Disclaimer: Absolutamente nada relacionado con Cyborg 009 me pertenece. Esto es un fanfic sin fines de lucro cuyo único propósito es el de hacer pasar un buen rato.


THE YAOI IS ONLY FOR WOMEN

Capitulo 1: La Historia De Amor Que Jamás Debió Leerse.

Era un domingo por la mañana y todos los cyborg se hallaban esparcidos dentro de la casa de playa del Dr. Gilmore.

En la sala, Pyunma y G. Junior se les veía vistiendo bermudas y camisetas, acostados boca abajo en el suelo, jugando animadamente KOF en el nuevo Play Station de Joe.

¡No es justo G. Junior!- dijo Pyunma de muy mal humor- Cuando te pregunte si ya antes habías jugado King of Fighters tu me contestaste que no-

Y al decir esto, el equipo de Ralf, Leona y Clark sufría por enésima vez una deshonrosa derrota a manos del equipo de King, Mai y Atena.

Yo te dije la verdad- respondió G. Junior esforzándose de no lucir muy feliz por mantener su record de victorias invictas.

Pyunma estaba comenzando a enojarse y más, cuando noto la apenas notable con lupa sonrisa de G. Junior

Pero si eres un experto en el juego- dijo Pyunma con un ligero aire de resentimiento.

"Y yo que pensaba enseñarle", pensó Pyunma al mismo tiempo.

Te repito, nunca antes había jugado KOF- menciono G. Junior un poco aturdido por la mirada acusante de Pyunma- Pero juego muy bien Street Fighters ¿Será por eso?-

Naa… ¿Tu lo crees?- respondió Pyunma con extremo sarcasmo.

Y luego de la pequeña charla, Pyunma desafío a G. Junior a que no le volvía a ganar.

En la cocina, Chan se esforzaba por preparar el almuerzo a buen tiempo.

Como el día anterior, Jet en afán de dejar de preparar sopas instantáneas cuando esta de regreso en el Bronx, había quedado muy formal con él de asistirle durante la preparación del almuerzo.

Tan bien lo convenció que Chan contando con otro par de manos en la cocina, no había hecho otra cosa más que alardearles a todos el delicioso magno banquete que iba a preparar esa mañana.

¿Cómo supone Jet aprender a cocinar, si se la pasa dormido todo el día?- dijo Chan tomando impulsivamente un enorme cuchillo.

Como estaba casi furioso, pues el trabajo estaba volviéndose demasiado para él, que Chan en vez de rebanar finamente los tomates, los apuñaleaba.

Los pedacitos de tomates, salían proyectados hacía todas partes, dejándole pequeñas manchas sobre su enorme nariz y no contento con eso, comenzó asesinar cebollas. Como era lógico el vapor de las cebollas lo haría llorar y justo en ese instante, Albert entro en la cocina.

¿Te puedo ayudar en algo?- pregunto Albert extrañado por la imagen que Chan reflejaba.

Un Chan sucio, lagrimoso y encabronado; que al oír a su amigo ofrecerle su ayuda, se lanza contra su cuello para agradecérselo. Albert como todo alemán cariñoso y gélido, se separó cuanto antes de él.

Te lo agradecería mucho. El trabajo se me vino encima y Jet jamás se presento para ayudarme como habíamos quedado- dijo Chan limpiándose las lágrimas provocadas por picar cebolla.

Era de esperarse, es un holgazán- comento Albert con su cotidiano desdén.

Si, no sé por que le creí. Estaría yo desesperado - menciono Chan extendiéndole a Albert un delantal.

Delantal que Albert vio con repugnancia. No estaba sucio y maloliente, sino que tenía un enorme conejo rosa en la parte más ancha y delicados olanes en los tirantes, lo que lo hacía demasiado femenino para su gusto.

Que desgraciado me siento- dijo Chan con pesadez luego que Albert de mala gana se acomodara el delantal- Como ya ni siquiera cuento con la ayuda de Great Britain o de Francoise, caí fácilmente en las garras del convenenciero de Jet. Por cierto que bien te queda el delantal de Francoise-

Albert sonrojado por sentirse humillado, se arrepentía de haber ofrecido su ayuda.

Quizás estén cansados de la cocina. Suele ser un lugar muy absorbente- menciono Albert rebanando cuidadosamente con su cuchillo láser un enorme repollo.

Mmm… Aunque cuando estuvieran aburridos de cocinar, siguen comiendo como de costumbre. Pienso que es otra cosa- comento Chan agitando alternadamente seis sartenes que tenía en el fuego- De hecho hace más de una hora los vi desde las escaleras platicando muy animadamente en el comedor y cuando me acerque a la mesa para pedirles ayuda, ya no estaban-

Como no le interesaba mucho lo que pudiera ocurrir en la casa, pues aunque solía visitarlos muy a menudo, la mayor parte del año lo vivía en Alemania, Albert no le dio más importancia de la que creía prudente.

Lo que dices no suena lógico, Francoise sólo habla cuando esta presente Joe- mencionó Albert con indiferencia sin despejar los ojos de la tabla de cortar.

Si también los hubieras visto pensarías distinto. Por que incluso, podría jurar que Francoise lucía sonrojada- dijo Chan tratando de no parecer un charlatán.

"¿Francoise sonrojada con Great Britain?", pensó Albert sorprendido por primera vez en el día.

Sin embargo, no estaba en su capacidad imaginarse un romance entre estos dos.

Seguramente 007 estaba molestando a 003 con otra de sus interpretaciones teatrales de Shakespeare, consiguió avergonzarla, ella decidió apartarse de su lado y él esta buscando a quien más fastidiar- menciono Albert jactancioso.

No lo creo, han estado muy sospechosos las últimas dos semanas- respondió Chan acariciándose el mentón.

Albert se detuvo en seco y dejo de rebanar el repollo para sostenerle la mirada a Chan.

¿No estarás imaginando cosas?- pregunto Albert finalmente.

Yo nunca me equivoco- contesto Chan con aire triunfante.

Dentro de una mugrienta habitación, Jet comenzó lentamente a despertar de su sueño. Se había desvelado tanto las últimas noches, por estar navegando en Internet que ahora lucía tremendas ojeras.

No era partidario de usar mucho una computadora pues rápidamente siempre terminaba aburriéndose. Pero después de haber encontrado aquel sitio en la red llamado French's Love, que desde los últimos quince días había publicado provocativas historias de amor, ya no podía conciliar el sueño tan fácil.

El tan solo leer una historia, agradaba tanto a Jet que le provocaba imaginarse una sensual y apasionada europea escribiendo aquellos relatos eróticos, que tan bien de su agrado habían caído y en el poco tiempo, convertido en una adicción.

Así que rápidamente se vistió y con muchas ganas de leer otra novela amorosa, silenciosamente se escabullo hasta el sótano. Pues, la computadora con la que el Dr. Gilmore hacía los chequeos mensuales a los Cyborg, tenía la conexión a Internet más rápida que la de su despacho.

Curiosamente ese mismo día y desde muy temprano, Joe se había quedado dormido sobre la camilla de chequeos, luego que el Dr. Gilmore verificará que su acelerador estuviera en óptimas condiciones. Por lo que no advirtió la invasión de Jet en el sótano.

Y Jet al notarlo profundamente dormido, no le dio importancia a la presencia de Joe.

Rápidamente encendió la computadora, se conecto a Internet y accedió al sitio web casi con desesperación.

Tenía pensado leer una historia muy corta para quedarse contento e irse a desayunar cuantos antes, cuando de pronto al abrirse por completo la página, Jet descubrió un nuevo link escrito con enormes letras rojas diciendo YAOI.

Nunca antes había aparecido este link… ¿Qué será yaoi?- pregunto Jet muy intrigado.

Por lo que se le hizo muy fácil darle clic y poner a leerse varios summaries.

¡No puede ser! Son todas historias de homosexuales…- murmuro Jet seriamente apenado.

Pero como el horror no era tan grande como su curiosidad, fácilmente dio otro clic para poder leer una historia.

El relato hablaba sobre un ardoroso triángulo amoroso. Un joven entusiasta de dieciocho años de edad, con cabello castaño, ojos marrón y nacionalidad japonesa llamado Joi, que tenía como novio a un antipático alemán doce años mayor que él, de cabello plateado y ojos azules de nombre Robert, que solía engañarlo con un malcriado jovenzuelo neyorkino de cabello rojizo parado en punta y ojos color café, nombrado Yet.

Y como si las semejanzas con la realidad fueran muy pocas, Jet se quedo petrificado y azul cuando leyó la detallada y escalofriante escena carnal de cama que Yet sostuvo con Robert.

A Chan le encantaría verte en la cocina en este justo momento- dijo Albert con sobrada frialdad.

Provocando que Jet saltara sobre su propio asiento, pues no lo había visto venir.

?Qué haces aquí!- grito Jet poniéndose de pie tan rápido que ni tiempo le dio de cerrar la página.

De repente a la mente se le vino una posibilidad escabrosa y comenzó a temer que Albert pudiera acercarse a él, lo suficiente para alcanzar a leer algo de lo que ya había leído. Por lo que no se movió ni un milímetro del monitor, aún cuando vio en Albert muy malas intenciones.

Ante tanta defensiva ofrecida por Jet, Albert se mostró desconfiado.

Chan me envió a despertarte y como no te halle en tu habitación, decidí buscarte- respondió Albert acercándose peligrosamente hacia donde estaba Jet.

Jet se esforzó por no hablar con la voz entrecortada y oírse muy tranquilo.

Por eso traes contigo una cubeta en la mano- menciono Jet cruzándose de brazos y lanzándole una mirada asesina a Albert para que cesara su malintencionado avance hacia él.

Albert sólo sonrió macabramente, deteniéndose a un paso de distancia de Jet.

Efectivamente, tus deducciones son ciertas y el cocinero la preparó especialmente para ti- dijo Albert dejando sobre el piso la enorme cubeta con agua que tenía hielitos flotando.

Al ver que Albert ya no tenía intenciones de echarle la cubeta encima y que se había quedado fijo en el suelo, Jet tomo más valor.

¡Pues dile que no me viste!- ordenó Jet evitando mirar fijamente a Albert.

Debido a que las escenas de lo que acababa de leer, estaban proyectándose con forma y sonido otra vez en su cabeza.

No soy tu mandadero- contesto Albert frunciendo el ceño.

De pronto la atención de Albert fue atraída por la computadora y desconcertado por que esta estuviera encendida, volteo a su alrededor tratando de descubrir algo sospechoso. Pero como lo único que pensó, que no estaba en su sitio era Jet, instintivamente Albert se le quedo mirando de forma penetrante.

Por parte de Jet, este comenzó a sentirse nervioso pues hasta ese instante nunca le había parecido atractiva la mirada desconfiada de Albert.

¡Demonios! Tengo cosas más importantes que hacer ¡No me quites más el tiempo!- dijo Jet revolviéndose en su lugar y recargando las manos en su cadera.

¿Cómo bloquearme la vista del monitor?- pregunto Albert muy confiado.

Ya que suponía que de ahí, provenía todo el nerviosismo de Jet. Mientras un electrizante escalofrío recorrió la espina dorsal de Jet, pues la acusación no podía ser más acertada.

De cualquier forma se mantuvo firme, por que aún cuando estuviera sintiéndose de lo más incomodo, no pensaba permitir que otro hombre y menos el crítico de Albert que pareciera todo le molesta, descubriera que él estaba leyendo relatos eróticos de amor entre hombres.

¿Tienes abierta una página pornográfica?- pregunto Albert con sequedad, mirándolo con absoluto repruebo.

¡No es algo que te importe!- respondió Jet muy molesto como si a golpes fuera a tirársele encima a Albert.

Sintiéndose triunfante, Albert ignoro a Jet, se dio media vuelta y dispuesto a marcharse, fue detenido abruptamente por las palabras mordaces de Jet.

¿Acaso tu no eres capaz de contemplar a una mujer desnuda, mojigato?- menciono Jet relamiéndose en una insolente sonrisa.

¡No digas tonterías!- respondió Albert dándole de nuevo la cara a Jet.

Sólo para conseguir ver como Jet le daba la espalda.

Si, si… Como digas-menciono Jet haciéndose el desentendido.

Pero ese comentario hirió hondamente la masculinidad de Albert que bastante había sufrido con el femenino delantal; tanto así, que cuando estaba a punto de ponerle una mano encima a Jet, ignoró todo a su alrededor.

¿Qué esta pasando?- pregunto Joe un poco aturdido desde la camilla.

E incorporándose lentamente se les quedo viendo a los dos hombres, que parecían enfrascados en una grotesca discusión.

No pueden dejar de reñir un instante. Me voy a dormir y están discutiendo, me despierto y lo mismo ¿No saben otra rutina?- menciono Joe bastante fastidiado.

E interrumpiéndolos comenzó a caminar lentamente hacia ellos.

Pero ninguno le presto atención, pues estaban más interesados en continuar haciéndose enojar.

Al menos debería darte vergüenza hacer de voyeurista, teniendo Joe dormido en la misma habitación- dijo Albert de forma muy ofensiva.

¿Vergüenza?... ¡Yo¡Vergüenza la que debería darle a Joe, por unírsenos vistiendo sólo unos calzoncillos!- respondió Jet cruzándose otra vez de brazos.

Simplemente haber leído ese relato, estaba desquiciándolo, pues jamás lo había intimidado un hombre medio vestido y nunca se había puesto tan nervioso estando los tres reunidos.

¡Oye! No te desquites conmigo, que el Dr. Gilmore no puede efectuar bien el chequeo si estoy completamente vestido- contestó Joe ofendido, dirigiéndose tranquilamente hasta la silla del escritorio.

De pronto, Jet recordó que había un asunto más importante que lidiarse con Albert y en ese justo momento, su reacción había sido demasiado tarde pues Joe había quedado de frente al monitor.

¿Qué haces?- pregunto Jet en tono rudo, sujetando rápidamente a Joe por los hombros.

Para inmediatamente, soltarlo asustado como si hubiera sostenido carbón en brasas, dejando perplejos a Joe y Albert.

Estoy recogiendo mi ropa- respondió Joe fingiendo mucha naturalidad.

En verdad su ropa estaba acomodada en la silla donde había estado sentado Jet.

Como es más que evidente que te incomoda verme así, voy a vestirme- menciono Joe mirando despectivamente a Jet.

Jet por su parte, presentía que las cosas podían empeorar.

A Jet lo pone nervioso ver a Joe casi desnudo- dijo Albert sádicamente.

¡Cállate Robert!- grito Jet a todo pulmón sin darse cuenta.

Un silencio moribundo se apodero del sótano, cuando los tres cyborgs se quedaron impresionados mirando entre si.

Ha enloquecido- menciono Albert con indiferencia- No recuerda quien soy-

Y levantando del piso la cubeta que había estado cargado, Albert comenzó a caminar hacia la salida del la habitación.

Después del almuerzo, le diremos al Dr. Gilmore que adelante tu chequeo mensual, estas necesitándolo- comento Joe un poco intranquilo.

Dicho eso, Joe rápidamente se vistió y también abandono el sótano.

Quedándose completamente solo, Jet sintió deseos de partirse con un rayo, pues había confundido a Albert con el Robert del relato erótico que había leído.

Soy un imbécil- murmuro Jet cabizbajo.

Apagando enseguida la computadora y olvidándose de borrar el historial, Jet se dirigió al comedor.

Continuará…