Hola! Primero que nada, muchas gracias a todos los que han dejado sus comentarios en mis anteriores Fics, ¡que gusto que mis historias sean de su agrado! También vi muchos favs, y algunos follows, igualmente gracias a todos. Espero que también ustedes que siguen y gustan de mis historias me dejen un comentario y me digan que tal voy, para seguir mejorando. Ahora sí, esta vez me decidí por hacer un fic más largo, no sé cuántos caps me lleve pero no creo que sean demasiados, ojalá les guste tanto o más que los anteriores.
Advertencias: algunas malas palabras y escenas 18+, tal vez algo de Ooc, aunque sin mucha intención de ello. Parejas múltiples, y claro, ¡Kacchako! Ah sí, también algo de Deku/Ochako… por la temática pícara del fic probablemente veamos a los personajes un poco fuera de su foco habitual, pero trataré de mantenerlos lo más fieles posible a su personalidad. Aun así y ya advertidos espero sea de su agrado.
Ojo por ojo… Diente por diente.
Capitulo I.- Accidente y Venganza
Era más de medio día y a estaban agotadas. Habían tenido una mañana muy activa con los ejercicios de práctica que les pusieron y además eso de los trabajos las tenía muertas. El grupo de amigas por fin terminó y Aizawa-sensei finalmente les concedió un poco de descanso, no así a los muchachos que por una pequeña riña estaban castigados y debían dar todavía algunas vueltas más al campo de prácticas. Las jóvenes heroínas se fueron a cambiar sus ropas y luego volvieron al campo para ver si los chicos ya estaban por terminar, algunos ya lo habían logrado, pero otros como el pobre de Mineta seguían en la tarea.
Uraraka buscó con la mirada a cierto chico de cabellera verde y lo encontró jadeando con las manos en las rodillas unos veinte metros delante de ella. Parecía haber terminado porque se enderezó luego de recuperar el aliento y aceptó una botella de agua que Iida-kun le ofrecía. La chica gravedad sonrió contenta. Ver a Deku siempre la ponía de buen humor, bueno, todo lo que tuviera que ver con Deku, para ser precisos, la ponía de buen humor. Se quedó un momento mirándole y el chico se volvió un instante, se dio cuenta que la castaña le observaba y agitó la mano en señal de saludo, con esa despistada sonrisa que siempre tenía para ella. Uraraka dio un respingo y devolvió el gesto con la mano igual que él…
Deku siempre le provocaba eso. Se sentía feliz a su lado, era una motivación, le daban ganas de ser mejor, de sonreír, hacía saltar su corazón con esos momentos de valentía que a veces tenía. Era en verdad un chico lindo. La joven vio al peli verde aproximarse a ella y sonrió una vez más. El chico se secaba un poco la cara con una pequeña toalla que Tsuyu-chan iba repartiéndoles, cuando estuvo frente a ella saludó animado como siempre
-¡Uraraka-san!... qué bueno verte, pensé que ya habían ido a los dormitorios…
-oh, no… bueno, volvimos para ver que tal les fue… que mal que los castigaran. –dijo encogiéndose de hombros
-supongo… bueno, fue por culpa de Kacchan, ya sabes cómo es él… -dijo quitando importancia y le siguió contando cómo fue que Kacchan hizo enojar al profesor. Ella francamente no entendía como Deku y ese chico eran "amigos" o algo parecido, según el peli verde. Midoriya siempre era muy calmado y evitaba los conflictos, e incluso soportaba a menudo los malos humores de Bakugou. Y a decir de la chica él nunca había hablado mal del rubio ni dicho nada malo…
Bakugou Katsuki era un chico hosco, malhumorado, cortante, grosero y malhablado. Nada que ver con Deku que era lindo, cortés y amable con todo el mundo. Aun así, ella no podía evitar pensar de vez en cuando ¿qué sería estar cerca del rubio explosivo? Desde que lucharon en el festival de deportes ella se dio cuenta que el muchacho no era lo que todos pensaban, incluso ella misma. Si bien casi siempre era una patada en el trasero con medio mundo, también tenía sus momentos. Como cuando le ofreció retirarse durante la pelea, lo hizo porque no quería lastimarla. O cuando le mostró que la veía como su igual, como una chica fuerte. No bajar la guardia fue un gesto muy solidario. También supo que devolvió a Kirishima-kun el dinero de sus visores nocturnos que se dañaron cuando fueron a rescatarle de los villanos… así que en resumidas cuentas, Bakugou era algo poco común. Algo bueno debía de tener si personas como Kirishima-kun y Kaminari-kun eran sus amigos, ellos le tenían en alta estima, especialmente el pelirrojo… ¡pero con ese maldito carácter! No. Era un idiota, pensó recordando el por qué su pobre peli verde acabó castigado y con las piernas molidas de tanto correr…
-sí. Aunque fue un poco injusto de todos modos, él empezó…- recalcó la joven cruzando los brazos luego de oír toda la historia de Midoriya.
-bueno, tal vez Aizawa-sensei no estaba de humor hoy –sonrió un poco el chico de pecas. Ella no pudo evitar imitarle, como siempre Deku sacaba lo mejor de ella, olvidó un poco el enojo del castigo y siguió charlando con el muchacho un rato más, eso hasta que su profesor volvió y le pidió que llevara unas toallas limpias al vestidor de muchachos.
-¿puedes hacerlo?... –preguntó el maestro con su voz usual y calmada
-eh… si, supongo. Ummm… pero no está mal que yo entre al vestidor de chicos Sensei? –preguntó algo apenada la joven
-no creo, ya no debe haber nadie querida. Llevan como veinte minutos aquí, tortolos, los demás ya se fueron…-respondió con algo de picardía "Eraserhead" y los chicos dieron un respingo un poco colorados. Ciertamente sus compañeros ya se habían marchado sin decir nada y les dejaron conversando para no interrumpirles. –se lo diría a Midoriya pero All-Might lo está buscando así que solo me quedas tú…
-bueno, está bien, si usted dice que no hay problema –sonrió la chica gravedad cogiendo las toallas.
-entonces yo, ummm, mejor voy a buscar a All-Might –respondió Deku rascando su melena verde con nerviosismo.
Aizawa los vio irse y sonrió un poco.
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Uraraka hizo lo que le pidieron y llegó hasta el vestidor de chicos, entró fijándose de que no hubiera nadie y sonrió más tranquila. Uff que bueno, pensó dejando las toallas en el estante. Mas luego escuchó un ruido proveniente de las duchas, seguido de una maldición y luego pasos en dirección hacia los lockers. La muchacha tembló nerviosa y sin saber bien qué hacer. Con la puerta al otro lado y los pasos cada vez más cerca lo único que se le ocurrió fue abrir uno de los casilleros y meterse adentro. Respiró un poco aliviada y trató de hacer silencio. ¡Qué vergüenza! ¡Si la descubrían ahí sería la botana de las chicas el resto de su estancia en UA!...
Entonces escuchó los pasos cada vez más cerca hasta que la figura escultural de un muchacho alto, rubio de piel bronceada apareció delante de sus ojos. Uraraka Ochako abrió la boca y se cubrió con ambas manos para no gritar mientras sus mejillas se sonrojaban con violencia. ¡Pero qué barbaridad!
-Ba…Ba…-balbuceó la chica entre susurros- ¡Bakugou-kun!...
Bakugou Katsuki. Ese era ni más ni menos que el portento de hombre que tenía delante de sus ojos. El muchacho se hallaba cubierto de la cintura para abajo con una toalla solamente, con el cuerpo todo mojado y su cabello rubio cenizo medio pegado a su frente. Uraraka tragó saliva, fijándose en los perfectos pectorales del joven explosivo, como tallados a mano, húmedos aun por el agua y ese vientre de lavadero… donde con gusto ella tallaría su ropa sin dudarlo, y tal vez algo más... ¡Madre mía! ¿En qué rayos estaba pensando?... siguió mirando embelesada. Sus hombros anchos, fuertes, unos brazos bien trabajados… ¿hacía calor ahí? ¿O era solo ese pedazo de hombre que la había puesto a sudar?...
Le observó coger una de las toallas del estante y secar su alborotado cabello mientras se daba la vuelta, la chica todavía sonrojada cerró los ojos apretándolos con fuerza.
-"¡pero qué estoy haciendo! ¡No debería mirar! ¡Claro que no!" –se dijo mentalmente mientras hacía acopio de voluntad y moral para no abrir los ojos una vez más. Sentía su corazón golpear como un tambor de orquesta y rogaba a todos los santos que él no notara su presencia.
Sin poder evitarlo volvió a abrir los ojos solo para encontrar que el muchacho ya había secado su cabello ¡y se había quitado la toalla de abajo! ¡OH…. POR… DIOS…! ¡Oh por dios, oh por dios, oh por dios! ¡Gracias al cielo él seguía de espaldas! Uraraka volvió a cubrirse la boca para no gritar y por la inercia se echó hacia atrás, golpeándose ligeramente con el fondo del locker. Bakugou dio un respingo y se echó la toalla al hombro.
-¡eh! ¿Quién demonios está ahí? –espetó con gesto irritado el rubio explosivo mientras la chica gravedad se tensaba en su lugar y jadeaba. El chico caminó un par de pasos hacia la derecha y salió de su campo de visión. Seguro fue a revisar atrás en las duchas, luego regresó rascando su despeinada cabellera y algo confuso. Abrió un par de casilleros al azar, y Uraraka tembló de pensar que podría encontrarla, finalmente Bakugou desistió y se sentó en la banca de madera que había en el centro del pasillo, en medio de los lockers…
-qué raro…sé que oí algo…-murmuró. Luego echó un suspiro y se volvió a levantar, dejando a la joven intrusa escondida en el casillero una perfecta visión de su espalda y ese perfecto y firme trasero, ¡con unos jeans ajustados estaba para infartarse! ¡uff! Con gusto le daría un par de nalgadas… ¡dios! ¡En qué estaba pensando! ¡Era una pervertida! NO. Claro que no, era una víctima. ¿Cómo no iba a pensar cosas así con semejante hombre en frente?
-oh dios…-murmuró la muchacha mordiéndose las uñas. ¡Ya estaba ahí! Mirar un poco no mataría a nadie. Con las mejillas todas rojas se permitió observar mejor ese espectáculo que de otro modo hubiera sido imposible apreciar, -o impensable más bien- Bakugou-kun sí que estaba de buen ver. Su piel de bronce, su cuerpo atlético, que parecía esculpido por los dioses, su rostro angular y atractivo –lástima que siempre tuviera esa cara de espanta muertos- sus ojos también eran algo espacial, rojizos como el crepúsculo en sus últimos momentos, afilados, con esa expresión de fiereza y determinación que te hacían temblar cuando los fijaba en ti. Claro que tenía mal carácter y todo pero… ¡estaba que se caía de bueno!...
Le vio abrir su casillero y sacar por fin su ropa. El chico se puso los boxers –unos ajustados en color negro con naranja- luego volteó una vez más tirando la toalla al suelo. Uraraka de nuevo lo tuvo de frente, aunque ahora ya por lo menos tenía ropa interior. Gracias a dios porque "eso" era algo que no se sentía capaz de mirar todavía. Nunca había visto uno de "esos" pero prefería que el primero no fuera precisamente el de Katsuki Bakugou. Y… y ¡tampoco tenía ganas de verlo, caray!
El muchacho miraba a todos lados con inquietud. Sus afilados ojos escudriñaban el lugar cual si fuera un escáner pero no, no daba con nada. Revisó las duchas, y algunos de los casilleros… pero nada. ¿Será que se estaba volviendo loco? ¿O solo estaba muy presionado? Su instinto le decía que estaba siendo observado. ¿Quién sería el desafortunado que estaba violando su espacio personal? Desafortunado porque, si lo encontraba seguramente le haría ver su suerte. Y aunque puso atención a cada ruido y todo… al final no halló a nadie. Luego pensó en los lockers. ¿Habría alguien ahí? Quién cabria en un espacio tan pequeño. Alguien como Mineta nada más, pero seguramente el espiaría a las chicas, no a él… así que lo descartó. Bueno, Deku tal vez podría. Pero también lo descartó. Hasta donde vio el nerd ese estaba platicando con Uraraka, y seguro ahí se iba a quedar el muy zoquete. Esa tía lo tenía loco. Y tampoco entendía qué le veía ella al pedazo de idiota de Midoriya. La idea de verlos juntos… como que le molestaba un poco… pero tampoco era algo que le quitara el sueño. Bakugou siguió mirando el vestidor y suspiró resignadamente.
-carajo… -fue todo lo que dijo.
Uraraka sonrió un poquito ante esa última visión que tuvo. El chico se frotaba el cuello con un ligero rubor en las mejillas. Era casi invisible pero ahí estaba. Luego cogió el resto de su ropa y se la puso. Antes de salir del vestidor y apagar la luz dio un último vistazo y por fin se fue. Ella esperó un par de segundos para ver si no regresaba y por fin salió de su escondite.
-¡Santo dios!...-exclamó al fin libre y se sentó un momento en la banca. Eso sí fue toda una aventura. Y además lo que vio… ¡oh, lo que había visto! Sonrió con las mejillas rojas mientras con la mano se abanicaba un poco… fue algo bochornoso, pero ¡qué hombre, dios mío!...
Luego salió del vestidor de chicos a prisa… ignorando que cierto rubio cenizo se había quedado en el pasillo muy cerca de los vestidores. Bakugou vio salir a la castaña y los colores se le subieron al rostro. Menos mal y estaba solo. ¡Y pensar que lo había "visto todo"! claro, ella sí que cabía en un locker, meditó todavía sorprendido de que ella hiciera algo semejante.
-¡esa pequeña enana pervertida…! –murmuró con los dientes apretados y el puño cerrado. Todavía estaba con las mejillas rojas pensando en que Uraraka le vio como dios lo trajo al mundo, ¡ni a su madre le permitía tal cosa, joder! Luego ladeó una sonrisita maliciosa. Rezaba un viejo y sabio dicho algo así: "ojo por ojo, y diente por diente"
Con las manos en los bolsillos se fue por el corredor listo para ejecutar su venganza…
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Por la noche todos se hallaban en la sala común preparando algo de cenar. Como en el dormitorio el piso de abajo era el único que compartían juntos, chicos y chicas estaban presentes. La mayoría hablando de temas triviales o de lo que venía para el día siguiente, salvo cierta chica castaña que estuvo en las nubes toda la tarde. Involuntariamente pensando en Bakugou Katsuki, por supuesto. Bueno, después de semejante impacto algo como eso no se olvidaba así nada más… sobre todo porque estuvo topándose con él a cada rato… en los pasillos, en la cocina, ¡bueno hasta en el elevador! Era como si dios, o el diablo –si, tal vez el diablo- no quisiera que olvidara todo lo que había visto…
-Ochako-chan ¿te encuentras bien? –llamó Tsuyu mirando con esos enormes y curiosos ojos a la joven
-¿huh?... oh, si… -sonrió despistada la castaña- ¿pasa algo Tsuyu-chan?...
-pues, es que como que no has dicho nada en un rato, por eso pensamos que te pasaba algo malo. ¿Tienes algún problema?
Uraraka salió de su ensimismamiento y se dio cuenta que el resto de sus amigas le miraban consternadas en los sofás. Ciertamente debió pasar un buen rato sin decir nada. No había tocado su postre y el té ya estaba frío. La chica se encogió de hombros apenada.
-perdonen muchachas. No es nada…-terminó con una sonrisa
-¡segurito estabas pensando en Midoriya! –exclamó Ashido con sonrisa pícara
-¿EEEH?... ¡claro que no!...
-¡SI, claro que sí! –chilló la chica de piel rosa muerta de risa- ¡si estás toda colorada! Nee, nee… ¿te gusta mucho?
-¿ya se besaron? –continuó Hagakure con el juego. Uraraka se puso nerviosa. ¿Y todo ese interrogatorio? ¿Por qué tan de repente todas se interesaban en su vida personal? Bueno, aunque si bien Deku le gustaba mucho, ciertamente Bakugou también le había movido el suelo. Y cómo no luego de verlo… tan de cerca. De solo pensarlo sus mejillas volvieron a enrojecer de vergüenza, y algo más…
-¡Chicas! Ya tranquilas… -exclamó la joven toda abochornada- no, no nos besamos ni nada, ni siquiera es mi novio… es más ¡ni siquiera me gusta! Es mi amigo…
-¡mientes con todos los dientes!... –continuó jugando la chica invisible, a lo que las demás rieron de buena gana. Uraraka suspiró resignada, mirando de reojo en la cocina a los muchachos. Deku platicaba con Tokoyami-kun e Iida ajeno al relajo que ellas estaban armando. Por fortuna. Luego arrastró la mirada hasta la mesa en el rincón, donde tres chicos estaban sentados cenando. Bakugou y compañía, que mientras Kaminari-kun comentaba alguna tontería Kirishima-kun reía divertido al tiempo que devoraba su platillo, y él como siempre, el ceño fruncido y ese gesto irritado que nunca dejaba su rostro. Echado hacia atrás en el respaldo de su silla mirando el techo con detenimiento, como si pensara.
-a todo esto…-interrumpió Jirou la animada charla - ¿por qué tanto ajetreo con los muchachos? Ya párenle.
-claro, tu no dices nada porque no quieres que Kaminari-kun te oiga –respondió Ashido con un guiño
-¿yo? ¿Con ese bobo? – dijo Kyouka con las mejillas rosadas.
-¡y a Momo le gusta Todoroki-kun! –rió Hagakure, atrás el hijo de Endeavor que si alcanzó a escuchar la plática se tensó un poco y hasta se atragantó con su bocado.
-¡cla… claro que no! –Retó la pelinegra toda roja –y… ¡y tú con Ojiro-kun!...
-pues sí, ¿y qué? – Contestó, para sorpresa de todos, la chica invisible- a mí me gusta Ojiro-kun, no tiene nada de malo…
Uraraka, desconectada de todo, seguía mirando al rubio explosivo. Había cerrado los ojos un momento, luego los abrió y por el rabillo del ojo dirigió su vista a la castaña, ella se sobresaltó cuando Bakugou de repente sonrió de medio lado, incitante. ¿La miraba a ella?... oh sí, claro que sí. Nadie pareció darse cuenta, todos estaban demasiado metidos en sus asuntos y fue como si estuvieran solo ellos dos en alguna especie de burbuja apartados del resto del mundo. La chica gravedad sintió escalofríos y sus mejillas se encendieron en rojo. No pudiendo sostenerle la mirada desvió la cara de prisa y la sonrisa de Bakugou se hizo mucho más amplia y notoria.
Katsuki: 1 Ochako: 0
Luego de que lograran terminar con esa "charla incómoda" las muchachas siguieron en el sofá aunque ya cada quien en lo suyo, Uraraka y Tsuyu ayudaban a los chicos a recoger los platos de la cena y alguna charla sin sentido llenaba el silencio del lugar, hasta que en un punto se escuchó la voz de Bakugou, con un tema algo escalofriante…
-¿alguno de ustedes cree en fantasmas?...
Todos dejaron lo que hacían pues, era muy extraño que él quisiera decir algo o se dignara a convivir con ellos. Por lo general se mantenía apartado y salvo conocidas excepciones, Bakugou no hablaba casi con nadie… el rubio se incorporó en su silla con el gesto más serio que pudo poner y miró a todos sus compañeros. Algunos con una mueca o nerviosos, porque el tema no era mucho de su agrado… especialmente una joven Castaña con ojos de chocolate, que de repente lo miraban cual ciervo frente a las luces de un trailer…
-¿Fantasmas?...-inquirió Kirishima arqueando las cejas
-eso dije.
-esas son tonterías, los fantasmas no existen –apuntó Iida subiendo sus gafas con aire intelectual
-¿acaso viste un Fantasma Bakugou-kun? –Tsuyu se encogió un poco
-¿en serio Kacchan? –Midoriya se tensó un poco
-yo no dije que hubiera visto uno…-empezó el chico de las explosiones- pero…
Uraraka dio un respingo cuando vio que el muchacho ladeó un poco la cabeza y volvió a fijarse en ella un par de segundos antes de continuar con su relato. ¿Pero de qué iba hoy este niño? La joven no pudo decir nada y se limitó a escuchar al muchacho
-hoy cuando me quedé solo en los vestidores pasó algo muy extraño…-siguió él como si nada. Uraraka casi se va de espaldas ¡estaba hablando de ella! Por poco le daba una taquicardia.
-¿Qué cosa? ¡Yaaa dilo por dios! –chilló Mineta todo tembloroso. Perfecto ¡lo que faltaba! No solo tenían a la liga de villanos encima sino que ahora los asustaba un fantasma ¿algo más, vida? El pobre chiquillo temblaba como gelatina.
-escuché ruidos muy raros… parecía que hubiese alguien más ahí. Pero revisé los lockers y las duchas y no vi nada… además –dijo algo burlón mirando de reojo a la castaña- sentí como si me observaran…
-¡Hiiiiii! –exclamó sin poder evitarlo la muchacha dando tremendo respingo. Bakugou casi podía morir de risa, pero se contuvo y actuó muy normal. Aunque internamente estuviera riendo hasta cansarse.
Katsuki: 2 Ochako: 0
-¡Uraraka-san!... –Deku la sostuvo antes que se cayera y la muchacha agradeció infinitamente eso, le miró con esos ojos verdes y preocupados mientras la ayudaba a equilibrarse- ¿estás bien?... no sabía que te diesen miedo los fantasmas…
-mmmm… si, mucho…-dijo nerviosa la joven aferrándose al brazo de su héroe
-descuida, estoy seguro que no fue nada malo… pudo haber sido cualquier cosa no necesariamente un fantasma… ¿verdad kacchan? –musitaba el joven mientras dejaba a su amiga sentarse en la silla que él ocupaba antes
-supongo… yo no dije que fuera exactamente uno. Solo dije que hoy pasó algo raro en los vestidores. No sé por qué reacciona así ella…
Uraraka fijó su vista en el guapo rubio y vio esa sonrisita socarrona en sus labios. Entonces el mundo se le vino encima ¿acaso él lo sabía? ¡SI! ¡Por supuesto que sí! Sino por qué más haría algo como esto. Ese infame… luego el rubor tiñó sus mejillas. ¡Jesús! Él sabía que ella estaba ahí, seguramente también que lo vio sin ropa. Debía pensar que era una pervertida degenerada ¡qué vergüenza!
Bakugou se deleitaba con las expresiones de la chica. Pasó del nervio al horror, de ahí a la vergüenza y ahora le miraba con rabia y claro, las mejillas todas coloradas. La verdad se veía bastante adorable con esa expresión en el rostro, había que decirlo. Bueno, era una chica bonita, así que era normal. Sin embargo había un detalle, no sabía qué fue lo que pasó o cómo llegó Uraraka al locker en el que estuvo escondida pero, si sabía una cosa: Ella le vio sin ropa. Fue algo vergonzoso, tenía que admitir, y no pensaba dejarlo así. Por lo que la dejaría sufrir un rato, mucho rato, antes de ir y preguntarle ¿qué carajos hacía ella metida en el locker del vestidor de chicos?...
-ay, esas cosas de lo paranormal son pura tontería –dijo Hagakure sin más mientras bebía su té- no tengas miedo Ochako-chan…
-¡SI! Además seguro Midoriya-kun te cuidaría con gusto en la noche… ¿verdad?...-Ashido miró al muchacho de fuerza descomunal con una sonrisita insinuante y el pobre peli verde enrojeció hasta las orejas
-¡AHHH! Bueno…ummm… su-supongo…-empezó mientras jugaba con sus dedos.
-mejor dejamos ese tema de lado –apuntó Momo mirando el reloj en la pared- ya es tarde y hay clase mañana, yo ya me voy a dormir…
-¡yo También! –Uraraka de repente se paró como resorte de la silla- ¡Hagakure tiene razón! Eso es una tontería, mejor… mejor me voy ya a descansar…
La muchacha apuró el paso hacia las escaleras sin darle tiempo a nadie de preguntarle nada más, incluso Momo se sorprendió de verla actuar tan raro. Cuando pasó junto a Bakugou ella solo le miró de reojo y pudo ver esa media sonrisa tan arrogante tirando de los labios del apuesto rubio, sin poder evitarlo volvió a enrojecer
-"dulces sueños…" –Murmuró casi inaudiblemente el muchacho ampliando más esa sonrisita maquiavélica y en un tono bastante sugerente. Uraraka sintió u escalofrío correr por su espina y sin decir nada más corrió subiendo los escalones ante las miradas curiosas del resto de sus compañeros. Katsuki se encogió de hombros y volvió a sentarse para terminar su bebida.
-supongo que no le gustan los cuentos de horror…-dijo en tomo muy natural mientras se llevaba el vaso a los labios. Katsuki: 3 Ochako: 0
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Uraraka entró a su pieza y cerró la puerta con fuerza. Sus mejillas rojas por el bochorno la rabia y la vergüenza todo al mismo tiempo. Ese estúpido de Bakugou… seguramente se enteró de todo. ¿De qué modo? No tenía idea. Pero ahora se lo estaba cobrando, y muy caro. Lo peor del caso es que solo tenía dos opciones, o decir qué fue lo que pasó en los vestidores y quedar como una loca además de pervertida delante de toda la clase, o aguantarse todas las insinuaciones del rubio que sin duda era su forma de desquitarse de lo sucedido. Ok, él tenía un punto. Ella no debió estar ahí…
Pero no fue su culpa. Aizawa-sensei dijo que no habría nadie ¡fue un accidente! Quizás debió quedarse fuera del locker y esperar a que él le viera con las toallas, así le explicaba y la cosa quedaba ahí nada más, pero no. Se le ocurrió la "brillante" idea de ocultarse. Eso sí que era sospechoso… ahora Bakugou la estaría fastidiando hasta que le diera la gana.
-no puede ser…-gimió desesperada tirándose en su cama.
Suspiró y luego de calmarse un poco decidió que tratar de dormir era lo mejor que podía hacer. Tal vez las cosas estarían mejor por la mañana, a lo mejor Bakugou-kun lo olvidaría luego de haberse desquitado. Se cambió de ropa por sus pijamas de siempre y se arropó con las mantas abrazando su almohada. Sonrió un poquito pensando en cómo Deku la abrazó para sostenerla hace unos momentos. Ese chico era algo especial, lindo por donde lo viera, era amable, alegre, simpático, dedicado… sus mejillas se tintaron de rosa.
Luego sus pensamientos fueron algo más lejos. Deku también era un chico atlético, claro que su físico no era tan robusto como el de Bakugou pero sus brazos eran fuertes y su cuerpo también estaba marcado… pero bueno, Katsuki era alto y varonil, oh pero espera, Deku era Dulce y comprensivo…
-uh… ¿en qué estupideces estoy pensando?...-murmuró la chica gravedad suspirando hondamente. ¿Ahora los comparaba? Bueno, no tan así… solo que ambos eran muy diferentes. Lo que pasó le dejó las cosas muy en perspectiva. Estaba segura que ella sentía algo especial por el chico Midoriya, pero hoy se dio cuenta de una cosa: él no era el único hombre sobre la tierra. Asi que a partir de ahora ella debía tener en claro sus sentimientos y entender ¿Qué sentía realmente por Deku? ¿Era de verdad amor? ¿Era admiración o solo un capricho de niña chiquita? Por otro lado también resolvió otra cosa más. Bakugou ya se había divertido lo suficiente, si dejaba así las cosas ella no podría más peros, ahora que si pensaba seguir fastidiándola se defendería con mucho gusto.
-"si lo que quiere es guerra…" –murmuró bostezando la muchacha antes de amodorrarse en la cama nuevamente y dejar que el sueño le venciera por completo.
Espero que el primer capítulo les haya gustado. Como ven todo surgirá de este pequeño incidente entre la chica gravedad y el rubio explosivo. ¿Seguirá desquitándose Katsuki? Y Ochako se da cuenta que "hay muchos peces en el mar" (y claro, ver a Kacchan así hace cambiar de idea a cualquier chica ¿o no?) También hay otras parejas más y las veremos tener sus momentos, pero el fic es Kacchako principalmente. ¿Qué opinan? Tal vez hubo un poco de ooc en Bakugou pero traté de imaginar cómo sería él en una situación así, y esto fue lo que resultó.
Bueno eso es todo por ahora, Madame Despair se despide. Plus Ultra!
