Necesita encontrarla...
Necesita verla...
Tenerla delante suyo e informarle de cuánto amor guarda únicamente para ella, y es que los sentimientos han comenzado a escocerle el alma y por ello es que necesita liberarse de ellos.
Y no sólo eso, algo más lo ha impulsado a tomar decisión tan importante y decisiva en su vida.
Y es que fue la gota que rebalsó el vaso!
BASTA.
¡No la merece! ...Es un idiota, un egocéntrico, un insensible por completo.
Ya se ha vuelto insoportable, del todo insoportable el presenciar cómo es que su amada sufre silenciosa, cómo es que derrocha lágrimas y lanza al aire sus lamentos envueltos en susurros.
Porque sólo él ha presenciado cómo la fuerte y agresiva chica da paso a otra más vulnerable, más sensible, más sincera...ahí, cuando cree que nadie la vigila... y sufre con ella, ¡Cuánto sufre! ...
Y sólo él, también, sabe cuántas veces el corazón estuvo a punto de quebrarsele cuando las dulces palabras de consuelo que tenía para ella se volvían un insufrible y frustrante aullido de cerdo, y es ahí, cuando la idea de delatar a su corazón se le vuelve más tentadora, ¡Porque él desea apartarla de su lado, ¡apartarla de la desdicha!, arrebatársela de los brazos al malhechor que se deleita hiriéndola, ¡Y lo peor del caso es que ni cuenta se da de la profundad de las yagas que él mismo ha originado! ...¡Esto no lo puede permitir!
YA NO MÁS.
Su plazo expiró, se le dieron innumerables oportunidades que él no supo aprovechar como debió así que... ¡¿Por qué estaría mal que él, amándola, no intentara conquistarla? Inconcebible le resulta que haya sido tan generoso con ese sujeto... , ¡OH! pero ya se acabó, ahora es su turno.
Sí, le enseñaría la calidez de sus sentimientos, le demostraría que es mejor que Saotome ¡MUCHO MEJOR! Entonces, le prometería volverla la mujer más dichosa del mundo, si sólo una oportunidad se le diera.
Sonríe, porque se sabe confiado.
Alberga la esperanza de que ella, finalmente, halla comprendido que Saotome JAMÁS la haría feliz, que si hoy llora por su causa ¡¿Cuánto más debiera esperarse para más adelante? ...
Él no es digno de compartir su vida con ella, y eso, ella debía entenderlo y si todavía no se daba cuenta, ahí estaría él para hacerla entender, y es que sólo él, Hibiki Ryoga, podría ocupar el puesto de ser su fiel compañero en la vida , ¡NADIE MÁS! Sólo él... sólo él.
Está seguro, en cuánto ella le diera la tan codiciada oportunidad, se encargaría de exterminar a Saotome de su corazón por completo.
Pero hay algo, una incomodidad que siente, una inquietud que a medida avanza se vuelve más palpable e intrínseca ...porque ésta ya había sido experimentada con anterioridad... y es que sólo ahora viene a darse de que, curiosamente, las calles que recorre le son completamente ajenas, y entonces, cayó en la cuenta de algo todavía más alarmante.
¡¿Qué demonios hacía corriendo en la calle? ...Recuerda haberse empapado en agua caliente ya encontrado el baño, después de unas tres horas de búsqueda cabe mencionar. Y luego su intención fue encontrar el cuarto de Akane, despertarla y confesar su verdad, una verdad en la que ella se halla profundamente inmiscuida y, seguramente, le resultaría interesante conocer.
...Y en eso estaba...
Se detuvo en seco.
¡Es cierto! No había motivo para salir de la residencia Tendo.
Y lo peor del caso es, que todavía no amanece y las calles se encuentran desiertas ¡Ni siquiera un transeúnte al que cuestionar!
Llevó ambas manos a la cabeza y revolvió su cabello con violencia.
Se perdió.
Sí, no hay duda, la suerte no está de su lado... otra vez.
Entonces, lo recordó; se agachó y comenzó a buscar en su mochila desesperado, hasta extraer de ahí un pequeño espejo de bolsillo, se fijó en su cuello y halló en él lo que Akane le había escrito transformado en cerdo el día anterior.
Sonrió tontamente.
Le había escrito 'Te quiero' con plumón permanente, ¡y no se lo sacaría! ..
Le encontraría, dio media vuelta y comenzó a correr, seguro de que no tardaría encontrarla, seguro de que el camino le era trazado por su corazón enamorado ¡Así que no se equivocaría!
Algo le advertía que el día que le esperaba le tenía sorpresas guardadas... Algo le advertía, y su corazón rebozaba de alegría al pensar que aquella sensación era debido al placentero llamar de una oportunidad, que pronunciaba su nombre en un llamado dulce que lo empapa en ansiedad...
...Pero la voz que llamaba era de una naturaleza completamente distinta...
Sí, el día que le esperaba a Hibiki, sería inolvidable. De eso, no cabía duda.
Y todo, porque no reparó en que el pequeño detalle impreso en su cuello que tanta emoción le causó, podría convertirse en un arma que liquidaría a su corazón, y con él, su oportunidad... y también su sonrisa...
Otra patada lanzada al aire, otra más que es esquivada.
-¡Debes pedirle perdón a tu prometida, Ranma! -decía en un letrero
-¡No tengo de qué disculparme! -chilló la chica.
Se miraron con odio existiendo entre ambos cierta distancia.
En la acera, algunos transeúntes volteaban a mirar, otros ya más acostumbrados, no miraban.
Ya resultaba casi normal ver a un enorme panda que sabía escribir y a una pelirroja enfadada de movimientos tenaces que luchaba contra él.
-¡Sí que tienes! - volvió a escribir.
La pelirroja se cruzó de brazos y desvió la mirada.
-Ella me pidió un imposible ...-musitó, pero el panda no alcanzó a oír tan bajo tono.
Enfadado, le lanza a la repentinamente pensativa muchacha el letrero que sostenía, no tan fuerte como para dejarla inconsciente ni tan despacio para que no consiguiera hacerla caer.
-¡Oyeeeee! - reclamó incorporándose y sobándose la cabeza, pero el panda ya se estaba yendo.
Resopló. Sí que estaba molesta.
-No tengo por qué pedirle perdón -dijo para sí, mirando por dónde el panda había desaparecido- Definitivamente, no le pediré perdón.
No iba a esperarlo.
Agradeció que Ranma junto a su padre hayan salido a practicar, así pudo desayunar sin que éste significara una incomodidad innecesaria.
El verlo es sinónimo de la evocación del recuerdo que tanto rehuye, así que hacerlo no le es conveniente a su estabilidad emocional.
Ya preparada para ir al instituto vuelve a estudiar su imagen frente al espejo.
Vuelve a apretar los labios y sus ojos vuelven a brillar de manera significativa.
Sí, ahí frente al espejo es cuando los reconocimientos le llegan sin ser llamados.
Reconoce no ser tan hermosa como sus demás prometidas, así como también lo deplorables y lastimeras que son sus habilidades como ama de casa, reconoce además que su carácter no es precisamente 'adorable'; y que la tosquedad y agresividad revisten sus acciones y sus gestos, ¡No importa cuánto intente mantenerlas bajo control! Éstas se esmeran por recalcarle que a hábitos tan antiguos no se les puede abandonar así por así.
Todo esto lo sabe, sí que lo sabe ... por ello es que los recordatorios son innecesarios, no los requiere, es más le son dañinos y por esto prefiere ignorar sus faltas, pero ahí llega él a estropearlo todo, a recordarle que siguen ahí...
Y lo peor es que esta salida es siempre la que escoge Saotome cuando los argumentos, los REALES argumentos se le acabaron, cuando ya no le quedan palabras para defensar su postura, entonces, la idea de insultarla le parece una solución más factible porque bien la conoce, y ya capaz es de adivinar sus reacciones, y lo peor del caso, es que ella, inconscientemente, cumple lo que él espera con toda precisión...
-Tonto Ranma - masculló para sí.
Pero no importa, no le es indispensable su ayuda.
Existen otras alternativas y Akane acudiría a ellas, sin importarle el costo de las consecuencias...
Buscó su celular y marcó los dígitos.
Una conversación de quince minutos, una petición más una condición que ella aceptó.
Al finalizar la llamada una sonrisa adornó su rostro, y seguidamente, más animada, cogió su maletín y abandonó el cuarto.
'¡Ranma! Lo siento pero Akane ya se marchó'...
Caminaba sobre la valla como suele a hacer, con sus manos entrelazadas tras su cabeza en una pose de completo desinterés.
Miró al cielo, como pidiendo a este una solución.
-Esa Akane...- dijo para sí, sin quererlo en voz alta.
-¿Qué ocurre con chica del mazo, Ranma?
Volteó a mirar y se encontró con Shampoo, avanzando a su paso en la bicicleta, sonriéndole de oreja a oreja.
-Nada, Shampoo- se limitó a contestarle, cruzándose de brazos- y tú ,¿qué haces aquí? - cuestionó inquisitivamente.
-Trabajo- le sonrió y señaló la carga que llevaba en la parte trasera de su bicicleta- A dónde debo ir a dejar esto queda cerca del Furinkan- y luego simulando molestia, agregó- Ranma, no me gusta nada que pienses en otras chicas. Recuerda que soy tu prometida y me debes respeto.
Ranma volvió a mirar al frente y se encogió de hombros sin responderle.
-Oye, por cierto, ¿No vas demasiado relajado? - inquirió- Vas tarde, Ranma.
Sí, sabía que llegaba tarde, entonces ¿por qué apurarse, si igualmente su final sería inevitable? El que se apure ahora, no le salvará de las horas a las que estará obligado a permanecer sosteniendo una cubeta de agua de pie en el pasillo.
-Igualmente llegaré tarde.
-¿y por qué no vas con chica del mazo? -se aventuró a preguntar- ¿Se pelearon de nuevo?
Un pesado suspiro fue su respuesta.
-Vaya, no sé como puedes vivir bajo el mismo techo que ella...- comentó con tono cansino -Es obvio que no se llevan bien, siempre discuten y siempre te golpea -entrecierra sus ojos- eso debe ser muy cansado para ti ¿no, Ranma?
No contestó. Sabía que su respuesta, sea cual sea, la respuesta se volcaría en su contra.
Ya bastantes lecciones le regalaron situaciones anteriores con la tramposa chinita...
-Bueno Shampoo, lo siento pero debo adelantarme. Voy demasiado tarde- anunció y comenzó a correr.
Los ojos de ella le observaron hasta que desapareció de su vista dando vuelta en una esquina.
Suspiró ... y musitó el nombre de su amado al viento con la tristeza arremolinándose en su mirada.
Se subió a su bicicleta, dio media vuelta y emprendió su camino.
Resultó ser que el lugar al que debía dirigirse se encontraba del lado contrario del Furinkan.
Sonrió al asomarse y comprobar que su sospecha era cierta.
Y de nuevo, con lentos pasos, prosiguió su camino hasta el instituto.
Miró de soslayo a la chica, parecía divertirse en una conversación con la chica del banco de al lado.
...¿Estará enfermo? ¿Le habrá ocurrido algo? ¿Por qué Akane no llegó con él? Supuso que la razón fue una enfermedad, de lo contrario, la chica Tendo no estaría tan tranquila y entusiasta como se le veía.
Pero debía estar segura, las sospechas eran vacías y su preocupación crecía a cada segundo.
Se levantó de su asiento y se dirigió al de Akane, interrumpiendo la conversación. Ambas chicas voltearon a mirarla.
-Esto Akane ...
-Ranma debe estar en camino- la interrumpió sonriente, adivinando sus intenciones.
Pestañeó un par de veces desconcertada.
-¿Pelearon de nuevo? - se animó a preguntar.
-Humm - Akane se llevó el dedo índice a su labio, como meditando la interrogante hecha, y finalmente le dirige una deslumbrante sonrisa ...quizás demasiado deslumbrante para tratarse de un gesto verdadero- Sí, pero no fue ese el motivo por el que no llegamos juntos. Pasa que él se entretuvo demasiado practicando con el tío Genma, eso es todo.
Entrecerró sus ojos y estudió las facciones de la chica.
-¿Qué? - frunció el ceño, incomoda por el escudriño del que era víctima.
Ukyo negó con la cabeza y volvió a hablar:
-Oye y, ¿No crees que se ha demorado bastante? Quizás le pasó algo en el camino... - y alzó ambas cejas para agregar- ¿No estás preocupada?
En ese momento, la puerta del aula se abre y el protagonista de su plática ingresa.
Ambas voltearon a verlo, pero el contraste de ambos gestos fue evidente.
-Ranma- la oyó pronunciar Akane, pero cuando volteó a mirarla, ella ya no se encontraba a su lado, volvió inevitablemente su vista al chico y la visión con que sus ojos se toparon no hizo más que acrecentar su desprecio.
-Ukyo sí que se preocupa por Ranma, ¿No crees? - comentó la chica a su lado, algo sorprendida.
Akane se tragó con dificultad y se encogió se hombros.
¡¿Enfadarse? ¿Qué ganaría con ello...?
-Esto... Yuka, ¿Dónde nos habíamos quedado? - sonrió levemente.
La chica le miró durante unos instantes y finalmente le preguntó:
-¿No te molesta eso?
-¿Por qué habría de molestarme? - frunció el ceño, como ofendida- Ranma y yo no somos nada.
-Oh! Claro que sí, están comprometidos - le recordó, a pesar de la mueca que la chica le dedicó, continuó- Y no sólo eso, a ti te gusta.
Abrió sus ojos desmesuradamente, ¡Ahora sí que estaba ofendida!
-¡¿Qué dices? Jamás me interesaría en un chico como él - miró por el rabillo del ojo cómo Ranma y Ukyo hablaban en el otro extremo del salón- Definitivamente, no es mi tipo- y volvió a mirar a la chica con un serio semblante- Ahora, cambiemos de tema ¿Quieres?
¡Vaya! ..Akane sí que era un caso. Le es obvio que la pelea que mencionó en su conversación con Ukyo, es el motivo de su fingido comportamiento.
-Está bien ...- decidió no insistir con el asunto, bien conoce a la chica para adivinar que a veces insistir con ella no es lo más recomendable- Y eem.. ¡Oh sí! Entonces el señor corrió con el pastel en la mano y...
¡Vaya abrazo que Ukyo le dedicó nada más entrar! ...y esperó que cierta jovencita de cortos cabellos no lo haya presenciado, ¡Por su bien! Cuánto deseó que no lo haya presenciado...
Ukyo le relataba el rumor del por qué el maestro se hallaba ausente. Le contaba gesticulando con las manos, embebida en su relato.
Cuando ella reía, él lo hacía.
Cuando lo quedaba mirando, él asentía con la cabeza.
Y lo cierto es, que si llega a preguntar que qué le ha dicho, él no sabría qué responder.
Su mente se hallaba muy lejos de ahí en realidad, imaginándose cómo le pediría a Akane perdón, porque su padre tenía razón, sí que correspondía disculparse...
Se valió de falacias cuando se supo acorralado, es su culpa que una petición llegara tanto.
Entonces, decidió que a la salida, volvería con ella a casa y le pediría perdón en el trayecto. Aquello era lo más adecuado.
Ukyo, por su parte, apretó sus puños a cada lado de su cuerpo y con voz sombría preguntó:
-¡¿Me estás escuchando?
Alarmado, el chico la miró y asintió con la cabeza.
-Sí, sí, ¿Por qué lo dices?
-Algo raro sucede Ranma, y quiero que me lo digas - exigió.
-¿Algo raro? - pestañeó un par de veces.
Inhaló profundamente, y se apartó del chico.
-¿Eh? - brotó de su boca, cuando la vio dirigirse a su asiento- ¡Ukyo, ¿Q...
Pero en ese momento, dos personajes conocidos aparecieron de la nada delante suyo.
-Hola, Ranma- le saludaron Daisuke y Hiroshi al unísono.
-Ah, hola chicos- les sonrió sin mucho entusiasmo.
Daisuke sacó de su bolsillo unas cuantas entradas que enseñó al chico.
-Oye, queremos hacerte una invitación a la que NO te puedes negar.
Ranma miró a Daisuke, luego a Hiroshi, luego a Daisuke, y a Hiroshi de nuevo.
Simplemente no se fiaba de aquellas sonrisas, ni del brillo que apareció súbitamente en ambas miradas.
-¿De qué se trata? -preguntó Ranma con cautela.
-Una visita a unas piscinas cerca de aquí, y tú DEBES estar ahí - contestó Hiroshi.
-¿A sí? ¿y por qué DEBO estar ahí? - entrecerró sus ojos.
Daisuke y Hiroshi se miraron mutuamente, antes de enfocar de nuevo al chico y sonreírle con cierta maldad impresa en el gesto.
Era evidente, ambos tramaban algo y tratándose de los dos que tenía al frente, nada bueno podía salir de ello, por esto es que, les sonrió de vuelta y dijo:
-Lo siento, tengo planes para ese día.
Los dos le miraron inquisitivamente.
-Aún no te hemos dicho la fecha - apuntó Hiroshi.
-No importa, no me interesan esos paseos - frunció el ceño.
¿Para qué? ..Si después de todo, el bañarse en una piscina yacía lejos de sus contemplaciones por razones obvias: Se transformaría en chica.
Y aunque no se bañara, ¡Algo podría ocurrir! Ya podía predecir que se vería inmiscuido en algún accidente, en alguna riña, o cualquier acontecimiento que a una persona normal, no le ocurriría, y terminaría por convertirse en chica a los ojos de todos... No, simplemente no lo podía permitir.
-Pero Saotomeee - insistió Daisuke, llevando su mano derecha al pecho y alzando el rostro en una pose dramática - Si tú no estás la 'diversión' no estará ahí tampoco, el deleite de admirar la belleza... - y miró a Ranma con fuego en los ojos, apuntándolo con el dedo índice para agregar con vehemencia- ¡Hablo de los placeres de la vida, Saotome, y tú no nos lo negarás!
-¡Así es! -reafirmo el otro.
Entonces, Ranma unió cabos...
-Chicas- pronunció en un tono cansino.
Daisuke y Hiroshi se estremecieron de euforia ante tal mención.
La respuesta era clara, pero ellos igualmente, explicaron:
-Verás Saotome, todos sabemos que tú eres un imán de chicas ...-comenzó a hablar Daisuke, con una sonrisa de medio lado- Tú ya sabes, esa chica china, Ukyo, Akane, la hermana de Kuno...- un brillo de éxtasis cruzó su mirada y continuó - Si tú estás, ellas también estarán, y si ellas no están...
-Daisuke y Hiroshi estarán muuuuy tristes -completó Hiroshi. Ambos se cruzaron de brazos y bajaron el semblante en señal de derrota.
Abrió su boca, ¡Saotome sí que tenía algo qué protestar! ..pero Daisuke se le adelantó poniendo la mano en su hombro.
-Escucha, Saotome...- habló en tono solemne- Somos amigos... ¿no?
¡Lindo su intento por convencerlo!, pero permitiría a ellos ocupar todas las armas posibles a su favor. Total, digan lo que digan, la respuesta seguiría intacta.
Se cruzó de brazos, y miró al otro, que al parecer también tenía algo más que agregar.
-¿Acaso pretendes darnos la espalda ahora? Después de todo lo que hemos pasado juntos - y Hiroshi puso una mano sobre su hombro disponible- ...En realidad, ¿No nos concederás este favor MÍNIMO?
Si la maldición no existiera, aceptaría...
-mm ..- pareció meditarlo un poco, y en el par de amigos decayó el brillo de la esperanza- ¿y si convenzo a Shampoo, Ukyo y a Kodachi de que asistan?
-¡Claro! -asintieron los dos, complacidos con la propuesta.
Entonces, Daisuke pareció percatarse de algo...
-Pero oye...- habló Daisuke con suavidad, entrecerrando sus ojos- No mencionaste a Akane...
Ranma deslizó su mirada hasta donde la chica se encontraba platicando animadamente con su compañera, y luego volvió a enfocar al par que tenía delante.
-Lo siento, pero no me será posible convencer a Akane, verán hace poco tuvimos una pelea y...
-¡No es nuestro problema! -exclamaron al unísono, negando con cabeza con los brazos cruzados.
-¡Hey! ¡Y eso que les hago un favor! - reclamó Saotome, molesto.
Los rostros de ambos amigos se acercaron al suyo de forma casi intimidante.
-Entonces te pasaremos a buscar, y no nos iremos hasta que te hayas ido con nosooootros- hablaron de nuevo al unísono, alzando una ceja.
OH! ...Ese par sí que era bastante ridículo y peculiar, y la idea de que cumplieran con semejante amenaza le aterró, pero sólo unos instantes.
Sonrió con autosuficiencia, antes de responder:
-Si se atreven a irme a buscar, tengan por seguro que los mandaré tan lejos como pueda de una sola patada.
Aquella sí que era una amenaza mayor, pero ellos no se dieron por aludidos.
-¡No importa qué tan lejos nos envíes! -objetó uno.
-¡Volveremos a ti y nos convertiremos en tu peor pesadilla!- apoyó el otro.
Suspiró Saotome, ahora con impaciencia.
-¿Por qué en lugar de irme a buscar a mí, no van directamente a buscar a Akane? - dijo rascándose la sien.
Daisuke y Hiroshi agacharon el rostro y admitieron:
-Es que somos demasiado tímidos- de nuevo al unísono.
-¿Tímidos? - una burlona sonrisa adornó el rostro del ojiazul- ¡¿Ustedes tímidos? - y soltó una carcajada.
-Es en serio, Ranma- dijo Hiroshi, fulminando a su amigo con la mirada.
Daisuke volteó a mirar a Akane, y dijo:
-Está tan lejos de nuestro alcance ...- más para sí, que para el par de amigos que le escuchaban- Además, tú eres su prometido...¡AGH, cuánto te envidio Saotome! - apretó sus puños a la altura del pecho y volvió a encararlo- Por favor, haznos este pequeño favorsito y te juramos que no te pediremos más en la vida.
Hiroshi agitó su cabeza positivamente.
-Creo que se están complicando demasiado...- comentó y volvió a mirar a Tendo, quién reía acalorada con la otra chica- Deberían... deberían...
¡Si tan sólo riera así más a menudo! O tan sólo sonriera con frecuencia...
-¡Ranmaaa! -lo llamaron al unísono.
-¿si? - acató desorientado.
-'¿Deberían...?' - le recordó el par.
-Ah si... -esta vez, no la miró- Deberían ir a pedírselo ustedes mismos- al ver el gesto que se trazó en ambos rostros, añadió- Akane seguro les dirá que sí si invitan también a sus amigas.
Daisuke y Hiroshi se miraron el uno al otro. La idea podría resultarles beneficiosa.
Asintieron con la cabeza en una aprobación mutua y silenciosa.
Hiroshi se dio vuelta y colocando ambas manos entorno a su boca, exclamó:
-¡Yukaaaaa!
La aludida volteó a mirar acudiendo con la vista al llamado.
Otros compañeros voltearon a mirar también, y uno, que oliendo la oportunidad de la venganza, comentó:
- ¡Vaya, vaya! ¡¿No me digas, Hiroshi, que te le vas a declarar a Yuka?
-¡Ya era hora! - apoyó el otro.
Y todo el salón se volvió un solo bullicio en un 'wooow' generalizado, y unas tantas carcajadas al contemplarse el rostro sonrojado del chico.
-Maldito, se está vengando porque la otra vez a la hora de la comida le quite el sandwich de mermelada- masculló Hiroshi, verdaderamente irritado, volteándose a dónde Ranma y Daisuke le miraban con una burlona sonrisa.
Akane se cruzó se brazos y miró al grupo de chicos con curiosidad.
-Me pregunto que querrá decirte Hiroshi.
-¿Crees que debería ir?- le preguntó Yuka, todavía algo sonrojada.
-Mm.. Te recomiendo que aguardes un poco más - contestó- Si vas ahora, posiblemente los molesten de nuevo.
-Es cierto- apoyó la chica, y el sonrojo se acentuó un poco más.
La campana se dejó oír anunciando el receso.
Todos comenzaron a levantarse y a abandonar el aula.
-Yuka.
La chica alzó la mirada y se encontró con Hiroshi y Daisuke a su lado.
-¿s... sí?
-Esto... Queríamos invitarte a ti - comenzó a hablar Hiroshi y deslizó la mirada a la chica de cortos cabellos que estaba de pie al otro lado de Yuka, escuchando con atención- y a Akane por supuesto, a unas piscinas muy cerca de aquí.
-¡Sí, tenemos muchas entradas! - acotó Daisuke, sonriente y expectante, observando a Tendo con disimulo.
-¡Oh , y Sayuri también, claro! -completó Hiroshi- A propósito, ¿Por qué no vino a clases?
-Está enferma- respondió Yuka, terminando de guardar sus pertenencias en su maletín y agregó- Tiene gripe, ayer cuando la llamé se oía muy mal.
-Oh, ya veo...- dijo Hiroshi, frunciendo los labios.
-Envíale saludos de nosotros en cuánto vuelvas a hablar con ella.
-Gracias Daisuke, le diré- le sonrió y se levantó de su asiento- ¿Y cuándo es el paseo?
-Este sábado- informó Daisuke- ¿Pueden?
-Pueeees ...-Yuka miró a Akane- No lo sé, ¿Qué piensas tú, Akane?
'Así que es cierto. Las chicas siempre van todas partes en grupo'; pensó el par, entrecerrando los ojos y una gota de sudor resbalaba por sus frentes.
-Yo creo que sería divertido- la esperanza brillo en los ojos del par de chicos, pero para su desgracia, ella continuó hablando- pero no puedo. Tengo planes, pero si quieres ve tú, Yuka, seguro la pasarás bien- le sonrió a su compañera.
Daisuke y Hiroshi agacharon su rostro en señal de derrota y decepción, y esto, a Yuka no le pasó desapercibido, volvió a mirar a la chica que ingenuamente les sonreía, y agachó la mirada, tragó grueso, frunció sus labios y se levantó de su asiento.
-Debo irme - se despidió en voz baja, como si la intención de ser oída no le fuera importante.
Abandonó el aula a paso apresurado, bajo los tres pares de ojos posados atentos sobre ella.
-Espera, Yuka -brotó de los labios de Akane, y miró a Daisuke y a Hiroshi con una sonrisa y una leve reverencia en señal de disculpa y despedida, y siguió los pasos de su compañera.
Los dos chicos se miraron el uno al otro, sin comprender la situación, y sin importarles tampoco.
Yuka caminaba deprisa.
-¡Yukaaaa!- la llamó Akane, y corrió hasta situarse a su lado- ¿Qué es lo que pasa?
Su amiga se detuvo abruptamente y miró a la chica con ojos vidriosos, y la furia emanando por ellos se manifestó en la chica en calidad de escalofrío desagradable.
-Le gustas - cerró sus ojos y permitió a sus lágrimas fluir- Le gustas a... Hiroshi.
Akane frunció el ceño y las palabras se expusieron en un susurro.
-¿Qué dices?...
Yuka abrió sus ojos, pero permaneció con la mirada gacha cuando propuso su idea.
-...Deberías salir con Ranma...- secó las lágrimas con la manga de su uniforme, alzó la mirada y la encaró- ¡No tienes idea de la rabia que siento!
Los que pasaban por ahí, voltearon a mirar al par de chicas, guiados por la morbosidad que sostiene inevitable a la humanidad desde el inicio de los tiempos.
-...Yuka, ¿por qué no vamos a conversar a otra parte? - le sugirió en voz baja, percatándose del círculo que se estaba formando a su alrededor.
-¡Te haces la tonta en todo esto! ¡Eso es lo que me irrita, Akane! - alzó la voz, como si de una proclamación se hubiera tratado- ¡Sabes perfectamente que todos los chicos te encuentran atractiva, ¿y tú qué? Haces como si no supieras NADA, pero te das cuenta de todo! ¿no?... ¡¿Por qué diantres no sales con Ranma de una buena vez y te dejas de tonterías? -las lágrimas volvieron a fluir por su rostro, y para exponer lo siguiente, trazó un gesto inolvidable de dolor en su rostro- A mí me gusta, Akane... ¡Coquetea como sueles hacer con los demás chicos, pero con ÉL no!
Los murmullos hace rato que tenían su lugar ahí, pero ya no los oía, en su mente las palabras oídas hacían eco... y de repente, comenzó a sentirse fatigada, agotada ..de repente, sólo quiso llorar...
Agachó el rostro, le palabras dichas le parecieron tan repulsivas e inverosímiles... No pudo creer como es que semejantes palabras vinieron de Yuka...
-Olvídalo -fue la última palabra que oyó, alzó el rostro y la vio apartarse de ella abriéndose paso entre los espectadores.
Los castaños ojos, la observaron hasta que abandonó su campo visual.
-Yuka...- musitó, y entonces quedó ella sola en el centro, mientras todos la miraban, mientras se murmuraban ficticias conjeturas, ella agachó el rostro y cerró sus ojos, como si aquello fuera impedir que sus rebeldes lágrimas escapasen escurridizas de su control... ¡OH! pero tan dramática escena, todavía no concluía, muy para su pesar.
-¡Akaneeee! - llegó a sus oídos, simulando ser su salvación.
Abrió sus ojos y advirtió al chico que, abriéndose paso, se acercaba a ella.
'¿Quién es él? , 'Él no es de nuestro instituto ¿verdad?' '¿Qué hace aquí este extraño?'...
Inhalo profundamente cuando el chico se situó delante suyo, mirándola fijamente.
-Akane, hay algo que debo decirte. Algo que me está quemando aquí- indicó su pecho, y el gesto en sus facciones dio énfasis a sus palabras.
Los murmullos crecieron en cantidad y también en indiscreción.
La chica, confundida y aturdida, como pudo le dedicó un:
-¿Q... qué? ..
Tragó con dificultad. Es el momento, ahora o nunca.
-Y...yo... t...
-¡Pchan! - intervino otra voz en el 'espectáculo' que se daba en el pasillo, que sería la fuente de los próximos chismes de la semana, quizás del mes.
'Ella tampoco es de aquí ¿verdad?' 'La he visto antes...' '¿Que aquí puede entrar quién quiera?' ...
Los dos voltearon a mirar, aún sabiendo de quién provenía aquella voz tan familiar.
-Ranma - pronunciaron al unísono, pero con distintas emociones impresas. Una con un tono cansino, y el otro, con irritación.
Entonces, el chico advirtió que el 'recién llegado', traía algo consigo... algo que le amenazaba profundamente.
-¿Q... Qué crees que haces? - dijo entredientes, mirándolo con recelo y desconfianza.
La pelirroja le sonrió, y el brillo amenazador de su mirar azul oscuro le indicó un desfavorable pronóstico.
-No me digas que...finalmente lo has decidido...
Akane con la mirada clavada al piso, quiso escapar, quiso huir de la escena, pero algo la mantenía ahí, de pie, como aguardando a que algo suceda.
-¡Ese no es tu problema! - alegó el chico.
La pelirroja volvió a sonreír, por un instante se creyó que soltaría una carcajada.
-No entiendo en qué te afecta a ti en que declare mis sentimientos- llevó su puño a la altura del pecho, y en un tono más áspero le advirtió- ¡No te metas!
La chica de cortos cabellos azulados alzó la mirada para enfocar al chico que discutía acaloradamente con la pelirroja, y algo en él, pareció atrapar su atención.
-¡Ranma!
Ambos voltearon a mirarla.
-...Serías tan gentil de pasarme ese balde que traes...- le sonrió amablemente y estiró su brazo para alcanzar lo que pedía.
-¿Eh..? -la pelirroja miró de nuevo al chico que tenía al frente, y pudo notar el nerviosismo que se apoderó de él apenas enfocar el gesto que enseñaba su rostro- pero... -volvió a mirar a la chica- ¿Para que la quieres, Akane?
-¡Sólo pásamela! - exigió, y le arrebató el balde.
Acto seguido... sonrió...
-Sí, Akane, ¿P... Para qué quieres eso? ...- dijo el otro, apuntando al objeto que ahora tenía ella en su poder.
Quiso huir, su instinto de supervivencia le indicó que debía marcharse cuánto antes de ahí, pero incapaz fue de obedecer, sus piernas comenzaron a temblar volviéndose inútiles.
...Y entonces, vislumbró en el mirar castaño cuáles eran sus intenciones... pero, fue demasiado tarde...
-Akane, ¿Que t...? -la frase de la pelirroja se vio interrumpida cuando ella, vacío el contenido del balde, en el que antes había sido su compañero de discusión.
...Silencio general...
Todos observaban al cerdito negro, petrificado, con los ojos bien abiertos, seguramente mirando a nada.
Dejó caer el balde, sin desviar la mirada del animal.
-...No puedo creerlo...-expuso con voz quebradiza.
Los ojos azules de la pelirroja miraban al cerdito con una mezcla de sorpresa y, algo más, que ni ella supo interpretar.
Tragó con dificultad.
-Esto... -volvió a mirar a la chica de cortos cabellos- Akane...
-Ranma- la interrumpió, esta vez habló con un tono de voz firme y repuesto, encaró- ¿Tú lo sabías?
Ella desvió la mirada, y esa fue su muda respuesta.
-Los odio...- sus ojos de cristalizaron, y en segundos, sus lágrimas corrían deliberadamente por sus mejillas hasta caer como por un precipicio suicida- ... Se burlaron de mí ¡¿Cómo pudieron!
Giró su cuerpo, para marcharse de ahí, pero una mano femenina la detuvo por el brazo.
-Akane, por favor... deja que te explique - pidió con un tono que delataba su urgencia por ser escuchada y, si es posible, entendida, y si tan sólo, Akane se hubiera dado vuelta para mirarla habría notado que el brillar de sus ojos suplicaba, ya que estos, no sabían de orgullo.
-¡Suéltame! - dijo, e intentó zafarse del agarre pero no consiguió.
Tal vez, el darse vuelta y propinarle una dura patada, habría sido un movimiento grandioso que cumpliría de forma factible con lo que exigía, pero las fuerzas se le habían agotado.
Se supo vulnerable, ya no en la intimidad de su cuarto, sino públicamente, bajo los ojos atentos de la chica que la agarraba con fuerza, que balbuceaba explicaciones que no oía, explicaciones que se confundían con el murmullo general, murmullos dañinos...
En un instante, la chica descuidó su agarre y Akane aprovechó para soltarse, y alejarse, abrirse paso entre los espectadores y sus conjeturas, y sus opiniones, ¡Deseó marcharse cuánto antes de ahí! ...A un lugar seguro, a un lugar donde no existieran murmullos; ni amigas que reclaman, que culpan; ni mentiras y sus excusas; sin nada, ni nadie.
El cielo se teñía de matices rojizos y el viento fresco del atardecer venía a mecer sus cabellos, a hacer crujir las ramas, a helarle el rostro.
La pelirroja se hallaba sentada en la rama de un árbol, con el negro cerdito en su regazo, él lloraba silenciosamente todavía... y ella, muda como estaba, lo consolaba con caricias repentinas que a rato cesaban.
Aquel fatídico día quedaría grabado por siempre en la memoria de Hibiki Ryoga.
Suspiró la pelirroja.
La noche no tardaría en caer y ella no soportaría el regresar a casa, y verla, la incomodidad que se originaria sería insostenible.
-...Sí que me golpeaste fuerte, Ryoga...- comentó con una sonrisa forzada y nerviosa.
El sólo rememorar la escena, le causó un escalofrío. Nunca antes vio a Ryoga más derrotado y más furioso, como en aquella tarde.
-...Definitivamente...- continuó en un tono quedo y cauteloso- ... fue mala idea ir a buscar agua caliente para transformarte...
Sí, el cerdito, quieto, con los abiertos a más no poder, fue cogido por sus manos y junto a él arrancó de la escena.
Consiguió agua caliente y apenas empapar al cerdito, reaccionó.
Ryoga, ya humano, clavó sus pupilas en las de él con un odio profundo y peligroso.
No hubo tiempo para transformarse a sí mismo.
Seguidamente, las palabras estorbaron.
...Y a raíz de semejante acontecimiento, es que quedó con diversos moretones en el cuerpo y un rasguño en su mejilla izquierda.
Entrecerró sus ojos mirando al cielo, bello como nunca antes la pareció y rememoró cómo en un instante ella se descuidó y él pudo haberla matado si lo hubiese deseado.
En aquel instante, verdaderamente creyó que la muerte finalmente había acudido a su ser.
...Pero él, la soltó, y comenzó a llorar... llorar amargamente, ¡y pudo sentir su dolor! ... Ryoga lloraba porque la había perdido, quizás para siempre, y con ella se marchó también parte importante de su corazón devastado.
Y luego vino la caminata, ambos andaban a lentos pasos por la acera, inmersos en el silencio.
A Ryoga no le importó llorar en público, aunque no emitía sonido alguno; y la pelirroja lo observaba de reojo sin encontrar las palabras precisas, aunque de existir le fueran inútiles.
...Y la anciana que padecía de ceguera, los bañó a ambos en agua fría...
Y desde ese entonces, que permanecían en la misma rama del mismo árbol.
-...Ya no llores, Ryoga... Lo siento mucho, nunca pensé que...- se calló y volvió a suspirar esta vez cansinamente.
De nada valía otra disculpa...
Él continuó en su mismo estado, llorando silenciosamente, y sin moverse.
Aquello sería complicado.. ¿Dónde estará...?
-¡Oye Ranma, Ryoga!
Los ojos azul oscuro, se deslizaron hacia abajo.
-¿Qué es lo que quieres, Nabiki?- interrogó pesadamente.
No estaba de humor para lidiar con ella, definitivamente no.
La chica de cabellos castaños, llevó ambas manos entorno a su boca para hacer eco a sus palabras.
-¡Ya lo sé todo, así que a la hora de la salida fui a buscar a Akane, deduje que no que querría irse contigo, pero ella no estaba, ¡¿No sabes dónde está?
Pchan reaccionó.
La pelirroja llegó al lado de Nabiki de un salto, la agarró por los hombros y le cuestionó alarmada.
-¡¿Ya fuiste a casa a ver si está?
La chica asintió.
El animal brincó de los brazos de la pelirroja y echó a andar.
-¡Ryogaaaaa! - la llamó- Ese tonto, si Akane lo ve... - y siguió los pasos del cerdo con agilidad y rapidez.
-...Tendremos cerdo para cenar- completó Nabiki con serenidad, pero ya no había nadie cerca para oírla.
Alzó el rostro y pegó sus ojos al cielo, preguntándose en dónde se había metido su hermana menor esta vez.
-¡Quédate quieto! - lo agarraba con fuerza, mientras el cerdo emitía su 'quick' con fuerza y luchaba por arrancar de nuevo- Si Akane te ve, las cosas empeorarán.
¡Y qué importaba! ...Y qué importaba si ya la había perdido y se quedó él con sus sentimientos... solo; y es que es el amor que sentía por ella lo que lo movía, lo que le impulsaba a buscarla hasta encontrarla, y cerciorarse, aunque sea oculto en algún arbusto, de que estaba bien.
-¡Ranma! - acudió Kasumi a recibirlo, con la preocupación desbordándose por sus facciones siempre gentiles- Qué bueno que has vuelto. El tío Genma, mi papá y Nabiki salieron a buscar a Akane, ¡Estamos muy preocupados!
-Entiendo- asintió la pelirroja, firmemente- También iré yo, pero antes tengo un favor que pedirte.
-¿Un favor? -parpadeó la joven- ¿De qué se trata?
-Cuida de que no se escape- expuso, seria.
...y miró al escandaloso cerdito.
¡Quiiiiick! ¡Quiiiiiick!
Molesto se revolvía.
El nudo era demasiado para él, sus patitas no le servían.
Imaginó mil y un formas de estrangular al responsable en cuánto lo viera.
... Oh , ya se enteraría que el haberlo atado a la lámpara del techo con una soga, no había sido una buena idea... Ya se enteraría...
'¡Akaneeeeeeeeeeeeeeeee!'; gritó en su fuero interno.
Y sus ojos volvieron a cristalizarse de nuevo.
No había en su memoria, día que llorara tanto como aquel.
Recordó que la última vez que Akane había desaparecido, se había quedado dormida en el techo, ¡y albergó la esperanza de hallarla ahí!
...pero la esperanza murió cuando revisó y no había ahí ni rastro de la chica.
Se marchó en su búsqueda nuevamente.
Ya en la acera, corrió y corrió llamando a su nombre, y nada.
-¡Hey, Ranma! - le llamó una voz familiar.
La pelirroja se detuvo y miró al hombre del turbante que se le acercaba.
-¡Escucha! -dijo al llegar frente a ella- No tengo idea de lo que sucedió, pero intuyo que lo de anoche tuvo que ver en que Akane se haya ido- expuso molesto.
-No, eso no es verdad- negó con la cabeza, y desvió la mirada para agregar- Ella.. se fue por otro motivo...
Genma apretó ambos puños y los subió a la altura del pecho.
-¡Entonces, deduzco que tú estás involucrado ¿o me equivoco?
La pelirroja, todavía sin mirarlo, pronunció- ...Aunque, tal vez, también pudo haber sido...
-¡¿Me estás escuchando? - la sobresaltó con violencia.
La chica lo miró enfadada y le dijo:
-¡No es momento de buscar culpables, papá! Por ahora debemos encontrar a Akane.
Un golpe y otro más, dos más que son esquivados.
-¡AGH! Maldita sea! - se frustró.
-Tranquila Akane, vamos, intentemos de nuevo- y se puso en posición.
La practica continuó otro tanto más.
La chica cayó rendida y el otro se apoyó en la pared, negando con la cabeza.
-Te falta mucho por practicar todavía- apuntó.
La chica, avergonzada, ladeó la mirada e inhaló con fuerza el aire que sus pulmones absorbían con jadeante dificultad.
-... A todo eso, ¿No estarán buscándote? Ya es muy tarde - le recordó.
Akane lo miró algunos instantes, pensando lo que diría a continuación con sumo detenimiento.
-..¿Qué? - se sintió incómodo.
- ...¿Puedo quedarme aquí algunos días? - le soltó de sopetón y con tal rapidez que al chico le fue imposible oírla con claridad.
-¿EH? Más lento.
La chica suspiró y se puso de pie.
-Que si puedo quedarme aquí algunos días.
Observó sus facciones, estudió su rostro para visualizar sus gestos, pero no notó en él reacción alguna, al menos, no facial.
-¿Te peleaste con Saotome o algo así?
La chica dirigió sus pasos al sillón y se sentó con pesadez, antes de responder:
-También, pero sobretodo porque me enteré de que Pchan es Ryoga ¿Puedes creerlo?.
Al chico se le desencajó el rostro, pareció entre desconcertado y sorprendido.
-¡Oh! Ya te enteraste- fue lo único que pudo decir.
-¡¿Tú también lo sabías?- se incorporó de golpe, mirándolo con el ceño fruncido agregó- Vaya... veo que no pocos sabían el 'secretito'- y bajó el tono de voz para añadir, más para sí misma que para su compañero- y nadie me lo dijo.
El chico carraspeó, todavía en la misma posición de recargado en la pared, le dijo con elocuencia:
-No es que esté defendiendo a Saotome, pero él te lo dijo de varias maneras ¿Por qué crees que se oponía tanto a que durmieras con el cerdo? ¡¿Por celos? - una sonrisa burlona surcó su rostro, y negó con la cabeza- Siempre fuiste muy ingenua, Akane.
Una sonrisa triste apareció en el rostro de la chica.
-Era porque intentaba protegerme, pero aún así, qué le costaba decírmelo...
El chico se encogió de hombros, y comentó:
-Deben estarte buscando, si te vas a quedar aquí al menos llama a casa para avisar que estás bien- aconsejó.
-Si... tienes razón...- asintió- ¿tienes de dónde llamar?
-No... - hubo silencio algunos instantes- ...¿y tú?
-Si te pregunto es porque no tengo- respondió con racionalidad, y agregó- Tengo todas mis pertenencias en casa.
-Vuelve por ellas.
-No volveré a casa hasta que me haya convertido en una mejor artista marcial- le informó.
Una risa que consiguió enfadarla se dejó oír con fuerza.
-¡¿y tú de qué te ríes?
Él tardó un rato en recuperarse de semejante estallido de euforia.
-.L... Lo siento, es que...- carraspeó y recuperó la seriedad, aunque la risa seguía bailando en los ojos que le observaban desde el otro extremo del lugar- ...Tú me dijiste que si podías quedarte algunos días, y ahora me dices que no volverás hasta que te hayas convertido en una mujer artista marcial, y eso no ocurrirá en unos cuantos días, Akane, y menos considerando lo deplorable de tu condición física.
¡¿Lo deplorable de su condición física? Eso sí que era una ofensa.
-¡Hey!- entrecerró sus ojos, en un gesto asesino- ¿Tienes algún problema en que me quedé aquí?
-Ninguno- contestó simplemente y añadió quedamente- sólo espero que cumplas con tu parte.
La chica asintió con la cabeza, antes de decir:
-... pero necesito que me ayudes...
Su compañero asintió sabiendo a lo que se refería.
Y seguidamente, expuso lo que pensaba al respecto.
-Tú estás aquí no sólo por lo de pchan, o por la discusión con Saotome... ¿o me equivoco? ...- dijo inquisitivamente.
Ella, tras pensarlo algunos instantes, respondió:
-Mi idea inicial era que nos reuniéramos después de clases para prácticas, sólo eso, pero...
Volvió a callar.
-...pero...- comenzaba a impacientarse.
La mirada castaña se hallaba perdida en algún punto de la habitación, pero continuó:
-pero después de lo que ocurrió con Yuka, cuando me enteré del engaño de Ryoga... yo...
-...¿tuuuu...?
-Decidí estar a solas un tiempo, entrenarme y algún día derrotar a Ryoga y a Ranma en un duelo- dijo quedamente, para luego agregar en un susurro-... Eso decidí.
-¿Tanto te afectó que Pchan sea Ryoga? - inquirió.
-Siempre vi a Ryoga como un buen chico, gentil, tímido y atento. Yo... -la rabia comenzó a inundarle su ser y apretó sus puños con fuerza -Pchan veía cómo me desvestía, ¡dormía con él! Le conté cosas que nunca le hubiese contado a nadie. Me siento traicionada... Se rió de mí todo este tiempo...
El chico frunció los labios y habló.
-En resumidas cuentas ¿Quieres vengarte o algo por el estilo? -cuestionó el otro, pero no aguardó la respuesta, y continuó la oración con la mayor amabilidad de la que fue capaz manifestar- Si quieres, puedo darte el dinero que necesitas para comprarte ropa y todo eso. Claro que mañana porque hoy no tengo nada.
Ella le miró indecisa.
-No sé si deba...
-¡Vamos, Akane! - se apartó finalmente de la pared y caminó hasta ella- Deja que te ayude, no creo que quieras usar eso que traes todo el tiempo- se sentó a su lado y agregó con seriedad- Sería anti higiénico ¿Sabías?
La chica le sonrió en señal de gratitud y señaló:
-Esto... No era parte del trato...
El chico le devolvió la sonrisa.
-Siempre me has agradado Akane, creo que eras la única de las prometidas que no se valía de trucos o insistía para estar al lado de Ranma.
Ambos sostuvieron sus miradas algunos instantes, y ella insistió.
-De todos modos,... ¡Muchas gracias!
El chico asintió levemente sonrojado y volvió a mirar hacia adelante.
-Esto... me da mucha pena, pero... ¿podrías hacerme un favor? Es muy importante- habló avergonzada.
Él volvió a mirarla y aguardó a que continuara.
-¿Puedes escribirle una nota a mi familia y dejarla sin que nadie te vea? Escribeles a mi nombre, por favor...- la súplica se manifestó en su mirada y en su voz se denotó la urgencia- Escribe que me encuentro bien, pero que estaré fuera algunos días.
-Está bien, de todas formas mañana te traeré un móvil también para que les llames- le sonrió.
-¡Gracias! De nuevo...- y rió por lo bajo, verdaderamente avergonzada- Siento que me aprovecho de tu generosidad.
El chico negó con la cabeza y agregó: Nada de eso...
Y volvieron a sumirse en un silencio casi incómodo, hasta que él lo quebrantó poniéndose de pie y diciendo:
-Bueno Akane, vendré a verte mañana temprano para que vayas cuánto antes a comprar lo que necesitas, ahora mismo iré a escribirles la nota y no te preocupes, soy bastante cuidadoso así que no me descubrirán- sonrió y levantó el dedo pulgar en un simpático gesto.
Por algún motivo, el chico le inspiraba confianza, por ello es que la sonrisa se esbozó de forma espontanea.
La tranquilidad la invadió, pues supo que su familia no tardaría en informarse de su bienestar.
-...Hasta mañana- y caminó en dirección a la salida.
-Hasta mañana- se despidió ella, y luego volvió a hablar- ¡Ah y por cierto! - el chico se detuvo sin voltearse- Los lentes de contacto te quedan geniales, y según noto tu vista mejoró considerablemente, Mousse.
Sólo entonces, se giró para sonreírle y dedicarle un 'gracias' , antes de abandonar el cuarto.
Akane deslizó su mirada por el lugar, en él había pequeña cama y a su lado estaba el velador, al otro extremo el viejo sillón en que estaba sentada...y eso era lo que único que ocupaba el sitio, ¡AH! y un pequeño baño en un costado con una puerta sin pestillo y una pequeña cocina en el otro lado.
Todo parecía estar amontonado.
Mousse le había admitido que la razón de que el cuarto fuera suyo, era porque requería de un refugio cada vez que, entre Cologne y Shampoo, lo tiraban a la calle... Aunque, claramente sus palabras no fueron aquellas, él adornó tan vil comportamiento en justificaciones insulsas, pero ella ya anteriormente había presenciado el trato que recibía de parte de las dos chinas...
...Pobre Mousse... Su amor es lo que lo encadena a semejante modo de vida.
Y él, siendo tan buen chico, vino a fijarse precisamente en Shampoo.
Suspiró pesadamente.
De repente, la imagen de su padre llorando a mares, de Kasumi y Nabiki preocupadas, de Ranma... buscándola quizás, al igual que tío Genma.
-Lo siento...- musitó- ...pero esto es algo que debo hacer.
Y sus palabras de perdieron, suspendidas en el aire sin nadie a quién llegar.
De pronto, se sintió sola... sumamente sola.
Continuará...
¡Hola!
Espero que les esté gustando (yn). Como añadí en el resumen, esta historia está terminada, pero no por eso se subirá uno todos los días, pero sí con regularidad.
Me encantaría saber qué les está pareciendo la historia, si no les gusta podría cambiar algo la trama y rehacer algunos capítulos. La verdad es que me he divertido mucho escribiendo este fic ^^ , ¿La razón? Porque es, no sé si de los pocos o el único que he escrito que sigue, relativamente, el hilo de la historia en sí, me refiero a los personajes y todo. No es un UA como los que suelo publicar.
Últimamente he visto varios episodios de Ranma, y quise que los personajes adaptaran la misma personalidad, pero no sé si me resultó... La Akane que nosotros conocemos es violenta e impulsiva, sí, pero también creo que es un personaje que es incapaz de odiar, es ingenua e inocente... Dudo mucho que quisiera tomar represalias al enterarse de que Ryoga es en realidad Pchan y que Ranma lo supiera, se enfadaría claro, los golpearía, le dolería, pero no se marcharía de casa seguramente, puesto que tengo la impresión de que adora demasiado a su familia como para huir, por eso es que añadí otro factor: La revelación de Yuka.
(Ese es otro punto, la Akane que conocemos es muy sensible, al menos así la veo yo, es más sensible de lo que demuestra a los demás precisamente por su orgullo, y en los próximos capítulos esta característica se recalcará con mayor fuerza... Ya verán a lo que me refiero...)
Así que las palabras de Yuka la hirieron, eso más lo de Pchan ...ogh ,¡Es que tenía que echarla de la casa como fuera! De lo contrario no me resultaría lo demás xD
...Aunque me he quedado con la sensación de que la personalidad de la Akane que todos conocemos, no se dio en la Akane que di a conocer. No sé si esa Akane hubiera actuado como la Akane de la escribí.
No, definitivamente esa Akane no hubiera huido... Es complicado escribir un fic de este tipo, el intentar que encajen las personalidades no es nada fácil, ¿O seré yo la que me complico? ...
Ryoga, creo que él no se habría borrado ese 'te quiero' escrito por Akane xD ,es despistado completamente y todavía más cuando de Akane se trata.
En cuánto a Ranma... Cuando Akane se soltó de su agarre, me refiero a la parte en la que estaban en pasillo y Akane acababa de descubrir que Ryoga es Pchan.. Tal vez la hubiera seguido... Tal vez no, Ranma es.. compasivo, al menos así lo veo yo, no dejaría a su 'amigo' (A pesar todo le tiene estima) en esas condiciones, y guiándome por eso, es que lo dejé con Ryoga.
Ustedes juzgarán si encajaron las personalidades... u.u Lo intenté. Perdón si no resultó, pero a pesar de todo cumplí con mi objetivo: Divertirme.
Como se habrán dado cuenta, la discusión que se dio entre Ranma y Akane fue a raíz de una petición por parte de ella: Que Ranma le enseñara artes marciales.
A lo que él se negó, ella insistió y él acabó por insultarla.
Y eso... A pesar de todo, los errores y todo espero que les esté gustando ^^ No soy una escritora profesional.
¡Ah! Y el título se refiere a algo más... "filosófico". Hace referencia específicamente al mundo de Akane, después se darán cuenta de eso...
¡Muchísimas gracias por leer! Les deseo un año excelente.
¡Adiós! C:
