DISCLAIMER: Los personajes de InuYasha no me pertenecen, son propiedad intelectual de Rumiko Takahashi. La obra es mía, escrita sólo con el fin de entretener – a ustedes y a mí. Sin fines de lucro.
"Los grandes elementos esenciales para la felicidad en esta vida son algo que hacer, algo que amar y algo que esperar"
— George Washington.
— Complacencia —
— I —
Inhaló profundo mientras su mirada se perdía en el horizonte, en dirección al bosque, más allá del Árbol Sagrado. El amanecer rompiendo con su luz el cielo, alejando las estrellas y aclarando todo el paisaje. Movió las orejas al escuchar el bullicio del inicio de un nuevo día en la aldea, en especial en la casa de sus amigos, y sonrió de medio lado. El llanto matutino del más pequeño integrante de la familia, seguido de las risas de las gemelas acompañadas de algunas cariñosas palabras de buenos días de su padre y la segura voz de su madre indicándoles comer tranquilas el desayuno.
Se bajó de la rama en la que solía dormir de un salto y se encaminó hasta la cabaña donde sus amigos lo esperaban con el desayuno, llegando al tiempo que escuchaba a su amiga soltar el típico "Está servido, InuYasha" que todos los días decía como invitación a acompañarlos. Golpeó un par de veces e ingresó luego de que le indicaran que podía hacerlo; las gemelas dejaron a un lado su comida para encaramarse de inmediato a sus piernas y comenzar a balbucear palabras entrecortadas que lo invitaban a jugar con ellas. Tomó a ambas criaturas por la parte trasera de las solapas de sus kimonos y luego se sentó de golpe, remeciéndolas levemente para volver a dejarlas en el suelo. Las niñas se apresuraron para terminar su desayuno mientras sus amigos le sonreían con cariño y le preguntaban cómo había pasado la noche y si todo estaba bien. Respondió más por inercia, asintiendo con la cabeza mientras observaba las escenas a su alrededor y sonreía con cierta melancolía.
La mañana transcurrió de forma rápida, el tiempo consumido principalmente por ayudar a Miroku a llevar leña hasta su hogar antes de almorzar. Como casi todos los días, comió acompañando a la que ahora podía considerar su familia, decidiendo que pasaría el resto del día con ellos. A veces prefería alejarse, quedarse en el bosque, en su rama favorita del Árbol Sagrado o ir hasta el pozo como una acostumbrada búsqueda que no daba frutos, pero de la que jamás se cansaría. Sin embargo, hoy el ambiente estaba más liviano y Shippō estaba de visita, por lo que compartir con sus amigos era la mejor opción.
Aunque parecía no estar presente. Poco escuchaba de la conversación de la pareja que lo acompañaba, porque a él no le importaba cuántas sábanas debían lavar ni la cantidad de pañales que estaban cambiando con el pequeño que apenas tenía unos días. Sus adoradas sobrinas tiraban incesantemente sus orejas, demostrándole que él era su juguete favorito y eso lograba que su pecho se llenara de una alegría reconfortante, aunque no lo admitiera.
— Eres como su juguete.
— ¡Oye, haz algo con estas gemelas! — Reclamó al padre, aunque en el interior disfrutara de la atención que ellas le daban.
— No tiren de sus orejas, niñas — les ordenó el monje, sin lograr ninguna reacción en las pequeñas.
— Lo siento, InuYasha — se disculpó Sango, sabiendo que de todas formas él adoraba a sus hijas.
No les hizo mayor caso, porque de pronto, sus sentidos se sintieron en alerta. Movió sus orejas y olfateó con detenimiento, su corazón saltándose más de un latido al tiempo que se colocaba de pie.
— Vayan a molestar al zorro.
Dejó caer a las gemelas sobre el kitsune y salió corriendo en la dirección en la que sus sentidos le indicaban que estaba el origen de lo que acababa de sentir. Una esencia conocida, una que jamás iba a olvidar a pesar de que transcurrieran años sin sentirla. Sabía a quién pertenecía y él estaba esperando ese momento.
Se detuvo frente al pozo con el pecho apretado, el miedo y la ansiedad mezclándose como un remolino en su interior. ¿Y si no era cierto? Pero su olfato jamás le había mentido…
Decidido, estiró la mano dentro de la estructura de madera y esperó sólo un instante para que fuese tomada con un agarre seguro, el tacto suave contrastando con el áspero de su palma. Jaló suavemente hacia arriba para ayudar a salir del fondo a Kagome y observarla frente a él, terminando de creer lo que acababa de pasar.
Ella había vuelto.
Kagome estaba de regreso.
Él nunca había perdido las esperanzas de un reencuentro, sabía que ella en algún momento volvería; sin embargo, el tiempo transcurría y el miedo siempre estaba presente. El miedo y la soledad, dos sentimientos que automáticamente fueron desplazados de su pecho, porque ahora ella estaba con él.
— Perdóname, InuYasha. ¿Me estabas esperando?
— Kago… ¡Tonta! ¿Qué tanto estabas haciendo? — La estrechó entre sus brazos, considerando su pregunta algo estúpido porque ¿cómo no iba a estarla esperando? Después de todo lo que ella significaba para él…
Sintió nuevamente su aroma de cerca, la caricia de su cabello en su piel, el latido de su corazón acelerado y su anhelo casi palpable. Y fue en ese momento, en el que supo lo que era la felicidad. Porque nunca más iba a estar solo, nunca más volvería a sentir esa ausencia, la nostalgia y melancolía al ver cómo sus amigos formaban su familia, ahora sería reemplazada por las ansias y la alegría de saber que él también tenía esa oportunidad.
Porque junto con su regreso, Kagome había traído consigo nuevas esperanzas, anhelos y deseos que habían permanecido ocultos. Su vida daría un giro ahora, se enfocaría en otras cosas porque ya no estaría a la espera de. Ahora podría cumplir todas esas promesas y hacer realidad sus sueños.
Porque ahora estaba completo nuevamente.
Ya nada le faltaba, podía ser completamente feliz.
Y bueno, aquí estoy por fin. Gracias a la extensión, pude publicar y veré si alcanzo a escribir aunque sea uno más. ¡No desanimemos!
Quiero dar un especial agradecimiento a Nuez, quien nunca deja de apoyarme y me da ánimos para anotarme a cada actividad, ignorando el montón de pendientes que tengo en cola ajajajaja ¡te adoro, hermosa!
Si llegaron a este punto, les agradezco su apreciación a través de un review y los invito a pasarse por el foro y leer los otros fics de esta actividad, anotarse si lo desean (en ésta o en las muchas actividades que tenemos) o sólo fangirlear con nosotros.
Saludos, ¡nos leemos por ahí!
Yumi~
