-No es quien dice ser.
-No dice ser nadie. Ese es el problema. ¿A que quieres llegar, Bruce?
Oráculo se encontraba a solas en la sala de monitores de la torre Kord hablando en privado con Batman, sentando este frente a la computadora de la Batcueva.
-Sé que tú misma le hiciste pruebas médicas. Sé que no encontraste nada sobre su origen, pero sí de sus alteraciones genéticas. Pero me temo que dichas alteraciones te han ocultado algo más que estaba a simple vista.
-¿A que te refieres exactamente?
Batman permaneció en silencio durante unos instantes. Barbara sabía que no era debido a inseguridad, si no a sopesar si era el momento oportuno para decirle lo que quisiera decirle.
-Bruce...
-Independientemente de los problemas que pueda tener con su carácter, sus métodos, o su inestabilidad mental, le di la oportunidad de confesároslo cuando me sacó del laberinto. Veo que no lo ha hecho. Pero siendo tú la líder del equipo al que ahora pertenece, creo que lo más prudente sería informarte a ti, y que tú misma decidas que hacer con la información.
Oráculo se quitó las gafas, y se frotó los ojos. Los últimos días habían sido muy duros debido al asunto del Tribunal de los Búhos. Pero eso aplicaba para todos. Después de que el plan de Kaine y Bruce funcionara, encontraran a los titanes y a Dick, y se encargaran de los cabecillas, creía que los más sano para todos sería un descanso. Pero debido a la ola de saqueos que siguió, incluso Kaine estaba fuera columpiándose. No parecía tener mucho más que hacer. Así que no corría peligro de que escuchase lo que fuese a decirle.
Es cierto que les había sacado las castañas del fuego en varias ocasiones. Pero también que no sabían nada de él aparte de lo que le había contado a Helena, y que sus arranques de ira eran un problema grave. Si después de tanto tiempo, no había ganado la suficiente confianza para ser completamente sincero con ellas, debía tomar medidas el respecto.
-... ¿De que se trata?
-Algunas de sus peculiaridades genéticas y físicas son debido a su mutación por los poderes que posee, sí. Pero otra parte, no. Una vez me puse a separar e identificar las partes su mapeado genético comparándolo con muestras de otros varones de su edad, pude identificar y aislar las cadenas genéticas alteradas. Pero aún así, había algo muy distinto en la parte de su ADN que era normal. Algo que ya había visto antes.
-¿Donde?
-En Superboy.
-¿Qué? ¿Cómo tienes muestras de sangre de...? Olvídalo. Sé que contigo es una pregunta estúpida. ¿Pero que estás tratando de decir? ¿Qué Kaine es kryptoniano? ¿Qué es hijo de Lex Luthor? ¿Qué...?
Barbara se cubrió la boca con las manos cuando cayó en la realización de que se trataba.
Bruce no le respondió. Sabía que ya había caído en la cuenta ella misma.
-¿De quien?
-Ese es el problema. Podría ser que la persona de la que le clonaron puede llevar años o incluso décadas muerta, y tenían una muestra de su ADN guardada.
-¿Y entonces los poderes vienen de después?
-No. Los daños y alteraciones genéticas ya se encontraban en el sujeto original. Por eso no estoy completamente seguro de mi hipotesis. Porque siendo así, debería haber algún archivo histórico al respecto sobre un sujeto con habilidades similares. Pero no lo he encontrado. Al menos, no en medios digitales. Y no sé en que hemeroteca mirar.
-Yo sí. Gracias por todo, Bruce.
Cortó la conexión bruscamente. Estaba un poco angustiada por todo. Pero ahora comprendía en parte porque Kaine no quería hablar de su pasado. Ahora entendía a que se refería con aquello de que no le gustaba ser usado. Y más como amiga preocupada que como líder de un equipo, se preguntaba si Helena lo sabía.
Cazadora siempre había sido brutal. Aunque se hubiese ablandado con los años, tenía menos paciencia con los criminales que las demás. Bueno, excepto por Kaine. Pero hoy la notaba excepcionalmente agresiva, si aquel ladrón crucificado contra el muro por virotes de ballesta era muestra de algo.
-La ciudad se va por el sumidero en una noche, ¿y lo primero que piensas es en entrar a robar a una pobre anciana?-le repetía la Cazadora apuntándole con su ballesta a la frente y de cerca.
-N-no sabía quien era la dueña... Yo solo...
-¿Y crees que eso te excusa?
Cuando Canario Negro se aseguró de que la mujer se encontraba bien, agarró por el hombro a su amiga para obligarla a detenerse.
-Creo que ya te ha entendido.
-No está de mal asegurarse.-cerró un ojo para apuntar.
-Helena...-le susurró a un oído.
La Cazadora acabó bajando el arma fastidiada.
-Vale.
Arrancó los virotes de las manos del ladrón sin mimo ni cuidado, y le dejó caer al suelo.
-Cuando vayas al hospital, asegúrate de decirles porque te has hecho esto. O sabré que no lo has hecho, y vendré a buscarte. ¿Queda claro?
El hombre no le respondió. Solo salió corriendo.
Después de guardar su arma, se fijó en la mala cara que le ponía su amiga. La misma cara que solía ponerle cuando le parecía que se estaba excediendo.
-Solo le dejará una cicatriz.
-¿Qué te pasa esta noche, Helena? Hoy te noto más agresiva... de lo habitual.
-Estoy bien. No ocurre nada.-se dirigió a su motocicleta.
-Se que estas descolocada por todo lo que nos ha pasado últimamente. Todos en Gotham lo estamos. Es normal que tras verte atacada en nuestra base...
-No es por eso.
Se subió a la motocicleta. Cogió el casco, pero no llegó a ponérselo. Lo dejó apoyado sobre el manillar, repiqueteando con los dedos sobre el casco. Dinah la observó dándose cuenta de que fuese lo que fuese, era un asunto de carácter más personal. Y Helena no era de esas personas que hablaban de ello con facilidad. Tenía que ser muy cuidadosa en cuando a como introducir el tema si no quería que se marchase de inmediato. Así que decidió no presionarla demasiado.
-Puedes contármelo. Sea lo que sea. Sabes que no se lo diré a nadie. Ni siquiera a Babs si no quieres.
-¿Puedo ser totalmente sincera contigo?
-Helena...
-Está bien, está bien.-exhalo aire intentando relajarse.-¿Te han contado Zinda o Dove lo de que he estado acostándome con Kaine?
-No. Pero tampoco me sorprende mucho.-sonrió simplemente.-¿Porqué siempre dices que te van los chicos buenos y vas a por tíos como estos?
Cuando Helena le puso mala cara, alzó las manos como disculpándose.
-La cosa es... hemos empezado hace nada, y ni siquiera estoy segura de lo que somos. No sé si él quiere una relación duradera o se toma lo que tenemos como algo para ahogar la tensión. De hecho, no sé si él quiere una relación, pero piensa que yo no. A ninguno de los dos se nos da bien hablar de estas cosas. Especialmente a él. Solo sé de su vida lo que ya os he contado. Y anoche...
Se detuvo. La oyó maldecir por lo bajo. Dinah le colocó una mano en el hombro para hacerle saber que ella estaba ahí.
-¿Qué?
La miró a los ojos. Si no la conociera mejor, diría que estaba a punto de llorar.
-¿Cuándo estabas con Oliver, alguna vez le oíste musitar el nombre de otra mujer mientras dormía?
Julia Carpenter. Madame Webb.
Le envía a otra dimensión contra su voluntad, sin ninguna explicación más allá de que él debía ser el centro de la red de aquel universo, solo para abandonarle por completo. No volvió a oírla desde su primer día en Gotham. Y de repente se le aparece en un sueño. Si fuera solo un sueño, vale. No estaría tan malhumorado por ello. Pero fue una pesadilla. Una pesadilla que apenas recordaba. Solo sabía que algo malo le sucedía a Madame Webb.
Estaba cabreado. Como ella muriese, se iba a quedar allí atascado sin nadie que supiera que estaba allí. Aunque, por otra parte, ¿era eso tan malo? El motivo por el que intentó salir del país la primera vez fue por empezar de nuevo. Y era lo que había conseguido. Ahora tenía...
¿Qué tenía?
¿Amigos? No sabían nada de él. Por supuesto, eso era por su propia culpa. Pero ellos no hacían nada por remediarlo. La mitad del tiempo se encontraba discutiendo mientras estos le echaban la bronca por sus métodos. Especialmente Batman. Suerte que no le veía muy a menudo. ¿Eso se supone que era la amistad? Mejor que se la quedasen. Y Helena...
¿Y Helena que era...?
No habían tenido mucho tiempo de hablar sobre lo que eran exactamente. Quedaron en hacerlo después de terminar aquel asunto del Tribunal de los Búhos, pero se le echó encima como hacía siempre nada más entraron en su habitación. Hicieron el amor, y luego tuvo el sueño. No ha vuelto a verla desde que se marchó sin despertarla mientras anochecía. De echo, no volvió a cruzarse con ningún vigilante enmascarado de Gotham en toda la noche. Y fue por pura suerte, porque la ciudad estaba completamente alborotada por los saqueos, y no estaba de humor para nadie.
Se lanzó desde lo alto de aquel rascacielos y se dejó caer en picado mientras el viento le golpeaba la máscara. Pensó en como buscaba una nueva vida, una nueva oportunidad. Lejos del monstruo que fue. Pero por como le miraban, por como el mismo veía que se comportaba, no estaba seguro de poder dejar eso atrás. Pensó en Louise. Pensó en Helena. Acabaría partiéndole el cuello también a ella. Lo sabía. ¿Entonces porque seguía allí? ¿Porqué insistía cuando sabía que acabaría haciéndoles daño?
Justo antes de alcanzar el suelo, lanzó una de sus redes y se propulsó hacia el frente, deteniendo su caída de golpe.
Se moría de ganas de hacerle daño a alguien.
Access notó la hostilidad emanando de él. Sabía que no era de este universo. Y sabía que era el tipo que había matado la Reina Araña. Era la versión chunga de Spiderman. Así que no sabía como decirle lo de que tenía que mandarlo de vuelta a su universo después de tanto tiempo. Pero por su cercanía, había notado el rastro que emanaba de él. Un rastro que podía seguir a través de cualquiera de los dos universos, hasta la persona que le hubiera enviado allí.
Por favor, que no se tratase de Darkseid otra vez. La última vez tuvo suerte de que todo el espacio tiempo de los dos universos no se fuera al carajo. Bueno, mientras no haya viajes en el tiempo por en medio, siempre puede ir a buscar la ayuda de los Vengadores, los X-men, o la Liga de la Justicia. Los miembros que le conocen, claro está.
Tan pronto como abrió el portal, el conocimiento llegó a su cabeza. Madame Webb. Su responsabilidad es mantener también cierto tipo de equilibrio entre posibles futuros. Y creyó que para mantenerlo en este, debía enviar a un Spiderman propio. Lástima que no fuese tan sencillo.
-Mire, señorita Carpenter.-comenzó a hablar nada más cruzar el portal.-No sé que cree usted que está... Oh.
-Ah, visita inesperada.
Le sonaba de los periódicos más que de conocerlo. Solo sabía que técnicamente había matado a Spiderman, casi mata a la Pantera Negra, y que su rollo es cazar a los llamados héroes totémicos, sea lo que sea eso. Y ahora tenía a Madame Webb por el cuello.
-¿Otro saltador de universos?
-Um... Os veo ocupados. ¿Queréis que venga en otro momento?
No tenía pensado huir y dejar a aquella mujer a su suerte. Pero necesitaba ganar tiempo mientras pensaba a quien llamar. Tiempo que Madame Webb aprovechó para patear al tal Morlun en la cara y que la soltase. Bien. Era bueno saber que aún sabía patear culos de su época como Spiderwoman. Bueno, céntrate Axel.
La primera opción y más evidente es Spiderman. Ha luchado contra este tipo varias veces. Y... siempre ha salido mal parado. Muy mal parado.
-¡Muévete!
Tan distraído estaba que no vio venir ese armario hasta que Madame Webb le placó, y le lanzó por la ventana.
-¡Céntrate, Acces!-le gritó mientras hacía aterrizar a los dos gracilmente en el suelo.
-Espera. ¿Cómo sabes quien soy? Nadie debería ser capaz de...
-¡¿Crees que eso importa ahora?!
Echó la vista arriba, y le empujó, momentos antes de que Morlun aterrizara donde momentos antes se encontraban, a punto de aplastarlos.
-Ahora que lo pienso, tus habilidades son mucho más útiles para mi propósito que las suyas. -dijo Morlun, antes de ser pateado en la espalda por Julia Carpenter.
Céntrate, Acces. A ver, si Spiderman no puede ser, vas a necesitar a alguien más fuerte que él y más chungo, viendo lo peligroso que es este tío. Y mejor será, uno cuyos poderes no puedan ser robados. Spiderman, chungo, y sin poderes que robar.
-¡Deja tú fútil resistencia!-gritó Morlun antes de lanzarla contra la pared, haciéndola atravesarla.-Deberías estar orgullosa de tu fuerza, pero debes darte cuenta de que si Spiderman no puede vencerme, ¿qué te hace creer que tú tienes opción?
La agarró de la pierna, y la estampó contra el suelo repetidas veces. Cuando dejó de moverse, y se preparaba para extraer su fuerza vital, una ráfaga de disparos rebotaron en su espalda. Se dio la vuelta para encarar esta nueva amenaza, solo para que su mandíbula fuera hundida por una doble patada voladora, y acabara en la misma pared que Julia había atravesado. Tras ponerse de pie como si no hubiera sido nada, por fin pudo identificar a su atacante.
-Ah. El parásito.
-No sé que es lo que buscas aquí, amigo. Ni sé como he llegado yo. Pero si crees que el Agente Veneno va a estarse quieto mientras atacas a una antigua vengadora, no eres muy listo.
