El BRILLO DE TU MIRAR

Capítulo 1: "Quiero que poses para mí…" La nueva alumna.

PARTE I: "Quiero que poses para mí…"

Cerró la puerta… Observó como la niña de cabello azabache largo estaba recostada con ambas manos del vidrio, no tendría mas de once años y una gran sonrisa dibujaba su rostro, se comenzó a acercar lentamente a ella, la niña aún no se había dado cuenta de su presencia pero observó como su expresión cambió de pronto a una de incomprensión y fruncía el ceño… lo que pasó después fue muy rápido… observó como el vidrio explotaba y la niña salía despedida por los aires… junto a una gran luz segadora… personas le tomaron de la mano y lo jalaron fuera del lugar, mientras gritos comenzaban a escucharse a su alrededor… ¿Qué pasó con su padre? vio por encima de su hombro a la niña acostada en el suelo inconciente mientras le iban alejando y unos sujetos le interpusieron la visión a ella… un sentimiento de miedo le inundó…

…….

A pesar del hermoso día que estaba haciendo afuera de aquel sofocante salón, él continuaba agarrando su pincel con fuerza y mezclaba los colores en la paleta (Donde los pintores mezclan la pintura) tenía el seño ligeramente fruncido mientras sus ojos amarillos estaban clavados en el lienzo y su mano no dejaba de moverse pintando aquí y retocando allá…

"No está bien" pensó mientras una gota de sudor resbalaba por su cien y corría por su mejilla, se pasó la mano bruscamente para quitarse el sudor haciendo que se manchara la mejilla con la pintura… "Demonios… ¿pero por que no puedo hacerlo?" lanzó el pincel a un lado furioso, había repetido la misma pintura unas tres veces… nunca le había costado tanto trabajo… pero esta vez…

Le dio una patada a la butaca que tenía frente a él y lanzó el lienzo al suelo haciendo un gran escándalo, luego se recostó a la pared respirando entrecortadamente se sentó en el suelo y observó su estudio…

Era muy amplio y se encontraba oscuro a excepción de la brillante luz que entraba por la ventana y alumbraba la parte en donde pintaba… la pintura estaba dispersa por el suelo muchas de ellas derramadas… observó el lienzo que estaba a su lado… lo tomó y fijó su mirada una vez más en su pintura…

Se había decidido por un paisaje del parque que le había gustado desde niño… en el fondo se podía observar unos cerezos con flores de Sakura… un lago, lanchas… y la imagen de lo que parecía ser una mujer pero sin rostro alguno… que llevaba una sombrilla… pero… no tenía idea de a quién dibujar…

Hace unos dos años que se había dedicado a pintar con tonos fríos y sin vida… se había vuelto famoso por mostrar el lado frío de las cosas en donde mostraba su propia visión de la vida ¿Por qué se había dedicado a esos dibujos? Simplemente por que le había perdido el sentido a la vida… ya no sabía por que estaba en ese lugar… hace tres años había pintado cuadros espectaculares en donde mostraban un paisaje hermoso, brillante y colorido, había pensado que todo era perfecto hasta que… de un momento a otro se dio cuenta de que nada lo era… había abierto los ojos y comprendido que nadie es bueno… que todos tenemos maldad en el interior que nadie puede ser fiel y que somos capaces de hacer lo que no queremos solo por miedo…

Y ahora se encontraba ahí tratando de impregnar en aquel lienzo algo que él no creía, que él no sentía y se estaba tratando de convencer solo por que la profesora le había pedido que pintara algo que representara la primavera de Japón… pero pidiéndole que viera el lado bueno… no lo malo… algo que era imposible de hacer para él, ya que su alma se encontraba vacía durante esos dos años…

Pero debía hacer algo… debía mentir, fingir en aquella pintura algo que no sentía… pero por mas que trataba de convencerse así mismo de que la vida puede ser colorida imitando los colores que presentaban las flores de la primavera aún así esa pintura no lograba transmitirle nada, no estaba bien… era un día brillante sin asomos de nubes, eso es lo que debería pintar… se levantó del suelo y se acercó a la ventana observó a través de la fina cortina el hermoso paisaje, la ventana de su cuarto tenía una vista preciosa del patio de la universidad… se encontraba en el segundo piso y podía observar una pareja sentada en el césped besándose… "Mujer estúpida, no se da cuenta que ese chico le está engañando con su amiga" pensó frunciendo el ceño. Había visto a ese chico jurarle amor eterno a ella y luego irse hace unos días con una de sus amigas…

Tenía una nueva visión de la vida, el amor eterno no existe, lo único que es cierto es la atracción entre un hombre y una mujer y el deseo… el amor… esa palabra tonta que ya no significaba nada para él desde hace dos años, era una estupidez inventado por aquellas personas que no veían la realidad de la vida… como lo era él hace dos años…

Observó a unas muchachas recostadas en el césped disfrutando de la sombra de un gran árbol frente al lago… "Podría ver si alguna de esas chicas tienen la imagen que necesito, aunque lo dudo" pensó.

Escuchó unos suaves golpecitos en la puerta…

-Adelante – dijo sin prestarle mucha atención aún veía por la ventana.

La puerta se abrió y escuchó una voz muy conocida:

-Inuyasha, la profesora Midoriko quiere verte en… - la voz se paró repentinamente. El joven se volteó a mirar a la mujer de cabello largo atado en una cola de caballo que había entrado esta se había quedado bastante impresionada viendo a su alrededor… - ¿Qué tornado pasó por aquí? – preguntó observando cada detalle del estudio… - No te parece que deberías hacerle una buena limpieza a…

-¿Y decías que…? – le interrumpió el chico con la clara intención de que se callara y fuera directo al punto… a la muchacha se le asomó una pequeña vena en la cien…

-La profesora midoriko quiere que vayas al salón de diseño por que necesita hablar… - volvió a decir la mujer un poco resignada por que ya conocía muy bien la falta de educación que tenía el muchacho pero aún así no se acostumbraba a sus palabras tan cortantes.

-Está bien… - respondió Inuyasha – cierras la puerta cuando salgas ¿oíste? Ah… - se detuvo al pasar a su lado – si te molesta tanto ver Mi habitación así, puedes limpiarla… - se fue dejando a la mujer muy ofendida mientras apretaba sus puños.

"¡Hay ese chico era tan…¡Ni pensar que Inuyasha fuera el muchacho más popular de la institución, sinceramente los que dicen eso es por que NO LE HAN TRATADO¡ES INSOPORTABLE!"

Cerró la puerta de un golpe…

Inuyasha caminaba despreocupadamente por el pasillo con esa aptitud de "No me importa nada" que le caracterizaba y su forma de comportarse tan seria e intelectual que volvía locas a todas las chicas… su cabello azabache un poco más debajo de los hombros pero atado en una cola de caballo con algunos mechones rebeldes que caían en su cara… la vestimenta negra que le caracterizaba y le daba un toque de hombre misterioso y rebelde, siempre mostrando alguna mancha de pintura (al igual que en su rostro) que decía que había estado trabajando en sus cuadros…

Más de una muchacha no podía evitar observarle embobada cuando pasaba por su lado… en realidad era el chico más popular y cotizado de la institución "Yaheyi" por todas las chicas que deseaban ser aquella que descubriera el lado amable y dulce de él… o utilizaban todos sus encantos para al menos llamar la atención del muchacho, pero esto nunca funcionaba ya que Inuyasha siempre tenía sus ojos amarillos fijos en un solo punto y pareciera que nunca le prestara atención a lo que pasara a su alrededor… había obtenido una fama de persona arrogante y solitaria que no tenía amigos en la institución. Aunque desde el momento en que entró a ese lugar había tenido éxito en las ventas por su forma de pintar y aunque casi todo el Japón, o por lo menos pintor le conocía y admiraba y por supuesto que hacían todo lo posible para entablar una amistad o al menos una conversación con él…nunca había demostrado el menor interés por hablar con alguien.

Pero no se le podía negar y él mismo lo sabía que tenía a todas las chicas locas por su físico, era una persona muy atractiva que le encantaba (A parte de pintar) jugar básquet en sus tiempos libres… se le había conocido solo una relación seria hace unos dos años, con una joven modelo pero de un momento a otro habían terminado y la actitud del joven cambió drásticamente, ahora no tenía ninguna relación seria… aún así algunas veces buscaba (o más bien cualquier chica se le ofrecía) para pasar una noche con él… y casi todas deseaban ser la siguiente casi todas conocían las reglas para con él… "una noche de placer y no te vuelvo a ver"… y a ellas no les importaba no pasar las cosas a mayores… eso era lo que él había aprendido, las personas (e incluso las mujeres) no eran de fiar ni tampoco para tener una relación fuerte…

Alguien tropezó con él… se sorprendió al notar que se trataba de una jovencita que tenía la cabeza agachada y ni siquiera le había mirado… solo ofreció un:

-Disculpe… - en una voz baja y tímida mientras seguía su camino… giró su mirada para ver a la muchacha que ahora bajaba unos escalones con cuidado como si estuviera pensando el dar otro paso, observó el cabello largo y negro y notó que llevaba un perro que parecía guiarle…

"Este era una institución no una perrera" pensó el muchacho de mal humor mientras seguía su camino "No deberían aceptar animales"

Abrió la puerta del salón y se encontró con una mujer que estaba limpiando el pizarrón llevaba el cabello atado en una pinza y un vestido floreado…

-¿Quería hablar conmigo profesora? – preguntó el joven entrando al salón sin esperar una invitación.

-Si, por supuesto Inuyasha te esperaba – contestó la mujer dándole la cara… era una mujer muy bella de ojos azules que le sonrió - ¿Trabajando en la pintura? – preguntó tranquilamente mientras dejaba el borrador en una gaveta del escritorio. Inuyasha asintió – No se por que te preocupas tanto si esa pintura es para dentro de unas tres semanas…

-Me gusta hacer un buen trabajo… - respondió Inuyasha sin darle mayor importancia "¿le llamaba para preguntarle sobre la pintura?"

-Te preguntarás Por qué te llamé – dijo casi leyendo los pensamientos del muchacho – pues te llamé por que estoy preocupada por ti Inuyasha…

"¿Otra vez va a ir con lo mismo?" pensó Inuyasha algo arto volviendo sus ojos por que ya habían tenido esa conversación varias veces… en donde ella le decía que le preocupaban como había cambiado su forma de pintar… que se estaba aislando de las personas…

-Pero no es para decirte lo que ya sabes… es para decirte que los directivos hemos hablado que deberías tomarte unas vacaciones… - explicó. El muchacho le miró sin comprender – Has estado trabajando mucho en tus pinturas Inuyasha y no te has tomado nada de descanso últimamente… ya van dos años, y veo que pediste de nuevo quedarte en vacaciones aquí ¿Qué no piensas tomarte un descanso?… hay muchos chicos que no van a su hogar por que están retrasados en alguna materia y toman cursos pero tú… Inuyasha más bien diría que te esfuerzas mucho y vas demasiado bien, eres el mejor en la institución… ya te has vuelto una persona famosa, tus pinturas se conocen en todo el Japón para tratarse de alguien de tu edad y aún así nunca te tomas ningún descanso…

-¿Me estás diciendo que quieres que me vaya? – preguntó Inuyasha enojado frunciendo el ceño.

-No Inuyasha tan solo te estoy diciendo que estoy preocupada por ti y quisiera que descansaras… - le miró e Inuyasha observó a los ojos de ella, ella la única mujer con la cual compartía palabras en aquella institución y que no tenía miedo de acercársele tal vez por que lo conocía desde antes de que cambiara su personalidad y su pensamiento sobre la vida.

-Estoy bien y no necesito descansar… - respondió de forma cortante, se dio media vuelta para irse pero la mujer volvió a hablar y pareció que dio en el clavo ya que logró detenerlo.

-Tu madre me llamó para preguntarme como estabas… me ha estado llamando por todo este tiempo en secreto preguntándome por ti… - Inuyasha se quedó paralizado mientras bajaba su mirada – me ha dicho que ha tratado de comunicarse contigo pero que tú no le respondes, que ya van dos años que no has querido verla… desea que vayas… te extraña…

Él sintió un pinchazo en el estómago mientras escuchaba sus palabras, trató de contener su expresión fuerte…

-¿Así? Pues yo no le extraño… - respondió fríamente sin voltear a mirarle – No quiero volver a ver a esa mujer…

-Inu - Inuyasha… - habló la mujer entrecortadamente sorprendida por las palabras del joven.

-Díselo, que no pienso volver a aquella casa… - salió del salón dejando a la profesora muy sorprendida y atónita.

-Inuyasha… - susurró preocupada.

El muchacho salió con una expresión de enojo… "¿Cómo su madre se atrevía?... volvería a verla cuando se enterara de que se había separado de aquel hombre insoportable con quién se había casado. Me prometí nunca volver a poner un pie en el mismo lugar que ese sujeto" se detuvo observando por una de las ventanas… una escena le había llamado la atención. Una joven caminaba por el patio con su perro… vio con curiosidad aquella escena, la mujer que reconoció como con la que se había tropezado hace unos minutos caminaba lentamente por el lugar, siendo jalada por el perro hasta un banco que estaba a la sombra de un árbol… ella tocó el banco para luego sentarse cerrando sus ojos y subiendo su rostro al cielo… era una imagen tan placentera, tan… ¿podría ser¿Perfecta? Esa mujer despedía un aire y una luz que jamás en su vida había notado antes… disfrutaba de aquella naturaleza… era diferente el aura que despedía… los rayos del sol colándose por las ramas del árbol de sakura mientras pétalos de aquella flor se desprendían de vez en cuando cayendo a su alrededor… ¡Eso era lo que necesitaba!

Se dirigió rápidamente bajando los escalones doblando a la esquina… desde hace mucho tiempo que no había sentido esa emoción de retratar algo que observaba… y nunca algo tan colorido… salió al patio y observó a la muchacha que aún seguía sentada tranquilamente en el banco… ella era de piel blanca, y cabello azabache ondulado que le llagaba casi a la cintura y se agitaba suavemente al viento, sus mejillas ligeramente sonrojadas al igual que sus labios pequeños y finos que le hacían dar un aire inocente a su imagen… se fue acercando poco a poco a ella mientras que admiraba con ojos bien abiertos la belleza de la joven… la luz que despedía…

La jovencita había caminado hasta ese lugar siendo guiada por su perro… llegó hasta algo sólido y se agachó un poco para poder tocarlo y tantearlo con sus manos… se podría sentar en ese lugar… se sentó, suspiró mientras subía su mirada y sentía la suave brisa que acariciaba su rostro…

Se había acostumbrado a guiarse por los sonidos de su alrededor… no necesitaba ver para saber que ese era un lugar tranquilo y apacible… perfecto para meditar… pensar… descansar… olió el suave aroma de las flores de Sakura, de seguro estaba cerca de aquel árbol… como le encantaría poder ver ese hermoso paisaje que de seguro tenía frente así…

Escuchó el sonido que hacen unos pasos en el césped… el aire le llevó un cierto olor a pintura… y cada vez sentía la presencia de aquel quien se acercaba… y sus presentimientos fueron aclarados cuando su perro comenzó a gruñir y ladrar… los pasos dejaron de escucharse.

-¿Quién eres? – preguntó la jovencita sin siquiera moverse de posición.

El perro le cortó el paso antes de que llegara a donde estaba la joven.

-¿Quién eres? – preguntó la joven y le sorprendió de que ella no buscara moverse y bajar su mirada para verlo al contrario se quedó con los ojos cerrados dirigidos al cielo mientras que el perro se ponía en posición defensiva y gruñía…

-Me llamo Inuyasha y quiero que poses para mi en una pintura – fue directo al punto… la muchacha bajó su mirada con los ojos esta vez semi abiertos y los fijó en su falda… Inuyasha no podía verle muy bien el rostro pero podía notar que era una mujer muy hermosa se parecía un poco a…

-¿Estás jugando conmigo? – preguntó la mujer tranquilamente. Inuyasha no comprendía aún por que no se dignaba a dirigirle la mirada.

-No estoy jugando contigo – respondió Inuyasha firmemente frunciendo el ceño, comenzando a enojarse por la falta de educación con la que se dirigía a él – despides una luz increíble, buscaba a una mujer la cual pudiera contrastar perfecto en una naturaleza como esta, y cuando te vi aquí sentada, eres perfecta para dibujarte… quiero retratarte en una de mis pinturas… estoy seguro que tus ojos despiden una luz como muy pocas personas…

La muchacha se paró repentinamente al escuchar las últimas palabras… tenía los puños serrados apretando la correa que sujetaba al perro… tenía la cabeza agacha y la mirada fija en un solo punto en el piso…

-¿Te crees muy gracioso al decirme eso? – Preguntó fríamente - ¿al hablarme así? Por favor no juegues conmigo… - se dio media vuelta haciendo un suave movimiento a la correa, al momento el perro dejó de gruñirle al sujeto y se colocó frente a ella, la muchacha comenzaba a caminar tras el canino pero Inuyasha que estaba comenzando a enojarse le habló:

-¡Oye! Ya te dije que no estoy jugando… - dijo siguiéndole – si tan solo tuvieras la decencia de mirarme te darías cuenta que soy un pintor famoso y que digo la verdad… ¡¿me estás escuchando?! – le tomó de la mano y le volteó para que le mirara… pasaron unos segundos en los que él se quedó sin palabra al observarle mientras que el perro comenzaba a ladrar… ella fijó sus ojos en él y esto le hizo sentir un escalofrío de pronto… se quedó atónito observando sus ojos claros… sin expresión alguna, vacíos… clavándose en él… en su alma… - Tú… tú eres… - tartamudeó con dificultad ya que se había quedado mudo por la impresión… soltó su mano lentamente sin dejar de mirarle.

-Si… - aceptó la muchacha sin bajar su mirada – soy ciega…