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A veces la vida nos da, a veces nos quita, muchas otras veces pensamos que la vida nos ataca y nos da con todo a mas no poder, pero simplemente creo que es el modo en que nosotros mismos deseamos ver las cosas, muchas veces sentimos que ya no podemos mas, pero siempre habra una luz, una pequeña o grande luz en el sendero oscuro de nuestro camino, una luz que iluminara nuestras vidas mostrandonos que siempre habra una esperanza.


Helga era una joven de 17 años común y corriente, bueno ni tan común ni tan corriente, realmente vivía en una real pesadilla sacada de los cuentos de hadas, ella realmente lo vivía de carne y hueso.

Bien ella había vivido durante muchos años junto a su padre, Bob Pataki quien era un empresario reconocido de la ciudad de Hillwood, si era, hacía ya siete años que el había fallecido y entonces vivió bajo el cuidado de su madrastra Angelina, con sus dos hijas Lila y Gloria.

Todos los bienes del gran Pataki habían pasado a manos de la horrible madrastra Angelina quien se dedicaba a despilfarrar el dinero, con excepción de vender la empresa de los localizadores que tenían en la ciudad, pero eso no quitaba que tuvieran en ocasiones problemas económicos.

Aquel año de preparatoria sería diferente o al menos eso esperaba Helga, había aplicado para todas las universidades que le ofrecían un excelente programa de literatura, había escogido las más alejadas de la ciudad de Hillwood, pues ya quería salir de ese infierno en el que vivía desde que su padre falleció.

Su padre había muerto cuando tuvo que viajar a la gran ciudad de San Francisco, nadie supo dar con exactitud la razón por la que él murió al menos eso recordaba ella, pero tampoco su madrastra hizo algo para saberlo, en el fondo tenía la sospecha que su padre no había muerto naturalmente pero prefería no pensar en ello.

Pese a todos sus problemas familiares era una chica común, iba a la preparatoria de Hillwood, tenía un empleo en la misma empresa de su padre, su madrastra decía que era un modo de pagar todo lo que comía y su ropa, así como la escuela, aunque realmente nunca le pedía nada, claro solo la comida.

Vivía en el ático de su casa, pero para ella era un gran alivio pues así no tenía que escuchar discutir todo el tiempo a sus hermanastras, ni tampoco escuchar las quejas de su madrastra cuando tenía que pagar las cuentas bancarias de las tarjetas de crédito.

En fin lo común y ordinario de siempre, aquel día esperaba que todo empezara distinto, pero una vez más se equivocó.

-Bien creo que así está mejor –Se dijo mirándose en el espejo, llevaba puesto una falda hasta arriba de las rodillas de color azul marino y una playera color rosa de mangas largas pero dejando al descubierto sus hombros, su cabello suelto y dorado cayendo sobre sus hombros. –Bueno de vuelta a la realidad.

Había tenido un hermoso sueño, en el cual había un pequeño niño rubio mirándola de cabeza extraña pero realmente apuesto, no sabía quién era o al menos pensaba que solo fue un gran producto de su imaginación como siempre decían.

-Ya me voy –Murmuro al pasar al lado de su madrastra, Angelina era una mujer realmente hermosa y hace siete años era aún más, por lo cual su padre había quedado encantado, ahora lo entendía un poco más, su cabellera castaño claro cayendo sobre sus hombros, los labios color carmín, su piel blanca y esos ojos azules eran realmente intensos, tenía un cuerpo bien definido y estético pese a haber tenido dos hijas.

-No llegues tarde al trabajo, Helga, recuerda que hoy tienes que limpiar muy bien los estantes

-Si claro.

-Espera Helga, nos vamos contigo –Gloria corrió hasta la puerta pero Lila la detuvo.

-Por supuesto que no quiero que me vean con nuestra criada, eres como la cenicienta, Helga y no me gusta que mi popularidad quede en duda si me ven contigo –Lila era una chica superficial y frívola, aunque si era una joven muy hermosa, pelirroja y de tez clara, no blanca como la de ella pero si era clara, tenía pecas en su rostro que la hacían lucir aún más linda, un cuerpo bien definido como el de su madre, era una joven hermosa y muy popular en la preparatoria.

-No te preocupes Lila, yo tampoco quiero que mi reputación termine en el suelo –Murmuro lo último para ella misma, ya que su hermanastra era conocida como…como decirlo de una manera menos fuerte…realmente siempre cambiaba de novios como cambiamos de atuendos en la semana, ¿Así o más claro?

Salió rápidamente de su casa para tomar el autobús, al subir noto que muchos de sus compañeros estaban alborotados por algo, se acercó a su mejor amiga Phoebe, quien le saludo dulcemente.

-¿Qué onda Phoebs? ¿Qué les pasa? –Phoebe era una chica oriental pero hermosa, tenía un largo cabello negro y ojos color café oscuro, se conocieron desde niñas, e incluso ella estuvo para Helga cuando su padre falleció y no la dejo sola nunca, era más que su amiga era su hermana.

-¡Helga, es que estamos emocionadas porque vendrá el famoso hijo de los Shortman! –Dijo Rhonda interrumpiéndolas, era una hermosa joven pelinegra de ojos azabache y siempre vestida a la moda, era la chica más popular y hermosa de la preparatoria, de echo sus hermanastras morían por ser su amiga pero Rhonda no era para nada superficial y no era una persona discriminadora por lo que Helga desde hace muchos años era su amiga, e incluso le ayudo a vestirse mejor cuando entraron en la secundaria pero nunca la hizo sentir mal.

-¿Eh? ¿Quién?

-¡Ash Helga! –Rhonda rodo los ojos -¡Por favor es el joven escritor más joven de la historia bueno eso dice aquí!

La joven rubia curiosa tomo la nota, había escuchado algo de un tal Shortman pero no recordaba donde –Creo que lo conozco –Murmuro al reconocer un joven de cabeza extraña y rubio.

-¿Disculpa?

-¿Eh? No nada, Rhonda…jejejeje –"Creo que es mi imaginación" -¿Cuándo llegara?

-Al parecer estará en la preparatoria de Hillwood a partir de hoy –Dijo emocionada

-Ah sí, que bien podrás conocerlo

-¿No te interesa conocerlo? Es escritor amiga y es tu oportunidad de mostrarle tus novelas, ¿Qué tal si puedes ingresar al concurso de literatura que promocionaran en la escuela?

-Emm…no Rhonda no lo creo pero gracias por el dato

-Bien pero…

-¡Llegamos! –Interrumpió Phoebe

Al bajar del autobús vieron a los famosos empresarios Shortman al menos eso había leído en la nota, Helga, al parecer venían a hacer negocios a Hillwood y a visitar a sus familiares, pero deseaban que su hijo ingresara a la preparatoria y echar raíces aquí en su ciudad natal, observo a los adultos, pensando que tal vez el joven no había ido hoy a clases pero...

Vio aquel rubio de ojos verde esmeralda intensos, que estaba en medio de sus padres respondiendo preguntas a los medios de comunicación que trataban de obtener una respuesta de sus hermosos labios, dios esos labios rosados y suaves, pequeños que estaba viendo eran los más hermosos que había visto en su vida, en aquel momento el rubio la miro y entonces sonrojada trato de apartar su mirada pero no pudo la tenía atrapada, el rubio le sonrió dulcemente y la saludo con la mano algo que ella no pudo notar por lo embobada que estaba admirando sus pestañas hermosas que se movían suavemente.

El rubio se disculpó un momento y se acercó a la joven quien de pronto sintió ganas de correr, no entendía porque pero aquel joven le estaba poniendo los pelos de punta y eso no le agradaba.

-Hola, Helga


Hola queridos lectores

primero que nada mil gracias por leer fue una idea que me surgio escribiendo mi otro fic jajajaj (risa nerviosa) se que aun no termino los demas pero es que no podia dejar de largo esta idea que me surgio jejejee espero que la disfruten sera un fic muy corto eso espero jejeje ;D

saludos