Disclaimer: Todos los personajes son de George R.R. Martin

Esta historia va para Trici. Espero no decepcionarte, sea con la elección o con la historia en si. Disfruta estas viñetas sobre Vorian, Arthur y Edric Dayne!


Vorian Dayne, la Espada del Ocaso

Quitándose el sudor, alzó la vista, solo para mirar impotente como sus caballeros, los mejores de todo Dorne, eran masacrados bajo las lanzas de los Rhoynar.

Tal y como debería haber previsto el último Rey del Torrentino, Nymeria y Mors Martell no tenían rival en ninguno de los Reyes de Dorne. Sus huestes eran numerosas, y sus lanceros eran formidables, no había forma alguna en que el pequeño ejército de los Dayne les derrotara en combate abierto, pero sí que existía la posibilidad de vencer en combate singular tanto a Nymeria como a Mors. Al fin y al cabo, él era la Espada del Ocaso, portador de Albor y probablemente el Dayne más diestro con la espada que Dorne había visto hasta el momento.

Se abrió hueco entre las filas de los Rhoynar a golpe de espada, matando a todo aquél lo suficientemente necio como para interponerse en su camino.

"¡MARTELL!" gritó el Rey del Torrentino, apuntando con Albor a Mors, quien luchaba al lado de su esposa Nymeria.

"Dayne, pensaba que no llegarías nunca" le respondió el autodenominado Príncipe de Dorne. "De entre todos los Reyes que había en Dorne, eres a quien más he respetado desde el inicio. No hagas esto más difícil de lo que ya es, ríndete y tus hijos y tu casa vivirán otro día"

"Rendirse no es una opción para el portador de Albor" respondió Vorian con contundencia. "Terminemos esto a la vieja usanza Mors, tu contra mí. Si ganas, Campoestrella te jurará fidelidad a ti y a tu esposa, pero si gano yo, devolverás a estos salvajes al mar del que han venido y renunciarás a tus pretensiones de gobernar todo Dorne."

Mors se giró hacia su esposa brevemente, antes de apuntar con su lanza al Rey Dayne.

"No quiero matarte Vorian, pero así sea."

Sin dar tiempo a más palabras, Mors cargó contra Vorian, que desvió su golpe con facilidad antes de contraatacar con una rápida serie de estocadas, poniendo al señor de Lanza del Sol a la defensiva.

Mors había sido siempre un buen luchador, pero él destacaba por ser un político más hábil que cualquier otro de la región, y poco a poco el duelo se fue decantando más a favor de Vorian, cuya habilidad con la espada era tal que la mismísima Nymeria observaba, con la boca abierta, la mortal danza que tenían su señor esposo y el Rey del Torrentino. Pese al cansancio al haber luchado desde el inicio de la batalla, Vorian consiguió desarmar a Mors, antes de hacerle caer al suelo. Albor se alzó, lista para terminar el duelo, cuando el Señor de Campoestrella la dejó caer entre quejidos de dolor, arrodillándose delante del Martell, quien ahora se incorporaba, confuso.

Fue entonces cuando vio la lanza atravesando el muslo del Dayne, y a Nymeria sosteniéndola por el otro lado.

"¡¿Qué has hecho Nymeria, te has vuelto loca?!" gritó Mors. "No hay honor en esto. Esto va contra nuestras costumbres."

"Pero no contra las mías esposo" respondió Nymeria con celeridad. "No iba a dejarte morir por tu honor. Nuestros mejores sanadores atenderán a sus heridas y se irá al Muro junto a los otros Reyes, y tu gobernarás todo Dorne a mi lado como juramos en nuestra noche de bodas"

La Rhoynar dejó la lanza, y se agachó a por Albor, sin embargo, Vorian aun tenía fuerza suficiente como para evitarlo, así que no dudo en agarrarla de la muñeca antes de que pudiera alzar la espada del suelo.

"Albor pertenece a la casa Dayne. Tendrás que matarnos a todos antes de quedártela" dijo el señor de Campoestrella, mirándola fijamente a los ojos.

"Si tus hijos son la mitad de diestros con la espada de lo que eres tú, no puedo permitirme matarlos. Son demasiado valiosos para Dorne. Albor será devuelta a tu hijo Davos" dijo Nymeria agachando la cabeza. Vorian entendió entonces que su hijo mayor, Ulryck, había muerto en batalla.

El ejército de los Dayne se rindió entonces, y Ser Davos pasó a ser conocido como Lord Davos Dayne, señor de Campoestrella, aunque tardaría aún algunos años en ser merecedor de portar Albor en batalla.