¡Hola de nuevo!, nuevo año nuevo fic... tengo esta idea en la cabeza desde que estaba la mitad de Solsticio y me dije desarrollarla en cuanto terminara mi primer fic de Bella y Jake... tardé algo pero finalmente puedo publicar el prefacio de Aurora polaris. De verdad espero sea de su agrado y dejen muchos reviews

Prefacio

"Predestinada a encontrarlo y condenada a perderlo", esa frase creó un eco mortal en mi mente que no disminuía, al contrario, se hacía tan fuerte que resultaba imposible silenciarlo, por inercia coloqué mis manos sobre mis oídos intentando callar esa voz que se convirtió poco a poco en un grito desgarrador que perforaba mis tímpanos, y aun cuando era imposible, el dolor parecía tan real que lo único que faltaba era que la sangre comenzara a escurrir a través de mis oídos… otra tontería más. Esa frase acababa de leerla en una de las páginas de un libro –del cual no me preocupé en memorizar el titulo, pero que había viajado accidentalmente conmigo desde Florida– ahora yacía sobre el suelo de mi habitación gracias a que había resbalado de mis manos unos momentos antes. Una fría brisa que se filtraba por mi ventana completamente abierta, mecía las hojas amarillentas y con olor a viejo de un lado a otro al tiempo que en cámara rápida, las páginas avanzaban una seguida de la otra en una carrera sin fin. No pude evitar que el agujero de mi pecho en llamas comenzara a arder profusamente, así como tampoco verme reflejada en esas palabras que eran crueles por ser verdaderas… alguien había descrito sin esfuerzo mi principio y final al lado del hombre que había marcado para siempre con un hierro al rojo vivo mi corazón… en mi vida era normal padecer noches como esta, desde que él me apartara de su lado no había cordura, ni lógica y mucho menos paz.

Octubre…

Noviembre…

Ningún ser humano en su sano juicio se puede jactar en decir que está acostumbrado a revivir sus pesadillas noche tras noche, que aquellas escenas oscuras y lúgubres, en donde en vano intenta el indefenso humano enfrentar segundo a segundo sus miedos, sean el paraíso que le brinda paz a su desquiciada alma, porque solo un ser trastornado y vacío podría afirmar que en aquellos estados inconscientes de la noche, conoce la felicidad que desconoce cuando en apariencia está despierto… eso pensaría cualquier persona que se hiciera llamar "normal", yo sin embargo vivo feliz cuando duermo, ya que al cerrar los ojos se lo que me espera, y contrario a la creencia popular, no se si pesadilla sea un término adecuado para describir lo que veo y siento en esas horas nocturnas robadas, como escuchar el canto de su voz mientras pronuncia mi nombre, sentir su mirada cálida y profunda sobre la mía, percibir el dulce aroma que produce su presencia mientras el viento sopla con fuerza en mi dirección, permitiéndome intoxicar mis sentidos con ese perfume con olor a rosas que baña su aliento y su gélida piel, ¿realmente Él existió?, ¿fue real todo aquello que viví los últimos meses?, ¿existen aquellos seres más hermosos que los ángeles que pinta Botticelli?, ¿poseen de verdad aquella voz aterciopelada, con un eco de campanillas que resuena en la distancia?... o quizás todo esto fue un sueño que soñé, el más hermoso que jamás he tenido realmente, sueño que en vida no se volverá realidad como sucede en los cuentos de hadas, ¿qué puede ofrecerle una insignificante humana a alguien tan extraordinario como Él?, nada, y aun así, extraordinario no abarca la cantidad de adjetivos que me gustaría señalar para describirlo con más exactitud, pero al menos es la más cercana que conozco, en el vocabulario humano no existe palabra que logre detallar semejante perfección… y mientras mi mente intenta lidiar con ese remolino de emociones, mi vista se dirige a mi muñeca derecha donde yace la mordida que me propinó James meses atrás, y mientras mi corazón se parte en varios pedazos una vez más al tiempo que me embarga este dolor asfixiante, sonrío al reconocer que Él existió, que no fue una mala jugada de mi corazón, el dolor y este agujero en mi pecho eran los regalos que inmerecidamente me había dejado tras su partida.

Diciembre…

Enero…

De nuevo este bosque oscuro y lúgubre, era la tumba donde alguien había sido asesinada atrozmente, podía percibir el olor a muerte en cada respiro, sentirla en cada laceración que hería la piel de mi rostro y mis manos mientras me abría paso entre la maleza, los pulmones comenzaban a arderme y mis pies jamás se movieron a la velocidad que necesitaba, ¿corría para salvar mi vida?, ¿acaso esta lluvia que nublaba mi visión, o el canto terrible del frío amenazador que golpeaba mi cuerpo, no eran pruebas suficientes de que necesitaba alejarme de este lugar?... pero no eran gotas de lluvia las que empañaban mis ojos y mucho menos un viento helado el que golpeara mi rostro… estaba decidida a alcanzar a aquel que me llevaba muchos pasos de ventaja, a ese ser deslumbrante que alcanzaba a distinguir en la lejanía, el cual irradiaba destellos rojos, amarillos, azules y un color del cual no conozco el nombre, cayendo en la cuenta que las gotas que empañaban mis ojos eran lágrimas que se habían agolpado una detrás de la otra sin atreverse jamás a resbalar a través de mis mejillas, y este viento helado, estos golpes que recibía una y otra vez en mi pecho, eran sus palabras que sabía en algún momento me diría, que cruelmente eran la realidad a la que habría de despertar tarde o temprano… mi mundo no es para ti… Bella, no quiero que me acompañes… no te quiero… ya me cansé de intentar ser lo que no soy, he permitido que esto llegara muy lejos y lo lamento mucho… no me convienes Bella… ¿acaso esto no demostraba que clínicamente estaba trastornada?, ¿¡por qué de que otra manera me puedo llamar a mi misma si disfruto soñar esta pesadilla recurrente, la cual me trae una y otra vez un dolor inimaginablemente insoportable, pero que al mismo tiempo me lleva a aquella felicidad que alguna vez fue mía por error?, estaba loca, enferma… desquiciadamente enamorada de mi asesino

Febrero…

¿Por qué en esta noche helada y lluviosa de Forks no me acosa la hermosa pesadilla que me trae como regalo ver su rostro sublime y perfecto, o escuchar su voz aterciopelada y suave?, ¿qué era esta calidez a la cual ansiaba encontrarle dueño a como de lugar?, ¿a quien pertenecía esa voz ronca y profunda, esa piel cobriza… esos ojos casi tan oscuros como el ónix, ese aroma dulce e intoxicante a madera y canela que embriagaba mis sentidos?, ¿por qué mis brazos se afianzaban con frenesí al cuello hirviente de esa persona a la cual no lograba darle rostro, pero que dentro de mi pecho sabía que era mi amor, mi todo?, ¿quiénes eran esas personas que poseían ojos rojos como la sangre?, ¿por qué me observaban con un deseo perturbador que tachaba en la locura mientras un bosque desconocido era el lugar donde se habría de llevar a cabo una batalla que marcaría la vida y muerte de las personas que permanecían formados detrás de nosotros como un ejercito infranqueable?, ¿qué podría tener yo, una insignificante humana, que pudieran ansiar Dioses hermosos como ellos?, ¿de donde nacía este olor a pino y roble?, ¿qué era esa mezcla de aromas que jamás había percibido con tanta nitidez y aun entre tanta confusión podía ubicar la procedencia de cada uno de ellos?, ¿de donde se originaba ese sonido parecido al golpeteo de un pájaro carpintero sobre la madera?, ¿o era música de rap?, pero mientras me hacía esas y muchas otras preguntas, mi cuerpo se flexionaba y se ponía en posición de lucha y defensa, sabía que pasara lo que pasara protegería a ese ser que yacía justo detrás de mi exactamente en la misma posición que yo, ya que de morir esa persona, sabía que en automático yo fallecería, era como intentar que un planeta continuara existiendo sin su sol, y al tiempo que me impulsaba sobre mis pies para defender lo que era mío, desvié por una fracción de segundo mi vista hacia el río bajo mis pies y vi a un ser de extraordinaria belleza, con una cortina negra y espesa contorneando su rostro pálido y hermoso, de facciones suaves y perfectas, con dos joyas doradas adornando sus ojos y unos labios carnosos, especialmente el inferior, que me parecieron extrañamente familiares, era una Diosa que había llegado a expiar todos nuestros pecados… en la lejanía pude escuchar el aullido claro de un lobo que hizo un eco profundo en la distancia, frente a mi, guardias encapuchados de pies a cabeza estaban dispuestos a atacar, después sangre, olor a muerte, gritos agónicos de dolor mientras a diestra y siniestra gente irreemplazable desaparecía… mucha gente iba a morir en esta batalla y no me importaba mientras pudiera proteger a la gente que amo, y mientras este sueño se tornaba aun más raro, me preguntaba quienes podrían ser esas personas por las cuales sabía lucharía hasta la muerte sin dudar, al tiempo que la realidad me jalaba viciosamente hacia ella alejándome de esta visión sin sentido.

Giré rápidamente mi rostro hacia atrás y 3 figuras envueltas por una densa sombra sobresalieron de entre la multitud, recorrí de alguna manera con mis ojos el cuerpo menudo de dos seres pequeños que yacían parados completamente inmóviles al lado de un hombre demasiado alto… 3 pares de estrellas resplandecían en la lejanía… una sensación nueva y diferente despertó en mi pecho inundando todo mi ser, era un amor tan grande hacia ellos que opacaba fácilmente aquel que cuando despertara se convertiría nuevamente en mi todo, ese calor que emanaba desde mi interior, no quemaba como aquel conocido fuego que devoraba todo a su paso, al contrario, este regeneraba lo que antes había sido destruido, se multiplicaba por si mismo hasta tomar dimensiones incalculables por cualquier vivo o muerto viviente y me daba las fuerzas necesarias para convertirme en un escudo o una maquina de pelea que tenía como objetivo aniquilar a aquellos que osaran dañar hasta con el pensamiento a los pilares de mi vida… no existían límites, solo un basto mundo de posibilidades enfocadas en un solo punto, salvaguardar a esos 3 seres que eran la razón por la que mi existencia entera tenía sentido.

En el preciso instante cuando todo lo que me rodeaba se desvanecía como humo, el sol se posó justo en el centro del cielo, y algunos rayos chocaron sobre mi piel, la cual irradiaba destellos incandescentes de varios colores, brillaba igual que un diamante… tan similar a la piel de aquella persona, que incluso en este sueño loco que poco a poco se esfuma, no puedo pronunciar su nombre.

Notas de la autora

¿que opinan?... dejen sus opiniones y tengan paciencia conmigo, en esta ocasión no tengo mi historia tan avanzada como la anterior pero espero apurarme y no tardar en actualizar. Besos y nos leemos pronto¡