Buenas aquí os dejo un fanfic dedicado en especial a Thai Maqui que fue quien tuvo la idea de hacer un fic así. En fin, Free! no me pertenece, si lo hiciera Mako y Haru hace tiempo que estarían casados y con hijos y habría yaoi explicito.

Gracias todos de antemano por leer, so here we go.

on your marks, ready, GO!

Un no tan malo primer día

El día comenzaba, los rayos de sol atravesaban las cortinas azules que daban al balcón de aquel pequeño piso de estudiante, sin embargo no llegaban a la cama donde dormía, para que se despertase la alarma del móvil previamente programada empezó a sonar ocasionandole un pequeño paro cardiaco ante el repentino ruido en la silenciosa habitación, daba igual cuantos años pasaran usando la misma alarma, siempre le asustaría. Aún debajo de las sábanas Makoto Tachibana, un joven de dieciocho años, de cabellos castaños oliva y hermosos ojos esmeralda que eran el deseo de la gran mayoría de chicas de primero de la facultad, estiró su músculoso brazo hacia la mesita de noche para apagar aquel infernal sonido que le había privado de sueño de una manera tan brusca.

-por lo menos-pensó mientras separaba el rostro de la almohada- no ha sido peor que cuando Nagisa cambió el tono de mi alarma por una más estridente. -aun tenía en mente el día en que su rubio amigo había cambiado su tono de alarma "Rage On" de OldCodex por la alarma de Silent Hill, el susto había sido épico.

Se incorporó en la cama con algo de pereza, estirándose, haciendo que la camiseta que usaba como pijama se subiera dejando ver el principio de su músculado torso. Se crujió el cuello y se rascó la cabeza, tenía que darse prisa para ir a sacar a Haruka de la bañera e ir los dos juntos en tren a sus respectivos destinos, Haruka a su primer día como alumno de una academia de natación para ser profesional y Makoto a su primer día como universitario, mentiría al decir que no estaba nervioso.

Hizo su cama y mientras el té para el desayuno se calentaba se metió al baño a darse una ducha rápida para despejarse, aún tenía sueño, la noche anterior Nagisa lo había tenido hasta tarde hablando sobre los nuevos miembros que se habían unido al club y sobre como Gou los estaba acosando para que desarrollaran más músculos. Bostezó mirandose al espejo antes de salir a por su ropa, esa sería la última vez que aceptaría una llamada del rubio antes de irse a la cama.

Se vistió con una camiseta negra y por encima se puso una camisa roja de cuadros, unos pantalones vaqueros oscuros eran lo que finalizaba su look para ir a clase. Tomó su desayuno lo más rápido posible rezando para que no le sentara mal a causa de los nervios que se cargaba, esta vez sería la primera vez que no iría con nadie conocido a clase, todo era nuevo para él.

Tras limpiar los restos de desayuno se dirigió a la entradita, se puso el abrigo y las deportivas, tomó su mochila y miró el reloj, se le hacía tarde y aún tenía que pasar a por Haruka. SAlió de su departamento cerrando con llave la puerta y corrió al departamento de al lado, llamando al telefonillo, suspiró, como era de esperar nadie le contestó.

-Madre mía -pensó mientras tomaba entre sus manos el picaporte y lo giraba viendo que no oponía resistencia, la puerta estaba abierta, volvió a suspirar- es que no aprende.

Entró al piso pidiendo permiso como bien hubiera hecho unos meses antes durante casi toda vida en Iwatobi, y sin pena ni gloria tomó la primera puerta a la derecha separada por un cortinaje azul que llevaba al baño, un pequeño baño con una bañera lo suficentemente grande como para contener dentro a una pesona como hacía en esos momentos. En cuanto Makoto puso un pie en el baño una cabeza de cabellera oscura emergío de las aguas heladas de la susodicha bañera. Haruka sacudió la cabeza para quitarse las gotas de agua del pelo como si fuera un perro y al abrir sus ojos azul profundo encontró ante el una gran mano extendida, unos ojos verdes brillantes y la sonrisa más hermosa que pudiera imaginar.

-Buenos días Haru-chan-saludó Makoto como era usual, él solo pudo suspirar, extendiendo su mano hacia el otro, notando lo cálida que estaba en contraste a la suya.

-Deja el chan-se quejó poniendose en pie, dejando ver su usual bañador negro con lineas moradas.

-Si, si, vamos o llegaremos tarde.

Como ya era costumbre en ellos, Haruka se secó y marchó a la cocina a hacerse el desayuno, procurando tambien cocinar algo para Makoto, siempre habían desayunado juntos a pesar de que el otro chico hubiera desayunado previamente en casa.

-No tenemos mucho tiempo Haruka -dijo Makoto saliendo del baño para ver a su mejor amigo solo en delantal con el bañador, el otro no contestó, solo dejó que Makoto pusiera un par de platos y sacara las tostadas de la tostadora.

Desayunaron en silencio y se dirigieron a la estación tranquilamente los dos, como era usual, aunque ahora no tenían a un lado durante el camino el mar, sino una gran cantidad de edificios altos, y tampoco estaban solos, muchas personas concurrían las calles para ir a sus respectivos quehaceres.

-Estoy muy nervioso Haru -dijo el chico empezando a hablar, el otro, a falta de mar que mirar, le miraba a él.

-Todo irá bien, tienes que tranquilizarte Makoto.

-Pero, ¿y si me pierdo?, menuda vergüenza pasaría, Haru. -suspiró- ¿tú no estás nervioso?

-No especialmente-apartó la mirada haciendor reír un poco a Makoto, en el fondo si estaba algo nervioso por lo que se encontraría en aquella escuela.

Siguieron caminando hasta llegar a la estación que estaba llena de gente, tanto que cuando el tren llegó, se vieron arrastrados por la marabunta de gente que entraba y salía del vagón, para evitar separarse de su amigo, Makoto tomó la mano de Haruka evitando así que el probre chico fuera zarandeado por toda la gente y se lo llevaran lejos de su lado, a una mole como Makoto no lo moverían tan facilmente.

-ahhh, creí que no entrabamos- suspiró Makoto que aún no había soltado la mano de Haruka, apenas había sitio en el tren para moverse, ambos estaban pegados a la pared al aldo de la puerta, acorralados, pero por lo menos estaban dentro.-¿estas bien Haru?

-Hmp, Makoto, mi mano

-¿eh? ¡Ahhhh! lo siento Haru -dijo soltando la mano del otro chico como si le hubiera dado calambre- no me di cuenta, es solo que no quería que te llevaran de mi lado-dijo sonriendo tímidamente, dentro de el pecho, su corazón dió un vuelco por aquella tierna sonrisa y por sus palabras, igual que cuando al volver de Australia con Rin, Makoto lo esperaba para darle la bienvenida.

-No importa. -dijo apartando la mirada para evitar que el otro viera su leve sonrojo, pero no lo logró, Makoto estaba frente a él de espaldas al resto del metro, y más que a la pared le gustaba más mirar a su amigo.

Permanecieron en silencio todo el viaje, Makoto protegia a Haruka de los golpes que podía haberse llevado de no estar entre los brazos del otro chico a causa de la cantidad de gente que había en esos momentos. Ambos mirandose a los ojos, hablando sin la necesidad de mover los labios o emitir algún sonido.

La parada de Haruka llegó antes por lo que Makoto tuvo que dejarle marchar.

-¿Cenamos juntos hoy?-preguntó Haruka antes de salir del tren.

-Si, pasare a por ti a la escuela, mucha suerte Haru. -Haruka asintió fuera del tren, sin dejar de mirarle, deseándole suerte también con la mirada.

Esperó a que el tren se fuera y empezó a caminar hacia la escuela a la que asistiría. Mientras, dentro de un ya más despejado tren, Makoto trataba de recuperar el valor que se le había marchado en cuanto Haruka abandonó su lugar entre sus brazos, repansando mentalmente dónde estaba su facultad.

-Universidad T -esuchó la voz electrónica que anunciaba las paradas- próxima estación Universidad T.

-Esta es la mía -pensó acercándose a la puerta metiendo las manos en los bolsillos, le temblaban.

Entonces notó un leve empujón en el costado, alguien le había chocado, se giró para ver una cabellera castaña clara casi rubia, larga hasta media espalda y unos hermosos ojos azul cielo, una chica menor que él, de cuerpecito fino y pálido cubierto por un vestido blanco con volantes.

-Una muñeca, me ha chocado una muñeca-fue lo primero que pensó al ver a la chica

-Lo siento-dijo la muchacha con una voz dulce y fina agachando la cabeza.

-No pasa nada-se fijó entonces en la cartera que la chica llevaba entre las manos de la cual sobresalía el carné de estudiante de la universidad-¿también vas a la universidad?-la muchacha le miró sorprendida y asintió- yo también, ¿que vas a estudiar?

-Magisterio-dijo la joven con algo de vergüenza, recibiendo como respuesta la sonrisa de Makoto al que se le iluminó la cara.

-Vaya, entonces creo que vamos juntos -dijo bajando del vagón junto a la chica, cuya mirada igualmente se iluminó, no iría sola- me llamo Makoto, Tachibana Makoto, ¿y tu?

-Sayako, Ootori Sayako-hizo una reverencia- es un placer conocerle Tachibana-san.

-Makoto esta bien-dijo amablemente haciendo sonreir a la chica.

Caminaron los dos juntos hacia la universidad, hablando sobre lo nerviosos que estaban por empezar, conociéndose, Sayako era una personita tímida, que solía hablar en voz baja tratando de no llamar mucho la atención sobre su persona, pero irradiaba una gran pureza, casi como un pequeño ángel caído del cielo.

Llegaron a clase, una gran aula en perpendicular sería el lugar donde estarían y se sentaron juntos en las filas intermedias, en cuanto entraron por la puerta aquellos que estaban ahí se les quedaron mirando haciendo que Sayako temblara un poco y se pusiera un poco oculta tras Makoto que se tensó, ¿por que les miraban? ¿acaso no se daban cuenta de que era terrorífico?, sobretodo por como le miraban las mujeres, pensó en que ojala Haruka estuviera con él, ¡Dios, como le echaba de menos en ese momento!. Esbozó una sonrisa y empezó a caminar con Sayaka por detrás con la cabeza gacha hasta llegar a su sitio, con todas las miradas clavados en ellos.

-Me gustaría salir corriendo -confesó Sayaka una vez se sentaron llevandose una mano al pecho- no dejan de mirarnos, me da vergüenza.

-Tranquila Sayako-chan-dijo el muchacho sacando sus cosas de la mochila.- seguro que es porque hemos entrado ahora, seguro que cuando entren más personas, se centran en ellos.

Mientras Makoto hacía amigos en clase, principalmente amigas, porque chicos en esa carrera había pocos, Haruka ya había llegado a su escuela, en esta se daba por las mañanas la teoría acerca deportes teniendo una asignatura en la que se especializaban en deportes acuaticos, hasta en unos años podría hacer una asignatura específica por si quería sacarse el título de entrenador, y luego el resto era todo práctica, estar casi todo el tiempo en la piscina, dentro de su adorada agua.

Buscó su clase, tenía que admitir que sin Makoto se sentía solitario, solo se había sentido así una vez y era cuando en secundaria habían acabado en clases distintas. Entro a una clase que parecía las que había tenido durante el instituto, no había ninguna mujer, todo eran hombres, hombres fuertes que, si bien alguno acabaría siendo su amigo, posteriormente serían sus rivales por lograr su sueño de ser profesional.

Tomó asiento al lado de la ventana, si bien quería tomarse las cosas en serio, no podía concivir estar en una clase y no tener una ventana por la que mirar en algun momento, pronto alguien se le acercó, un chico más alto que él, de cabellos negros verdodsos cortados a tazón, y ojos negros, le sonaba, mucho.

-Nanase Haruka-san.-dijo el chico con seriedad.

-¿Te conozco? -inquirió mirándole con la misma expresividad que una piedra.

-Soy Kazuki, Sasaki Kazuki, de Samezuka, uno de los compañeros de Matsuoka-le tendió la mano que Haruka que la estrechó sin muchas ganas- es raro verte aquí. ¿puedo sentarme contigo? -el de ojos azules se encogió de hombros y el otro chico se sentó a su lado sin decir ni una palabra más dado que le profesor que les impartiría su primera clase acaba de llegar, Haruka sacó sus cosas y trató de prestar atención a lo que aquel hombre decía, aunque lo que en esos momentos quería más era nadar.

Pronto se encontró con la mente viajando a un lugar lejano de ahí, a la universidad T donde estaba Makoto, se preguntó si seguiría nervioso o si habría hecho amigos, esta ultima preunta recibió una afirmativa respuesta en su mente, Makoto atraía a la gente, por lo que seguramente ya tendría a su lado a varias personas, suspiró, quería nadar y quería verle.

Las horas de teoría se pasaron rápidamente para su suerte, llegando pronto la hora de nadar, por fin sentiría su adorada agua, por fin podría nadar. Le presentaron a su tutor, un chico mayor que él de cabellos castaños que vestía un chandal azul, él estaría a cargo de su entreamiento, sería su entrenador personal. Tras unas breves presentaciones, ya que Haruka, otra cosa no, pero hablador tampoco era, empezó el entraniento, concentrándose en ser el mejor, notando como a cada brazada el sueño por el que luchaba estaba cada vez más cerca.

-¡se terminó por hoy!-escuchó gritar al entrenador general- ¡a las duchas todos, ya!

Haruka se sacó el gorro de piscina y las gafas con una sola mano y se quedó mirando el borde de la piscina, faltaba algo, algo muy importante para él y era la mano de Makoto exptendida hacia él y su gentil voz llamandole, tragó duro, sabía que tenía que acostumbrarse a eso, a la ausencia de Makoto en la piscina, pero sabía que pasaría tiempo hasta quelo hiciera.

-Buen trabajo Nanase -dijo su entrenador personal tirándole la toalla gris de lunares blancos para que se secara- mañana más y mejor

-Haru -dijo y el otro le miró sin entender- llámame Haru, no por mi apellido.

-Esta bien, Haru -sonrió el hombre- ahora a las duchas y para casa. Buen trabajo.

-Buen trabajo-respondió antes de marcharse a los vestidores

Para cuando salio los colores rosa y naranja ya inundaban el cielo, se había pasado demasiado tiempo en las duchas, y a dios gracias que eran ducha y no bañera, sino no lo sacaban de ahí hasta el día siguiente.

-Haru-escuchó la voz de Makoto, este estaba apoyado en la pared de la salida mirándole llegar- ¿que tal tu día?-preguntó mientras empezaban a caminar hacia el tren.

-Normal, hay un chico de Samezuka, parece agradable

-Ya veo -Haruka le miró preguntándole con la mirada cómo había ido su día- ¿ah? ¿yo?, me fue bien, los profesores son amables pero estrictos -rio levemente y empezó a contarle su día, como había conocido a Sayaka y el momento en que todos se habían girado a verlos- también nos hemos hecho amigos de un par de gemelos, Hanako y Yukito Moriame, son bastante amigables, aunque Yukito apenas habla más de dos palabras - me recuerda a ti quiso decir pero se lo aguanto.

Cenaron juntos en casa de Haruka, hablando tranquilamente o disfrutando de los silencios, hablando en su idioma, y cuando Makoto se despidió de Haruka ambos pensaron que no había sido un mal primer día.

Hasta aquí el capítulo de hoy, espero que les haya gustado. Un besazo enorme Darkwhisper