Convénceme
Capítulo 1
Muéstrame
Giro la perilla lentamente con toda la paciencia del mundo, ciertamente; ése era el último lugar donde quería estar ahora pero sus pies cansados la obligaban a hacerlo, terminó de abrir la puerta y entró por fin a su "casa", era realmente linda, pintada de bellos colores pasteles y piso de cerámica rosa, con gran iluminación y a simple vista podía verse que era un lugar cálido y hermoso, lleno de bellos recuerdos adoraba su casa y la paz que le transmitía pero ya no le gustaba mucho estar allí, no desde que su padre se había casado de nuevo.
Movió sus pies perezosamente, después de un largo y abatido día en el colegio, lo único que quería era reposar, se dirigió a la cocina y tomó un bocadillo, un poco de jugo de naranja para después subir las escaleras hasta su cuarto. Mientras se acercaba a su cuarto comenzó a oír grandes gemidos y jadeos provenientes del cuarto de sus padres, haciendo ¿quién sabe qué?, esa era la razón por la cual no le gustaba estar allí tener que oír los extraños sonidos omitidos por sus padres, tan asquerosos para ellas, diciendo palabras todavía peores sin tener la menor idea a lo que se referían pues en realidad ella no sabía lo que hacían, desconocía todo a cerca de ese tema ya que según ella debía ser repugnante. Por eso no deseaba averiguarlo pronto.
Amaba a sus padres, su padre era pintor y la mayoría de sus pinturas eran desnudos, y su "esposa-ahora-madre-para-ella" era su musa, por ello su casa estaba adornada de sus pinturas. A pesar de eso, ellos eran demasiado amables y siempre estaban felices; la amaban y les gustaba demostrárselo. Ella los adoraba pero simplemente ver retratos de su madre con poca ropa y en diferentes posiciones no le enorgullecía, para nada. Siempre trataba de no verlos pero ya se habían guardado como piedra en su mente.
Así era la vida de aquella joven de cabello rosa, sí rosa ¿¡qué extraño, no!? Aunque sabía por fotos que había nacido con ese color tan peculiar. Brillantes ojos verde, piel blanca y preciosa figura tenía que vivir todos los días las encantadoras demostraciones de cariño de sus padres, soportar sus ruidos y quejidos toda la noche. Era algo que no se lo deseaba a nadie.
Suspiró cansada y prosiguió su camino hasta llegar a su cuarto. Se recostó en su cama después de arrojar su bocadillo a la basura, su hambre había desaparecido tan pronto como el asco apareció en su garganta. Tomó una almohada y trato de tapar sus oídos con ella y luego de un rato se dejó vencer por el sueño.
Despertó dos horas después; los escasos brillos pintados de naranja oscuro le avisaban que ya estaba oscureciendo, se duchó como era su costumbre dejar que el agua se llevara sus penas. Se vistió con lo primero que encontró: una minifalda color azul, una camisa de tiras rosa y zapatos deportivos, rosa y fucsia, peinó su sedoso cabello separándolo un poco con un prendedor azul, se maquilló ligeramente y bajó las escaleras. Tomó sus llaves, su móvil y su bolso. Salió por la puerta despidiéndose antes, de sus padres; recibiendo solo una sonrisa y un ¡qué te diviertas!
Así había sido siempre pasaba más tiempo en la calle que en casa con sus padres, iría al centro comercial pero antes decidió pasar por un parque cercano y sentarse en una banca, por su cabeza no dejaban de pasar esos estúpidos sonidos que la atormentaban día y noche; como siempre había un momento en donde la invadía la curiosidad de saber ¿qué era eso?.
- ¿En qué piensas?- un susurro ronco habló en su oído, un murmullo tan provocativo que hizo que se le erizaran los vellos del cuello y los brazos. Sentir como alguien la abrazaba lentamente por la cintura y como su respiración caliente chocaba contra su cuello al tiempo que sus labios rozaban su hombro desnudo. No podía creer que algo tan simple le llevaría a descubrir un mundo de sensaciones completamente geniales para ella y todas las ocasionaba una sola persona.
- En nada… importante – respondió aun fuera de sí misma disfrutando de su presencia y casi podía decir que sintió perfectamente como su acompañante curvó sus labios en una sonrisa al saber que ella estaba presa de sus caricias, se alejó débilmente soltando su abrazo para acomodarse a su lado en el frío banco.
- Me alegra encontrarte aquí- su rostro inexpresivo la envolvía y como solo él lograba hacer, se perdía en su mirada.
- A mí también - sonrió un tanto para luego darse cuenta de algo, miró hacia varias direcciones como buscando algo, que dando gracias a Dios, no encontró - ¿y la insoportable de Karin… digo tu novia?- pregunto sin pudor alguno acompañado de una tierna sonrisa cómplice.
- Terminamos – alzó sus hombros como si eso no importara y al igual que ella sonrió de medio lado.
- ahhhhhhhhh…..- contesto la otra con bastante ironía girando su vista a otro lado de forma infantil, eso ya era normal en él nunca lograba durar más de dos o tres semanas con la misma chica pero debía admitir que le reconfortaba saber que ya no tendría que soportar a esa odiosa y empalagosa pelirroja que atormentaba la vida de su mejor amigo.
Sí, él era su mejor amigo, la persona más cercana a ella. El único al que le tenía plena confianza y que apreciaba aún más que a ella misma, el galán de las chicas, capitán del equipo de futbol y el chico más popular de la ciudad. Alto de piel blanca, de cabello y ojos negros y porte tan varonil, sexy y provocativo que hasta el mejor modelo de pasarela le tendría envidia ella estaba seguro de eso, excelente cuerpo y que como siempre estaba siendo perseguido se sentía feliz de poder estar sola con él.
- ¿por qué?- inquirió con curiosidad, debía demostrarle que ella quería quedar al tanto de todo.
- me gusta otra chica – respondió tajante con su peculiar tono de voz frívolo e inexpresivo mirándola de reojo para conocer su reacción respecto a eso.
- Típico – escupió un tanto enfada, debía admitirlo a pesar de ser su mejor amigo, él usaba a las chicas como si fueran un mísero trapo y las cambiaba tanto como cambiaba de ropa pero se sentía feliz al saber que a ella jamás la cambiaría, él se lo había prometido cuando eran pequeños y había mantenido esa promesa, por eso casi no era capaz de sentirse tan mal por las chicas, creer que de cierta forma ella sí era especial para él.
Él trato de aparentar que no le prestaba mucha atención a su rostro y a su enfado pero sí que lo hacía y le alegraba por dentro sus reacciones. Además siempre podría terminar haciéndola reír de nuevo.
Algo la sacó de sus pensamientos, observó a lo lejos una parejita se encontraban besándose y tocándose por todas partes¡ como lo odiaba! ver como dos chicos prácticamente se devoraban y al terminar, ver la unión de su saliva quebrándose poco a poco, -¡qué asco!- pensó perturbada ¿que había de maravilloso en intercambiar gérmenes y saliva?
-¡Ufff...!- replico con cierta repulsión mirando hacia la pareja, el joven giró para ver que le causaba asco y lo que vio solo lo hizo reír de medio lado algo que solo podía hacer junto a ella.
-¡si no te gusta, no mires!- una sonrisa pícara se dibujó en su rostro.
- Es que no entiendo, ¿Cuál es el deleite?- preguntó pensativa sin darse cuenta que su amigo la volvió a atar entre sus brazos.
-déjame mostrártelo- murmuro sobre el lóbulo de su oreja en un ronquido tan sexy que le erizó por completo cada centímetro de su piel. Sólo en momentos como esos ella se dejaba vencer por él, dejarse tocar y que la curiosidad la invadiera. Quería saber más, sentir más y solo alguien podría darle todas las respuestas.
- Sasuke-Kun ¿Sabes que es el sexo?- preguntó concentrada en los pensamientos que la invadían, él se quedó sorprendido pero sin expresárselo, jamás llegó a pensar que ella sería capaz de preguntarle algo como eso.
- Por supuesto - respondió como siempre y dejo que su pecho se inflara y su ego se desprendiera por cada uno de sus poros ¿por qué? Para molestarla, sonrió para después dedicarse a observar cada facción que la pelirrosa le proporcionaba, durante el tiempo que ella tardaba a contestar.
Sakura respiro profundo reconoció que en algún momento en su vida ella tendría que descubrir el significado de todo eso, lo que llevaba a las personas a ese tan extraño comportamiento – para ella claro –
- Muéstramelo - tomó todo el valor que pudo para decirlo y después mirarlo expectante de una respuesta, mientras que Sasuke se perdía en sus pensamientos tratando de comprender ¿Seria verdad lo que había escuchado? ¿Era eso la realidad o una de sus acostumbradas fantasías?
¿Corto?... Si, en realidad mucho pero si lo alargo más terminara muy pronto… Espero que les guste este nuevo fics que no pasara de tres o cuatro capis.. Creo yo
Discúlpenme de verdad aunque intenté continuar con mi otros fics, la inspiración llega pero no para continuar sino para escribir otros nuevos. Yo solo me dejo llevar presa de mis pensamientos intentando hacer lo mejor posible!
Pero ya voy bien en buen camino y talvez los termine pronto.. Por lo menos disfruten este lindísimo fic.. Por si lo notaron Sasuke es un tanto diferente eso creo y Sakura no es que sea ingenua es que se niega a aceptar la realidad que la adversa pero por lo visto Sasuke la convence "sin querer"
Tengo muchos más fics pero creo que hasta que no encuentre un buen rumbo con los otros y hagan que coinciden no los subiré.. Porque mucho de mis fics tienen ciertos "cabos sueltos"
