Highschool DxD: Vanishing Dragon of Victory
Highschool DxD no me pertenece, así como tampoco el personaje de Type-Moon y de Campione a los que se hace mención o aparecen en este capítulo.
Este fanfic empieza mucho antes que el volumen 1 de Highschool DxD, también ocurre antes de los eventos en SLASH-DOG. Es básicamente un fanfic de Vali Lucifer como el protagonista. Va a tener muchos cambios al Canon (ya en el primer capítulo hay algo que lo cambia), así que tal. Se va a concentrar mucho más en Vali, Azazel, los miembros del equipo de Vali y así. Van a aparecer personajes de otras series siendo que prefiero no llenar los espacios con OCs.
Espero que les guste, y por favor dejen review que eso me ayuda a mejorar.
Capitulo 1: Escape y encuentro con "el Victorioso"
"Si tienes miedo de él, intimídalo. Acósalo hasta que te tenga tanto miedo que cuando te vea tiemble y nunca te contradiga~"
Aquellas palabras eran el recuerdo más antiguo que el niño tenía, acompañadas de la cara desagradable de su abuelo pronunciándolas. Por un momento sintió picazón en la cicatriz más reciente de su espalda… Un largo corte diagonal, producto de uno de los "acosos" de su padre.
Un milagro, un niño amado por el destino, una existencia ridícula y absurda…
Esas serian las mejores formas de llamar lo que Vali Lucifer era. Un hibrido, el resultado del amor entre una humana y un demonio. Un descendiente del Rey Demonio Original, Lucifer y de Lilith, la madre de los demonios. Debido a su madre humana, el no era un demonio puro, pero por esto mismo, por ser un hibrido su potencial era mayor al de cualquier demonio completo.
Su cuerpo tenía un nivel impresionante de poder demoniaco al descender de Lucifer, que aun siendo pequeño rivalizaba con el de cualquier demonio de Alta Clase, por lo que al crecer superaría a estos. No solo eso, su mente era la de un prodigio, podía aprender magia solo con leer las bases u observar a otros realizándola. Como tal, con todo ese talento cualquier demonio que lo engendrara podría ignorar su estado como hibrido… Si solo fuera eso.
Por parte de su madre, al nacer parte humano, obtuvo algo que ningún demonio podría obtener, un Sacred Gear… No, más que eso.
[Divine Dividing], una de las trece Longinus, las Alas de luz del Dragón Emperador Blanco.
...Pero nacer con tanto en ocasiones no es bueno. Un poder demoniaco demencial, un prodigio y encima de todo un Hakuryuukou… Eso le trajo el miedo y el odio de su padre, y este simplemente siguió el consejo de su propio progenitor.
Hizo de la vida del pequeño un infierno.
Lo torturo físicamente, causándole algunas cicatrices que no desaparecerían. Verbalmente tampoco lo dejaba en paz, diciéndole cosas que ningún padre debería decirle a su hijo.
Cuando no lo torturaba, le colocaba grilletes potenciados por magia y apenas lo alimentaba con lo estrictamente necesario. Hubo una vez que incluso encadeno sus muñecas al techo de una cueva y lo dejo colgado mientras la marea subía.
Todo con la intención de que Vali le temiera, que gritara de dolor y le suplicara… Pero para rabia de su padre esto nunca ocurrió.
Al principio gritaba, pero nunca lo vio con miedo ni le suplico… Y con el tiempo, los gritos cesaron, y el pequeño niño solo lo veía con odio, provocando un círculo vicioso que se repetía.
Así paso los primeros cinco años de su vida Vali Lucifer y a esa edad no entendía lo que pasaba a su alrededor. No entendía a que se referían cuando lo llamaban Hakuryuukou, ni tampoco porque le hacía eso su "padre", aunque él no lo consideraba como tal. Lo único que entendía era que los odiaba, a su padre y a su abuelo.
Más allá de ese odio, este niño no tenía nada más. Estaba roto, vacio. Había soportado todo ese dolor y sufrimiento apartando cualquier otra emoción que le quedara para poder vivir… Pero al hacerlo, solo se movía por el odio, una existencia triste y que ningún niño debería tener.
…Hasta que al final había logrado huir. Escapar había resultado fácil, los grilletes que su padre usualmente le colocaba habían sido fortalecidos de manera precaria, de forma que ningún niño normal podría deshacerla. Pero Vali conocía un poco de magia. Había aprendido al leer un libro sin que su padre lo supiera y al ver a este mismo realizándola en ocasiones, pero solo con eso ya era capaz de destruir los cálculos burdos de los que estaba compuesto el hechizo en los grilletes.
Cuando lo hizo, simplemente escapo sin mirar atrás, asegurándose de que su padre estuviera dormido y no se diera cuenta de su escape. Había deseado matarlo en ese momento pero sabía que si lo intentaba, fallaría. Aun cuando su progenitor no fuera tan fuerte como su abuelo, no era débil y se despertaría si lo intentaba.
Su única opción fue escapar con las pocas cosas que tenia.
Había pasado una semana vagando desde aquello. Desde que tenía memoria había vivido en el mundo humano, mayormente encerrado en la casa pero aun así en el mundo humano. Según su padre era porque "un falso demonio había tomado el ancestral apellido de su familia", aunque a Vali eso le importaba nada. En ese momento solo pensaba en que haría, su único deseo era mantenerse vivo…
No, no es algo tan bueno como para llamarse deseo. Él, como un ser vivo, simplemente obedece a sus instintos. Vali Lucifer, a pesar todos los dones con los que nació, no tenía ningún motivo para desear estar vivo. Pero de la misma manera que no tenia motivo para vivir, tampoco lo tenía para morir. Roto y sin esperanza, solo se movía por instinto, en ese momento más animal que humano, en ese extraño bosque.
…En otras realidades o mundos paralelos, el continuaría viviendo de esta manera hasta que Azazel lo encontrara horas después del suceso contado, por eso cualquiera que tuviera la habilidad de ver estos incontables mundos (cierto mago súper vampiro y ultra Troll, entre los posibles) seguramente pensarían que nada cambiaría… Pero estos mismos deberían saber que siempre hay algo diferente.
En algunos casos, Ddraig y Albion cambian de portadores, por lo que Vali nacería como el Sekiryuutei. En algunos otros sería un demonio completo, volviéndose obsesionado por su linaje como los otros descendientes de Satanes. Incluso había un mundo, completamente gracioso según Zelretch, donde Vali resultaba naciendo mujer…
Si, había realidades completamente locas y eso solo hablando en las que el cambio le ocurría al descendiente de Lucifer, ni hablar de los otros incontables universos. Por eso mismo nadie que conociera sobre esto debería sorprenderse si en lugar de un Angel Caido apareciera otro ser.
…
-Valla, uno no esperaba que el hijo del demonio con el que se encontrara fuera nada más que un infante…
Una hermosa voz masculina, resonante como furiosos vientos, se dejo escuchar y el pequeño niño solo pudo levantar la cabeza para presenciar como repentinamente el cielo se hallaba cubierto de nubes y un pequeño tornado se había formado a unos metros de él, justo encima de la rama de un árbol. Era un viento cálido y, a pesar de su forma de tornado, no se sentía hostil… Aunque Vali tuvo que apartar la mirada por un momento por este.
Cuanto el tornado amaino, una figura quedo en su lugar, flotando unos instantes antes de que sus pies se apoyaran sobre la rama. Fue en ese momento que el descendiente de Lucifer pudo ver a quien le hablara. De cabellos azul oscuro, ojos verdes cual jade, un joven de no más de 15 años, vestido con ropas que uno vería en un desierto más que a mitad de un bosque. Tenía un pequeño tatuaje en su frente y, aunque había cierto aire andrógino en él, Vali podía decir que era varón.
Por un momento el cuerpo del pequeño en tierra se tenso, porque aunque el joven en el árbol no tenía una apariencia amenazante, este emitía un aura de tal poder que el chico solo podía compararla con la de su abuelo. Pero no sentía energía demoniaca proviniendo del peli azul, sino más bien…
-¿Oh? ¿Acaso la presencia divina de uno te sorprendió, pequeño hijo del demonio?
Los ojos del peli plata se abrieron, así que eso era… Una deidad. Abrió la boca…
-¿Q-quien eres? ¿Qué quieres?- la voz de Vali sonó rasposa, al no hablar en una semana entera. Por un momento, el dios lo vio extrañado, antes de largarse a reír a todo lo alto, saltando del árbol, con el viento suavizando su caída.
-¿Quién soy? Uno solo responderá a esa pregunta cuando el hijo del demonio se presente primero, luego este dios le concederá el privilegio de saber el nombre de uno…
Por un momento el chico lo miro con duda pero…
-Vali, Vali Lucifer…- dijo sin cuidado alguno su apellido, demasiado atontado por el aura que desprendía el dios frente a él como para recordar que no debía llamar la atención.
El dios lo observo sin emoción alguna por unos segundos, antes de hacer una sonrisa un tanto… retorcida, feroz. La sonrisa de un depredador.
-¿Oh? Así que Lucifer… ¡Jajajaja, sí, eso explica que semejante poder demoniaco que atrajo a este servidor de Mithra sea de un niño! Ah, que dicha… Como uno prometió, descendiente de Lucifer, te recompensare con mi nombre. ¡Uno es el Dios persa de la Victoria, Verethragna!
El aura que emitía el dios aumento en un instante, explotando a su alrededor de color dorado. Una espada persa del mismo color de [Guerrero] se formo en su mano derecha, su cuerpo se vio rodeado nuevamente de aquel tornado, la [Tormenta], mientras que a su alrededor aparecían distintas figuras: un [Toro], un [Caballo Blanco], un [Camello], un [Jabalí], un [Ave Rapaz], un [Carnero] y una [Cabra]. Todo alrededor del [Joven]. Las diez encarnaciones del Dios Persa de la Victoria.
-¿Y qué quiere Verethragna aquí, descendiente de Lucifer? ¡Pues simplemente no pudo resistir la tentación de destruir a un demonio!
En ese momento, cuando la espada dorada del dios apunto a Vali, este por fin pudo procesar todo lo que ocurría a su alrededor. Y la situación lo golpeo como un balde de agua fría.
Frente a él, un dios todo poderoso, capaz de adoptar diez formas distintas según se requiriera, quería acabar con su existencia únicamente por ser mitad demonio, sin importarle la edad de este. De hecho únicamente no lo había hecho ya porque parecía que esperaba que las diez encarnaciones volvieran a ser una… eso o esperaba una muestra de temor o suplica por su vida de parte de Vali (cosa que no iba a ocurrir, si no le rogo a su propio padre no lo haría con un dios, por mucho que este realmente lo mataba). Buen momento para que Vali recuperara una motivación y no siguiera simplemente su instinto de vivir –sarcasmo–.
Por otro lado, el pequeño enumero que es lo que tenia de su parte: El cuerpo no desarrollado de un niño de cinco años, una energía demoniaca impresionante heredada de su bisabuelo pero que todavía no sabía dominar del todo, según su padre y abuelo también un Sacred Gear que él todavía no había despertado y… ah, también un poco de magia, pero incluso aquello era inútil. Ninguna magia base podría siquiera dañar al Dios.
Cualquier ser normal sentiría miedo, temblarían ante aquel despliegue de poder encarnado en forma humana y ninguna chance de victoria. Temblarían, correrían, rogarían o simplemente se rendirían, sin esperanza alguna. Pero él no era normal, incluso enfrentándose a la muerte Vali Lucifer era una existencia ridícula.
Y un ejemplo de esto es que una perturbadora sonrisa se pintaba en su cara, y sus ojos reflejaban una emoción y ansiedad extraña. El rostro que ningún niño debería tener. El deseo de combatir contra aquel ser más poderoso que él lo embargo, cuando otros sentirían miedo.
No importaba si tenía cinco años, él había nacido para el combate, una representación misma del concepto de Maniático de las Batallas. Un completo idiota que en vez de tratar de escapar, se enfrentaría a un Dios sin dudar y sin pensar en las consecuencias. Muchos lo llamarían loco pero no le importaba. Esa era la primera vez que sentía algo como eso, la primera vez que se sentía vivo desde que hubiera desechado todo.
Su existencia tenia significado al fin… Luchar.
A pesar de su edad, podía comprender perfectamente que era un camino de autodestrucción, pero no le importaba. El, que había sufrido los abusos de su padre desde que había nacido, nunca había sentido que hubiera un propósito para vivir, mas con las palabras que le dirigía a diario su progenitor… Por ello, si a través de la lucha podía sentirse de esa manera (emocionado, ansioso y con profundo deseo) no le importaba nada más.
Poner su vida en riesgo para sentirse vivo… que ironía.
Y fueron aquellos poderosos sentimientos los que permitieron que un milagro despertase dentro del cuerpo del pequeño descendiente de Satan. Unas alas blancas de dragón se materializaron en su espalda, con energía azulada siendo liberada de estas, y una fuerte voz se dejó escuchar en el lugar.
[¡Divine Dividing!]
El aura de poder que emitían las alas blancas era indescriptible y Vali sentía como su energía se veía renovada. El Sacred Gear que su padre tanto había temido ahora despertaba, a la tierna edad de cinco años.
"Eso debe ser un record…" pensó el pequeño. Pero desvió eso por el momento, podía sentir la hostilidad que aquel artefacto divino le profesaba al aparente joven de cabellos azulados que se encontraba frente a él. Después de todo, entre los Sacred Gear había trece únicos que tenían el poder suficiente para matar a los dioses, Longinus, y la Divine Dividing era uno de ellos.
-Oho, no esperaba esto, descendiente de Lucifer… Uno no habría creído que también fueras el portador de Albion- murmuro Verethragna con interés, sin preocuparse por el arma Longinus. Una sonrisa se formó en los labios del joven rostro del dios. Una sonrisa arrogante e igual de perturbadora que la que tenía el chico frente a él… Tal vez de ser otras las circunstancias, podrían haber sido amigos, pero eso no estaba en los planes del destino -Ahora estoy más interesado en ver hasta donde es capaz tu poder de llegar… Un demonio que es también el portador de uno de los avariciosos y poderosos Dragones Celestiales, ¡aun siendo un niño es un enemigo suficientemente interesante para este dios de la victoria!
Las diez encarnaciones volvían a ser una, el poder del dios estaba completo y ya se había cansado de esperar. Y con aquellas últimas palabras empezó una masacre que superaba cualquier abuso infantil…
-Ahg…- la sangre escurría de la boca de Vali Lucifer, siendo el segundo vomito de sangre consecutivo tras un golpe en el estomago producido por el dios de la victoria.
Su cuerpo estaba completamente destrozado, su brazo derecho estaba roto de una manera que quien lo viera a cualquiera le parecería desagradable. El campo de batalla entero parecía a medio pintar de color rojo, con la tierra absorbiendo aquel líquido vital infantil. Su brazo izquierdo estaba lleno de cortes, no profundos pero que emitían humo, como si se estuvieran quemando…
Como un dios solar y un defensor de la luz, la espada de Verethragna en los demonios tenía un efecto similar a las lanzas de luz de los Ángeles y Caídos.
Así mismo un montón de moretones cubrían el pecho del pequeño. El dios evaluaba todos los daños que había causado a su víctima sin emoción alguna, sosteniendo a este desde su cabello. Debía admitir que era de aplaudir que el chico siguiera consciente, probablemente debido a que era de noche y los demonios veían su poder aumentado a esas horas, pero eso solo significaba que Vali sentiría todo el daño que Verethragna le provocaba. Por un momento el dios suspiro.
-Uno se ha pasado, aun siendo un descendiente de Lucifer, no es más que un niño…
La pelea, si es que así se lo podía llamar, había durado… entre tres y cinco minutos. Y ese era el resultado.
Aun siendo una existencia ridícula, un ente creado para la batalla, un descendiente de Lucifer, el Hakuryuukou o lo que sea, en este momento no era más que un niño, era imposible que presentara un poco de batalla contra un ser que tenia de su lado poder divino mas allá de la compresión y la experiencia de múltiples batallas. Porque así era, Verethragna era un dios que se la pasaba luchando contra otros, un ser que nunca había sido derrotado… el Invencible Señor de la Guerra.
La diferencia de poder era como el cielo y la tierra… y aun así la sonrisa en el rostro de Vali no desaparecía. No, no es que disfrutara ser golpeado, eso sería puro masoquismo, simplemente que aun al borde de la muerte como se hallaba ahora, aquella emoción no desaparecía.
Incluso el dios debía admitir que el chico le estaba causando escalofríos. Soltó el cabello de Vali, haciendo que callera contra un árbol al no tener suficiente energía para mantenerse siquiera parado. Levanto la espada cubierta de sangre apuntando hacia el niño.
-Verethragna te dará una muerte rápida, descendiente de Lucifer, y recordara que fuiste un intrépido demonio que me enfrento a pesar de tu joven edad- no había emoción en la voz del dios, ni dicha alguna. Parecía más bien que estaba haciendo algo para sacárselo de encima. Al final no había sentido nada por aquel enfrentamiento.
Pero sus palabras no importaban, puesto que aunque parecía consciente, la consciencia de Vali se había visto trasportada a lo profundo de su mente, donde el tiempo no existía…
Lo que presencio al abrir los ojos fue… profunda oscuridad. Sus heridas no dolían, pero el cuerpo no le respondía.
Se sentía flotando en aquel extraño lugar pero también se daba cuenta que entra aquella negrura algo se movía. Una intensa voz se dejo escuchar, como si quisiera confirmar la suposición de Vali.
[Parece que te dieron una paliza, ¿eh, pequeño?]
-Parece que si…- respondió, sin preocuparse por la identidad de su hablante.
[¿No vas a preguntar quién soy? Muchas veces lo han hecho]
-No se me ocurrió, supuse que eras la muerte y no me dio por seguir indagando…- otra vez una voz monótona, no le importaba estar hablando con lo que creía era la muerte y lo que ello implicaba.
[¿Oh? ¿Y por qué crees estar muerto?] No lo podía explicar, pero Vali sentía que en aquella voz profunda había un dejo de risa.
-Considerando lo que me paso antes de aparecer aquí y el hecho de que todas mis heridas en este lugar desaparecieron. Simplemente no tenía razones para no creerme muerto… Ah, yo quería volverme más fuerte y enfrentar a ese tipo, era muy divertido- su voz estaba cargada de decepción.
[Que pienses de esa manera es lógico pero… Mmm, que raro, es la primera vez que te escucho hablando de algo que te parece divertido]
-¿…Quien eres?
[¿Qué? ¿Ya no crees que sea la muerte?]
-No, suena como si me conocieras.
[…Inteligente. Pues claro que te conozco, chico… después de todo habito dentro de ti]
Vali por fin pudo ver algo más aparte de la eterna oscuridad. Empezó como una luz de puro color blanco, hasta que empezó a tomar forma. De ojos azules enormes, una hilera de filosos colmillos de su quijada, dos cuernos de dorado color saliendo de los costados de su cabeza. Su cuerpo estaba cubierto enteramente por escamas de un blanco tan puro que uno debía cubrirse los ojos por la luz que emitían. Iba en cuatro patas, y tanto las delanteras como las traseras parecían solo con mirarlas disponer de una fuerza hercúlea. Sus garras parecía que podían cortar cualquier cosa. Para finalizar con el imponente y gigantesco ser, sus alas de un blanco color como el resto de su cuerpo se extendían a los lados, logrando que la anchura de la criatura con estas extendidas fuera mayor a la longitud de su cuerpo. Era una criatura magnifica, una representación del poder…
-Un dragón…- murmuro Vali completamente shockeado.
[Así es… mi nombre es Albion, el Vanishing Dragon, uno de los dos Dragones Celestiales. El que habita en las Alas de Luz que convocaste contra aquel dios Persa]
-Albion, el Vanishing Dragon… El Hakuryuukou.
[Oh, así que conoces ese nombre… Es sorprendente, nunca he logrado contactar con ninguno de mis portadores tan rápido]
Vali no sabía si tomar eso como un halago, ya que para él estaba a un pie de la tumba y eso no le serviría de nada.
[…Tranquilo, compañero]
-¿…Puedes leer mis pensamientos?
[Vivo dentro de ti… dejando de lado eso, ¿Qué deseas? Los Sacred Gear creados por el dios de la Biblia en ocasiones cumplen lo que su usuario quiera, y yo estoy interesado en ver hasta donde llegaras… Así que repito, ¿Cuál es tu deseo, Vali Lucifer?]
-…Deseo poder, poder suficiente para luchar contra ese dios… Quiero vencerlo o al menos, por un instante, darle aunque sea un poco de pelea.
Albion lo observo en silencio, sin creer realmente que ese chico pudiera tener solo cinco años.
[Supongo que puedo concederte eso pero, ¿estás seguro? Lo que harás será dejarte llevar por mi poder, estar a su merced y puede que solo dure un momento, incluso puede que pierdas la vida solo por eso y ni siquiera sea el dios de la Victoria quien te mate…]
-…
[¿Estás dispuesto?]
Por un momento, el rostro de Vali estuvo pensativo, pero al siguiente aquella sonrisa salvaje volvió a aparecer.
-Sí, no me importa dejarme llevar por tu poder…
Albion solo pudo suspirar, pero antes de que pudiera hacer algo más, Vali continúo hablando.
-…Y si me permites ser avaricioso, también quiero que ▅▅▅▅ ▅▅ ▅▅▅▅▅- Ante su segunda petición Albion no pudo hacer nada más que abrir los ojos grandemente…
[…Si sobrevives, compañero]
Vali ante esto le dedico una sonrisa, una verdadera, no una de esas salvajes de maniático de las batallas, sino una autentica.
[Bien empecemos]
Unas voces aparte de las de ellos dos se dejaron escuchar, hablando a la vez en un tono de desesperación.
Yo, quien está por despertar,
Soy el Dragón Celestial que ha tomado los principios de la supremacía de Dios
…
Toda aquella conversación había ocurrido en menos de dos segundos en el mundo real. Verethragna levanto la espada ensangrentada y, cuando estaba por dirigirla hacia el niño, un despliegue de energía lo empujo hacia atrás, obligándolo a defenderse cruzando de brazos.
10…
Frente al dios de la Victoria ya no se hallaba un pequeño niño, sino una criatura de puro blanco color. Llevaba una especie de armadura (aunque también se podía afirmar como si esta formara parte del propio cuerpo del ser) que era como ver un dragón no tan gigantesco. Las alas que antes parecían como parte de una armadura ahora eran alas de Dragón completamente naturales. Pero lo más sorprendente era el poder que se emitía de esa cosa, era comparable al de un dios…
9…
-Juggernaut… Drive…- fue lo único que pudo decir Verethragna con cierta emoción pero también una gota de sudor bajando por su frente.
8…
Vali no podia pensar bien, se sentía obnubilado por todo el poder que emanaba de él, no sentía dolor por tener un brazo roto, ni los moretones ni los cortes. Era como si estuviera completamente sedado.
7…
-¡JAJAJAJA! ¡SI, ESTO ES MAS EMOCIONANTE, DESCENDIENTE DE LUCIFER!- grito a todo lo alto el dios de la Victoria antes de colocarse en posición de batalla.
6…
Como única respuesta, Vali solo abrió su mandíbula, dejando ver unos colmillos de dragón y rugiendo como un monstruo. Su visión parecía como si tuviera un filtro rojo, todo se veía de esa forma. Estaba completamente descontrolado, llevado por el poder del Dragón Emperador. Las alas se extendieron, preparadas para un impulso en contra del Dios.
5…
Verethragna entendía perfectamente que lo que había ante él era un ser Berserker pero no se preocupaba por ello. En su lugar, uso la encarnación de la tormenta para impulsarse hacia adelante con la espada preparada para cortar a ese "diabólico y maligno demonio dragón". Todo se definiría en segundos.
4…
¡Destrucción, Destrucción, Destrucción! Eso era lo único que podía pensar Vali Lucifer. Más cuando sus reptiles ojos observaron el movimiento de su objetivo, hizo lo mismo, preparado para desgarrar lo que se cruzara en su camino. Todo acabaría en un instante
3…
El choque entre los dos llego. Con las garras adelantadas, Vali. Con la espada desenvainada, Verethragna.
2…
En ese segundo que chocaron provocaron que 200 metros a la redonda de bosque fuera destruido. Ambos ahora estaban de espaldas al otro, con una extensa nube de polvo levantándose en medio de ellos.
1…
Un sonido de metal rompiéndose y un rugido draconico de dolor. La armadura que cubría el pecho de Vali estaba rota en el pecho, dejando ver un corte de espada que cruzaba de manera diagonal de una punta a otra y que de mucha suerte había pasado a escasos milímetros del corazón.
0…
El resto de la armadura desapareció y Vali recupero el control…
-… ¿E-eso… fue… todo… Albion?
[Si, de alguna manera logre que la maldición consumiera tu energía demoniaca en lugar de tu fuerza vital… Si sales vivo de esto ningún año de tu vida se vera reducido]
-Ja… eso… es bueno…- dijo entrecortado antes de que sus ojos se pusieran en blanco y se desmayase en aquel lugar… En cuanto cayó al piso la sangre salió de cada una de sus heridas, quedando en un charco de rojo color. Apenas había pulso de su corazón. Albion estaba profundamente preocupado, pero no podía hacer nada más que maldecir al Dios de la Biblia por haberlo sellado.
-¡Jajajaja!- la risa del dios persa se escucho tan alto que era posible que cualquiera a 200 metros a la redonda lo escuchara (si es que realmente quedaba cualquier tipo de ser vivo). Albion solo se quedó en silencio, observando la nube de polvo que se había levantado por aquel brevísimo choque, hasta que la figura de Verethragna se volviera visible, con un gesto similar a una ceja levantada. El persa no estaba ni cerca de ser derrotado, estaba de pie completamente estable. Pero eso no significaba que el Juggernaut Drive hubiera sido en vano.
Sus ropas se hallaban en un estado deplorable, apenas cubriendo el cuerpo del peli azul. La mano del dios apretaba fuertemente la empuñadura de su espada dorada… cuya hoja se hallaba completamente rota y fragmentada en el piso cerca de los pies de su dueño. Cuando el joven volteo su espalda y dejo a la vista su rostro, Albion pudo ver dos cosas: la primera, una sonrisa de felicidad y emoción pura en el rostro del persa y la segunda, lo que realmente llamo la atención del Dragón Emperador Blanco…
Una herida diagonal de cuatro centímetros de largo que recorría la mejilla izquierda del dios, de la cual salía sangre dorada, la sangre de los dioses.
Al final aquel Juggernaut Drive incompleto que duro diez segundos y consumió las vastas cantidades de energía demoniaca de Vali, dejándolo inconsciente y en un estado crítico, fueron suficientes para romper la espada del Dios de la Victoria y dejarle una pequeña herida en su mejilla. Tal vez no fuera un gran logro en una batalla verdadera, pero piénsenlo así, un niño de cinco años en su primera liberación de Sacred Gear logro causar una herida a un poderoso dios como Verethragna.
Y el dios mismo respondía riendo con felicidad.
-Jajajaja, que dicha que le trae a Verethragna haber contemplado esto, descendiente de Luc… No, uno no debe llamar a su rival de esa manera, su origen no importa, este pequeño merece que lo llame y reconozca por su nombre… Vali Lucifer.
Ante sus palabras, Albion se dejó escuchar.
[No puede oírte, Dios de la Victoria, Vali se ha desmayado]
-¿Oh? No esperaba que me respondieras, Dragón Blanco. Pero uno ya suponía que Vali Lucifer estaría fuera de combate después de semejante demostración, debo aplaudir su logro.
[¿Y qué harás ahora, Dios de la Victoria? Si planeas matarnos hazlo rápido, no puedo detenerte pero preferiría que este niño no sufriera mucho más de lo que ya ha sufrido…]
-¿Eh? ¿Por qué uno mataría a Vali Lucifer?
[¿Eh?]
-Es verdad que Verethragna vino aquí con la intención de asesinar a un oscuro demonio, pero Vali Lucifer ha ganado mi respeto y mi interés, es fuerte a pesar de su joven edad. Por su demostración no tomare su vida, de hecho uno espera que el chico se vuelva más fuerte para combatir con él otra vez, incluso puede que Vali Lucifer sea el oponente que estoy buscando…- dijo con verdadera alegría y emoción en su voz el dios. El dragón no dijo nada, ya que el mismo Albion conocía la dicha de desear luchar contra un oponente cuando este fuera más fuerte, muchos de sus poseedores anteriores habían esperado hasta que los portadores de Ddraig se volvieran más fuertes (y lo mismo al revés). Verethragna volvió a abrir la boca pero solo un susurro salió, uno que Albion no logro escuchar- ▅▅▅▅▅▅▅ ▅▅▅▅▅ ▅▅▅ ▅▅▅ ▅▅ ▅▅▅▅▅ ▅▅ ▅▅▅▅▅▅ ▅▅ ▅▅▅▅▅▅▅…
…No, no importaba cuanto Albion tratara, no pudo escuchar las últimas palabras dichas por el Dios.
El de cabellos azules hizo desaparecer su espada, tanto la empuñadura en su mano como los fragmentos de la hoja a sus pies. Tras hacerlo volteo su mano, con su palma apuntando al cuerpo del pequeño de cabellos plateados.
-Por todo lo que has hecho hoy, Verethragna prometió que no tomaría tu vida al menos hasta que te vuelvas más fuerte y me busques para la revancha…- dijo el dios con voz suave, confiado completamente en que Vali algún día lo iría a buscar por su propia cuenta, lo había visto en los ojos azules del chico, él era similar al dios y buscaría oponentes fuertes hasta el hartazgo. En otras palabras, un lunático de las batallas- …por eso uno no puede dejarte en este estado o rompería la promesa…
Una esfera brillante de color verde se manifestó frente a su palma y Albion pudo darse cuenta perfectamente de que era. Una fuerte magia curativa, producto de una de las múltiples encarnaciones del Dios, el Carnero para ser más exactos. En cuanto la esfera toco el cuerpo de Vali, las heridas que le habían dejado tanto el Dios Persa como el haber entrado en el Juggernaut Drive empezaron a sanar con una velocidad extrema. La peor de todas, aquella herida en su pecho que de suerte no atravesó su corazón, fue la última en cerrarse. Su corazón también había recuperado su pulso… aunque todavía no era completamente seguro.
Albion no podía sino sentirse aliviado, no solo por la curación que había realizado Verethragna, sino también por la gran fuerza de voluntad y resistencia de su portador. Porque no importaba que él fuera el Dragón Celestial que había tomado a la fuerza los principios de la Supremacía, ni que fuera un ente caótico que podía destruir el mundo sin intentarlo cuando combatía a su rival. Aunque esta fuera la primera vez que hablaba con Vali, Albion siempre había velado por él. Conocía lo que había vivido y quería ayudarlo, volverse fuerte junto a él. Ese chico después de todo era su compañero…
Flashback
-…Y si me permites ser avaricioso, también quiero que seas mi amigo.- Ante su segunda petición Albion no pudo sino abrir los ojos grandemente…
Fin del Flashback
… y su amigo. De hecho, estuvo a punto de tragarse su orgullo como Dragón y agradecérselo a aquel dios persa, de no ser porque este ya había desaparecido. Con un gesto parecido a un levantamiento de hombros, Albion se mantuvo en silencio, en espera que Vali se despertara.
Así, tirado desmayado en medio de la nada, con la ropa desgarrada fue como encontró el más poderoso de los ángeles caídos y líder de Grigori, Azazel, a Vali Lucifer. Y la historia se puso en movimiento…
Continuara…
Bueno, ahí está, espero les haya gustado. Es la primera vez que publico un fanfic de DxD (tuve varias ideas antes, pero esta fue la primera que logre en concreto terminar de escribir) Por el momento, como verán, es simplemente una historia de cuando Vali escapo de su padre (acerca de la madre, como no tengo información de ella, por el momento supongan que está muerta y que murió poco después de nacer Vali)
Quiero aclarar que el hecho de que Vali haya entrado en Juggernaut Drive es únicamente porque fue necesario y no algo que va a poder usar libremente cuando se le dé la gana, algo como Issei cuando sacrifico su brazo por diez segundos de Balance Breaker contra Riser. Ósea, puede usar el Divine Dividing en su forma normal por el momento, pero eso es todo.
El próximo capítulo en un inicio también vamos a tener a un Vali de cinco años, el chico en su primer encuentro con su padre adoptivo y Grigori, pero es probable que a la mitad del segundo capítulo haya un salto temporal y sino en el tercero.
También estoy pensando en hacer esto un fanfic de ValixHarem, pero no estoy seguro, si quieren comenten.
Dark Mare Dragon
