Disclaimer: Todo reconocible de Harry Potter es propiedad de J.K Rowling.

Este fic participa en el reto "Viñetas de emociones"del foro"La Noble y Ancestral Casa de los Black"

Ayer las escribí, pero hasta ahorita las trascribí y bueno, aquí se las dejó, estas viñetas con Draco como que me tomaron más tiempo que las de Astoria xDUu

En fin, como sea, no tengo mucho que decir, ando más allá que acá... Espero que les gusten


Por su padre...

Admiración, Euforia y Lastima

Admiración.

Draco Lucius Malfoy toda su vida había sentido admiración por su padre. Ese hombre elegante, serio y audaz que simbolizaba todo lo que él añoraba ser. Desde pequeño cuando volteaba a mirar a su padre hacia arriba, pues apenas medía poco más de un metro, sus ojos se llenaban de ilusión y admiración.

Ver a su padre, con esa mueca de desprecio por los demás y los ojos gélidos, era como estar admirando a una deidad.

Para Draco, su padre estaba por más allá del bien y el mal, defendiendo los ideales de la pureza de la sangre que las mentes mediocres no podían entender. Por eso el pequeño rubio se esforzaba por ser igual a su padre, imitando sus gestos y repitiendo todas esas ideas extremistas que escuchaba.

—Nunca olvides que ellos son basura, Draco. Son seres despreciables que no deberían ni siquiera de decir —le repetía constantemente su padre y él siempre respondía con una efusivo movimiento de cabeza, arrugando sus cejitas rubias en un gesto de concentración.

Sin embargo, pese a demostrar que lo que más anhelaba era ser como su padre, no fue hasta el otoño de 1986 cuando lo dijo con todas sus letras.

Era una tarde calurosa en la que ambos rubios había ido a un extraño pueblo para reunirse en un bar con tipos raros. Draco no les había dado mucha importancia y aunque se aburría, mantenía su nariz en alto y sus ojos bien abiertos como si aquello fuera lo más emocionante del mundo.

Al cabo de una hora, dejaron el lugar y pasó algo que el pequeño Draco de seis años no entendió bien.

El heredero Malfoy solo supo que había sido un muggle mugroso y detestable que se había acercado a ellos con un extraño artefacto en la mano y pidiéndoles que le entregaran todo lo que traían. Draco dedujo que a lo mejor quería robarle la magia, como su padre siempre decía que hacían esos malditos sangre sucia.

Sin embargo ese muggle no les pudo quitar nada, pues su padre se había defendido magistralmente. En un ágil movimiento, el patriarca Malfoy había sacado su varita y un rayo verde había cruzado el aire, dando directamente contra ese muggle que quedó inmóvil en el suelo, del que jamás se volvió a levantar.

Draco no se asustó, como hubiera sido la reacción normal que hubiera tenido cualquier otro niño. Tal vez porque en ese momento no entendió la magnitud de lo que acaba de presenciar, solo se limitó a sonreír y mirar a su padre con sus ojos brillando.

Los rayos del sol no podía caer en un mejor angulo sobre Lucius, causando reflejos en su cabello platinado, acentuando sus facciones y provocando una aura dorada a su alrededor. El hombre no había perdido su porte serio y aristócrata de siempre, por lo que ante los ojos de su hijo solo pudo lucir como un dios que había interferido momentáneamente en el mundo mortal para evitar una injusticia.

Un extraño cosquilleo recorrió al pequeño y una enorme sonrisa se formó en su rostro, mientras una inmensa admiración por su padre lo inundaba.

—Quiero ser como tú cuando sea grande —dijo claramente Draco, sin perder esa sensación especial que solo sentía a ver a su papá.


Chan, chan, se acabó, ¿les gustó? Espero que sí y que lean los demás :3

Aunque por mientras: Muchas gracias por leerme ^^ y muchos besos