distancia y aún habría sido demasiado.
Con la repentina alarma se preguntó si tal vez no era tan inofensivo como parecía ¿Y si estaba haciendo el trabajo impuesto por Shougo , y ahora que estaban a solas, diría que lo sedujo? O algo peor. ¿En quién iba a creer la gente? ¿En un oficial respetado de la ley, o el exuberante local alcohólico?
─La prueba del seguro.─ le preguntó.
Cogió su billetera y rebuscó por su tarjeta de seguro, consciente de que le temblaban las manos otra vez. Kuroko a se lo entregó a él, agarrando la billetera contra el pecho como un escudo. Él se le quedó mirando un momento y Kuroko podría jurar que vio que toque de diversión de nuevo en la pequeña elevación de la frente. ¿Creía que esto era gracioso?
─¿Todo está bien?─ le preguntó .
─Por supuesto.
─Te ves un poco... tenso.
En su situación, así lo haría.
─Estoy bien.
Se encogió de hombros, y luego extendió la mano y tomó la carta de él, sus dedos rozando la suya. Kuroko sacudió la mano hacia atrás, como si hubiera tocado un horno caliente.
Kagami le dirigió una mirada que decía que podría estar en duda su estabilidad mental.
─Gracias, sólo será un minuto.
Marcó y se echó a sí mismo contra el borde de la encimera de la cocina, cruzando las largas y musculosas piernas en la parte los tobillos. Sus vaqueros estaban hechos jirones hasta el punto de la indecencia y la camiseta, además de haber mantenido ambas mangas arrancadas, eran de color negro y estaba adornada con el escudo del estado.
Y él era grande. Al uno, noventa, tal vez incluso más alto, con él al lado se sentía como un enano.
Kuroko quedo cerca de la puerta, por si acaso tenía que hacer una carrera lejos de él. Tal vez estaba exagerando. Absolutamente nada en su postura sugería que estaba a punto de saltarle. De hecho, parecía totalmente relajado.
Pero la forma en que lo miraba con esos ojos rojo oscuro, era como si pudiera ver a través de él. Tal vez fue una cosa policial. O tal vez, el playboy que era, que estaba queriendo a salir.
Claro está, Tetsu. Un hombre hermoso como él mira a un doncel enano como tú.
No es que él no se considerara atractivo. Él lo era, en una forma sin refinar. Expresiones, aunque hubiera intentado todas las sutiles que el hombre conoce, le daba un aspecto raro y su pelo azul celeste nunca cooperaba cuando tenía que estar lacio, con un estilo sofisticado y elegante. La mayoría de los días terminaban en una masa de mechones ingobernable.
¿Y la ropa? Ese fue otro desastre. El llevaba pantalones y camisas conservadoras a trabajar, pero por lo demás tenía el sentido de la moda de un ladrillo. El se apoyó en su hijo para obtener consejos de moda y ropa de intercambio y como resultado fue el único residente de treinta y dos años de edad, en todas las perspectivas que se vestía como si estuviera todavía en la escuela secundaria y su apariencia de chico de 20 no mostraba la madurez que tenia. Se gustaba a sí mismo de cierta manera, y todas las quejas y críticas Shougo había repartió a lo largo de su matrimonio -y habían habido un montón – no habían roto su espíritu. Aunque a veces había estado a punto.
─Hey, Aida.─ dijo Kagami a la persona en el otro extremo de la línea . ─Mi coche fue golpeado y tengo la información de seguro.─ Hizo una pausa, frunciendo el ceño la leer el nombre de Tetsuya, su póliza de seguro y todo. Echando un vistazo al reloj sobre el fregadero y frunció el ceño de nuevo. ─ ¿Podrías cuidar de él por mí? Tengo que volver antes de Kiseki se despierte.
Kiseki. ¿Su última conquista? Tal vez ella era su nueva vecina. Grandioso. Eso significaba una presencia policial constante en su calle, pero se corrigió a sí mismo, por suerte no le llevaría mucho tiempo. Lo único peor que eso sería que el oficial Kagami Taiga viviera allí, pero su suerte no podía ser tan pésima. ¿Verdad?
─No.─ él continuó, sonando irritado. ─Estoy al lado. Mi celular está muerto. Creo que Kiseki dejo caer la baba sobre él.
Bueno, a menos que su novia tuviera las glándulas salivales hiperactivas, Kiseki tenía que ser un perro. Uno nunca podría decir, aunque...
Él recitó lo que Kuroko pensó era probablemente su número de placa, agradeció a Aida - quienquiera que fuese - y colgó el teléfono y se apartó del mostrador, llegando a su máximo. Una altura intimidante.
─Gracias.─ dijo el pelirrojo.
¿Espera un minuto? ¿Eso fue todo?
Kuroko frunció el ceño.
─ ¿No va a pedir refuerzos?─ pregunto incrédulo.
Sus cejas oscuras se entrelazaron.
─ ¿Por un choque de autos?
─ ¿Sin prueba de aliento?
─ ¿Usted necesita uno?─ pregunto dudoso Kagami.
─Por supuesto que no! Sólo pensé…─ Él realmente necesitaba mantener la boca cerrada.
Caminó hacia kuroko, sus pasos pesados en el suelo de madera, y el peli celeste se tensó de nuevo, a pesar de que era evidente que no tenía intención de arrestarlo. Tal vez no funcionaba en él el poder de Shougo después de todo.
Respiró hondo y se obligó a relajarse.
Se detuvo apenas un pie de distancia, que se eleva a unos treinta centímetros por encima de él, hasta que tuvo que estirar el cuello para mirarlo a los ojos. Le tendió la tarjeta de seguro.
─Conduce con cuidado.─ dijo.
Kuroko asintió con la cabeza y cogió la carta de entre sus dedos, con cuidado de no hacer contacto de nuevo. Dios, esperaba que él sólo estuviera de visita al lado. No creía que podía manejar el estrés de saber que había un salón adjunto tan cerca, con un policía vigilando todos sus movimientos.
─Gracias por el teléfono.─ Dio un paso por delante del oji azul a la puerta y cuando se dirigía a esta se volvió, dirigiéndole una sonrisa perezosa. ─ Nos vemos, vecino.
KYYYYYYAAAAAAA mi segundo fic de esta pareja! Espero que les guste y pásense por mi otro fic!
Ah! Y dejen sus reviews o elmo los violara con una chupaleta u.u!
