Disclaimer: Ninguno de los personajes que utilizo me pertenecen y no gano nada con esto.


Hufflepuff

Siempre la habían calificado como una bruja de talento asombroso: inteligente, trabajadora, luchadora, modesta, bondadosa… Y es que Helga Hufflepuff destacaba, por encima de todo, por su gran corazón, por su lealtad y por sus buenas acciones.

Helga escuchaba con atención las ideas de los otros fundadores de Hogwarts para sus propias casas: Godric Gryffindor quería alumnos que supieran la importancia del valor; Rowena Revenclaw quería a aquellos alumnos de mentes brillantes y Salazar Slytherin solo admitiría a alumnos de sangre pura, que llevasen la magia consigo durante generaciones enteras y poseedores de una gran astucia.

Sin embargo, Helga Hufflepuff se dejaba llevar por el corazón.

Y quizás por eso, cuando Godric le preguntó qué cualidades quería para sus alumnos ella se limitó a contestar:

- Mis alumnos no serán tan valientes, inteligentes o astutos como vosotros desearíais; aun así los admitiré en mi casa porque cada persona que tenga el don de la magia debe tener el derecho a aprender a utilizarla.

Porque Helga Hufflepuff sabía que una persona no se mide por su inteligencia, por su astucia o por su valentía; porque Helga Hufflepuff sabía que una persona se mide por sus acciones. Y porque Helga Hufflepuff intuía que su casa se caracterizaría por la justicia y la lealtad.

Sonrió. Tal vez sus alumnos también se dejaran guiar por el corazón.


Hasta Aquí. (:

Espero que os haya gustado. A mí no me convence demasiado, pero sentía la necesidad de escribir algo sobre Hufflepuff -la cual considero mi casa- en la que no la dejen como una casa marginada a la que van los que no tienen cualidades de las otras. Yo siempre pensé que Helga era un ejemplo de bondad al admitir a los alumnos que no sean aceptados en las demás.

Un saludo,

Lenarah.