¿Acaso el amor nos puede llevar a tomar decisiones demasiado drásticas?, justificamos nuestras acciones con aquel sentimiento sin pensar en las consecuencias posteriores.
Y ni siquiera los niños pueden estar a salvo del amor.
Issei Hyodo perdió a su padre cuando tenía 5 años, un hombre que era una de las mentes brillantes dentro de la compañía de autos Gremory, gran amigo del CEO de la empresa, y muy querido por sus compañeros, había provocado que Ise tuviera el sueño de convertirse en cantante, y que el siempre estaría allí para apoyarlo, pero un día un fatídico accidente automovilístico condeno su vida, dejando en incertidumbre el futuro de su familia.
Zeoticus Gremory, aquel que fue su jefe y amigo durante años decidió ayudar a la familia, dándole trabajo a su esposa, y un hogar donde vivir junto a su hijo.
La madre de Issei se transformó en la asistente personal de Venelana Gremory, esposa de Zeoticus y dueña de la mejor empresa de postres en Japón.
La vida de Issei volvió a equilibrarse, era un buen chico, excelentes calificaciones en su escuela y tenía muchos amigos, era un niño bastante feliz a pesar de haber perdido a alguien tan importante.
Su figura paterna fue llenada por Zeoticus, quien cuidaba al pequeño como si fuera su propio hijo, Venelana también cuidaba mucho al pequeño, era su "pequeño galán" como a ella le gustaba llamarlo, además cada empleado de la casa se había encariñado con él.
Un año había pasado desde el accidente, un año lleno de apoyo para el pequeño castaño, un año en el que su sueño musical seguía intacto.
Aunque lo único malo de vivir en la mansión Gremory junto a su madre, era que tenía que soportarla a "Ella".
La pequeña hija menor de los Gremory, una pequeña niña que era considerada toda una princesa, pero no para Ise.
No es que ella fuera una chica cruel y lo torturara como algunos niños hacen, ella era… como decirlo….. Muy posesiva.
Pero con el…..
La pequeña Rias Gremory había deseado un hermano desde hace tiempo, pero sus padres ya no querían tener más hijos, por lo que cuando Ise llego a vivir con ellos se sintió muy bien, al fin podría tener un hermano menor, aunque solo sea por un año.
Aunque ambos poseían un gran gusto por la música, por lo que él se sentía muy agradecido de ser acompañado por alguien así, vale decir que Rias poseía una personalidad enorme, se la pasaba cantando todo el día, su voz era angelical y todos se sentían maravillados con ella, lamentablemente el no poseía una personalidad así.
Ahora el pequeño Ise estaba escondido en unos arbustos del patio de la casa, huyendo de Rias….
Sonara extraño, pero esto parecía ser bastante común.
"¡Ise, es hora de que paseemos de la mano!". La pequeña pelirroja buscaba a su querido "hermano", era hora de su rutina diaria.
"Vaya, vaya, ¿pero que tenemos aquí?". Una voz masculina se escuchó.
El pequeño giro su rostro asustado, pero luego de ver quien era se calmó.
"Tío Zeo, por favor baje la voz o Rias nos escuchara". Zeoticus había aparecido junto al pequeño.
"Oh, ¿otra vez te persigue?". Pregunto el pelirrojo, a lo que Ise asintió con la cabeza. "Lo lamento chico, ella salió a su madre en ese aspecto".
"¡Ise!". La voz de la pequeña Rias se escuchó, Ise simplemente se escondió tras Zeoticus, estar con Rias realmente lo agotaba. "Ahí estas".
Ise sintió terror al ver a su "hermana" sabía que le esperaba un día lleno de actividades agotadoras.
"Ise, ¿dónde estabas?, es hora de nuestra rutina diaria". Dijo la pelirroja acercándose al castaño como depredador a su presa, pero antes de llegar a el….
"Lo siento preciosa, pero Ise debe ayudarme en ciertos asuntos personales". Dijo el padre de la pelirroja.
"¿Eh?, ¿ahora?". Pregunto Rias a su padre, totalmente decepcionada.
"Sip, en este instante". Dijo Zeoticus arrodillándose y acariciando la cabeza de la pequeña. "¿Por qué no le pides a Cesar que te lleve a ver a Akeno-Chan?, hace tiempo que no la ves". La pequeña se re-animo, había pasado un tiempo desde que visito a su amiga, asintió con la cabeza y procedió a retirarse, pero antes de hacerlo se acercó al castaño y le beso la mejilla con mucha dulzura haciendo que Zeoticus riera, a Ise realmente no le molestaba las muestras de afecto, solo le molestaba lo posesiva que era Rias.
Por cierto, a Ise realmente le asustaba la amiga de Rias, Akeno, una chica bastante rara, cuando visitaba a Rias siempre quería jugar con él, decía que si Rias era su hermana entonces ella sería su "amante", algo que jamás entendió realmente.
En esencia, el castaño no podía negar que sentía cariño por Rias, por su puesto ese sentimiento era más que un puro amor infantil, aquel que es más inocente que ninguno.
En una lujosa camioneta una hermosa mujer de cabello castaño y ojos violetas conducía a un par de calles de la casa, acompañada de una mujer un poco mayor, Venelana Gremory, esposa de Zeoticus y madre de Rias, conocida mejor como la "Dama de hierro", ella era la dueña, jefa y señora de la marca de la empresa más prestigiosa de postres en Japón, el reflejo de una mujer perfecta, era hermosa, exitosa, una empresaria brillante y más que nada una mujer con todas las letras.
La mujer que acompañaba a Venelana era su mano derecha, su mejor amiga, su asistente personal, y la vice-presidenta de su compañía, Ana Hyodo, una mujer de carácter y espíritu fuerte, madre de Ise, y viuda pero jamás dejo que eso afectara a su hijo, por eso era la madre perfecta, principalmente para su hijo.
"Te agradezco haberme acompañado Ana, las negociaciones entre empresas son difíciles, pero las reuniones de padres sí que son complicadas". Dijo Venelana
"No fue nada señora Gremory, de cualquier forma debía ir, el pequeño Ise también asiste a la pequeña primaria".
"Ana, ¿Cuántas veces debo decirte que cuando estemos fuera de la oficina debes llamarme Venelana?".
"Lo siento, usted sabe que me resulta difícil tomarme esas confianzas". Dijo la señora Hyodo.
Venelana entonces recordó acerca de un tema que había investigado por petición de Ana, uno que tenía que ver con Ise.
"Ana, ya conseguí la información que me habías solicitado, me parece que no habría problema alguno".
Ana miro a Venelana sonriente, si de verdad era así, podría significar grandes cosas.
"¿Habla enserio?". Venelana asintió con la cabeza. "Oh, mi esposo estaría muy feliz, siempre quiso lo mejor para nuestro hijo".
"¿Ya se lo has dicho?". Pregunto Venelana.
"No, la verdad no he querido decírselo aun, quiero que este seguro de si quiere aceptar".
"Pues deberás decirle, personalmente te recomiendo que lo hagas hoy, me temo que esto también podría afectar a Rias, y no precisamente para bien". Dijo Venelana.
Ana sabía que si las cosas salían de la forma en la que creían, la pelirroja probablemente sufriría, y aunque no le agradara la idea de que eso sucediera, seria a cambio de un bien mayor.
El pequeño Ise era llevado en los hombros de Zeoticus, ambos se dirigían al comedor de la mansión.
"Tío, ¿en qué necesita mi ayuda?". Pregunto el pequeño.
Zeoticus lo bajo al llegar a la sala. "No te preocupes hijo era una mentira, solo quería salvarte de Rias, ¿Quieres que alguien te haga un sándwich?".
"Oh si tío, tengo mucha hambre". Dijo Ise, Zeoticus lo miraba con cariño, había prometido en el nombre de su fallecido amigo cuidar a su hijo personalmente, el padre de Ise fue el amigo más fiel de Zeoticus durante años, Ise era igual a él, en parte esa era la razón de que cuidara al pequeño castaño de esa manera, era la viva imagen de su padre.
"Señor Gremory". Una Joven sirvienta de la casa se había acercado a la habitación, tenía el cabello platino, y sus ojos azules.
"Oh, Grayfia, ¿hay algo que necesites?". Pregunto el pelirrojo.
"Las visitas que esperaba han llegado señor". Dijo la platina.
Zeoticus dejo de sonreír, esto era algo que lucía verdaderamente serio, pero irónicamente ni el mismo sabía muy bien de que se trataba, lamentablemente debía atenderlo de inmediato.
"Muy bien, iré de inmediato". Dijo saliendo de la habitación, pero después de un segundo regreso, recordó algo que quería preguntarle. "Por cierto querida, ¿Mi hijo ha hablado contigo últimamente?".
"Pues, no señor, el señor Sirzechs ha solicitado no ser molestado, dice que la universidad es bastante complicada".
"Vaya, ese chico no tiene remedio, el idiota a estado enamorado de ti desde que era un adolescente y jamás te ha invitado a salir, bueno, supongo que ya es hora de que hagas algo Grayfia". Dijo Zeoticus volviendo a salir.
Cualquiera que conociera a Grayfia sabía que era una mujer de carácter inquebrantable, a pesar de solo tener 19 años ella no se quebraba bajo emociones fuertes, al menos no fácilmente, pero todo aquel que la conociera bien sabia captar los pequeños cambios en su rostro al sufrir una fuerte emoción.
Para su desgracia, Ise era una de esas personas. "Grayfia-san, ¿Usted está enamorada de Onii-san?". Pregunto el pequeño con una sonrisa traviesa.
Grayfia volvió a hacer un esfuerzo inhumano para no quebrarse, esta vez pudo soportarlo, pero no sabía que tanto podría seguir así.
"No creo que sea bueno que haga esas preguntas a su edad joven Ise". Dijo la Platina cruzándose de brazos.
Ise solo rio, Grayfia podría actuar como adulta, pero aún era bastante joven, tenía la misma edad que Sirzechs, hermano mayor de Rias, que estudiaba en la universidad de Kuoh y su sueño era ser maestro de escuela.
"Grayfia-san, ¿cree que podría hacerme un sándwich por favor?". Pregunto Ise sonriendo.
Grayfia solo pudo esbozar una sonrisa, no podía evitar caer en las bromas del pequeño. "Claro que sí, no hay problema".
La puerta de la cocina se abrió una vez más, dejando entrar a Venelana y Ana, Ise se abalanzo sobre su madre y le dio un gran abrazo.
"Hey, ¿Qué hay de mi galán?, ¿no hay abrazos para mí?". Pregunto Venelana fingiendo llorar.
Ise rio, dejo a su madre y abrazo también a Venelana.
"Señoras, bienvenidas de vuelta". Dijo Grayfia, sostenía un sándwich de queso y jamón en su mano, se lo entrego a Ise, quien empezó a devorarlo con muchas ganas.
"Oh, creo que olvide algo en la camioneta". Dijo Venelana mientras buscaba algo en su bolso. "Ise querido, ¿crees que podrías ir por ellas por favor?".
El pequeño termino por echarse el último pedazo de pan a su boca y asintió con su cabeza, empezó a correr en dirección a la cochera de la mansión.
Llegar a ella no era difícil, tomando en cuenta el tamaño de la mansión, perderse era posible, pero ahora sería bastante fácil.
Para llegar a la cochera el pequeño debía atravesar la sala de reuniones de Zeoticus, algo que probablemente jamás hubiera querido hacer.
Al llegar a la puerta de la sala, que se encontraba medio cerrada pudo escuchar voces venir desde adentro, voces algo molestas.
Dentro de la habitación, Zeoticus estaba parado junto a una gran chimenea, era invierno y los días eran bastante helados, sujetaba un vaso de vodka en su mano derecha, mientras que con la izquierda se sobaba la frente, tratando de entender lo que una persona tras de él le había dicho hace unos segundos.
Tras de él se encontraba un hombre de la misma edad que Zeoticus, de cabello rubio, vestía un smoking negro, y fumaba un puro.
"Déjame ver si entendí, Albert, ¿me pides que escoja un heredero?, ¿ahora?". Pregunto el pelirrojo.
"Básicamente, me parece que es una buena época para hacerlo". Respondió el rubio.
"Pero, es demasiado deliberado, ¿porque habría de hacerlo?, tengo 40 años, aun no estoy viejo". Dijo el Gremory, tratando de poner un poco de humor en la conversación.
"Hay que hacerlo, porque no veo que tus hijos estén interesados en entrar en el negocio, Rias es muy pequeña y Sirzechs no está interesado en manejarlo, ese chico es un hombre brillante, pero él quiere ser profesor de escuela, debemos poner nuestras inversiones en manos de personas que sepan aprovecharlas". Dijo El rubio.
"¿Por qué te interesa tanto?, eres el dueño de una disquera, una bastante poderosa, tampoco es que fueras a perder mucho dinero si algo nos llegase a pasar". Dijo Zeoticus sirviéndose un poco más del líquido de su vaso.
"Porque es una inversión en la que tengo mi mas plena confianza, y quiero que este en buenas manos, no pretendo dejársela a cualquier sujeto".
Zeoticus no tenía razones para tomarse esto como un asunto urgente, pero la verdad una idea había estado presente en su mente desde hace tiempo, su fiel amigo había dejado su vida en la empresa que ahora dirigía, y creía que existía la posibilidad de recompensar su esfuerzo, aun si el ya no estaba ahí.
"La verdad, una idea ha cruzado por mi mente durante los últimos meses, quisiera que en el futuro, cuando ya tenga edad….. Intentar que Ise entre en el negocio".
EL silencio se apodero de la sala, en definitiva su acompañante jamás se esperó que Zeoticus dijera algo así de manera tan repentina, solo pudo soltar una leve risa nerviosa antes de decir:
"Zeoticus, ¿es una broma?". Dijo el hombre, esperanzado de recibir una respuesta positiva de parte del pelirrojo, pero la cara de seriedad que esta tenia hizo desvanecer la posibilidad. "Escucha, sé que la muerte de Hyodo te afecto, él también era mi amigo, pero ya debes olvidarlo, no puede hacer nada desde su ataúd".
Zeoticus al escuchar eso dejo su vaso sobre una pequeña mesa que estaba cerca y empezó a caminar lentamente hacia su acompañante, todos sabían que cuando un Gremory está enojado, es mejor apartarse.
"Escúchame idiota". Dijo apuntándole con su dedo índice. "Hyodo fue el mejor amigo y compañero que podría haber conocido, literalmente dio su vida por nuestro proyecto, y merece reconocimiento".
"No estoy diciendo que no lo merezca, solo digo que no tienes por qué dejar nuestra empresa en manos de un chico que ni siquiera es parte de tu familia". Dijo el hombre tratando de hacer que Zeoticus se calmara. "Además, ¿Cómo sabes que el muchacho quiere ser parte de nuestro mundo?, ¿alguna vez ha dicho que quiere ser al crecer?, porque la última vez que vine de visita, el pequeño alardeaba que junto a tu hija serian cantantes, soy dueño de una disquera, tú mismo lo has dicho, he oído a Rias y puedo decirte que ciertamente podría triunfar bajo mi tutela si sigue así durante los años,".
Zeoticus volvió hacia la chimenea y le dio la espalda al sujeto, justo en ese momento Ise se asomó por la puerta, sin ser visto por ninguno de los hombres de la habitación.
"¿Acaso no te parece algo descabellado?, ¿acaso no crees que es algo estúpido?, entregarle el trabajo de tu vida a un pequeño que ni siquiera es tu hijo". Continúo el hombre
Zeoticus realmente no le ponía mucha atención al hombre, por lo que al ver que Zeoticus no respondería, este siguió hablando
"Oh, vamos, tu hija se merece a un hombre, no a un niño, mi hijo sería una gran opción para ella por cierto". Dijo el hombre.
Ise sintió eso como una puñalada en el corazón, ¿acaso era verdad?, ¿acaso él no podría estar con Rias?, le molestaba lo posesiva que era, pero no quería alejarse de ella, el realmente la quería.
El pequeño no soporto más y decidió huir de vuelta a la cocina.
"Quiero que te largues". Dijo Zeoticus al hombre.
"¿Qué?".
"¡Dije largo Phoenix!, ¡déjame solo!". Dijo Zeoticus, a lo que el hombre rubio solo pudo asentir con la cabeza y retirarse.
"Ese chico no tiene madera para la música". Dijo antes de salir.
Ise regreso a la cocina donde las 3 mujeres aun charlaban, al entrar Venelana lo observo confundida.
"Oye querido, ¿fuiste a hacer lo que pedí?".
"Oh, lo siento, lo olvide". Dijo Ise apenado.
Venelana solo sonrió, después de todo era un niño. "Oh, no te preocupes, yo iré por él".
Ana miro a su hijo, parecía bastante inquieto, algo andaba mal con él.
"¿Sucede algo hijo?". Pregunto la mujer al pequeño.
"No mama, no es nada". El pequeño mintió, algo que su madre pudo saber de inmediato. "Con su permiso, me iré a mi cuarto".
El castaño se retiró y dejo a su madre preocupada, pero conocía a Ise mejor que nadie, sabía que se lo diría después.
El día transcurrió e Ise seguía pensando en lo que aquel hombre había dicho, si había algo que realmente lo hacía parecerse a su padre era su pasión por la música.
Principalmente el Rock, fuera moderno o de la vieja escuela, el soñaba con ser una estrella, tener una banda y todo ese tipo de cosas, pero era muy tímido como para demostrar alguna clase de habilidad, y para un niño, que alguien insulte su sueño de esa manera es devastador, su confianza es afectada en gran medida, pero para Ise, parecía que genero un efecto bastante curioso, el pequeño era muy inteligente y maduro para su edad, pero su mayor virtud, o al menos en estos casos puede ser considerada de esa manera, era el hecho de que era increíblemente terco.
No dejaría que alguien tratara su sueño como estúpido, o peor, que alguien le dijera que ya no podía estar junto a Rias, ya verán, él les demostrara que se equivocan.
Afuera de la habitación, Ana trataba de decidir si este era el mejor momento para hablar con su hijo, debía decirle algo importante, algo que podría beneficiarlo, pero eso significaría alejarlo de su lado por largos periodos de tiempo.
Finalmente decidió que ese era el mejor momento que podría tener, por lo que tomo la manilla de la puerta abriéndola, al entrar pudo ver a su hijo escuchando música con sus audífonos.
"Hijo, por favor ponme atención, debo decirte algo importante". Dijo Ana, provocando que Ise se sacara los audífonos y viera a su madre, que se había sentado junto a él en la cama. "Hijo, mi trabajo como madre es preocuparme por todos los aspectos de tu vida, brindar por tu seguridad, y velar por todo lo que tenga que ver con tu educación".
Ise solo escuchaba a su madre con atención, siempre le hablaba desde su experiencia, y si le daba un consejo, sabía que podría serle útil en el futuro.
"En consideración de tu educación, le he pedido a Venelana-san que consiguiera un puesto para alumnos en una academia de la ciudad vecina, una que tiene mucho prestigio y calidad".
"¿Quieres que me vaya a estudiar allá?". Pregunto el castaño.
"Si hijo, quiero que estudies en esa escuela, no es que tu escuela actual sea una mala escuela, el problema es que en un par de años tu tendrás que ingresar a una academia que admita hombres, y lamentablemente no hay academias de tanta calidad en Kuoh, al menos no las hay para hombres".
Existía la academia de Kuoh, en esencia esta no admitía hombres, era exclusiva para mujeres, algo bastante injusto.
"¿Y entonces tendré que irme?". Pregunto Ise.
"Solo si aceptas hijo, no te obligare a nada, pero esa escuela puede entregarte muchas cosas buenas para tu futuro, quisiera que lo pensaras antes de darme una respuesta". Dijo Ana.
Ana se levantó de la cama, beso a su hijo en la cabeza y se retiró de la habitación, Ise volvió a ponerse los audífonos y empezó a reproducir su música, se recostó y cerro sus ojos, si lo que decía su madre era verdad, debería alejarse de todas las personas que él quería, pero su educación será mejor, tal vez, el podría aprender a tener más confianza para realizar su sueño, tal vez, el podría demostrarle a ese hombre que él era lo bastante bueno como para quedarse al lado de Rias.
La decisión parecía obvia, pero aun así quería consultarlo con la almohada, tomo las sabanas y se acomodó bajo ellas.
Al otro día, Ise se levantó como lo hacía todos los días para desayunar, pero al salir de su habitación se topó con una persona a la que él le tenía mucha admiración.
"Onii-san". Dijo el pequeño al ver al pelirrojo.
Aquel joven era el hermano mayor de Rias, Sirzechs, una persona que bien podía considerarse como un genio.
"Vaya, vaya, ¿Qué tenemos aquí?, creí que ya habrías bajado a desayunar". Dijo el pelirrojo.
Ise entonces recordó lo que había dicho su madre, y realmente Ise veía a Sirzechs como un ejemplo a seguir, algo así como un mentor, por lo que le pareció buena idea pedir su consejo.
"Onii-san, ¿puedo pedirte un consejo?".
"¿Eh?, claro que sí, no hay problema".
Ise entonces empezó a explicarle a Sirzechs todo lo que su madre le había dicho, y que probablemente tendría que alejarse de Rias por un largo tiempo, al terminar, Sirzechs se encontraba muy pensativo, si Ise le había pedido ayuda era porque confiaba en él, por lo que no le daría una respuesta cualquiera.
"Mmm… la verdad, supongo que si realmente quieres tener un gran futuro no debes esperar a que alguna academia de la ciudad admita hombres, yo diría que debes hacerlo". Dijo el pelirrojo.
Ise se sintió más seguro de tomar la decisión, ya sabía lo que debía hacer, solo debía decírselo a su madre, pero prefería hacerlo de forma privada.
Ambos bajaron a desayunar, y el día se desarrolló como cualquier otro, los paseos de Rias, jugar en la oficina de Zeoticus y molestar a Grayfia con Sirzechs.
Pero en la noche le comunico a su madre que aceptaba la oportunidad, pero le pidió que por favor no le dijera a nadie más.
Y así pasaron semanas y las vacaciones se acercaban a su fin y la inevitable realidad se llegaría a saber, Ise temía, principalmente debido a cierta pelirroja que no estaría contenta por su partida, bueno, nadie lo estaba, pero Rias al menos estaría más triste que los demás.
Luego de que Ise le comunicara su decisión a los demás, todos se sintieron mal, pero Rias no lo soporto y huyo a su habitación entre sollozos y lágrimas, al fin tenía un hermano, y ahora lo perdería.
Aunque los demás tampoco se sentían muy bien que digamos, el tiempo que habían compartido con el muchacho los había hecho encariñarse con él, a ellos también les dolía, pero entendían la decisión del castaño.
Los días siguieron pasando, Ise debía alistarse para su viaje, pero no quería irse sin despedirse de Rias, por lo que luego de decirle adiós a la mayoría de las personas de la casa, se dirigió a la habitación de la pelirroja con la esperanza de poder al menos despedirse.
Al llegar a la puerta la golpeo para ver si es que al menos la abrían. "Rias, ya debo irme". Dijo el castaño, pero no obtuvo respuesta.
"Rias, sé que estas triste, pero volveré, te prometo que voy a regresar". Dijo Ise esta vez, con la esperanza de que esta vez le abriera, pero el resultado fue el mismo.
El pequeño solo bajo la cabeza y se retiró, no quería que esto pasara, pero lo hacía por una buena razón, mientras que dentro de la habitación la pelirroja lloraba desconsoladamente.
"Jamás voy a perdonarte Ise, te fuiste y me dejaste sola, y jamás lo olvidare". Dijo la pelirroja, esas palabras jamás las olvidaría.
Y así es como Ise saldría de la vida de la pequeña de 7 años, pero no sería la última vez que lo vería.
10 AÑOS DESPUES
Los años pasaron, y aunque Ise hubiera deseado otra cosa, jamás pudo volver a la casa Gremory, principalmente por las duras normas de la escuela, por lo que se pasaba el año entero en los dominios de esta, incluso en navidad, y si bien constantemente recibía cartas de Zeoticus, Venelana y Sirzechs, estos jamás pudieron visitarlo, principalmente por el exigente trabajo de los primeros dos, y en caso de Sirzechs sus estudios, aunque con el paso de los años se enteró que este se había casado con Grayfia, y que tiempo después incluso habían tenido un hijo, para que hablar de la cara de Ise al leer esto último.
Ana fue la única que podía visitarlo, y por políticas de la escuela solo podía hacerlo una vez al mes, por lo que al menos podía ver a su madre durante esos 10 años.
Pero siempre espero que la presencia de la pelirroja fuera aquella que apareciera en la puerta de su habitación dentro de la escuela, cosa que jamás sucedió, y según contaba su madre Rias se había convertido en una especie de celebridad al haber entrado en la famosa Academia Kuoh.
El tiempo fue pasando e Ise fue dejando de lado lentamente sus deseos de ver a la pelirroja, y para la actualidad solo estaba concentrado en sus estudios, pero su sueño musical seguía más vivo que nunca.
Nadie veía a Issei Hyodo sin sus fieles audífonos y su mp3, lo que le valió una especie de fama entre los alumnos, todos lo consideraban un Rockero sin remedio, pero eso lo hacía interesante, especialmente para las mujeres.
Ahora se encontraba en su salón de clases, estaban en el final del primer semestre, hacía calor y el cansancio era evidente en los alumnos, ahora le estaban pasando matemáticas, algo que el odiaba profundamente, pero para su suerte, un llamado del altavoz de la escuela lo saco de sus pensamientos.
"Issei Hyodo, por favor preséntese en la oficina del director". Se escuchó en la sala de clases.
El castaño se levantó de su asiento confundido, pero no hizo ningún comentario, simplemente hizo caso a la voz y salió de la sala de clases.
Se dirigió hasta el despacho del director, un hombre bastante extraño, si le preguntaran a cualquier persona nadie creería que es director de una escuela, era alguien muy relajado, pero le caía bien a los alumnos ya que tenía un gran sentido del humor, era relativamente nuevo en el cargo, lo había asumido solo hace 4 años.
Ise toco la puerta esperando alguna respuesta, la cual llegaría luego de unos segundos. "Adelante, puedes pasar".
El castaño abrió la puerta y entro en la oficina, el director de la escuela se encontraba sentado en su silla con los pies en el escritorio.
"¿Me llamo director Azazel?". Pregunto Ise.
"Oh, muchacho, llámame maestro por favor".
Azazel Sokuto, director de la escuela, aunque no le gustaba que lo llamaran como tal.
"Entonces, ¿me llamo maestro Azazel?". Rectifico Ise.
"Eso suena mejor chico, toma asiento". Azazel se puso de pie y camino hasta un refrigerador, saco dos botellas, volvió a sentarse y le ofreció una a Ise, este la acepto ya estando sentado. "Si muchacho, quería hablar contigo".
"¿Qué necesita de mi maestro?". Pregunto el castaño para luego darle un sorbo a la botella.
"Quiero hacerte una propuesta muchacho". Azazel se puso de pie y camino hasta la ventana de la oficina para observar el paisaje. "Veras, acepte ser el director de la escuela hace cuatro años, lo hice pensando que mi trabajo sería más fácil y podría ganar mucho más dinero, pero luego de los primeros años me di cuenta que había tomado una decisión equivocada".
Ise lo vio extrañado, Azazel solía ser su maestro de historia antes de ser director, luego de aceptar su actual puesto la escuela mejoro su rendimiento, esto no tenía sentido.
"¿Por qué se siente arrepentido maestro?". Pregunto Ise.
"Muchacho, mi vocación es la educación, no sentarme en este escritorio y ser un total inútil, quiero darle mi conocimiento y experiencia a los jóvenes".
"¿Y porque no solicita un cambio de puesto al concejo?".
"Ya lo intente Ise, estos larguiruchos no aceptaron, dijeron que jamás nadie se había arrepentido y que esto podría arruinar su gran reputación". Azazel volvió a su escritorio y se sentó.
"¿Qué es lo que hará entonces?". Pregunto Ise.
"Veras, solo tengo dos opciones en estos casos, o me despiden, lo cual no sería nada bueno porque nadie querría contratarme, o renuncio, por lo cual tendría que tener otro trabajo esperándome, y ahí es donde entras tú, dime, ¿conoces a Sirzechs Gremory?".
"Si, lo conozco desde hace años, es una buena persona, ahora que lo pienso, creo que es maestro".
"Si, es maestro de la universidad de Kuoh, y además de eso es un gran amigo de la directora de la academia Kuoh, una escuela de una calidad aún mejor que esta, ellos me prometieron un puesto como maestro, a cambio de que haga algo por ellos mientras aun sea el director aquí".
"Muy bien, me alegro por usted, pero sigo sin entender porque me necesita".
Azazel sonrió, por alguna razón esta era la parte que más le gustaba. "Quiere que transfiera a 4 de mis mejores alumnos a Kuoh, y tu serás uno de ellos".
Ise se sintió confundido, se supone que no puede ser parte de la academia Kuoh, ese fue el motivo de que estuviera en la escuela en la que está ahora. "Pero maestro, según tengo entendido la academia de Kuoh solo acepta mujeres".
"Eso muchacho era hasta hace un año, a principios de este año comenzaron a aceptar hombres, pero las cosas no fueron como ellos querían, los hombres que llegaron son solo un montón de pervertidos sin vergüenzas que se la pasan persiguiendo a las chicas".
"Pero usted también es pervertido maestro". Dijo Ise con una gota de sudor cayendo de su cabeza.
"Si, pero yo tengo limites, esos idiotas son casi unos violadores, necesitan chicos que den el ejemplo antes de que su reputación empiece a caer, por lo que tendré que transferir a 3 de los mejores chicos y una chica, ya sabes, para hacerlo equitativo".
"¿Y esto será obligatorio?".
"Claro que no muchacho, tú decides si quieres hacerlo, pero sería bueno que lo hicieras pronto, más precisamente quisiera que me respondas mañana jueves, así podre transferirlos y renunciar el viernes, viajaríamos hasta Kuoh y podría empezar el lunes". Eso le agrado a Ise, la verdad la cosa sonaba muy bien para él, luego de 10 años alejado de la gente que quería volver era una gran posibilidad.
"Muy bien, si se supone que yo soy uno de ellos, ¿quiénes son los otros 3?".
"Bueno, primero está tu amigo Genshiro Saji, el chico tiene calificaciones tan buenas como las tuyas así que es una gran opción". Saji llego a esta escuela por la misma razón que lo hizo Ise, se hicieron amigos desde el primer día que se conocieron, 10 años de amistad significaban mucho. "Luego esta Vali, ese muchacho tendrá que venir conmigo lo quiera o no, pero estoy seguro de que le agradara, espero poder encontrar una figura materna en Kuoh.
Todos conocían a Vali, era un chico frio y solitario, fue abandonado por sus padres cuando tenía 3 años, pero fue adoptado por Azazel.
"Ok, ya están los 3 chicos, ¿Pero quién es la mujer?".
"Bueno….."
La hora de almuerzo había llegado e Ise se dirigió al comedor de la escuela, su fiel amigo Saji ya lo esperaba, por petición de Azazel le contó a Saji todo acerca de la transferencia a Kuoh.
"¿De verdad podemos volver?, ¿no bromeas?". Pregunto un emocionado Saji.
"Si amigo, no bromeo, podemos volver a nuestro hogar y tener un gran futuro al mismo tiempo". Dijo Ise, realmente era una gran idea y quería que se concretara.
"Es genial hermano, al fin podre pasar navidad con mis padres". El rubio miro a través de la ventana, apoyado en un árbol se encontraba Vali, comía un sándwich bajo la sombra. "Así que Vali también iría, creo que jamás hemos llegado a charlar tanto con él, pero bueno ahora hay algo que no me queda claro, ¿Quién es la chica que ira con nosotros?".
"B-bueno, realmente no creo que importe". Dijo Ise nervioso.
"¿Eh?, ¿de qué hablas?".
"Saji, te lo advierto no creo que te agrade". Dijo Ise.,
"Oh vamos, solo dilo de una vez, odio la incertidumbre".
"Tsubasa". Dijo Ise sin más.
El silencio entre ambos solo era llenado por las voces de los demás alumnos en la cafetería, todo era incomodo hasta que….
"¡¿Yura?!, ¡¿Yura Tsubasa?!, ¡¿ella es la cuarta persona?!". Grito Saji.
"Oh vamos, no es para tanto, estas exagerando".
"¿Eso crees?, ¿debo recordarte que ella es una manipuladora de hombres y una sínica total?".
"¿Y debo recordarte las horas que pasabas hablando de lo mucho que te gustaba?". Dijo Ise en tono de burla.
"E-eso solo fue un lapsus de estupidez, no es como si realmente ella me pareciese atractiva, con sus piernas, o su cabello, o sus muslos, o su….". Saji paro de hablar al ver lo que estaba diciendo.
"Si claro amigo, lo que digas". Dijo Ise de forma sarcástica. "Quieras o no esa chica tiene muy buenas calificaciones, es normal que el maestro la eligiera, tendrás que soportarlo".
Saji solo suspiro. "Supongo que tienes razón".
Parecía que todos tenían un acuerdo, por lo que al día siguiente Ise le comunico a Azazel que tanto el cómo Saji aceptaban.
Las noticias de su partida se esparcieron a través de la escuela y por supuesto el consejo de maestros le suplicaron a los 4 jóvenes que se quedaran, pero fue inútil, en el caso de Ise y Saji solo querían volver a Kuoh y estar con sus familias, Azazel dijo que Vali quería un cambio de aires y que ya había decidido marcharse, y Yura, bueno ella era la última persona que Saji quería ver e Ise tampoco confiaba mucho en ella por lo que nadie conocía sus razones para irse.
Pero por algunas complicaciones que tenían que ver con algunos papeleos que Azazel debía hacer antes de irse no pudieron viajar hasta el sábado en la noche, y calculando las distancias entre Kuoh y la ciudad en donde se encontraban llegarían el domingo en la mañana.
Ahora Ise se encontraba junto a una casa rodante junto a Saji y Azazel, estaban esperando a las otras 2 personas para poder viajar.
"¿Dónde esta este muchacho?, debemos irnos rápido". Dijo Azazel mientras caminaba de un lado a otro impaciente.
"Ya relájese maestro, ya llegara". Dijo Ise tratando de calmar a Azazel.
"Y aunque así fuera aún falta que llegue esa maldita-".
"¿Esa maldita qué?". Saji fue interrumpido de sorpresa por una chica que estaba parada atrás de él.
Saji conocía esa voz, y quedo petrificado del susto, por lo que rápidamente se ocultó tras Ise.
Una chica de cabello azul hasta los hombros, vestía una chaqueta de cuero café y jeans, e Ise no podía negarlo, ella era atractiva…. Bastante.
"Bueno, ¿Por qué no me presentas a tu amigo Gen-chan?". Dijo Yura sonriendo.
"¡Ni en un millón de años Yura!". Dijo el rubio mientras seguía oculto.
La chica solo rio divertida mientras analizaba a Ise de pie a cabeza.
"Mucho gusto vaquero, creo que no habíamos hablado antes". Dijo la peli azul.
"No creo haber tenido el placer señorita". Dijo Ise aun sin estar muy seguro.
Yura solo rio, el chico era educado, lo analizo de arriba para abajo, la verdad jamás se había interesado por los amigos de Saji, lo de ellos solo había sido un encontrón.
Saji ocultaba un gran dolor en su interior, culpaba a Yura pero en su interior sabía que no era culpa de ella, él fue el que se equivocó en pensar que ella podría ser la chica que le de eso que tanto ansia.
Ise jamás quiso agobiar a su amigo con preguntas, lo intento una vez y pudo ver lo destrozado que estaba, por lo que decidió dejar que pasara.
De pronto Ise sintió que una mano se apoyaba en su hombro, alguien más había llegado. "Ya déjalo en paz mujer perversa".
"¡Ahí estas!, ya empezaba a creer que te habías arrepentido de esto". Azazel vio a la persona que había llegado con reproche. "¿Por qué siempre haces esto Vali".
"Mmm… creo que me parece divertido….. Papa". Dijo el platino.
Azazel solo gruño, pero no había tiempo para discutir ya estaban atrasados y no quería perder más tiempo.+
"Sera mejor que nos vayamos, quiero ver a mis padres ya no quiero esperar". Dijo Saji, el chico solo quería volver, sus padres seguramente lo estaban esperando, el rubio los había llamado por teléfono cuando Ise le dio la noticia del traspaso, eso lo motivaba a volver lo más rápido posible, bueno, eso y que ya no quería estar junto a Yura.
Para Ise era más o menos lo mismo… solo exceptuando la parte de Yura, también quería volver, volver a ver a sus seres queridos, y a cierta pelirroja a la que probablemente le debía una disculpa.
"Bien, todos al camión". Azazel prácticamente se lo ordeno a los jóvenes, los que obedecieron de inmediato y subieron.
Finalmente partieron, 10 años alejados de Kuoh, 10 años sin dormir en sus casas, para Ise y Saji esto era muy importante, para Vali esto era más bien algo que no le traía mucha importancia, simplemente acompañaba a su "padre" pero lo que le esperaba en Kuoh era algo que le traería bastantes problemas, y Yura, bueno, nadie sabía nada de ella, y nadie quería acercarse a preguntar, pero parecía que Vali la conocía tomando en cuenta la confianza con la que le había hablado.
Azazel les dijo que durmieran, que el camino seria largo y que probablemente llegarían al amanecer, por lo que todos le hicieron caso, excepto Yura, por alguna razón no quería dormir y eso puso nervioso a Saji, quien durmió en el asiento junto a Ise pidiéndole que la vigilara en caso de que tramara algo, la peli azul solo escuchaba música y veía su celular pero Saji no se relajaba.
Ambos jóvenes se durmieron durante el trayecto y las horas pasaron, Vali se sentó hasta el final y se durmió varias horas después, pero a fin de cuentas el sueño fue más que él.
Las horas pasaron y a Ise lo despertaron las ganas de orinar, por lo que se levantó de su asiento y se dirigió al baño, al salir de él se dio cuenta de que el cielo estaba más claro, supuso que ya estaban por llegar, miro por la ventana y se dio cuenta de que efectivamente ya faltaba poco, los prados de Kuoh que recordaba de su niñez, eran tal como los veía en sus recuerdos, incluso las vacas que se encontraban pastando parecían las mismas, una gran sonrisa se formó en sus labios.
Inesperadamente empezó a oír unos susurros que venían desde el asiento del conductor, confundido ya que aún estaba algo dormido decidió acercarse al lugar de donde provenían los susurros, al pasar junto al asiento de Yura esta le guiño el ojo, a Ise le pareció extraño pero aun su cerebro no estaba despierto del todo por lo que solo pudo seguir caminando.
Azazel que se encontraba concentrado en el camino balbuceaba palabras, madre, Vali, figura materna, esas eran el tipo de cosas que decía, estaba adormilado y era bastante extraño que pudiera seguir conduciendo, y eso preocupo a Ise.
"Maestro, ¿se encuentra bien?". Pregunto el castaño.
Azazel espabiló, ¿qué rayos estaba diciendo?. "¿Ise?, o rayos, lo hice otra vez".
"¿Otra vez?, maestro estaba hablando solo, lo oí desde la puerta del baño". Dijo Ise.
Azazel supuso que lo mejor ahora sería charlar con Ise, eso lo mantendría despierto, quedaba poco camino por recorrer y no quería tener un accidente.
"Siéntate muchacho, es peligroso estar de pie aquí".
Ise asintió y se sentó en el asiento del copiloto, se abrocho el cinturón y vio la calle en frente de él, en medio de las montañas el sol empezaba a salir, así que supuso que ya no sería necesario dormir más.
"Maestro, quisiera agradecerle por esto". Dijo Ise.
"Muchacho, no debes agradecerme, más bien yo debería agradecerte a ti, a ti y esos chicos, me dieron la posibilidad de enmendar la decisión que tome".
Ise sonrió, esto parecía el inicio de algo bueno, para todos.
"Por cierto maestro, lo escuche decir cosas acerca de una madre o algo así". Dijo Ise.
Azazel paso de una sonrisa a una mirada seria, parecía que este problema lo seguiría por un largo tiempo. "Ise hazme un favor, dime si Vali sigue durmiendo".
Ise miro hacia atrás y pudo ver que el platino aun dormía, al igual que Saji y Yura seguía perdida en su celular.
"Si maestro, aun duerme". Dijo el castaño.
Azazel se sintió menos presionado así, no quería que Vali escuchara lo que estaba a punto de decir. "Mira chico, la razón del porque quise venir aquí a trabajar no solo se limitan a lo que te dije en mi oficina hace un par de días, es cierto que quiero volver a ser profesor, y hacer clases en Kuoh es bastante bueno, pero también quiero…. Encontrar…. A alguien que me ayude con Vali".
Ise en un principio no entendió a qué se refería Azazel, pero solo tuvo que juntar un par de cables en su cabeza para entender a lo que se refería.
"Desea casarse, tener una figura materna para Vali". Dijo el castaño.
"Vali cree que no lo noto, pero siempre que sus amigos hablaban acerca de sus madres…. Se sentía afectado, eso provoco que se alejara de ellos, cuando adopte a Vali, creí que yo solo bastaba para criarlo, y en medida así fue, pero la figura de una madre es algo imposible de ocultar, necesito encontrar a una mujer, no solo para mí, también para Vali.
Ise conocía mejor que nadie lo que es no tener a uno de tus padres contigo, pero afortunadamente Zeoticus se encargó de llenar ese espacio, pero para Vali las cosas eran más complicadas.
"Bueno, ya llegamos muchacho, al fin". Ise vio al frente después de escuchar las palabras de Azazel, y ahí estaba Kuoh, tal como la recordaba. "¿Dónde quieres que te deje?".
"Bueno, llame a mi madre antes de que nos fuéramos, dijo que si bien la ciudad ha cambiado no debería costarme trabajo llegar a casa, así que déjeme en la estación de buses, está cerca de aquí, le daré indicaciones".
5 minutos después llegaron a la parada de Ise, cuando el camión se detuvo provoco que Vali y Saji despertaran también, el Rubio se emocionó al ver que la ciudad era tal como la recordaba salvo algunos detalles.
"Bien, es aquí, gracias por esto maestro". Dijo Ise dándole la mano a Azazel en despedida.
"Adiós chico, nos veremos en clases, no llegues tarde". Ise asintió con una sonrisa, bajo del bus acompañado de Saji, al parecer su casa estaba cerca de ahí también, por lo que decidió bajar también.
"Adiós guapo, nos vemos en la escuela". Yura había abierto una ventana y se despidió de Ise al mismo tiempo que el camión volvía a avanzar.
Ise no quiso siquiera procesarlo en su mente, ¿qué es lo quería esa mujer con él?.
"Ise, escúchame, por lo que más quieras, jamás te involucres con Yura, por tu bien". Dijo Saji a su amigo.
"E-está bien hermano, no lo haré". Dijo Ise nervioso, seguía sin saber porque Saji la despreciaba tanto.
"Más te vale, porque si no lo lamentaras mucho". Saji suspiro, no era tiempo de pensar en eso, ahora debía concentrarse en volver con su familia. "Bueno, supongo que es hora de irme, espero que puedas actualizarte con tu familia rápidamente". Dicho esto Saji comenzó a caminar en dirección a su casa mientras admiraba la ciudad que tanto extrañaba.
Ise sonrió, de verdad que también deseaba estar de vuelta, y ya no quería esperar para volver a poner un pie en aquella casa y ver a todos en ella así que se puso en marcha.
En el camino se dedicó a ver que tanto había cambiado todo, y para su agrado las cosas estaban casi idénticas, demonios, hasta el aroma de las flores era tal como lo recordaba.
Luego de caminar por unos minutos, Ise llego a su destino, casi parecía un sueño, estaba frente a la casa de la familia Gremory, Ise oficialmente había regresado a su hogar.
UUuuuuuffff, la verdad sí que tarde en completar el capítulo, estuve mucho tiempo pensando a futuro y así no atascarme.
Por favor déjenme sus Reviews, así sabré si les gusta o no.
Se despide SxeSoldier.
Archwind Fox 2!
