Harry Potter no me pertenece, le pertenece a J.K. Rowling.
Si no leyó los libros recomiendo que investigue sobre la P.E.D.D.O. para entender mejor.
¿Qué hare con los niños sin ti?
Día 0: ¡No te vayas Hermione!
-Aliméntalos, que no coman comida chatarra, procura que se bañen, que se vallan a dormir temprano, léeles antes de dormir…- enlistó Hermione hablando a toda velocidad mientras terminaba su maleta.
"¿Para qué pregunte?" pensó Ron sintiéndose mareado por la velocidad en que su esposa hablaba.
-¡Es muy complicado!- la interrumpió el pelirrojo escandalizado- ¡No me dejes Mione!- imploró arrodillándose y abrazándole las piernas.
Si bien la castaña rodó los ojos, considerando exagerada la reacción de su esposo, el acto le hiso reconsiderar si era buena idea dejar a Ron a cargo de sus hijos, después de todo él estaba tomándose más infantilmente la noticia de su partida.
-¡Por Merlín, Ron! ¡Sabes lo importante que esto es para mí!- reclamó Hermione.- Si me va bien en el congreso las leyes a favor de los elfos domésticos se internacionalizaran.
-Pero ¡¿Por qué el congreso tiene que ser en Francia?!- se quejó Ron.- ¡sin ti la casa va a derrumbarse Hermione!
-Ron…
-¡Se quemara la cocina!- siguió ignorándola.
-Ron.
-¡Se inundara el baño!
-Ronald escúchame…
-¡Crookshanks se escapara y volverá con bebés gatito gordos y de cara aplastada!
-¡Ronald si no te callas te llevo a San Mungo!- le gritó Hermione exasperada.
-¿Te quedaras?- preguntó esperanzado con una gran sonrisa.
-No, Ron.- suspiró ella recobrando la paciencia.- Solo son dos semanas y tú ya llevas siete años siendo padre.
-Pero nunca he tenido que cuidar yo solo a los niños tanto tiempo.- respondió Ron al fin soltándola y levantándose.- ¿Y si lo arruino?
La antigua Gryffindor sonrió con ternura y le acaricio una mejilla. Eran raros los momentos en que Ron confesaba sus temores.
-Amor, eres un padre asombroso, no lo vas a arruinar- le aseguró y le dio un corto pero dulce beso en los labios.- Son solo dos semanas y Harry, tus padres y tus hermanos pueden ayudarte. Además no sé qué te preocupa, a los niños les encanta estar contigo.
Ron suspiró sabiéndose derrotado y abrazó a su esposa.
-Está bien, al menos ya no lloran por la noche ni hay que cambiarles el pañal- le miró el lado positivo el auror sonriendo abiertamente.
-¡Exacto! No debe ser tan difícil.
Y dicho esto Ron no pudo si no pensar:
"Espero que tengas razón como siempre Hermione.
