Chiquitines míos, aquí estoy yo, con una idea loca que apareció de golpe en mi mente.

Es un one-shot.

Léanlo, y disfrútenlo.

Los personajes de Fairy Tail no me pertenecen, son obra de Hiro Mashima-troll-sama.


"Memorias"

Cubro mi cara de nuevo con las cobijas, ya es de mañana y por la luz que el sol desprende, no es muy temprano. Hoy no me quiero levantar, parece increíble que lleve así tres años, realmente jamás pensé estar en una situación así, es más, no creo que alguien alguna vez se imagine a sí mismo en mi lugar, no creo que a alguien le guste estar así.

Estoy por dormirme de nuevo, cuando escucho pequeñas pisadas acercarse a mí. Abre la puerta con tanta energía que a veces pienso que la va a tirar, rodea la cama hasta llegar a las cortinas y abrirlas, gracias a que las cobijas me cubren la luz no me lastima.

Se acerca poco a poco a mí, me quiere sorprender, así que me adelanto a ella y salgo de la cama para cargarla y hacerles cosquillas. Ella ríe a más no poder, se retuerce entre mis brazos y pide a gritos que pare.

Su risa, eso es lo que mantiene de pie, ella ahora es mi motivo de vida.

-Papá, ¿hoy vamos a ir al gremio?- me pregunta una vez la dejé en paz.

Aun no sé por qué lo hace, si siempre vamos.

-Sí, nena- jamás pensé hablar con tanta calidez, y menos que salga de mí espontáneamente.

Ella sonríe, como tú lo hacías, con ternura, con calidez y tan llena de paz y amor.

Bajamos a la cocina, para comer nuestro desayuno. Tuve que aprender a cocinar, no sé si sea bueno haciéndolo, pero ella nunca reclama. Siempre me sonríe y me dice "está buena", y eso para mí es suficiente.

Una vez termina, pasa sus platos a la zona de lavado, y los deja relucientes. No lo puedo evitar, una sonrisa aparece en mi rostro, ella es tan buena niña.

-Hay que cambiarnos para ir al gremio- acaricio su cabeza y le sonrió.

Ella sonríe emocionada, asiente de cabeza y sale corriendo a su habitación. Yo la sigo, aún no sabe vestirse por sí misma. Cuando entro a su habitación, tiene el vestido atorado en su cabeza, y solo está en calzones, no lo puedo evitar, suelto una carcajada, y ella me ve por el ojo que tiene descubierto.

Me acerco a ella, y noto su error, no desabrocho los botones que tiene el vestido en la parte del cuello, jamás iba a poder ponérselo así. Se lo quito, los desabrocho y se lo pongo, arreglo los pliegues y partes del vestido que estén desarregladas, ella me mira fijamente.

¿Sabes? Tiene tus ojos, aunque desde que era un bebé, se supo; hasta ahora se ven idénticos a los tuyos, tan azules como el mar, tan profundos y puros. Acaricio su mejilla y por instinto los cierra. Tiene la piel suave, como la tuya, y blanca, también heredada de ti. Nunca pensé en tomar una broma de Natsu de buena manera. Pero, estoy de acuerdo con él cuando dijo, "gracias al cielo que se parece a su mamá".

Bajo la mirada, él no dijo eso, él dijo: "Gracias al cielo, es idéntica a ti, Juvia".

-Papá- me saca de mis pensamientos. La miro y me doy cuenta que ella me mira con preocupación, se dio cuenta de mi tristeza, de nuevo.

-Anda, ponte las medias y tus zapatos- acaricio su cabeza, para restarle importancia-. Me iré a cambiar- le sonrío para darle confianza.

Salgo de su habitación, y voy a la mía, no… a la nuestra. Me pongo lo de siempre, un pantalón y una camisa. Arreglo un poco mi cabello y cepillo mis dientes, escucho que Mei hace lo mismo, ya que siempre tararea cualquier canción mientras lo hace. Una vez listo, bajo, tomo una chaqueta, y me pongo los zapatos.

-¡Mei, ya es hora!- le grito.

-¡Ya voy!- me responde desde arriba, estoy seguro que entró a nuestra habitación, siempre lo hace. Ella dice que le gusta la foto que está en nuestra habitación, ¿sabes cuál es? Sí, la que no me quería tomar. Estás tú, tomando mi brazo, con tu barriguita de 8 meses y yo estoy a tu lado, con las manos en los bolsillos. La verdad que a mí también me gusta esa foto, tal vez por eso la guardo celosamente en el tocador, que solías usar.

Escucho sus pisadas bajar los escalones, me volteo para mirarla y ella me sonríe de oreja a oreja. Está en el 3 escalón, sé lo que va a hacer, se avienta directo a mí y yo la cacho con una sonrisa. Mei ríe y deposita un tierno beso en mi mejilla, yo la volteo a ver y le respondo de la misma manera.

La bajo y tomo su mano.

-Despídete de mamá

-Mamá- corre a la pequeña foto que tenemos de ti en un mueble de la sala-. Nos vamos, mami.

Siempre te llama con el mismo tono de voz, tan tierno, es más que obvio que Mei te ama Juvia.

Se pone al lado mío, de nuevo tomo su mano y salimos de la casa. "Nos vamos, Juvia", me despido mentalmente antes de cerrar la puerta.

Caminamos al gremio, no está muy lejos de nuestra casa. Recuerdo cuando la compramos, y querías tapizarla con mi rostro, gracias al cielo que no te deje. Y me sorprende que me hayas hecho caso, pues cuando la compramos estabas en tu 4 mes y eras bastante terca, la casa era cara, yo te propuse otra con menor costo, pero no la quisiste, ya que decías que Mei necesitaba de un buen lugar para crecer, con espacio suficiente y vista al gremio, y yo… siempre terminaba aceptando tus caprichos. Y ahora veo que siempre tuviste razón.

Tal vez te preguntes cómo es Mei, ahora que tiene 4 años. Pues te diré que es pequeña, su mano es pequeña. Tiene el cabello, como tú, Juvia, largo y rizado de las puntas, aunque el color de su cabello, es herencia mía, es tan azul que parece negro. Aunque a diferencia de ti, no le gusta mucho usar gorros, ya que siempre los pierde por andar jugando con Aron, ¿lo recuerdas? Es el hijo de Gajeel y Levy, es un año mayor que Mei. Y en lugar de ello, le ato un listón como diadema.

Sabes Juvia, a Mei le agrada bastante Levy, yo creo que es porque es la única en contarle historias, enseñarle nuevas palabras y aunque es pequeña le gusta y le pide mucho a Levy, que le enseñe sobre las magias olvidadas y las lenguas.

Y si te preguntas cómo la visto, no te preocupes, ya no la hago parecer un payaso.

Trae un pequeño vestido blanco, con holanes rosas, el que le compraste, cuando apenas nos enteramos que estabas embarazada, recuerdas que te dije que estabas exagerando, ni siquiera sabias si era niño o niña y ya le estabas comprando ropa. Pues ahora le queda perfectamente, trae unas medias del mismo color y los zapatitos rosas, que también compraste nada más nos enteramos.

Ella camina con pequeños saltos de vez en cuando. Recuerdas cuando iba a cumplir su año, y ya quería caminar, tú la tomaste de una mano y yo de la otra, dio sus primeros pasos, realmente fue un gran día, nunca me había sentido tan feliz.

Tenía una familia, tú eras mi esposa y Mei nuestra pequeña hija, recién aprendía varias cosas y ya nos llamaba "papá" y "mamá".

Por qué Juvia, si tú sabias de la felicidad que me abordaba en esos momentos, tú también eras feliz y a Mei la describía esa palabra. Todos en el gremio decían que éramos una hermosa familia, entonces, ¿por qué nos dejaste?

A veces me siento totalmente estúpido al reclamarte eso, tú no tuviste la culpa, eso lo sé, pero, te extraño mucho, Mei también te extraña, y te necesitamos.

-¡Mira papá!- jala mi mano para llamar mi atención-. Es Natsu-san y Lucy-san.

Levanto la mirada y es cierto, van frente a nosotros de la mano y con dirección al gremio. Mei les grita animadamente, ambos voltean, y se puede admirar la pancita de Lucy, lleva 2 meses de embarazo. Aun puedo recordarte a ti, siempre fuiste linda, pero el embarazo te sentó bastante bien, Juvia.

-¡Mei-chan!- la saluda efusivamente Lucy.

-¡Oh! Hola Mei, Gray- para mi mala suerte, otro de los favoritos de Mei es Natsu.

-¡Tío Natsu!- corre a él, y lo abraza, después se voltea y hace lo mismo con Lucy-. Tía Lucy.

-¿Qué pasa, Mei-chan?

-¿Tu bebé está bien?- le pregunta mientras soba y abraza la panza de Lucy.

-Claro que está bien, y sabes algo Mei-chan- acaricia sus cabellos-. Tengo el presentimiento de que será una niña- termina con una sonrisa.

Mei abre los ojos esperanzada, sonreí al verla así. De pronto siento que me jalan, es Natsu, que me alejo de las chicas, probablemente para preguntarme algo.

-Oye, necesito un consejo- me susurra. Voltea varias veces a ver a Lucy, asegurándose de que ella no nos oiga-. Cuando Juvia…

Duda un momento de lo que va a decir, y se muerde el labio inferior como arrepintiéndose de lo que dijo. La verdad es que no molesta o me pone triste que hablen ti. Lo que me molesta, es que piensen que yo me pondré triste o enojado.

-Ya dime- lo animo

-Bueno, es que, Lucy ha tenido cambios de humor muy repentinos y ya no sé qué hacer- toma el cuello de mi camisa y comienza a llorar. Yo suspiro, ahogando una buena carcajada.

-Sí algo aprendí de Juvia…- después de todo sí me duele hablar de ti-. Es que, cuando estén enojadas no hay que intentar calmarlas con comida. ¡Nunca!

-¿En serio?- me preguntó exaltado, de seguro él ha estado intentando eso.

-Sí, ya sabes cómo ganan peso. Entonces ellas creen que las estas intentando callar con comida, porque "están gordas".

-Vaya y yo que pensaba que sólo le daban sus ataques.

-Te escuché- ambos volteamos espantados, ahí estaba Lucy de brazos cruzados y con la mirada enojada.

-¡Lucy!- es lo único que sale de la boca de Natsu. Lucy se veía tan molesta que hasta yo temí por mi vida y la de Mei.

-Mei- la llame-. Ven hija, hay que adelantarnos.

La tome de la mano y nos escabullimos de ahí.

Unas tres cuadras más y llegamos al gremio, es igual, siempre tan animado. Mei se suelta de mi mano y corre directamente a saludar a Erza, quien, por órdenes del Maestro, está a cargo del gremio.

-¡Erza-sama!- sí, yo también me sorprendí cuando la llamo así.

-Hola, Mei-chan- la carga, a Erza le agrada Mei-. ¿Cómo estás hoy?

-Bien, estoy lista para que Erza-sama me enseñe magia-. Ah había olvidado decirte Juvia, para Mei, no hay mago más fuerte que Erza, ni siquiera conmigo hace excepción.

-Oh, aun no descubres qué magia tienes- Mei niega de cabeza-. Ya veo, y dime Mei-chan, ¿qué magia te gustaría tener?

-¡La de mi papá!- contesto tan animada que no pude evitar sentirme feliz y orgulloso.

Erza sonríe y me mira.

-No ha regresado el maestro, por lo que veo.

-No, hace poco habló por la lácrima, y nos dijo que todavía no acababa con su misión.

-Lo bueno que Laxus va con él- de verdad eso me tranquilizaba, el maestro ya es viejo, cada vez es más enfermizo.

-¡Buenas!- nos saluda con la mano Levy.

E inmediatamente que Mei y Aron se ven, se sonríen. Erza baja a Mei y ella comienza a jugar con Aron.

-¡Tío, Gajeel-kun!- detiene su andar Mei, para saludarlo. Creo que él es su favorito, sin contarnos a nosotros claro.

-Nada de "Gajeel-kun". Es "Gajeel-sama"

Mei lo mira por un momento, y después niega de cabeza, yo rio a creces. Por otro Gajeel da un suspiro rendido, para después sonreir.

-Veo que mi nuera está bien- la voz de Gajeel llama mi atención.

-¿Nuera? Crees que voy a dejar a mi hija, salir con tu hijo- no era para ofender a Aron o inclusive a Levy, era para ofender a Gajeel.

-¡Qué estás diciendo!- me grita.

-Lo que oíste, que no hay nadie lo suficientemente bueno para Mei- aunque sólo era para molestar a Gajeel, realmente sentía eso.

-Mira, stripper- me toma del cuello-. ¡Mi hijo es el futuro del gremio!

-¡Te equivocas tornillos!- no era difícil adivinar quién había dicho eso-. El futuro del gremio, ¡está aquí!

Grita mientras señala la barriga de Lucy, quien no tenía mucho humor para eso, se notaba en su rostro. Y entre una gritadera de quién era el futuro del gremio, obviamente yo defendía que lo seria Mei, comenzó el pan de cada día, una pelea.

Aunque estoy en la pelea, puedo oír y ver a Lucy, Erza y Levy. Sorpresivamente ésta vez Aron se unió a la batalla, Mei iba a hacer lo mismo, pero la detuve, con semejantes animales, no quisera que algo le pasara.

-Que cansancio- resopla Lucy, sentándose en una banca.

-Ya te acostumbraras- la anima Levy.

-La nueva generación- suspira con nostalgia Erza.

Mei está a su lado, sosteniendo mi ropa, que… ni siquiera sé cuándo me la quité. Ella me anima, gritando que yo soy el mejor, y recibiendo una queja por parte de Natsu y Gajeel.

-Cada día te pareces más a tu mami- le dice Levy, mientras la carga y la sienta en sus piernas.

Mei la observa, y le sonríe feliz, sabes Juvia, Mei siempre ha dejado en claro que te ama.

-¿De verdad?- pregunta emocionada, a lo que todas le asienten.

-Eres la imagen de ella- le sonríe Erza.

-Incluso ahora, al igual que ella apoyas a tu papi, cuando pelean- ahora era Lucy la que le hablaba, mientras sobaba con ternura su panza.

-Dime, Mei-chan- llama su atención Levy-. ¿Aun crees en las hadas?

Mei también es una orgullosa miembro de Fairy Tail, tiene su marca de un color azul más claro que el tuyo y el mío, la presume en el mismo lugar que Erza, sólo que, en el otro brazo. Levy le contó sobre el origen de Fairy Tail, y desde ahí, ella ha querido viajar para encontrar una hada

-¡Sí! Encontraré una y le pediré un deseo- sonrió animada mientras movía sus manos de arriba abajo.

Por un momento detuvimos la pelea.

-¿Qué le pedirás?- le pregunta Erza.

Mei se pierde por un momento en sus pensamientos, estoy seguro que tiene bastantes deseos, y también estoy seguro, que todos tienen que ver contigo, Juvia.

-Lo que más desees- le digo para que no se desespere en su búsqueda.

Ella me mira, y después baja su mirada, juntando sus pequeñas manitas, juega con ellas y toma el valor para hablar.

-Un… un abrazo de mamá.

Sentí como mi corazón fue estrujado, esa respuesta aunque me la veía venir, me dolió… bastante.

Por un momento todos se quedan callados.

-Mei-chan- la llama Erza.

-Mei- me impongo, sabía que Erza quería decirle algo, explicarle, pero quería ser yo el que lo hiciera-. Ven- me hinco para estar a su altura.

Levy la baja de sus piernas, y ella camina hacia mí, una vez está a centímetros míos, noto que por sus parpados se asoman pequeñas lágrimas. Las limpio delicadamente, y acaricio su rostro.

-Sabes algo, Mei- la llamo en un tono sutil-. Mamá una vez dijo algo muy cierto, ¿quieres que te lo diga?- ella asiente-. "Incluso si se desvanecen físicamente, sus sentimientos quedaran en los corazones de los demás"- Mei me mira entendiendo tus palabras-. Mamá está con nosotros, en nuestros corazones. Créeme Mei que ella lo último que quiere es que nosotros nos estanquemos. Juvia, se esforzó mucho por ti y por mí. Es normal que la extrañes y quieras verla, pero, sabes, ella siempre te ve y está contigo. Vive por ella, Mei, sé feliz como mamá siempre quiso que lo fueras. Nosotros amamos a mamá, ¿verdad?- Mei asiente con pequeñas lagrimas-. Entonces hagámosla feliz.

Mei me abraza, llorando por ti. La verdad es que, no sé si lo que dije fue por ella o por mí. Te extraño Juvia, nos haces falta.

Recuerdo cuando nos avisaron de tu muerte, una misión Clase S. Quise matar a Gajeel, e incluso nos dejamos de hablar por un buen tiempo. Hasta que Levy me hizo abrir los ojos, ella me dijo que no era el único afectado, todo el gremio lo estaba, y me pidió que me pusiera en la posición de él, verte morir, estando en tu momento más feliz de vida, teniendo una niña de 1 año de vida, después de haberte casado con el amor de tu vida, la verdad es que me siento un poco avergonzado refiriéndome a mí con ese título. Y lo entendí, Gajeel sufría como yo, él tal vez era la persona que más te conocía, eras su mejor amiga. Fui muy egoísta lo sé, al sentirme el único digno de sufrir por tu ida.

En ese entonces nunca pensé en Mei, era tan pequeña que imaginé no sufría e incluso que no estaba consciente de lo que estaba pasando. Pero ahora, al verla llorar por tu ausencia, querer tan solo que la abraces, me parte el corazón.

-Anda, ve a jugar- la separo de mí y limpio sus lágrimas. No tengo el corazón de hierro como para no llorar por ti, y si seguíamos así, iba a flaquear, y no quería que Mei sufriera más.

Ella asiente, me da un último abrazo y corre con Aron. Me levanto, suspiro tratando de calmarme, y siento una mano en mi hombro, es de Erza que me sonríe con ternura.

-Te has vuelto un excelente padre, Gray- oír eso de ella, me calma.

-Juvia vivió feliz- está vez era Natsu, aunque nuestra relación parece ser mala, somos buenos amigos.

-Lo sé- sonrió y volteo a ver a Mei, ella ya está sobre las bancas, jugando con Aron, Happy y Lily.

Juvia, perdóname por reclamarte tanto. Sé que nos miras y que también de duele vernos así. Estoy seguro que siempre nos estas cuidando y velas por el bienestar de Mei.

Extraño que me llames "Gray-sama", extraño que la llames "Mei-chan". Pero, te prometo que dejaré de quejarme contigo, y ahora que Mei está creciendo, que la protegeré y le advertiré del mundo. La cuidaré y le enseñare todo lo que sé, gracias a la experiencia que me dio la vida.

Esperaré para reunirme contigo, esperare para verte y oírte de nuevo. Mientras tanto, míranos Juvia.

Te prometo que yo… seguiré adelante por nuestra pequeña niña.


¿Qué les pareció? La verdad es que, estaba dormida, y desperté y ¡pum! Idea loca llegó a mí. El nombre de los pequeños, tiene un porque. Mei es un nombre que a mí me gusta mucho, tal vez es porque todas la Meis que conozco me caen bien xD, y Aron, llegó de repente x3.

Espero les haya gustado, es mi primer one-shot, y la primera vez que narró desde un personaje, así que no sé cómo estuvo, si bien o mal.

Pero, me sentí orgullosa cuando lo termine.

¿Reviews? Por favor.