Corazón Salvaje...

Capítulo I Reconociendo Sentimientos...

En la Orden Oscura...

-Komui-san, ¿dónde es la nueva misión?- pregunta Allen.

-Falta que llegue alguien más.

-¿Alguien más?

-Si, tu compañero.

-¿No viene Leenale?

-Leenale está en otra misión.

En eso entra Kanda.

-Kanda, te estábamos esperando.

-Komui-san, ¿por qué Kanda?

-Al lugar que van a ir es demasiado inestable física y psicológicamente y Kanda sería un buen apoyo para ti. Todavía no se ha encontrado la inocencia del corazón y estamos en contra del tiempo.

-Con lo mal que nos llevamos, no quisiera quedarme a solas con él.

-¿Dónde es?-pregunta Kanda ignorado olímpicamente a Allen.

-En España.

-Partan ahora mismo, aquí tienen un mapa de la ciudad y buena suerte- le entrega un papel doblado al samurai.

-¿Piensas quedarte todo el día de pie moyashi?- pregunta Kanda.

-Ya voy- se apresura Allen- no me llamo moyashi, mi nombre es Allen.

-Lo ignora nuevamente- se sube al bote para salir de la orden y esperar el tren que los llevara a su nuevo destino.

-Allen sube al bote, con cara de amargado, no querМa estar cerca del samurai, aunque su cuerpo a gritos se lo pedía- sabía que era un imposible, pero su corazón no entendía.

-Kanda con su mirada perdida, no prestaba la mayor atención a su compañero- en el fondo, no le desagradaba su compañía, pero no podía ser de otra forma, en cualquier momento podría morir a manos de uno de los miembros de noé y lo que menos deseaba era atarse a alguien que perdería.

-Aunque eso es algo que no se puede elegir, el corazón nunca pregunta antes de elegir, sólo lo hace.

-Podría morir en esta batalla que llevamos hace mucho, si tan sólo pudiera decírselo... ¿de qué serviría?... tal vez podría vivir unos momentos inolvidables con él y se estaba negando a esa oportunidad por miedo.

En total silencio de ambas partes, ninguna quería sacar a relucir lo que les pasaba por dentro... era como vagar sin rumbo, un vagabundo que ha perdido su norte.

-Llegaron a la estación de trenes, pusieron su equipaje en la parte superior (n/a un compartimento), se sentaron y clavaron sus ojos al mismo tiempo.

-Esto no será nada fácil... con un leve sonrojo en las mejillas, las manos sudadas, tenía que viajar con él, ocultando sus sentimientos por razones que creía tener una base... desvió su mirada hacia la ventana- verlo directamente lo acobardaba, sobre todo si estaba sentado frente a frente... sus ojos penetrantes, misteriosos, aceleraba su corazón como nadie... jamás pensó que llegaría querer a alguien con tanta intensidad.

-Moyashi...

-Su voz lo sacó de sus cavilaciones, volviendo repentinamente la mirada hacia él, quien lo miraba escudriñando su mente.

-No causes problemas- fue todo lo que dijo.

-Lo se- respondió en un susurro- no es que quisiera llamar la atención, simplemente se veía envuelto en cada situación, que se le iba de las manos- volvió a mirar hacia la ventana.

Después de esa nula conversación llegó la hora de almorzar.

-Allen como siempre comió bastante.

-Kanda su soba como de costumbre.

-Ninguna palabra, sólo miradas esquivas, fortuitas... su frialdad lo hería como nada, su distancia, eso que no pensaba que acortarba jamás lo lastimaba... estaba sólo a unos pocos pasos, y tan lejos... de repente comenzó a llorar, le dolía el pecho, amar tanto y él no darse cuenta, no se daba cuenta que se estaba muriendo por besarlo, acariciarlo, aunque fuera sólo una vez, aunque fuera sólo un minuto, le dolía que lo ignoraran como él lo estaba haciendo ahora... pero algo cambio...

Sintió una mano que le levantaba el rostro, le borraba el rastro de sus lágrimas... tal vez ya no podría frenar lo que estaba sintiendo, aunque muriera en ese preciso momento... nadie era como el "moyashi" como lo llamaba...

Allen cerró sus ojos, no podía creer que Kanda le estuviera acariciando el rostro, el contacto de su piel, era tal como lo había imaginado... unos centímetros más y podría sentir sus labios...

Reconociendo sentimientos...

continuará...

Capítulo 2 "Peligro Extremo"

-Sintió una presión en sus labios, fríos, dominantes, que lo incitaban a continuar, profundizando. Hace mucho que anhelaba aquel contacto... se rindió a la sensación de placer, emoción... la falta de aire los hizo separarse inevitablemente.

-Kanda...- el peliblanco estaba sonrojado y no sabía qué decir.

-Moyashi...- tenemos que bajarnos- sacó su maleta del compartimento y en total silencio descendió del tren.

-Allen no lograba entender la reacción del samurai. De golpe lo había traído a la realidad. De nuevo la distancia que jamás creyó acortar. De nuevo aquella frialdad que lo hería. Tenía ganas de llorar, una opresión en el pecho, punzante... no había tiempo para pensar. Su ojo anti-akuma se activó, una nueva batalla comenzaba.

-Activó su inocencia y salió a combatir a akumas de nivel 1, liberando a las almas presas; sin embargo, sólo eran un señuelo.

-Kanda peleaba con un akuma de nivel 2, capaz de traspasar las murallas y transformarse e imitar técnicas de su oponente.

-Allen se percató de ello, intentaba abrise camino destruyendo a los akumas que se interponían.

-Kanda-gritó.

-Moyashi, no te acerques-le gritó.

-El akuma disparó de lleno contra Allen y éste por poco logró esquivar el ataque, siendo herido en el brazo. El exorcista disparó su cañón en contra del akuma, pero éste ya había traspasado la muralla, llegando al otro lado, cosa que el samurai aprovechó para acorralarlo y cortarlo en dos con mugen.

-Un dolor de cabeza dejó a Allen indefenso... comenzaba a hacer frío y eso lo debilitaba.

-Kanda volvió la vista hacía el peliblanco y lo encontró arrodillado en el suelo con las manos en la cabeza. Sus ojos estaban perdidos, desorientado, en blanco.

-Moyashi, no pierdas el tiempo- guardando a mugen.

-Habían regresado, aquellos recuerdos que había enterrado, su pasado... ese hombre que fue su padre, a quien convirtió en akuma cuando murió, por desesperación, pena, a quien mató con su arma anti-akuma antes de que se apoderara de su cuerpo... Mana.

-Kanda ya estaba perdiendo la paciencia... ¡reacciona moyashi!- lo zarandeó tomándolo por los hombros.

-Mana... Mana... podía escuchar su voz, "porqué me convertiste en esto", "en un demonio", "allen mátame, mátame", una voz que se hacía potente dentro de su cabeza.

-Kanda lo único que atinó a hacer fue abofetear al peliblanco para sacarlo del trance en que se encontraba inmerso... ¡despierta! ¡Allen!

-Esa voz la conocía muy bien... todo se volvió oscuridad, la luna negra, desaparecida, reflejada en el lago... una mujer llorando por él... y Mana muerto en ese callejón... Mana convertido en un maniquí de huesos sin cuerpo propio con el alma atrapada, era un demonio...

-¡NO!- gritaba Allen, no mueras, no por favor, no más... los ojos en blanco... la voluntad perdida.

-Este moyashi está perdiendo la razón, está totalmente descontrolado- el peliblanco activa su inocencia y comienza a destruir todo a su paso...

-Lo estaba perdiendo, no quería atarse a alguien que sabía que no estaría cuando regresara de alguna misión... que su vida está en constante peligro... pero lo quería... ya no podía negarlo... si para salvarlo tendría que luchar con él, no dudaría en hacerlo... no había tiempo para decidir... había llegado el momento que más había temido... tal vez nunca más pueda volver verlo... tal vez nunca más pueda volver a verte... desenfundó a mugen y atacó a Allen.

Peligro Extremo...

Continuará...