Disclaimer: South Park NO me pertenece a mí sino a esos seres superiores que son Trey Parker & Matt Stone.
Advertencias: ...
Pareja/Personajes: Bunny
Acotaciones:
¡Hola! :D
A pesar de que llevo prácticamente siglos deambulando por estos lares y leyendo desde las sombras, esta es la primera vez que me animo a publicar un escrito propio, por lo que estoy más o menos nervioso del delirio divagante que salió XD
Hay referencias a varios momentos en la serie, como los siguientes capítulos: 301. Rainforest Schmainforest (Kelly), 909. Marjorine & 1114. The List.
Rubia debilidad
Las cosas con Kelly no funcionaron.
No fue porque no quisiera que funcionaran, porque SÍ quería que funcionaran.
Ni por el hecho de que tuviesen tan sólo nueve años como para iniciar una cosa tan complicada como una relación a distancia.
No.
Fue culpa del dinero, y porque Kelly prácticamente le exigía visitarla dos veces a la semana y eso era igual a un viaje de doce horas en un mugroso autobús cuyo pasaje le había costado diez dólares… Tan sólo de ida.
Tuvo que terminar con ella al mes, después de nueve visitas y mucho, pero mucho dinero (Que seguía sin recordar de dónde carajos consiguió sacar) invertido en el proyecto.
A ella no le afectó mucho, después de todo seguía siendo incapaz de decir su nombre correctamente: Kevin, Lenny, Benny, Denny… ¿Kenji?
Kenny pensaba que aun así le gustaba Kelly.
A pesar de que se hurgara la nariz todo el tiempo como si fuese a encontrar oro allí.
¡Hey! Ya sé, pero recuerden: Tenían nueve años.
A pesar de ello una lección importante aprendió Kenny de si mismo luego de esa experiencia: Le gustaban las rubias.
Para su mala suerte, que era un montón de por sí, no vivían muchas rubias en South Park, por lo que sus opciones se reducían a Bebe y la Señora Stotch.
La primera era una puta, literalmente, y Kenny tenía que reconocer que no tenía ni un centavo, ni un papá dueño de una zapatería como Clyde, para pagar el precio.
La siguiente era prácticamente un imposible, un improbable y un enorme no-no, no sólo por tratarse de una mujer madura y casada, sino porque, pues, porque se trataba de la mamá de Butters.
Para su mala suerte, se volvió a repetir a sí mismo, en South Park no existían más rubias a las cuales cortejar… O coquetear siquiera.
-O-Oye Kenny, ¿p-por qué estas se-se-sentado aquí tan so-so-solito?
El aludido dejó de suspirar y observó sorprendido a su interlocutor.
Entonces lo supo.
De no ser por la capucha, Marjorine… ¡Digo Butters! Butters Stotch hubiese podido ver la enorme sonrisa en el rostro de Kenny McCormick.
