QUIERO ENAMORARME EN EL ACUARIO
Love Live no me pertenece, es propiedad de ASCII Media Works, el sello discográfico Lantis, y el estudio de animación Sunrise.
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"¿Sabes? Siempre te admiré. Quería ver lo mismo que tú, ver el mismo paisaje que tú, ¿deberíamos seguir hasta ser viejas?"
"¡Sí!"
—¡Muy bien, Uchichi, vas a ser mío!
El hombre que atendía el lugar celebró su energía. Le deseó suerte en silencio, mientras la esfera oscura hacía un leve chirrido al girar. Las pelotas en su interior emitían chasquidos cuando chocaban unas entre otras.
En la última vuelta, los nervios de la nadadora ceniza se dispararon, había un pequeño grupo de personas detrás de ella dándole ánimos, mientras esperaban su turno de pasar por alguna suerte.
—Por favor, ¡que sea blanca! ¡Necesito ese peluche! —rogó, dando un último giro.
La esfera rodó unos segundos más y fue disminuyendo gradualmente su velocidad hasta que se detuvo, dejando que las bolas dentro bailaran alrededor de la única abertura, pronto, solo una salió, cayendo en ligeros rebotes en la caja debajo.
Se quedó sin habla, viendo el brillante color dorado.
—Vaya, ¡felicidades jovencita! —aplaudió el menudo hombre, las personas que esperaban su turno gimieron decepcionados—, ¡has ganado el primer premio del Acuario!
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—Y en resumen, eso fue lo que pasó. Pensar que estuve juntando esos tickets por todo un mes, ¡sólo quería ese jumbo Uchichi! ¡Uwaaa!
—¡Wow! ¡You-chan, eso es tener mucha suerte! Un viaje a Kioto ¿¡Por qué no me pasan esas cosas a mí!? —Algunos granos de arena salpicaron cuando Chika se desinfló, recostándose en ella haciendo un puchero.
A su lado, Riko rió, viendo adorable su rabieta. You estaba en el otro lado de la chica mikan, y también soló unas risas haciendo eco con las de Chika.
Las tres estaban en la playa, pasando el rato, admirando la puesta de sol justo como lo hacían desde que Uranohoshi cerró. Tenían apenas unos días para que el siguiente ciclo iniciara y ellas se convirtieran en alumnas de tercero en una nueva escuela, lejos de Uchiura y del mar. La bandera de victoria de Aqours ondeaba detrás de ellas, alzándose tan imponente en la arena, recordándoles que estos momentos pronto terminarían.
—Entonces… ¿ya pensaste a quién llevarás contigo?
—Hmp, bueno… ese es el problema.
Riko vio aparecer una sombra de preocupación en el rostro de You, mientras sus orbes azules vagaban entre el cuerpo recostado y la arena, como si no estuviera segura de lo que diría. Tal vez no la conocía tanto como Chika o Kanan, pero cuando se trataba especialmente de su amiga mikan, You era un libro fácil de leer.
—¿Qué hay de tu mamá? ¡Estoy segura de que quiere ir! —Chika se sentó de vuelta, y Riko se apresuró a quitarle la arena de entre sus mechones naranjas ante la atenta mirada de la nadadora.
You se rascó la mejilla, desviando la mirada y soltando un largo suspiro.
—Le dije, pero ella dijo que ese viaje debería hacerlo con alguien que pueda seguir el ritmo de las visitas y las caminatas rápidas, ¡fui rechazada por mi madre!
Aunque lo dijo en un tono bromista, había algo en su ceño fruncido que hacía que el tema se viera más complicado para ella.
—Oh, ya veo, entonces, ¿ya pensaste en alguien más? —Chika preguntó, alzando las cejas mientras observaba a su amiga nadadora.
You borró la sonrisa y suspiró de nuevo.
—Estaba pensando en alguna de ustedes, ya saben, las que aún estamos aquí.
No era su intención tirar de recuerdos nostálgicos, pero era imposible no relacionarlos. Solo quedaban las seis restantes de Aqours, ya que la mayores, Dia, Mari y Kanan habían marchado apenas unos días atrás a sus respectivos destinos, para prepararse antes de que su ciclo Universitario comenzara.
Las olas que golpeaban la arena a metros de ellas, trajeron consigo una ventisca fría que golpeó sus rostros con fuerza, haciéndolas temblar. Marzo aún era helado, pese a entrar en primavera, faltarían unos meses antes de que la temperatura subiera a unos grados aceptables.
—¿Tal vez un sorteo? ¡Así todos tendrían oportunidad! —Chika sugirió.
Riko asintió, complacida con la idea y aunque You sonrió, se dio cuenta de que no era lo que ella quería. No tuvo que pensar demasiado para comprender la razón, después de todo, las había estado observando durante las últimas semanas. Había cosas que no estaban dichas entre aquellas dos, no aún. Y bueno, ella amaba a Chika, por la luz que le trajo a su vida, y amaba también la sinceridad y aplomo de You, pero más que eso, Riko sabía que esas dos también se amaban a un punto mucho mayor, producto de los años, de los apoyos mutuos, las sonrisas y llantos. Si ella podía ayudarlas en algo, sin duda lo haría.
—Creo que escuché de Yoshiko-chan que tendrían una especie de campamento de estudio con Leah, no creo que estén disponibles ahora.
Tanto Chika como You la voltearon a ver confusas.
—¡¿En serio?! ¡Sarah-san no me dijo nada de eso! —exclamó la mikan, sumiéndose en sus recuerdos para buscar algo de aquella aseveración.
You la miró enarcando una ceja, estaba segura de que había hablado con Ruby esa mañana sobre unos trajes que se quedaron en su casa, y la pequeña Kurosawa no mencionó nada de eso. Una sonrisa en Riko la hizo dudar de lo que estaba planeando pero ella cortó sus pensamientos hablando de nuevo.
—Y yo tengo que viajar con mi madre a ver unos documentos en Tokio, debido a esta nueva transición de escuela, eso nos deja con… —Riko giró hacia Chika, y tomándola de los hombros, la empujó hacia You, quién la recibió poniendo sus propias manos sobre ella, la chica parecía un peluche pasando de mano en mano—, seguro que se divertirán.
—¡¿Eh?! —exclamaron ambas al unísono.
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Nerviosa es lo menos que estaba, sentía que en cualquier momento iba a explotar por los confusos sentimientos de su interior. You resistió el impulso de revisar de nuevo su maleta, ahí mismo en la estación mientras esperaba a que Chika llegara. Apenas eran las seis de la mañana, su tren primer tren partiría en punto de las siete.
No era la primera vez que viajaban solas, lo hicieron infinidad de veces antes incluso de Aqours, pero era la primera vez que lo hacían, siendo ella consciente de sus propios sentimientos hacia Chika. Dos días y una noche a solas en un viaje de lo más espiritual y relajante, según lo que decía el folleto del acuario.
Ella estaba segura de que Riko planeó esto, y aunque no lo dijera, cuando sugirió la idea no dejaba de guiñarle el ojo y darle pequeñas palmadas en el hombro cada que estaba cerca de Chika, lo que solo hacía más irritable la situación. Riko sabía, Mari sabía y ella ni siquiera era tan sutil al respecto. Tenía suerte de que Chika fuera tan densa y no se diera cuenta… o tal vez era mala suerte. Sería tan fácil si ella lo supiera.
Aunque, si buscaba el lado bueno, era una travesía que podrían disfrutar. Lejos de preocupaciones y recuerdos dolorosos, esto sería bueno para Chika, quien fallaba miserablemente en sus intentos de ocultar lo mucho que el cierre de Uranohoshi aún le afectaba. Poder ver una sonrisa sincera en su rostro, ver sus ojos brillantes de nuevo, era lo único que You ansiaba más que nada en el mundo, y esta, podría ser su oportunidad para conseguirlo.
—¡Heeey! ¡You-chan! ¿Estás lista? —Chika llegó hasta ella, con maleta en mano y con una gran sonrisa que desaparecía cualquier pensamiento pesimista.
—¡Qué comience la aventura yousoro~! —You exclamó, dejando que su buen ánimo surgiera.
La tomó de la mano y juntas caminaron hacia el andén para abordar el tren. Chika la siguió, apretando su mano, un gesto que le hizo más grande la sonrisa; abordaron el estrecho transporte y buscaron asientos no muy lejos de las entradas, ya que tenían que bajar en la estación de Mishima para abordar el siguiente tren a Kioto. Tenían casi tres horas de viaje por delante.
Chika lucía bien, y ansiosa por los días que les esperaban. You estaba tal vez más emocionada, teniendo en mente, hacer todo lo posible para que su alegría no se opacara y fuera el viaje más divertido de toda su vida.
El primer trayecto duró apenas diez minutos y pronto estaban en el segundo, Shima les preparó un par de bentōs para el camino a Kioto, donde el agente de viajes les esperaría para llevarlas a su hospedaje, según el correo que había recibido, el itinerario era bastante interesante: el primer día era un viaje espiritual y el siguiente de aventura, no tenía nada en contra de los santuarios pero estaba segura de que Chika y ella disfrutarían más de la diversión.
En el trayecto, hablaron de cosas triviales, sobre las usuales llamadas que solían recibir de Kanan explicando cómo se las arreglaba para establecerse y los pequeños vistazos que lograba darles de la ciudad en sus fotografías. También de las cartas y postales de gente alrededor de Japón felicitando su triunfo en el Love Live, un éxito bastante inesperado para todas. Fue una charla amena y tranquila, que le hizo recordar los tiempos en que pasaban horas y horas juntas antes de que Aqours se formara, no es que odiara los momentos actuales, lo había superado gracias a Mari pero era un poco imposible no darle vueltas, sobre todo cuando Chika estaba tan cerca, y demasiado extraña.
En algún momento, ella se acercó más a su lado, recostándose sobre su hombro. Era usual que ella hiciera eso cuando estaba aburrida o cansada, pero había algo extraño ahora, como el hecho de que había tomado su mano sosteniéndola con una calidez incomparable. No sabía explicarlo y su corazón latía a un ritmo acelerado, rogaba a los dioses que ella no pudiera escucharlo pese a estar tan cerca.
Tras casi dos horas y media de viaje, el paisaje se volvió más tradicional con edificios imperiales y santuarios que rodeaban la vista, You comprobó la hora de llegada a unos minutos, cortando la charla para después, la emoción comenzaba a sentirse y ansiosas era lo menos que se encontraban.
El paisaje cambió de nuevo mientras más se adentraban al centro de Kioto, con sendos edificios empresariales y la cantidad exorbitante de gente.
—¡Estamos aquí, You-chan! —Chika exclamó cuando sintieron el tren ralentizar su marcha.
—¡La ciudad será nuestra, Chika-chan!
Apenas el tren se detuvo, sintieron que su energía apenas se contenía, lo mejor de todo para You era ver la gran sonrisa llena de ilusiones de su la chica mikan, una expresión que deseaba tanto poder enmarcar para colgarla en su cuarto, alegraría todos sus días al despertar.
Justo como decían las indicaciones, una joven ataviada de pantaloncillos cafés y chaqueta del acuario las esperaba en el pasillo, fácilmente reconocible por el curioso cartel que cargaba con la foto de Uchichi, casi era una lástima que no pudieran recorrer la estación, una de las más antiguas y grandes del mundo; con su conjunto de tiendas, áreas de ocio y restaurantes.
—¡Felicidades por obtener el primer premio del Acuario Izu Mito Sea Paradise! Un recorrido de dos días y una noche por lugares emblemáticos de Kioto, ¡gracias por asistir a nuestro Acuario! —Mientras lo decía, se acercó a las dos entregándoles un par de bolsas con los logos azules de la empresa—, antes de comenzar, les llevaremos a su alojamiento para que puedan descansar un rato, y les agradeceremos que en el recorrido usen estas camisetas especiales del acuario.
Abrumadas por la cálida bienvenida y la rapidez de su hablar, recibieron las bolsas, compartiendo miradas divertidas.
—¡Por supuesto! —dijeron ambas.
—Entonces, ¡que comience la aventura! —La joven guía dijo complacida, dándose la vuelta para salir del lugar.
Chika y You se apresuraron a seguirla, cargando sus mochilas donde guardaron un par de mudas y otros enseres personales. Un auto azul con algunas decoraciones de peces y el logo de la empresa las recogió en la entrada, al parecer sólo la guía sería su única compañera.
Ya en marcha, ella les explicó que se hospedarían en el Ryokan Ryoso Chatani, de la zona oeste de Kioto ya que estaba cerca de Arashiyama, donde tendrían el día entero para visitar, donde sólo tendrían una hora de descanso para comenzar la ruta en punto del mediodía, incluso ya les esperaba un nutrido y tradicional desayuno ahí, algo que hizo que el estómago de Chika gruñera de anticipación ganando las risas de You.
Cuando llegaron, la vista era simplemente maravillosa, diferente al Ryokan de Chika rodeada por un aura marina gracias al mar de Uchiura. Las flores de cerezo en la entrada, relucían su color rosa entre la majestuosidad de los árboles verdes y el olor a bambú impregnaba el aire fresco.
La joven guía que se nombró como Yuuri, las llevó hasta su habitación, donde en el centro de ella ya se encontraban un par de ollas emanando vapor y varios pequeños platillos que lucían apetitosos.
—Vendré por ustedes en una hora —Les recordó, despidiéndose con una sonrisa agradable.
—¡Estaremos listas! —exclamó You antes de que abandonara la habitación.
Una vez solas, sus estómagos se pusieron de acuerdo para gruñir en protesta, aunque ya habían comido un poco con el bento, al parecer, no rivalizaba con la exquisitez de los platillos. No hubo tiempo de vergüenza, casi tiraron sus cosas en uno de los anaqueles cercanos listas para atiborrarse del obanzai y el kyo kaiseki de Kioto, con su sazón único que no podían perderse.
Todo parecía ir bien, empezando el viaje con algo tan delicioso, ni siquiera podía detenerse a pensar en nada más perfecto.
—Hey, You-chan, aquí, ¡di ahhhh!
Su mano se detuvo en su intento de tomar unas pocas verduras, congelada tratando de procesar lo que estaba sucediendo, Chika tenía un tenedor con fideos envueltos a su alrededor y con un pedazo de carne en la punta a centímetros de sus labios, con una sonrisa tan inocente y angelical que la hacían sentir avergonzada, ¿acaso estaba soñando despierta? No… no recordaba haberse dormido, entonces, ¿esto era real? ¿¡Chika quería alimentarla!? Los colores subieron a su rostro.
—Eh, ¿no quieres? —La joven Takami preguntó, frunciendo el ceño y luciendo un poco decepciona, You se dio cuenta de que habían pasado ya un par de minutos sin moverse.
—¡C-Claro que sí! —Se obligó a salir del shock para abrir la boca y meterse el bocado de una sola vez, esperando que eso pudiera ocultar su sonrojo— ¡Es delicioso!
Chika sonrió, complacida y dando apenas un vistazo de segundos a su tenedor antes de tomar una porción de kaiseki y comerlo.
You no sabía qué hacer o pensar, esto era nuevo para ella, habían compartido comida y golosinas antes pero, ¿darse de comer? ¡Eso jamás! ¿En que estaba pensando Chika? Pero más importante, ¿ella debería hacer lo mismo? Sus ojos azules se quedaron fijos en su propio cubierto, la idea de darle de comer era tentadora, ella lo había hecho primero… el problema es que su mente giraba a otras cosas, ¿no contaba aquello como un beso indirecto? ¡Había tenido un beso con Chika..! Sacudió la cabeza eliminando esos vergonzosos y estúpidos pensamientos, ¡no podía pensar así! El viaje seguramente la mareó, si, en definitivo era eso.
—Aquí viene otro You-chan~
No tuvo tiempo a reaccionar cuando un segundo bocado llegó en avión hasta ella, Chika se veía tan radiante y feliz con ello, no podía negarse a ser consentida así, ¿no era esto lo que de todos modos quería?
—¡Listo para recibir!
Bueno, no perdía nada jugando a que sus sentimientos eran correspondidos.
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N/A:
Hello again~ (?) Bueno, llevo mucho tiempo debiendo y guardando este pequeño relato, ¡lo lamento mucho por la tardanza! Pero para no seguirlo dejando en el olvido, aquí traigo la primera de tres partes de una historia ChikaYou semi AU, este es tuyo Manuciento amigo :"D no es mucho pero espero te guste. Y si alguien más lo está leyendo, ¡muchas gracias!~
