Black Rose


Capítulo 1. Problemas

Un majestuoso coche circulaba hacia el aeropuerto. Era una limusina de color negro brillante, imponente aunque no fuera una de esas limusinas largas que utilizan los famosos. Pero aun así era increíblemente elegante. El conductor iba tranquilo, vestido con un traje negro y gafas de sol, como si se tratara de un guardaespaldas. De vez en cuando miraba por el retrovisor a la persona que iba sentada en el asiento central de la parte trasera, tarareando una bonita canción con tranquilidad. Pudo identificar la melodía de Singing in the rain en su melodiosa voz.

- Llegaremos en breves momentos, señorita Rayner -Dijo con calma, aunque más bien parecía sumisión.

En el asiento trasero la joven chica sonrió con encanto, colocándose un mechón de su brillante pelo negro tras la oreja.

- Perfecto -Contestó cerrando el libro que tenía sobre su regazo para mirar al hombre, haciendo que se estremeciera ante el brillo casi hipnótico de sus ojos verdes, volviendo a mirar la carretera con intranquilidad.

Volvió a sonreír satisfecha, mirando por la ventanilla de cristal tintado cómo el exterior iba cambiando para llevarla a su destino. Suspiró imperturbable, volviendo a mirar el libro. Blancanieves. Un regalo de su tan querido y apreciado padre.

Se moría de ganas de llegar.

[*]

En la isla Lioccot los jugadores del Inazuma Japón entrenaban, riendo y divirtiéndose mientras se iba haciendo más fuertes. Acababan de ganar a la selección de Italia, y pronto sabrían contra quien jugarían el próximo partido. Estaban muy motivados.

- ¡Tuya, Jude!

El chico con los googles cubriéndole los ojos recibió el balón, y comenzó a correr con rapidez esquivando a todos. No le importaba haber estado entrenando toda la mañana, en aquel momento aun se sentía furioso. No quería parar, por eso le estaba poniendo más empeño que de costumbre. Quería librarse de toda esa ira que le estaba invadiendo. Y todo por lo que había pasado días atrás, en el partido contra la selección italiana. Por lo que había pasado con Ray Dark.

Seguía impresionado por lo que había ocurrido con su antiguo entrenador, al igual que sus compañeros de la Royal Academy. Era natural, lo habían visto morir. Estaba preocupado por ellos. Pero aun así estaba más preocupado por Elsie, por mucho que ella no perteneciera a la Royal.

La peliazul alcanzó el balón justo cuando el chico estaba pensando en ella. No podía participar en el torneo por ser chica. En la liga nacional ya se habían arriesgado bastante al permitir que jugara, así que esta vez no podía. Aún así, ella lo había aceptado sin que le sentara mal. Por eso seguía entrenando a diario con ellos, quería mejorar a su lado y odiaba quedarse quieta. A primera vista se mantenía impasible ante todos. Después de todo, siempre había despreciado a Ray Dark más que a nadie.

Pero Jude la notaba tensa. Después de todo lo que le había pasado por culpa de ese hombre, era imposible que no estuviera pensando en él a cada momento.

Aún se sentía culpable por lo ocurrido. En parte, fue culpa suya que Elsie decidiera irse del instituto Brain por la presión a la que la sometieron. Durante años la presionaron para que se uniera a la Royal Academy. Y durante esos años la chica de pelo añil sufrió un miedo increíblemente estresante hacia Dark. Sentía sus miradas a cada momento, incluso en sueños. Y ahora que él ya no estaba en ese mundo, a lo mejor se sentía aliviada, pero eso solo la martirizaría aun más. Por más cruel que hubiera sido con ella... seguía siendo una vida humana.

Sus pensamientos se disiparon cuando vio al entrenador levantarse y dirigirse a ellos.

- Bien, chicos. Terminamos el entrenamiento por hoy.

Todos fueron hasta el banquillo, donde las demás chicas les ofrecieron toallas y bebida. Jude aprovechó para acercarse a Elsie, que se limpiaba un poco el sudor con una toalla pequeña, respirando con rapidez por el esfuerzo. Al verlo lo saludó impasible, comenzando a beber un poco de agua.

- ¿Estás bien? -Preguntó el chico intentando sonar tranquilo.

- ¿Yo? Claro que sí -Contestó ella algo extrañada, dejando la botella en el banquillo y mirándole a los ojos-. ¿Y tú?

- Sí, perfectamente.

- Me alegro. Perdona, me voy a descansar un poco a mi habitación.

Realmente quería hablar con ella, solo con esas simples palabras le había quedado aun más claro que estaba mal. Pero se limitó a asentir y desearle que descansara bien. Mientras observaba como su amiga se iba, alguien le tocó el brazo. Era Areli, con su pelo violeta y sus preciosos ojos ambarinos. Como siempre iba acompañada de David, y detrás de ellos también estaba Caleb, que parecía malhumorado.

- ¿Ocurre algo? -Preguntó extrañado al observar los ojos de su compañera.

Areli se quedó pensando con impaciencia, como si quisiera hablar de algo importante pero no pudiera hacerlo. Los dos chicos que la flanqueaban empezaron a ponerse nerviosos, y finalmente Caleb decidió dejar atrás toda esa tontería.

- Creemos que ella ya lo sabe.

Jude se sorprendió al instante, y comenzó a inquietarse. Pero mantuvo la compostura. Sabía perfectamente de quien estaban hablando, y comprendía su ansiedad. Ya se esperaba que algo así sucediera. Y sabía que los siguientes iban a ser unos días difíciles.

Pero él debía mantener la calma. Como capitán de la Royal Academy debía ser el soporte de sus compañeros y transmitirles seguridad.

- Bueno, sabíamos que se enteraría tarde o temprano -Comentó sin más, dejando la botella de agua en el banquillo junto a la de Elsie.

- ¿Qué crees que hará ahora? -Preguntó Areli preocupada.

- Es imposible saberlo, es totalmente impredecible. Por ahora no podemos hacer nada, salvo esperar.

- Pero no podemos quedarnos quietos, a saber lo que habrá pensado al saber que nosotros estuvimos presentes cuando capturaron a Dark -Exclamó David. Rara vez se estresaba, pero realmente no estaba tranquilo.

Los tres estaban pensativos, hasta que oyeron a Caleb chasquear la lengua.

- Dejad de hacer el inútil intentando sacar conclusiones. Sabéis perfectamente cómo es. Lo que somos nosotros para ella. No va a quedarse en Japón esperándonos.

Los dos chicos tuvieron que aceptar esas palabras a regañadientes. Pero sabían perfectamente que todo lo que había dicho era cierto. Ella no se iba a quedar de brazos cruzados ante la muerte de Ray Dark.

- ¿Y que podemos hacer? En parte, lo de Dark ha sido...

- No ha sido culpa de nadie, Areli -Jude también estaba inquieto, pero mantenía su expresión. No le quedaba otra-. Fue un accidente. Y este tema queda zanjado. Por ahora no debemos volver a pensar ni en Dark ni en ella. Ni siquiera podemos estar seguros de que se haya enterado, así que dejad de preocuparos, o los demás pensarán que nos pasa algo.

Los tres miraron a su capitán sorprendidos por sus palabras, pero asintieron sin dudarlo. No deberían anticiparse tanto a lo que podría suceder. De modo que decidieron dejar el asunto y volver con los demás. Cuando Caleb y David se adelantaron un poco, Jude cogió a la chica de pelo morado a solas.

- Areli, ¿alguna vez le has hablado a Elsie de ella?

- Claro que no -No tenía muy claro a qué se refería, no tenían nada que ver la una con la otra, al menos que ella supiera. Pero si Jude estaba tan preocupado por eso mejor no agobiarlo más con sus preguntas.

- Bien. Pase lo que pase y te pregunte lo que te pregunte, no le digas nada. Elsie ya tiene demasiado, aunque no la conozca. Ahora debo pedirte que vayas con ella, asegúrate de que está bien.

- De acuerdo -Asintió la chica, obedeciendo a su capitán sin dudarlo. Pero aun con toda la seguridad que el chico le proporcionaba, había algo que la mantenía en un estado de ansiedad permanente-. Jude... ¿Lo que ha dicho Caleb es cierto? ¿Hay probabilidades de que venga aquí?

Jude la miró fijamente, pensando en toda su situación.

- No lo sé. Pero sí que hay algo que es cierto, por mucho que no nos guste -Susurró, mostrando su nerviosismo por primer vez aunque no se le vieran los ojos-. tenemos problemas.

Continuará


Inazuma Eleven y sus personajes no me pertenecen (de momento),

son propiedad de Level-5 (repito, de momento...)