Era una noche fría, la lluvia caía mojando todo con lo que se encontraba, no se escuchan los grillos cantar, todo era tranquilidad, cada uno en su casa, pero solo había una persona que estaba bajo la lluvia. Su cabello era de color negro terminado con rojo en la puntas que desafiaban a la gravedad, y unos cuantos mechones rubios de igual manera y otros caídos perfilando el rostro de joven, y sus ojos color carmesí que tenían una mirada preparada para todo, pero ahora solo estaban nublados.
"Solo quisiese que todo esto fuese mentira" pensó el ojirubí con tristeza, había estado sintiéndose mal un tiempo, y decidió ir al medico para que los demás no se preocuparan, pero al ver los resudados pensó que todo era un error, su salud estaba totalmente mal, su presión alta, sus pulmones no estaban funcionando bien, y su sangre tenia muy pocos glóbulos blancos para que le ayudaran a sanarle.
El medico que recetó unas pastillas para tomar en la mañana y en la noche, le ayudarían a no tener dificultades en el trascurso del día y por la noche no tener complicaciones, pero tambien le quedaba poco tiempo, como mucho unos 5 meses para terminar todo.
Y eso le afecto emocionalmente, no estaba preparado para recibir una noticia tan fuerte, menos se lo esperaba, pero ahora solo le quedaba mirar a delante y seguir con su vida.
Pero un ruido lo saco de sus pensamientos, era algo rompiéndose por detrás, una sombra se mostró entre los arbustos del bosque, el ojirubí sintió como su corazón se aceleraba, pero la sombra se mostró como una pequeña ardilla, suspiro aliviado, pero algo agarró a la pequeña ardilla y se la llevó a las sombras.
Vio unos ojos brillantes, y luego todo se volvió negro en un momento.
